Planning a Murder

Muerte. El final de un organismo vivo que se había creado a partir de su nacimiento. Una palabra y cosa a la que todas las personas en este mundo le huyen, menos los suicidas por supuesto. Con todo y eso estos a veces lo piensan mucho antes de hacerlo.

Pero definitivamente la muerte es parte de la vida. No? No sería saludable ser inmortal. El mundo se poblaría de sobremanera. Bueno, ya está sobrepoblado.

Matar. Alguna vez en la vida todos sentimos deseos de querer asesinar a alguien. Hasta la persona más pacifica de este mundo ha sentido ese deseo. El que diga lo contrario es un mentiroso.

Ahora, por qué y cómo matar a alguien?

Deben existir razones fuertes. Si, las razones. Las mías son obvias.

He estado pensando cuales serían las muertes más rápidas y cuales las más dolorosas. Para mi enemigo, busco la segunda muerte claro está.

Dispararle en el mismo centro de la frente. Muerte instantánea. No es lo que busco.

Acuchillarlo directo al corazón. Acuchillarlo con una hoja grande y afilada. No lo sentiría. Solo sentiría una quemazón instantánea. La muerte sería demasiado rápida. No. No es suficiente.

Cortarle el cuello. Solo dos segundos de intenso dolor. Si, intenso dolor. Eso es lo que quiero causarle. Caerá inconsciente. Su cerebro funcionará solo por segundos. Aunque suena muy tentador verlo así a mis pies… sería una muerte instantánea. Sufriría, pero no lo suficiente.

Quemarlo. Arrojarle gasolina y pegarle fuego. Las llamas consumirán rápidamente su piel causando quemaduras muy profundas. Todo alrededor de ocho minutos. Si tiene suerte, el fuego quemará los nervios antes de seguir sufriendo el dolor. No sufriría lo suficiente. No sentiría el dolor.

Ahogarlo. Si, ahogarlo. Que se angustie. Que esa angustia se convierta en desesperación. Que sienta la presión en sus pulmones y en su cabeza intensamente. Pero todo terminaría en cuestión de un minuto. Un minuto. Sufriría, pero no lo suficiente.

Envenenarlo. Una muerte completamente dolorosa. Sentiría como los pulmones se le paralizan. Su diafragma se agitaría causando incontrolables convulsiones. Reírme mientras veo como sus pupilas se dilatan antes de irse en un paro cardiaco seria fantástico. Pero todo esto terminaría en minuto también. No! No es suficiente!

Cortarlo en diferentes partes del cuerpo y verlo desangrarse. Tenemos 5 litros de sangre. Cuando pierda el primer litro, se mareará. Si. Sentirá frío por culpa de la hipotermia que sufrirá. Se desmayará. Esta muerte sería más lenta. Tres minutos a una hora. Dependiendo el flujo. Lento. Lento.

Maldita sea. Nada sería suficiente. Nada es suficiente. Quizás si primero lo enveneno, luego lo corto, le disparo, lo ahogo, lo quemo y luego lo acuchillo al corazón y le corto el cuello… Será suficiente?

No.

Sufriría, pero aun no sería suficiente.

Sabré lo que tenga que hacer cuando llegue el momento de hacerlo. Lo que si estoy seguro, es que lo voy a hacer gritar y llorar de dolor, desesperación y angustia.

Porque por esto estoy vivo y cada vez que lo siento y lo pienso… la adrenalina corre por mis venas.