DISCLAIMER: En este fanfic se utilizan tanto personajes como lugares que corresponden a Pokémon Company (Game Freak).
Tengo permiso para la utilización de los nicks (de ámbito público todos) que aparecen en el relato correspondiente a terceros.
Original es la trama y algún que otro personaje y escenario creado por mi mismo.
Capítulo 1. Quién gana y quién pierde
-¡Ahí está ese potentísimo Patada Salto Alta! ¡Nuestro Campeón Máximo está contra las cuerdas! – Gritaba el comentarista desde la pantalla de la televisión.- Solo le queda un pokémon, y todos sabemos cuál es. El caso es que al aspirante aún le quedan tres pokémon.
-¡Adelante, Metagross!- Diciéndolo confiado.
El Metagros rompió el suelo, levantando trozos de hormigón y ladrillo con cada pisada. Su rugido chirrió por toda la estancia.
-¡Firedonna, hagamoslo!- El Aspirante alzó la mano derecha hacia el cielo y en su muñeca un brazalete empezó a brillar.- ¡Megaevoluciona!
Una inmensa energía se traspasó del Aspirante hacia Lopunny. Esa especie de carcasa energética no tardó en romperse y…
-¡Mega Lopunny, Puño Fuego!
Lopunny, con una nueva apariencia, más desafiante que nunca, se lanzó a toda velocidad hacia su oponente.
-¡Metagross!
El grito del Campeón se oyó y retumbó varias veces en las televisiones de todo Hoenn.
-¡Megaevolución! ¡Cabeza hierro!
Una leve sonrisa se esbozó de la boca del Aspirante.
-¡Gané! ¡Firedonna es más rápida!- Gritó el Aspirante de punta a punta del estadio para que lo oyera Máximo.
Mega Lopunny se alzó en el aire a una velocidad vertiginosa. Y a la misma velocidad dio un tremendamente eficaz Puño Fuego. Mega Metagross, aun con sus cuatro brazos y las estadísticas en sus límites, no tuvo oportunidad, ni de esquivar ni de resistir ese golpe.
El estadio quedó con un cráter allí donde se hallaba Mega Metagross debilitado.
-¡K.O. de un golpe! ¡Se nos corona un nuevo Campeón!- El comentarista estaba entre eufórico y apenado, al igual que toda la gente de Hoenn que estaba viendo la partida. -¡Se nos acerca una nueva era en la Liga Pokémon! … … ¡El nuevo Campeón y su Lopunny han podido con todo a su paso!
El griterío en la Escuela Pokémon de Ciudad Férrica era ensordecedor.
-¡Que digo que el Aspirante es el mejor entrenador del mundo!
-¡No! ¡Máximo es más guapo y mejor entrenador!
El primer chico sacó su pokeball.
-¡Te reto, Ryuko! ¡Quien gane tendrá razón!
La chica sacó la pokeball de su bolsa.
-¡Te aseguro que ganaré yo!
Los chicos apartaron las mesas y los dos profesores se pusieron al frente de la marabunta.
-Las reglas serán sencillas, el combate se hará a un pokémon, el primero que caiga pierde. ¡Enseñadnos qué es lo que habéis aprendido!
-¡Si, Profesor Bruno!- Gritaron los dos chavales a la vez.
-¡Adelante, Mawile!- Gritó el niño.
-¡Te elijo a ti, Larvitar!- Ryuko gritó aún más fuerte.
Ambos pokémon salieron al unísono y gruñeron, el combate había comenzado.
-Mawile, Impresionar.
Larvitar no era tan rápido como Mawile y esta le gruño por la espalda, haciéndolo retroceder.
Entre el griterío de niños siempre se oía lo mismo.
-Profesor Bruno, -Le preguntó el otro profesor.- ¿usted piensa igual? Por relación de tipos es cierto que Ryuko parte con ventaja. Al saber que la Tierra puede contra el Acero.
-Eso sería así si el pequeño de Larvitar conociera algún movimiento de tipo tierra…
-La Tormenta arena no le afecta a los pokémon de tipo Acero. – Pensaba Ryuko para sus adentros.- Solo puedo hacer una cosa.
-¡Larvitar, utiliza tu Chirrido!
-Se ve que pensamos lo mismo, ¡Mawile, Llanto Falso!
El lloriqueo de Mawile dio pena a Larvitar, el cual sintió algo extraño en su cuerpecito. Entonces empezó a chirriar, e hizo estremecerse a Mawile.
-¡Se están bajando las defensas!
-Chirrido, el ataque que baja más drásticamente la defensa física, y Llanto falso, el que baja más rápido la defensa especial.- Pensaba Prof. Bruno.- Esto se va a decidir por poco, por muy poco, pero Ryuko no podría haber elegido a peor adversario. Ese Mawile…
-¡Mawile, arremétele con Mordisco!
Mawile se lanzó con la mandíbula potente de su espalda hacia Larvitar. Este saltó hacia un lado, pero fue mordido de todas formas.
-¡Larvitar, Chirrido de nuevo!
Larvitar recién se había librado del yugo de las mandíbulas de Mawile, estaba algo dolorido, pero se apoyó firmemente sobre sus dos patas y dio un tremendo chirrido que volvió a estremecer a Mawile.
-¡Se la juega a un ataque!- Pensó sorprendido el Profesor Bruno.
-Mawile, terminemos con esto, ¡Mordisco!
-Él por otro lado va seguro.- Pensó Bruno.
Mawile se lanzó contra Larvitar. Este iba a volver a esquivar con un salto, Mawile se dio cuenta, pero terminó sin saltar. Un esquivo perfecto.
-¡Ahora Larvitar, muérdelo!
Mawile estaba totalmente expuesta. No podía hacer nada. Larvitar la mordió sin reparo y la aparto hacia un lado. La herida tenía muy mala pinta, Mawile estaba tirado en el suelo.
-Creo que terminó.- Rondaba por los pensamientos de Bruno.- Te confiaste chaval.
Todos vitoreaban a Ryuko. Era la ganadora, se sentía ganadora.
Larvitar jadeaba.
-¡Mawile! ¡Viento Feérico!
-Porlakh tio, admite la derrota.- Le dijo uno de sus compañeros.
Un gritito calló a todos.
-Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…
Mawile empezó a levitar. Sus ojos se le iluminaron de color rosa y blanco. Abrió los brazos en forma de cruz y en un instante, unió las palmas. Un vendaval rosado apareció de la nada. Larvitar intentó resistirlo, pero recordó el llanto del principio del combate, tan desesperanzado…
Larvitar cayó de cabeza al suelo.
-¡No!- Ryuko fue a por él.- ¡No!
-Bueno,- El Profesor Bruno se metió en medio del campo dando palmas para calmar el ambiente.- creo que el combate ha terminado. Por la mínima, pero el ganador es Porlakh. Ya sabéis, los pokémon heridos han de ser llevados al Centro Pokémon.
Ryuko abrazó a su Larvitar mientras salía de la escuela con dos lágrimas como ríos.
Porlakh la siguió con su Mawile en brazos también.
Sorpresivamente para Porlakh, Ryuko se dio la vuelta. Sus lágrimas cayeron con el movimiento, haciendo brillar su lindo rostro.
-¿Te acuerdas de la clase de la amistad pokémon de la semana pasada?- Porlakh la miraba sorprendido.- Se va a llamar Tarrinas… ¡Y junto a él me haré la más poderosa de todos los entrenadores pokémon!
-Jajaja, acepto el reto.- Dijo Porlakh.- Te estaré esperando en la Liga Pokémon como Campeón.
-Ten por seguro que esta será mi última derrota. Así que yo seré la que te espere como Campeona.
Ambos sonrieron.
