Fairy Tail no me pertenece (sino Gajeel y Levy ya estarían juntos y no habría censura que tapase la desnudez de Gray-sama), le pertenece a Hiro Mashima.

Los inicios no son mi fuerte, más que nada porque soy más de desarrollar la historia sin pensar en como empezarla, pero me siento orgullosa con como me ha quedado y lo he disfrutado mucho, solo espero que lo disfruteis tanto como yo lo he hecho.

AVISOS: Muy posible lemon con contenido explícito. Es probable que desarrolle a lo largo de la historia parejas como GaLe (Gajeel y Levy), NaLu (Natsu y Levy), Gruvia (Gray y Juvia) y otras tantas.


CAPÍTULO 1: el fin de una época y el inicio de una nueva vida.

Una noche helada, que en dolor se convirtió, un dolor que se convirtió en oscuridad en el corazón de aquella pequeña maga, reinando el ruido de aquella lluvia torrencial, que empapaba todo recoveco de Magnolia.

– Zarek, yo...quiero renunciar al Gremio.

¿Renunciar? ¿No te agrada estar aquí?

Unos lentos pasos que hacían tambalear el frágil cuerpo de aquella mujer como si un terremoto la sacudiera conducían a una joven que a penas superaría la veintena de edad por aquella callejuela.

Su flequillo azulado a diferencia de el resto de su castaña cabellera le tapaba parte de la poca visión que ya tenía de por si a causa del agotamiento y de las lágrimas que cubrían sus brillantes ojos azules.

– Está bien, estás en tu derecho de renunciar, Denna – Aquella figura masculina abrazó el cuerpo de la susodicha. Sus palabras parecían sinceras, pero todo aquello desapareció cuando un círculo mágico cubrió el pecho de la mujer, sabiendo que era aquel tipo de magia –. Pero no puedo permitir que una belleza como tú se vaya, mi amada Denna.

Sabía que con aquello poco podría hacer para defenderse del agarre de aquel hombre que la tumbó con brusquedad sobre la fría madera del escritorio de su despacho, despojándola de las principales ropas que cubrían sus senos y la parte más íntima de toda mujer.

Lo que más aterrorizó a la de ojos azules fue el escuchar aquella cremallera desabrochar el pantalón del Maestro del Gremio, Zarek.

A pesar de aquellas náuseas que la visitaban cada vez que su bajo vientre le provocaba aquellas dolorosas punzadas, siguió caminando a duras penas hasta que su mente se nubló por completo al igual que su vista. Aquel frágil cuerpo se desplomó al llegar a una calle principal, mucho más transitada. Lo último que llegó a visualizar fue un cartel, "Fairy Tail", y el rostro de un hombre rubio zarandeándola en un intento de respuesta por parte de la mujer.

Las puertas de la taberna de Fairy Tail se abrieron ante los ojos de Laxus Dreyar, uno de los magos de clase S del aquel peculiar Gremio, mostrando a sus compañeros, algunos de juerga, otros peleando entre si y otros tantos en sus propios asuntos sin molestar a nadie.

Caminó por el pasillo principal, entre las mesas, cargando con aquel pequeño cuerpo de la mujer que acaba de encontrarse inconsciente en las mismas puertas del Gremio.

En un principio le ignoraron, pero por el efecto en cadena, todos los allí presentes acabaron por fijar sus miradas en el nieto del Maestro.

– ¿Se puede saber que le has hecho a esa pobre criatura, salvaje depravado? Gritó una enfurecida Erza dando a entender que habría hecho alguna barbaridad con aquella mujer.

Sin embargo, Laxus le ignoró, pues a quien buscaba era a la farmacéutica del Gremio, Porlyusica, que estaba allí solo para entregarle al Maestro los medicamentos para sus problemas de corazón.

No hacía falta ser un licenciado en medicina para saber que aquella muchacha no estaba bien. Estaba pálida, aunque por lo caliente que estaba su cuerpo era más que probable que tuviese fiebre.

– Me la acabo de encontrar en la puerta, está inconsciente y no tiene muy buena cara. Vieja, ¿puedes hacer algo con ella?

Aunque la actitud de Laxus hubiese cambiado mucho a lo largo del desarrollo de los acontecimientos más importantes del Gremio, a veces seguía siendo bastante descortés.

– Desde luego que no tiene muy buen aspecto… Tenéis una enfermería, ¿no? Llévala allí, ahora voy a atenderla… Estúpidos humanos, siempre metiéndoos en problemas de manera innecesaria…

Es realmente desagradable la sensación en la que estás durmiendo plácidamente y la luz te da justo en los ojos. Eso es lo que pasaba por la mente de la paciente que se encontraba en la enfermería de aquel Gremio.

Fue abriendo los ojos con suma lentitud, se notaba mareada, por lo que no era una idea espectacular la de levantarse de golpe. Miró alrededor de la sala, sí, sin duda estaba en una enfermería. Enfocó la figura de una muchacha peliazul sentada un par de metros de la camilla en la que ella se encontraba.

– Esto… Eh, perdona…

La voz de la morena parecía algo cansada, y la verdad es que cuando se movió un poco sintió su cuerpo bastante adolorido, principalmente eran agujetas lo que tenía.

Aquella pequeña figura femenina elevó su mirada de aquel libro que parecía devorar con gusto y se fijó en ella con un cierto aire de sorpresa.

– Vaya, ya te has despertado – La voz de la chica sonaba inocente, dulce y agradable, y eso en cierto modo reconfortó a la paciente –. Llevas casi un día entero durmiendo. Deberías de estar muy cansada.

– ¿Un día entero? – Hizo una pausa, tratando de recordar que había pasado y en cuanto lo hizo se arrepintió – ¿Dónde estoy?

– En la sede de Fairy Tail – La peliazul hizo una pequeña pausa –, puede que hayas oído hablar de nosotros.

– Fairy Tail… Sí, claro que he oído hablar de vosotros y de los destrozos que soléis causar. – Por primera vez en mucho tiempo, pudo soltar una leve pero sincera risotada, la cual fue acompañada por la muchacha.

– Mi nombre es Levy, Levy McGarden.

– El mío Denna Glacies, encantada, Levy – Miró un momento por la ventana que tenía más cerca y pudo vislumbrar un día completamente soleado, tan resplandeciente que invitaba a salir a la calle –. ¿Cómo he llegado hasta aquí? La verdad es que tengo recuerdos algo difusos…

– Un compañero nuestro, Laxus, te encontró inconsciente en la puerta del Gremio así que te recogió y te trajo hasta aquí. Te ha estado atendiendo la farmacéutica, no es muy sociable, así que está a las afueras, en el bosque, pero me ha explicado tu diagnóstico y algunas cosas que tienes que tomarte…

El tono alegre de Levy cambió a uno que denotaba preocupación y lástima por Denna. La mirada de ésta se puso algo más sombría y desvió su vista a sus propias manos, las cuales se acariciaban la una a la otra.

– Entonces…sabrás que me violaron, ¿verdad?

Lo dijo sin tapujos, aunque por dentro se moría de la vergüenza y de la humillación por la que pasó en su momento cuando aquel bastardo usó malos modos contra ella.

– Sí… Porlyusica-san dijo que tienes un desgarre. Te dolerá al principio, pero te ha recetado unos medicamentos para mitigar el…

La voz de Levy se fue apagando conforme vio que de las mejillas de Denna corrían lágrimas como cataratas, y sin embargo no sollozaba, simplemente se liberó de todo ese dolor que ya no solo era físico. La pequeña Levy no dijo nada, solamente se acercó a la camilla y abrazó a la muchacha de manera reconfortante, a pesar de no conocerla, dejando que se librara de aquel sufrimiento.

Como era normal en la taberna de Fairy Tail, el jolgorio reinaba en aquel lugar. Natsu discutía de forma acalorada con Gray, el cual era observado por una enamorada Juvia. Por otro lado, Macao insistía a la joven y hermosa Cana en que cuidara un poco más de su hígado y que dejase de beber.

Gritos y gritos inundaban aquella estancia, pero no era desagradable, en cierto modo desprendía comodidad y calidez. Al menos eso fue lo que sintió Denna la primera vez que entró.

– ¡Ya se ha recuperado! – Gritó Happy, aquel lindo y adorable exceed.

La atención pasó de lo que estuviesen haciendo a la recién llegada, la cual, con cierta timidez, saludó a los allí presentes.

Siempre había alguna excepción, como Gajeel o el propio Laxus, que no eran tan efusivos como ellos se ponían en situaciones así.

Halagos y preguntas inundaron los oídos de Denna, que a duras penas puso presentarse y contestar a todo.

– ¿Y usas magia? – Preguntó Natsu con esa inquietud de niño pequeño a pesar de ser ya un adulto.

– Si, soy una Dragon Slayer de Hielo.

– ¡¿Dragon Slayer?!

No hubo un solo miembro del Gremio que no se sorprendiera, incluso los Caza-Dragones de Hierro y Rayo se sorprendieron.

– Pues no lo pareces. – Se escuchó por algún lado.

– Bueno, a diferencia de Wendy, Denna-chan es toda una mujer. – Comentó Macao.

– Y tiene más pecho. – Contribuyó Erza. Cabe destacar que aquel comentario casi provocó una depresión a la pobre Maga de Viento.

Cuando por fin se calmó un poco las cosas, fue hablando con algunos como Lucy y Levy, con las cuales congenió de tal forma que parecían conocerse de toda la vida. Después con Erza, a la cual ya conocía, como todo el mundo. Más tarde casi sufrió un ataque cardíaco al ver a Gray paseando desnudo por allí, y por los comentarios de los allí presentes, parecía que era un descuido constante por su parte, aunque acabaron hablando largamente sobre sus magias, pues ambos controlaban el Ice Maker, lo cual provocó los celos ya habituales en Juvia, la cual la declaró como una más de sus "rivales en el amor".

Al final se sentó en la barra, donde Mirajane la atendió y le dio conversación, aunque condujo el tema a donde a la albina le interesaba.

– ¿Ves a ese de ahí? – Le susurró a la par que señalaba a un rubio fornido con una curiosa cicatriz a un lado de su rostro que lo hacían realmente atractivo – Es Laxus, otro Dragon Slayer, como tú. Él es quien te trajo aquí.

– Pues tiene cara de perro rabioso.

El comentario de Denna hizo reír a carcajadas a la modelo por excelencia del Gremio. Sin embargo, la morena cogió su cerveza y se acercó a donde estaba sentado el que decían era su salvador. Cogió un sitio en la barra, al lado de él, quien parecía imperturbable mientras miraba a la mujer de reojo.

– Me han dicho que eres tú quien me trajo hasta aquí, Laxus, ¿verdad? Muchas gracias.

– Simplemente me pillaste de buen humor.

Hubo un silencio incómodo entre ambos, no había nada que Denna odiase más que aquello, así que, para sorpresa de los que la vieron, alzó la mano que más cerca estaba del rubio y tironeó de su mejilla.

– Sí, sin duda tienes cara de perro rabioso.

Un furioso Laxus iba a contestarle, pero el que era el Maestro del Gremio, Makarov, se acercó a ellos dos, pero su mirada se fijaba en la recién llegada.

– Tengo entendido que antes pertenecías a un Gremio Oscuro – Parecía que no iba a andarse por las ramas. Denna tan solo afirmó con la cabeza, con un gesto más serio –. No pareces una persona que apoye el tipo de ideologías que siguen en esos gremios. ¿Por qué te uniste ellos?

Toda la taberna estaba en silencio, y aunque todos estaban esparcidos por todo el local, prestaban atención a aquella conversación.

– Como ya he dicho, soy una Dragon Slayer, me crié con Glacies, el dragón de hielo, y como a todos, Glacies desapareció hace ya catorce años, el siete de julio. Cuando eso pasó apenas tenía nueve años y tenía que vivir de alguna manera, así que me acabé enrolando en ese Gremio. No me harían preguntas y solo tenía que colaborar con ellos.

– Pero te replanteaste la razón por la que hacías aquello, ¿verdad?

Esa voz era la de Gajeel. Su semblante era serio, pero cuando la chica miró a aquellos ojos rubíes, sabía que él había estado en una situación similar a la suya, en la que se debatía internamente por lo que estaba bien o no.

– Así es, por eso dimití. – Decidió evitar los detalles más desagradables, volviendo la mirada al Maestro.

El silencio inundó la sala, tal vez por varios minutos, hasta que una pregunta, una mísera pregunta fue formulada por uno de los Diez Magos Santos que cambiaría la vida de la muchacha para siempre.

– Dime, Denna, ¿quieres unirte a nuestro Gremio?


Y aquí está el fin del inicio de esta historia a la que le tengo bastante ilusión y a la que espero llegar a la altura de mis espectativas. Siempre agradeceré recomendaciones o críticas, sea cuales sean siempre que se hagan con respeto.

Ah, y comenta que te a parecido, no te voy a cobrar y siempre ayuda a seguir adelante con estos proyectos.

Muy pronto tendréis el siguiente capítulo.

Bye-bye-be~.