Pareja: IwaOi.

Desclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, todos son de Haruichi Furudate.


Prólogo


Cuando Hajime despertó, ya sabía de antemano que estaba solo en su cama. Así que no buscó entre las sábanas un rastrojo de cabellos castaños, ni mucho menos hizo un esfuerzo para toparse con la calidez de otro cuerpo. Y cuando pasaron unos cuantos minutos, decidió salir de cama y tomar su desayuno. Por ende, cuando llegó a la cocina, tampoco lo vio.

Según su reloj, ya eran las diez de mañana y de esa forma, premeditaba que a Oikawa le dio el tiempo suficiente, para borrar todo rastro de existencia en el apartamento de Iwaizumi, irse a su casa y alistar sus cosas para marcharse en nueva cuenta a Tokio.

Extrañamente, lo que estaba aconteciendo era habitual. Oikawa parecía jugar a ser una ilusión —una venida de su mente retorcida— al día siguiente que se habían acostado; nunca hablaba del tema, y las veces que parecía ceder, al final se iba por la tangente a mitad de camino. E Iwaizumi por su parte, había llegado a cansarse de intentar sacar respuestas y no lograr nada. También con tal de proteger su amistad, firmó el acuerdo —consigo mismo— de no empeorar su relación y hacer un esfuerzo para no caer de nuevo, en las garras del libido. De momento eso era suficiente. Un golpe a Oikawa, mientras le preguntaba qué rayos pasaba por su cabezota, ya no era la opción más propicia. Ahora no.

Mientras untaba mantequilla en el pan, empezó a contar las horas. Oikawa, lo más seguro aparecería en la puerta de su casa a las tres de la tarde —unos cuantos minutos antes u otros tantos después— y le pediría que vaya a saludar a sus padres. Más tarde, se despediría con una sarta de ridiculeces como; "Iwa-chan, cuando vuelva debes ser un poco menos amargado", y por su parte, Hajime le increparía que deje de ser tan idiota y desagradable. En sí, todo volvería a bordear su usual normalidad.

Pero a veces —como ahora, tras levantarse y saberlo desaparecido— Hajime sentiría dolor de cabeza, y no pararía de pensar en Oikawa, su psiquis retorcida y esta incógnita que no quería ser resuelta. A veces —como ahora— se preguntaría si no era mejor, tan solo erradicar todo el problema de raíz.

Botó un suspiro, el momento que su tetera dio un pitido ensordecedor en el ambiente y cuando fue a apagar la hornilla y sintió la calidez del fuego cerca de su mano; decidió dejar sus interrogantes. A fin de cuentas, un desliz, no era suficiente para matar una amistad o… eso creía.


¿Se entendió algo? Bueno… esta es mi primera historia del fandom, así que –como siempre- si ven fallos muy grandes en personalidades, o lo que sea, sería muy feliz de que me los dijeran.

Y fuera de eso… esta historia es… algo densa, de momento no sé si se entendió algo bien, pero quería hacer algo hoy, ya que según es el día del IwaOi, y… quería dar mi contribución del día. Lo mismo, si hay algo que no entendieron fallos, ortográficos o lo que sea, para señalar me lo dicen.

¿A alguien le gustó el episodio?