Buenas, después de eones ( Creo que es apropiado usar dicha palabra), me dispuse a subir algo, quizás para ver si con eso iniciaba una reacción en cadena y me daba una pizca de inspiración y un poco de imaginación para poder terminar mis otras historias, pero bueno, sin mas nada que decir, dejo esta historia esperando que sea de su agrado...
Capitulo I
En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón. - Friedrich Wilhelm Nietzsche.
Los verdaderos recuerdos, esos que en su momento fueron hechos con la unión de la inspiración y lo que alguna vez se llamo amor, pues nadie sabía que podría ser ese resplandor, esa luz que con un simple soplo del viento, se extinguió, así, así fue como murió mi amor... Así fue que la única luz en mi interior se esfumo... Mi nombre es Vanitas, y... esta es mi historia...
Todos pensaran que para mi edad debería tener cientos de amigos, que debería tener un historial enorme a lo que se refiere el amor, pero no, yo no soy como cualquier chico de mi edad, yo no soy como aquellas personas insensatas que viven cegado por los principios mismo de la ignorancia, pero… puede que yo haya estado atrapado en esos caminos equívocos que suelen tomar los humanos, pero acaso dejarse llevar por el amor es necesariamente estar equivocado, acaso dejas que una persona se adentre a lo más profundo y desconocido de tu mismo ser, hasta llegar al punto donde encuentras cosas de ti que tú mismo ni sabía que existían, si es así, me he equivocado como nunca, claro nunca he sido una persona que se pueda considerar amable, ahí presente está la razón por el cual no tenga ni un amigo, bueno, esta Ventus, que a pesar de todo, sigo sin saber porque sigue buscando mi amistad, quizá sea lastima o simplemente de verdad le agrado, pero como le voy a agradar, si de todos estos años que llevamos conociéndonos, no le he dicho nada bueno, y para decir verdad, él era todo lo contrario a lo que era él, es decir, tenia carisma, era simpático, con una facilidad de hacer amigos rápidamente, cualquiera que lo viera, sabría que él pertenece al grupito ese de Sora y demás, siendo tan optimista, tan alegre, se me hace imposible pensar que alguien pueda estar feliz las veinticuatros horas del día todos los días… Es algo tan, iluso y triste en sí mismo, pero en fin, el estaba ahí a pesar de mi aptitud con él, a pesar de que no ha sido buen amigo para él, quizás algún día debería decirle eso, al menos decirle " Oye gracias por aguantar cada una de mis idioteces", quizás, quizás después sea demasiado tarde…
-Hey, ¿qué haces?- interrumpió una voz que era muy familiar para él.
-Hablando del "rey" de Roma- pensó mientras que veía como surgía aquella rara casualidad-Nada que te importe- respondió de manera fría y displicente como solía hacer siempre.
-Vale, solo pensé que querías hablar- contesto el rubio al mismo tiempo que se sentaba a un cuarto de metro de él.
-¿Hablar de qué?, si no hay nada de qué hablar- respondió de nuevo dejando de mirar al rubio, solo para concentrarse en un par de personas que iban a los lejos.
-Sí, claro, sabes que hay muchas cosas de que hablar.
-No seas ridículo Ventus- contesto con un tono de voz más fuerte, aunque eso no pareció inmutar la aptitud del rubio.
- Como digas, sabes que estoy aquí para lo que necesites – terminado de decir eso, saco un envoltorio de chocolate y se lo dio, el cual agradeció con un simple movimiento con su mano - pensé que te gustaría comer un poco, bueno, me tengo que ir a la clase de piano, cuídate ya sabes.
Con todo eso dicho, el rubio se fue sin mirar atrás a su malhumorado amigo, él no quería ser así, menos con Ven, que siempre estuvo ahí para él, pero era imposible no ser así, bueno antes había cambiado, por culpa de ella, pero ella causo que él fuera peor que antes, hizo que mostrara lo que por tanto tiempo había protegido sin saber, solo para que lo volviera trizas y lo dejara casi muerto por ahí…
Él, que nunca había tenido sueños concretos, que nunca se había puesto a pensar mas allá de un futuro simple, pero bueno, siguió viendo a la joven pareja a lo lejos, se veían muy enamorados, agarrados de la manos mientras que sus brazos se entrelazaban y no apartaban sus miradas de uno del otro, serán que ellos estaban equivocados, tenían a su alrededor un mundo que seguía acumulando los segundos, mas ellos estaban ahí, esperando con ansias que cada segundo fuera eterno, que nada ni nadie interrumpiera ese momento, después de todos, ambos debían sentirse que podían ir contra el mundo y ganar en el primer intento, él lo sabía, él sintió eso durante los últimos meses, quizás su error fue haberse entregado demasiado al final, debió haber seguido con la misma aptitud que tuvo al principio de todo, quizás así le hubiese dolido menos, pero qué más da, estaba obstinado de pensar en eso, así que luego de blasfemar en silencio se levanto del suelo de aquel parque casi solitario y decidió irse a aquello que todo el mundo solía llamar casa, para él eso no era más un lugar para dormir, prácticamente vivía solo, pues su madre hace tiempo que lo dejo a él y a su padre, solo para irse a otra ciudad y formar una nueva familia lejos de él, además que ella desde hace años que no lo llama y él no había hecho nada para llamarla a ella, suponía que estaba demasiado feliz con su otros hijos y su esposo, cosa que confirmaba sus estado de redes sociales; su padre era otra historia, fue policía y ahora pasa sus días como bombero del pueblo y luego de cumplir sus horas diarias se iba a beber con sus compañeros o solo, llegando a horas, que si él tuviera una familia como los demás, lo castigarían por varios meses, solo para luego dormir e irse temprano de nuevo, no podía quejarse, a pesar de su ausencia, no lo abandono y siempre le ha dado lo que quiere, mas su estilo de vida no era algo que le llenara de orgullo, menos decírselo a alguien…
Ya estando a dos cuadras de su casa se topo a varias personas que conocía bien, mas evito pensar en sus nombres, así como él mismo los había visto, ellos también lo hicieron, agrupándose una más cerca del otro, solo para murmurar cosas que no se entendían bien, en realidad no le importaba lo que los demás decían de él, solo su aptitud demostraba que le tenían miedo, y él sabia más que nada que ni uno de ellos tendría las agallas suficientes como para acercase a él, y decirle ni siquiera hola, lo cual causo que una sonrisa de satisfacción se apoderara de su rostro, pero no duro mucho ya que escucho a alguien llamarlo por su nombre.
-Hola Vanitas- escucho decir una voz suave melodiosa, al girarse solo por el inevitable acto del reflejo, observo a una joven peli negra que iba vestido con un estilo gótico que solo se veía interrumpido de una manera extrañamente curiosa por aquellos zafiros que tenia por ojos, además de una sonrisa sincera, de esas que al verla te hacen sonreír a ti también, claro que él pudo controlar hacer eso, mas ese efecto mágico estaba presente.
-H-Hola-contesto dejando mostrar la duda en aquella palabra- para que rayos le había llamado, pudo ver que un poco más delante de ellos dos, estaba su grupo de amigos liderada por el peli castaño esperando por ella…
-¿Cómo estás? – pregunto con la misma fluidez y sencillez con la que había dicho su nombre.
-Bien, supongo.
-¿Supones?
-Sí, acaso no puedo suponer –dijo fríamente sin pensar bien a qué se refería.
-Sí, si puedes, más no creo que lo estés.
-Xion, apresúrate que vamos a llegar tarde- había dicho un joven peli plata a lo lejos.
-Me tengo que ir, hubiera querido hablar más contigo, pero "supongo" que será en otra oportunidad- dijo la chica en tono burlón – cuídate Vanitas, y ve si sonríes mas, creo que debes verte lindo si lo haces– sonriendo la chica dio media vuelta apenada ya que no creía lo que le acaba de decir a ese chico, pero ya reuniéndose con sus amigos, siguieron su paso dejando al pelinegro solo, que aun trataba de entender de a qué venía todo eso, aunque eso ultimo hizo que su corazón se acelerara sin saber porque, ignorando de nuevo lo que sentía decidió seguir avanzando hasta llegar a su casa
Como era de esperarse todo estaba como lo había dejado esta mañana, dejo la mochila al lado de la puerta de la entrada y se fue directo a la cocina, el cual abriendo el refrigerador saco una pizza congelada y la metió directamente en el horno, abrió una gaseosa y le dio un par de sorbos solo para irse luego a su habitación en el piso de arriba, donde empezó a quitarse la ropa lanzándola a un lado donde se encontraba el cesto de ropa usada, y así metiéndose al baño donde se dispuso a darse una ducha que no le tomo más de quince minutos…
En realidad odiaba ya la rutina, es decir, estaba de vacaciones y se aburría demasiado, aun sabiendo que en unos meses comenzaría su nuevo semestre en la universidad, pero dejo de pensar en ello, ya le estaba empezando a dominar el sueño, se vistió con un short negro y una camisa sin mangas del mismo color, aunque este ya se mostraba desgatada por el tiempo y uso; bajo y saco la pizza del horno, para luego dejarla sobre el comedor y beber otros sorbo de la gaseosa que apenas iba por la mitad del envase, luego solo se dedico a comer ignorando cualquier pensamiento emergente, incluso aun después de haber limpiado todo, solo se acostó en su cama, encendió su reproductor y se giro para dejarse llevar por el sueño. Observo el reloj digital a un lado de su cama, el cual marcaba las cinco y cuarenta de la tarde, y por lo que se podía oír, se sabía que pronto vendría una tormenta, sin darle tanta importancia al hecho que aun era temprano y que se avecinaba una tempestad, cerró los ojos y se dispuso a ir a ese mundo raro y de poco sentido que los humanos tienden a llamar sueño...
Bueno aquí está este nuevo proyecto, una historia que ira más allá del pensamiento de nuestro protagonista, una historia que mostrara un lado distinto de Vanitas, espero que les haya gustado, a pesar de lo escaso, en fin, gracias por tomarse su tiempo y sin más nada que decir, me despido por ahora...
PS: Un agradecimiento especial para AbigoRaven que me ha animado durante toda mi ausencia y por haberme animado a subir esta historia.
