Hay momentos de paz, claro que los hay. Son pequeños y sorpresivos, siempre entre pelea y pelea. Están ahí, simplemente están ahí. Y no va a quejarse de ello pero en ocasiones desea que duren un poco mas. Tan solo un poco más.

También hay momentos en los que desearía rendirse y no seguir adelante. Hay algunos de esos, demasiados seguramente, donde no levantarse de nuevo tras el vigésimo golpe que pesa como si fuera el número cien parece la mejor opción. Desearía no continuar con las noches en vela, las noches de patrulla y las noches de muerte donde el amanecer duele tanto que parece imposible de soportar. Y quizás solamente por una noche descansar e ignorar las pesadillas.

Momentos en que las cicatrices pesan aún más que el uniforme y duele, duele en lugares en donde ya no debería doler porque las heridas están cerradas desde hace tiempo …o al menos deberían estarlo.

Momentos en que la sangre esparcida por las calle de esa ciudad maldita crea dibujos que es mejor no ver, que es mejor olvidar. En donde intentar no recordar que cada gota de esa sangre podría no ser solo de otra persona, que podría ser de su familia o sobretodo de él es una prioridad para poder seguir adelante.

Pero también hay otros momentos.

Momentos en los que quiere lamer cada una de esas pecas que salpican su nariz como si fueran tinta y parecen bailar cada vez que sonríe de esa forma ...esa que es tan él y que solo Jason sabe hacer.

Momentos donde quiere morder tan profundo como esas cicatrices. Esas que le marcan recordando cada uno de sus errores, cada una de sus debilidades ...y ser él mismo quien deje su marca de forma permanente.

Y otros en los que robarle el aliento de tantas formas diferentes que sea incapaz de recordar como volver a respirar es lo que más desea hacer en toda la noche. Y lo único que quiere hacer.

Es justo en esos momentos en los que Tim piensa que toda esa paz antes de la tormenta, todos esos amaneceres teñidos de demasiado rojo que vienen tras cada noche en vela y todas esas cicatrices que duelen cuando no deberían doler merecen la pena. Porque sin todo eso nunca hubiera podido conocerle y solo por eso merece realmente la pena todos esos momentos.

Por esos momentos con Jason.