Capitulo I.

En la catedral de la ciudad, hay muchos invitados esperando a que llegara la novia, la cual ya lleva retrasada 15 minutos.

— ¿Cuánto falta? ¡Quiero acabar con esto de una buena vez! –dijo un joven de 22 años vestido con un traje para una boda, específicamente, su boda… de cabello blanco que ha estado en todos los hombres de su familia… al igual que esos ojos dorados-.

—Ya hijo… ya va a llegar… -trataba de tranquilizarlo un hombre bastante parecido a el solo que notablemente un poco mas mayor-.

—Aun no entiendo porque tengo que hacer esto… -dijo refunfuñando-.

— Te lo explicare por ultima vez… tu abuelo izo un "trato" por así decirlo… la primera mujer nacida de la familia higurashi tendría que casarse con el que la siguiera en mas edad de los taisho que existieran en esta época… y ese eres tu… -le repitió lo mismo que le ha estado diciendo los últimos dos meses- .

— ¿Es que acaso no pudo ser Sesshomaru? –Pregunto tratando de aflojarse la corbata-.

— Claro… sesshomaru… tiene 26 años y se iba a casar con una muchacha de 16 –le dijo mirándolo de reojo-. Que gran combinación.

— Es que para rematar ni siquiera conos a la chiquilla papá…

— Pues la conocerás en un rato más… -le dijo al ver que se acercaba la limusina-. ¿Recuerdas el trato con sus padres?

— "El matrimonio no se consumara a menos que ella lo desee"… no has dejado de repetirme eso todos los días… dime algo… ¿Qué quieres que haga si el abuelo quiere un biznieto? –le pregunto con sonrisa picara-

— Pues tendrás que conversar con ella ese tema… una vez casados tienes que respetarla… no puedes olvidar que aun es una niña y le seria muy difícil sobre llevar un embarazo a tan corta edad… -le dijo con seriedad-.

— Una última pregunta… se puede saber ¿Por qué diablos el matrimonio es en pleno invierno? Y además ¿Dos semanas antes de mi cumpleaños?

— Porque el trato fue hecho en invierno hijo, y justo por estas fechas… ahora entra a la catedral… -le dijo a l ver a la limusina ya estacionada frente a ella-.

—… -sin decir nada entro a la catedral-.

Inuyasha al estar ya en el altar ve a la entrada en donde se ve el cuerpo de una joven muchacha con vestido de novia, lo malo para el es que su rostro es cubierto por un largo y espeso velo, el cual no puede ser levantado hasta el fin de la ceremonia… que es en donde el la besaría. Luego desvía la mirada hacia su abuelo y lo único que puede ver es como le sonríe… no puede creer que su propio abuelo lo este encadenando a una niña… pero por lo que el puede apreciar, físicamente no es una niña…

No puedo creer que tenga que casarme con una colegiala, aunque no lo parezca –pensaba mientras esperaba a que ella legara al altar-.

Al estar ya en el altar puede ver con mas claridad a su futura esposa… a la cual por primera vez tiene en frente… tenia el cabello color azabache… ojos de color desconocido aun para el piel casi como la leche… un busto bastante pronunciado por el vestido, una cintura estrecha y unas caderas anchas.

Apenas puedo verlo con este velo…-pensó ella mientras forzaba su vista para verlo-.

— Yo tampoco estoy de acuerdo con esto… pero es un respeto a la memoria de mi padre muchacho… -le dijo el padre de la novia mientras se la entregaba- por favor… recuerda lo que acordamos…

— No se preocupe señor… -le dijo al recibir una de las manos de su futura esposa- no pasara nada…

— Bien.

Una vez el padre de la muchacha hubo sentado al lado de su mujer, la cual comenzaba a llorar de la emoción, inu y la muchacha de dieron la vuelta para quedar mirando al padre quien los casaría.

La ceremonia transcurría con normalidad… hasta que llego el momento de la pregunta final para luego el tan esperado beso…y algo mas para aquellos dos que estaban uniéndose en matrimonio… verían por fin el rostro del otro…

Tú Inuyasha Taisho… ¿aceptas a Kagome como tu futura esposa para acompañarla en salud y enfermedad, amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?

En el momento de la respuesta, el ruido provocado por susurros de parte de los invitados desapareció para dar paso a un eco, el cual decía:

— Sí, acepto…

— Y tú Kagome Higurashi… ¿aceptas a Inuyasha como tu futuro esposo para acompañarlo en salud y enfermedad, amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?

— Acepto –se escucho con un gran eco en toda la catedral-.

Inuyasha como la pequeña mano de kagome para luego colocar en su dedo índice el anillo. Lo mismo izo kag con el… solo que cuando ella le coloco el anillo las manos le temblaban.

— Por el poder que se me ha conferido por Dios nuestro seños, los declaro, marido y mujer… puede besar a la novia joven… –dijo el padre, refiriéndose a inuyasha-.

Inuyasha y Kagome quedaron frente a frente… Inuyasha levanto sus brazos para poder tocar el velo… comenzó a levantarlo… lo primero que pudo ver fueron unos labios carnosos, pintados con un rajo intenso para dar mas vida al color de su piel… luego sus mejillas sonrojadas, a las cuales habían aplicado algo de color, el cual en estos momento no seria necesario… y finalmente sus ojos… los cuales estaban cerrados… sus pestañas encrespadas… y los parpados con un color rosa pálido y un rosa medio chillón… poco a poco comenzó a abrir los ojos pasa así dejar ver un color marrón en sus ojos… un marrón precioso… pero… por su belleza Inuyasha no podía creer lo que estaba viendo…

Kagome al abrir sus ojos quedo completamente hipnotizada al ver esos ojos dorados, los cuales ya había visto en una ocasión, pero que jamás pensó volver a ver…

— Tú… -dijeron en susurro ambos al unísono-.

Pero inuyasha no puedo aguantar al ver esos labios tan tentadores… al terminar ese susurro, la beso con pasión, una pasión con la cual no pensó que seria el primer beso con su ahora esposa, o mejor dicho, el primero después de los anteriores.

Continuaraaa.