Este fic participa en la segunda actividad del Rally "The game is on!" del foro I am sherlocked.

La verdad no se de donde salio, me costo mucho trabajo pero fue entretenido.

Advertencias/Aclaraciones/Notas: Nada me pertenece salvo la trama.

¡Disfrútenlo!

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En el siglo XIV los caribes exterminaron o expulsaron de la isla a la población indígena de los arawak. Cristóbal Colón llegó a Dominica el 3 de noviembre de 1493, siendo la primera isla descubierta en su segundo viaje a América. El nombre con el que Colón bautiza a la isla se deriva del nombre del día de la semana en que avistan la isla, domingo. Los barcos españoles llegaron con frecuencia durante el siglo XVI, pero una resistencia feroz por parte de los caribes disuadió a España de sus esfuerzos de asentarse allí.

En 1627 los británicos también fallaron al intentar capturar la isla.

Los primeros europeos en lograr colonizar la isla fueron los franceses. En el siglo XVII arribaron a la zona leñadores franceses que rebautizaron un poblado caribe con el nombre de Roseau desarrollando una ciudad que hoy es la capital del país. La nueva colonia logró tener su propia iglesia en 1730, la que hoy es la catedral católica. Aunque los británicos tomaron la isla por la fuerza un siglo después, la presencia francesa trascendió el paso de los años, ya que hoy se continúa hablando, un idioma derivado del francés y asimismo, la mayoría de la población profesa el catolicismo.

Durante casi un siglo Dominica permaneció aislada y aún llegaban más indios caribes de otras islas a asentarse en Dominica, después de abandonar las islas vecinas y refugiarse en Dominica debido a que los europeos dominaban la región. Francia formalmente cedió la posesión de la isla al Reino Unido en 1763, que convirtió la isla en colonia en 1805 y por fin un gobierno fue establecido por los británicos.

Mi familia fue acusada de un terrible crimen cuya inocencia estaba demostrada con las pruebas reunidas por mi madre sin embargo la presión social hacia la corona fue tal que los reyes no tuvieron otra opción que desterrarnos de Inglaterra, mi padre enfurecido por tal acto de traición por parte de las demás familias, comenzó a cortar los lazos sociales y políticos a tal grado en que nuestros empleados comenzaron a plantar y cosechar todos los alimentos que se consumían dentro de la mansión.

De entre todos ellos había una mujer que tenía el aprecio y confianza de nuestra madre, de piel morena casi oscura, alta y delgada con cabellos tan largos que si no usaba un peinado alto podrías llegar a pisarle las gruesas hebras de color ébano. Ella cuidaba de Mycroft y de mi como si fuese nuestra verdadera madre, nos contaba historias de su natal áfrica de como los leones caminaban sin miedo entre la gente en un día de mercado, de cómo las hienas remplazaban a los extraños llamados perros aquí, de la comunicación que la naturaleza tenía con la gente.

—Se le hace reverencia a los arboles más viejos para que en asociación con el viento nos susurren sus historias de las tantas vidas que han visto, no a gente que se cree divina solo por la creencia de su pueblo o la cantidad de joyas sobre sus cabezas—decía golpeando un pie contra la alfombra.

Mi hermano y yo reíamos, al final sabíamos que sus palabras eran un acto de rebelión en contra de la corona y que la zona de seguridad eran las paredes que comprendían nuestra habitación.

O eso nos hacía creer.

Por órdenes de la realeza se llevaron a golpes a nuestra niñera, madre y padre gritaban palabras indignas de sus posiciones sociales, redbeard ataco a uno de los soldados llevándose una parte del brazo de la persona.

—Señores Holmes, su esclava a estado metiendo ideas erróneas en las mentes de sus hijos, la corona aún les tiene un alto aprecio y se les está haciendo este favor.

—Señor ese perro dejo gravemente herido a Johnson, ¿Dejara impune al animal responsable?

Padre desenvaino su espada atacando a los que tenían presa a Nany quien viéndose liberada corrió hacia nosotros abrazándonos, impidiendo ver la masacre que se estaba haciendo en la entrada principal. Madre nos colocó una mochila a cada uno de sus hijos y con un beso en la frente nos despidió en la puerta trasera de la mansión, aquella parte que daba a un denso bosque que colindaba con el mar abierto.

Nany nos jalaba dándonos a entender que fuéramos mas rápidos y sin detenernos llegamos a la orilla cubierta de arena y sal, a lo lejos una pequeña barcaza se acercaba hacia nosotros. Mycroft analizaba a nuestra acompañante con la mirada, yo no entendía la determinación de mi hermano mayor al soltar su mano y adentrarse al agua como si aquello fuese a despertarlo de este mal sueño.

—Vamos Sherly, no hay tiempo que perder. —Decía tendiendo su mano hacia mí—Vamos, no se pueden acercar más.

Nany me tomo de la cintura y pasando su cabeza entre mis piernas me alzo de un solo movimiento consiguiendo que por fin mi cabeza regresara al momento.

—No podemos irnos Myc, padre y madre no han vuelto. —gritaba desesperado pateando a quien me cargaba—No podemos dejarlos atrás.

—No lo entiendes Sherlock, ya no hay nada atrás.

Sus lágrimas comenzaron a brotar confundiéndose con el agua que sus piernas salpicaban al dar un paso que nos acercaba más al bote.

No recuerdo cómo llegamos al bote, que comimos en nuestro largo viaje hacia tierras desconocidas para nosotros, los hijos de Inglaterra que se habían negado a cumplir las órdenes de la corona, en mi mente solo hay el infinito del mar en un atardecer y los sollozos de mi hermano ocultos tras una mampara.

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Papá nos había dicho que nos preparáramos para recibir a una familia amigos suyos; tomaríamos el bote de pesca para transportarlos de Inglaterra a Dominica, mamá no estaba muy de acuerdo con los planes de papá.

—Ir por ellos y regresarte con carga de más me parece peligroso—decía mamá caminando detrás de papá. —Además son traidores a la corona.

—No hables así de ellos Ely—decía tratando de calmar los nervios de ambos—Sabes que los Holmes son nuestros amigos desde mi bisabuelo, gracias a uno de ellos soy médico y tu esposo. Este es su momento de necesidad y no voy a dejarlos atrás.

—Pero están desterrados.

—Eso no importa Ella, la corona me dio permiso de sacarlos de sus tierras y ese tiempo se está agotando.

Papá continuo arreglando las provisiones para el viaje mientras mamá le reclamaba al océano por haberle dado un esposo tan terco. A la edad de quince años te das cuenta de que poco a poco las responsabilidades de tus padres pasaran a ti y James Watson nos estaba demostrando a Harriet y a mí lo que significaba la lealtad aun cuando apuñalabas a tus superiores por apoyar a una familia.

Estábamos por partir cuando en el horizonte nos develo la llegada de un barco pequeño que por las formas elegantes que su proa presumía llamo la atención de mi padre antes de que le diera la alarma.

No tardaron en desembarcar, la marea estaba a favor, papá dio instrucciones a los lugareños de tener lo necesario preparado como comida, agua y una crema especial para las quemaduras por sol.

—John te encargaras de los niños si es que los hay, ¿de acuerdo?

—Si papá.

Los tripulantes eran ni más ni menos que los herederos de los Holmes junto con el capitán y la niñera que si bien no venían desnutridos o deshidratados el sol casi les destroza la piel. Como mi orden fue dada me fui directo al cuerpo más pequeño que me daba la espalda y cuál fue mi sorpresa al mirarlo de frente.

La persona más bella que había tenido el honor de ver, su cara suavemente redondeada natural de la edad estaba bellamente coloreada de rojo intensificado por las partes blancas que se podían apreciar entre sus labios y nariz, si bien estaba quemado por los intensos rayos de sol se notaba claramente un cuidado a su ahora no tan delicada piel de alabastro. Con la lentitud y cuidado con el que se acerca uno a un animal herido y con mis dedos embadurnados de la crema color café comencé a esparcirla por todo el rostro, si bien al principio no le pareció, en cuanto la frescura residual del medicamento se hizo presente un suspiro de alivio salió presuroso de entre sus labios dándome permiso de continuar con mi labor, así, cara y brazos terminaron completamente cubiertos por la fresca esencia.

—Debes recostarte un rato en lo que los efectos se tornan duraderos. —le dije mostrándole un catre—Después te traeré algo de comer.

Con calma se recostó quedándose inmediatamente dormido. Me di media vuelta retirándome tratando de no hacer crujir los tablones de la cabaña. Al salir de nuevo a la costa una brisa fresca me golpeo de frente provocando que mis emociones se tranquilizaran y fluyeran por mi cuerpo como agua de lluvia.

En algún momento de nuestra estadía en las islas papá había dicho algo sobre el amor describiéndolo como una poderosa fuerza eléctrica que viajaba a través de tu cuerpo y daba a tu corazón la energía precisa para continuar viviendo, podía venir en forma de un abrazo, un beso en la mejilla o simplemente preocupación por el bienestar físico y emocional de la persona que recibía de tus atenciones.

—Como tu madre cando no llegas temprano a casa. —dijo con la mirada perdida en el horizonte—o yo cuando te regaño.

En ese entonces me reí, tenía solo 6 años y todo me parecía divertido, ahora nueve años mayor entiendo que si esto que el niño me está provocando no es más que un amor simple como de hermanos.

Eh ahí mi error.