-¡Rosalie! ¡Jasper! ¿Podríais bajar al salón? Vuestro padre quiere comentaros algo importante.-Chilló mi madre, Lilian, desde el salón. Yo miré a Jasper, mi hermano gemelo, que se encontraba conmigo en mi cuarto:
-¿Qué querrán ahora?-Dije un poco molesta, estaba harta de que fueran padres solo cuando les apetece, vale tienen mucho trabajo pero… ¿es necesario dejar a tus hijos de lado?
-No lo sé, Rose. Pero será mejor que bajemos, no querrás que suban a por nosotros… ¿Verdad?
-No, de todas formas, tampoco se molestarían en hacerlo-Bajamos las escaleras que nos separaban de esa "importante" conversación con nuestros padres. Y ahí estaban los dos, mi padre sentado en el sillón y mi madre junto a él sentada en el brazo del mueble. Tengo que admitir que tanto mi hermano como yo nos parecíamos mucho a mi madre habíamos sacado los ojos azul cielo, como los de ella. Muchas de nuestras expresiones faciales eran de nuestra madre, porque al parecer lo único que teníamos en común con nuestro padre, eran los cabellos dorados como el oro. Estaban callados, no habían hablado desde que habíamos bajado hace unos minutos. Asique me harte y grité:
-¿Vais a decir ya lo que sea que tengáis que decirnos o qué? Por si no lo sabíais tengo vida- No solía hablarles así a mis padres, pero ya estaba harta. Solo les interesamos para arreglar sus acuerdos de trabajo y poco más. Les encantaba mantenernos controlados para ver con quien nos juntábamos, ya que según ellos no podíamos hablar con gente con una posición social más baja a la nuestra, pero a mi hermano y a mí nos daba igual. Mi padre es un gran empresario, es el dueño de "International Hale's Corporation" una de las empresas electrónicas más importantes del país, incluso del mundo. Y mi madre es la diseñadora de interiores más importante del momento, está a punto de sacar su nueva línea de muebles "Hale's Home". Y eso hace que no podamos tener una vida normal, desde que era pequeña no podía dar un paseo con mis padres y mi hermano sin que al día siguiente salieran fotos en alguna revista de cotilleo. Y eso ya me estaba hartando.
-¡Rosalie Lilian Hale! ¡Qué forma es esa de hablarles a tus padres! ¡No te hemos educado para que seas una insolente!
-Mamá, acéptalo ¡Tu no me has educado, ni tú, ni papá! ¡Ni a mí, ni a Jasper! ¡La única que siempre ha estado ahí para nosotros es la nana Emily! ¡Ella es la única que se merece que la llame madre!
-Rose, no digas eso- me dijo Jasper apenado, él sabía que yo decía la verdad, pero no quería admitirlo, no ahora.
-No Jasper, deja a tu hermana continuar. ¿Rosalie, alguna vez te ha faltado algo? ¿Alguna vez has estado triste porque necesitabas algo y no lo tuviste? ¿Alguna vez te faltó algún bolígrafo o lapicero en el estuche del colegio? ¿Te hemos dicho alguna vez que no a algo? Te recuerdo que cuando me pediste permiso para ir al concierto de Justin Timberlake en Los Ángeles, no dudé ni un segundo y te dije que sí. ¡Hasta conseguiste conocerlo gracias a mis influencias! ¡Por dios, Rosalie! ¡Lo has tenido todo, absolutamente todo, tanto tú como tu hermano! ¿Y nos vienes con esto? ¿Qué hemos hecho mal?- Dijo mi padre desesperado.
-Papá reconozco que no todo lo habéis hecho mal, pero os faltó lo más importante, el cariño, el preocuparos por nosotros.
-Pero…-Intentó decir mi madre pero Jasper la cortó.
-Mamá, Rosalie tiene razón, durante los 17 años y medio que llevamos de vida nunca os he visto preocuparos realmente por nosotros, siempre os han importado más las apariencias y el trabajo que vuestros hijos y eso no podéis negárnoslo porque sabéis que es cierto.
-Niños, lo sentimos, de verdad, no sabíamos que era esto lo que sentís respecto a nosotros. Pero solo quiero que sepáis que os queremos, y mucho. Aunque en algunos momentos no hayamos demostrado ser padres, os queremos. Sois una parte muy importante de nuestras vidas.-Dijo mi padre
-Por eso contratamos a Emily, no queríamos que os sintieseis solos cuando nos tuviésemos que ir por motivos de trabajo o cosas así. Por eso os trajimos a Nueva York a vivir, para que estuviéramos más tiempo juntos porque intentamos ser padres pero no lo conseguimos. Lo sentimos.-Dijo mi madre con una lágrima rodando por su mejilla. Me acerqué a ella y se la sequé con el pulgar:
-Mama lo siento no quería hacer que te sintieras mal, ni tú ni papá. Pero entiéndenos, al menos inténtalo, nunca hemos tenido buenos amigos por lo mucho que os han importado siempre las apariencias. Esas cenas de la alta sociedad, los "amigos" que nos habéis buscado… sé que lo hacíais por nuestro bien pero…
-Empezamos a ser mayores, queremos explorar, ver mundo equivocarnos para luego aprender de nuestros errores, no queremos una vida perfecta, solo una vida. Entendedlo.- la verdad es que mi hermanito podía ser muy filosófico cuando quería, eso era algo que a las chicas les volvía locas. Y a mí me ayudaba a entrar en razón.
-Jasper, Rosalie, por eso os hemos llamado este va a ser vuestro último año de instituto y dentro de poco iréis a la universidad…- dijo mi madre conmovida. Como mi madre no podía seguir hablando, continuó mi padre:
-Jasper hijo, como has dicho, necesitáis conocer personas nuevas, ver mundo, debéis encontrar vuestra felicidad… Asique… No os vais a quedar en Nueva York.
-¡¿Qué?!- ¿Se habían vuelto locos? ¿Pensaban echarnos de casa? ¿Olvidarse de nosotros? La cara de Jasper era un poema, pero yo no había visto la mía… seguro que era peor.
-Rose deja que nuestros padres se expliquen.-dijo mi hermano seguro que yo había entrado en estado de shock.
-Gracias hijo, bueno Rosalie… a lo que me quiero referir es a que… este año no viviréis en Nueva York con nosotros. Iréis a vivir con los tíos Denaly. Tanya, Demetri y las niñas, Kate e Irina.
-Pero… ¿Por qué?- esta vez fue mi hermano el que preguntó.
-Porque nosotros vamos a estar todo el año de un lado para otro viajando, y como dijisteis que queríais ver mundo y conocer a otras personas… Ahí tenéis la oportunidad de hacerlo.-contestó mi madre con una sonrisa.
-Pero y las apariencias…
-Dejad de lado las apariencias, estad con quien queráis, elegid a vuestras amistades y disfrutad de vuestra estancia en Forks. Aunque os echaremos mucho de menos, sabemos que es lo mejor para vosotros. Llamaremos siempre que podamos y estaremos en contacto con vosotros. No os volveremos a dejar de lado.- dicho esto nos abrazamos los cuatro:
-Y ¿Cuándo nos vamos?-pregunté, la verdad tenía ganas de llegar y ver a mis pequeñas primas de cinco y siete años, eran una monada. Aunque muy traviesas. Tenía ganas de ver cómo había cambiado Forks. Y por supuesto disfrutaría de su año de estancia allí. Ya que no tenía que preocuparse por los modales de la alta sociedad. Será genial y estoy segura de que mi hermano piensa lo mismo. Estoy deseando salir de la gran ciudad. Y empezar a vivir mi vida, a encontrar mi verdadero yo.
-Este fin de semana partiréis hacia Forks- dijo mi madre con tristeza- Mis niños están creciendo Charles. Nos volvió a abrazar y salió de la casa para ir a comprar los billetes del avión. Mi padre salió a atender unos asuntos de trabajo, y ahí estábamos mi hermano y yo en el salón pensando que íbamos a echar de menos esto, pero vivir en Forks va a ser genial. Tengo que prepararlo todo no queda ni una semana para el viaje. No sé, tal vez encuentre amigos de verdad, incluso puede que el amor… pero eso ahora no. Debería llevarme el Versace o el Armani, los Prada o los Gucci, Channel o Dior… ¡Puf! Demasiadas cosas que pensar en tan poco tiempo. Tengo que organizarme.
