¡Gracias por los tips Valdemar! Haré los cambios poco a poco, ¡el colegio me consume!

I: El sombrero ahoga las ganas de matar

Extrañamente en Malibú caía una recia lluvia, que estaba causando un gran caos en la ciudad. El tráfico estaba horrible, los claxon no dejaban de sonar. La gente ignorante pensaba que con eso el tráfico avanzaría.

Un gran porcentaje de personas estaban buscando el más mínimo rincón para cubrirse de la impotente lluvia. Otras se arriesgaban y con sus débiles paraguas cruzaban las calles; la mitad de esas personas llegaban a su destino empapados; la otra mitad se dividía en dos: una de ellas eran las personas que se les doblaba el paraguas. La otra, un auto los mojaba y el paragua no hacía su trabajo de cubrirlos…

En uno de los tantos cafés abarrotados, se encontraba una persona singularmente peculiar. En el rincón más alejado de la misma, murmurando uno que otro insulto, e intentando parecer humano…

… Se encontraba Loki.

Tomó su sombrero y empezó a jugar con él desesperadamente, para aguantar las ganas de matar a las inocentes personas, que no lograban darse cuenta de que un posible aniquilador estaba entre ellos, tratando de fingir ser un midgardiano más.

En el lugar estaban repartiendo tazas de chocolate para las personas que lograron escapar de la lluvia. Todos tenían una humeante taza en las manos excepto Loki, que de él desprendía odio y advertencia. Por lo menos nadie tenía la osadía de acercársele; una prueba más del instinto de supervivencia de los humanos.

Nadie excepto una joven que no tenía mucho tiempo de haber llegado al caféobservó apenada al hermoso hombre inmortal de la esquina.

Amablemente tomó una taza de más y como pudo, pasó entre las personas para llegar hasta él.

Loki al percatarse de la presencia de la joven se erguió y la miró de reojo, no muy amistosamente.

La chica se petrificó por su fría mirada y trató de reponerse carraspeando la garganta.

—Hace frío, ¿no? —la dulce voz de la chica lo hizo relajarse por un momento pero después de unos pocos segundos volvió a su estado anterior.

—Supongo que sí —dijo secamente. Además de ser irónico para Loki…

La chica apretó los labios y suspiró.

—Veo que no tienes una taza. Tómala, te quitará el frío —valientemente le tendió la taza y Loki frunció el ceño.

—Gracias, pero no lo quiero —un gruñido sutil fue lo que le salió al enfadado Loki. Además de que no estaba acostumbrado a agradecerle a un midgardiano.

La chica lo observó un instante en silencio y fue la gota que colmó el vaso.

—Dime, ¿Qué quieres? —gruñó entre dientes fulminándola con la mirada.

Esta vez ella ni se inmutó. No dejó de mirarlo ni un segundo.

— ¿Quién eres? —preguntó.

Loki se quedó "desarmado" un momento, y su expresión no decía lo contrario. Trató de reponerse y se puso serio nuevamente.

—Soy un simple mid… humano que intenta estar en paz —casi se le escapa "midgardiano". Loki apostaba que eso haría que la chica se hartara y se fuera.

—Vamos, no soy idiota. ¿Quién eres?

Loki se erguió aún más y tomó su sombrero. Agarró a la chica por el brazo, haciendo que ella soltara las tazas y en un largo pero a la vez corto viaje, la llevó a un abandonado callejón, donde la lluvia caía a cántaros.

Pegó contra la pared a la anonadada chica y la ropa de Loki cambió… a su verdadero vestuario. Un traje negro con verde; y el sombrero se convirtió en su potente cetro, que apuntó hacia la chica amenazadoramente.

— ¿Cómo sabes quién soy? ¿Quién te envió midgardiana? —Loki estaba que echaba chispas, y con razón. Furia y miedo atacaban al inmortal.

— ¡Sabía que no eras un simple asocial! Es lo único que se de ti, en verdad. No me mates por mi inocente curiosidad.

—Esta vez tu curiosidad te llevó al límite, midgardiana. Aprenderás a no molestar al hijo de Odín —y Loki sabía perfectamente que no era el hijo del rey de Asgard…

— ¡Espera! Sé que no quieres matarme. Tu odio hacia la gran mayoría de los humanos te tiene tenso, o eso estoy suponiendo. Pero no todos somos dignos de tu odio.

— ¡No me digas a quien debo odiar o no! —exclamó acercando más su cetro contra la chica.

—Dijiste hijo de Odín, ¿no? —frunció el ceño y Loki gruñó al darse cuenta de que él mismo le estaba brindando información a la midgardiana.

Alejó el cetro de ella y se dio la vuelta, dando un zapatazo de gran furia.

—Hijo de Odín… ¿Por qué me es familiar? —susurró la chica para sí misma.

Loki la observó de reojo y le brillaron los ojos a la chica.

—Claro… pero no tienes un martillo así que no eres Thor…

— ¿Por qué siempre piensan primero en Thor? —exclamó en un grito de furia y desesperación.

—Y ahora estoy segura de que eres Loki. Además te pareces mucho al personaje del libro que papá solía leerme cada noche —suspiró la chica, melancólica.

Loki la miró sobre el hombro, ya que le había dado la espalda, y después de unos minutos de silencio sepulcral la encaró.

—Dame un buen motivo para no matarte en este instante —gruñó.

—No tienes un motivo real y certero para hacerlo —contestó con lentitud.

Loki le enseñó los dientes, pero al pensarlo se dio cuenta de que tenía razón.

—Eres bastante astuta para ser una midgardiana —admitió en voz alta.

—Gracias por el halago, pero siento que degradas mi especie un poco. ¿Por qué nos dices "midgardianos"?

Loki no contestó porque observaba detalladamente a la midgardiana. Bufó y sonrió un poco.

—Este mundo se llama en realidad Midgard. Pero ustedes le dicen "Tierra". Olvidan con rapidez lo que Asgard hizo por ustedes —gruñó con incredulidad.

La chica asintió pensativa y Loki carraspeó la garganta antes de hablar.

— ¿Cómo te haces llamar, mid… señorita? —era notable el cambio de Loki. Que ni piense que sacará otra cosa... he dicho demasiado. Debo permanecer en perfil bajo...

—Ana Sofía Ruíz —contestó cuando los hermosos ojos verdes de Loki dejaron de mirarla intensamente.

— ¿De dónde provienes Ana Sofía Ruíz?

Ella bufó y le sonrió.

—De Venezuela. Y me puedes llamar Ann. Te ahorrará saliva —bromeó.

Loki frunció el ceño y ella se sonrojó.

—Para ser educado, te diré que soy Loki, uno de los herederos al trono de Asgard, el segundo después de mi her… Thor, después de Thor —se retractó. No más, ¡No más!

—He leído la historia de Asgard, Thor, tu historia… y Thor es tu hermano, Loki.

— ¡No, no lo es! —exclamó —. Mi padre lo confesó, soy el hijo de Laufey. Dejé que los gigantes de hielo entraran a Asgard para que mataran a Odín, en mis narices. Pero cuando casi pude saborear la muerte de Odín Padre de Todos no lo soporté y acabé con el gigante de hielo yo mismo. Madre estaba allí y por un momento quería olvidar las mentiras, el dolor... los planes, pero en ese instante llegó Thor y mi odio se incrementó. Tenía que matarlo en ese momento, debía hacerlo… —Loki apretaba las manos, con la derecha su cetro y con la izquierda por la fuerza casi se estaba clavando las uñas. ¡Argh! ¿Qué pasa contigo idiota? ¿Una simple midgardiana no te puede mantener callado un segundo?Loki discutía internamente.

Mientras Loki peleaba consigo mismo, Ann trataba de procesar la pequeña confesión de Loki lo mejor posible. Loki se secó las dos lágrimas que brotaron de sus ojos y observó a la empapada chica.

—Lo humanos se alejan de la lluvia porque les hace daño, ¿cierto?

—Sí. Mañana tendré una gran gripe —admitió.

—Entonces ven —extendió la mano hacia ella y al Ann tomarla se le erizó la piel desde la mano hasta el cuello por lo frío de su piel.

Loki levitó hacia las nubes junto con Ann, pasándolas y posicionándose sobre ellas.

Ann empezó a jadear y se tomó el cuello.

— ¿Qué tienes? —Loki la miró, entre casi indiferente, confundido y aterrado.

—Aquí no llega mucho el aire… —susurró a duras penas.

—Oh, lo siento —Loki murmuró un hechizo y una burbuja invisible ante los ojos de Ann le cubrió la cabeza, dándole alivio al volver a respirar.

En un instante de odiarla pasó a preocuparse por ella... en cierto modo. Un curioso inmortal es Loki.

Debería matarla... ¿Por qué le hice ese hechizo? En las noticias midgardianas saldría que se lanzó de un edificio, perecería coherente...

Ann observó en silencio a Loki, mientras él planeaba como deshacerse de ella. Cuando Ann se hubo recuperado totalmente, su mirada atrajo la de Loki y él por un momento la miró con repulsión, pero luego con curiosidad. Hasta ese momento no se había percatado de la belleza de Ann. Detalló como su liso cabello posaban en sus hombros con gracia, la ternura que reflejaban sus sonrojadas mejillas sobre su piel morena y sus ojos color chocolate, y sus labios… Loki tuvo que respirar hondo para que su corazón se relajara y dejara de desbocarse. En ese momento Loki sintió un poco de alivio al notar que… tenía corazón…

Ann le sonrió y Loki parpadeó asombrado. ¿Que tiene esta simple mortal que me...? No, nada de eso... Se cruzó una sonrisa involuntaria en su rostro. ¿Qué me sucede? ¿De repente una humana te pone blando?Pensó. Ahora lograba comprender a su hermano. Justo en ese momento entendía porque Thor quedó tan fascinado con Jane Foster.

Loki sin darse cuenta, por estar sumido en sus pensamientos, tomó la mano de Ann. A ella le dio un escalofrío y Loki la soltó inmediatamente.

—Lo siento —musitó —. Ya logro comprender porque soy tan frío… —dijo recordando cuando el gigante de hielo se aferró a su brazo, y como este se amoldaba a temperatura y apariencia. Allí fue cuando pudo mostrarse una parte de la mentira de Odín.

—Son mis reacciones humanas involuntarias, Loki. Discúlpame tú a mí —y ella misma tomó las manos del inmortal.

—Tal vez esa reacción sea un instinto de supervivencia —susurró Loki mirándola con tristeza. Luego gruñó bajo, la soltó nuevamente y se ocultó las manos dentro de su capa. Sin contacto, sin contacto... Suficiente que le des todo hasta tu cetro, LokiTodavía se debatía el mismo.

Ella negó con la cabeza y se acercó un poco más a él. Loki, por previsión, se retiró un poco. Tal vez era por eso o por su manera hostil hacia los midgardianos; él ya ni siquiera sabía que le sucedía estando con esa midgardiana. Ella suspiró y él sonrió con nostalgia.

—Eres cálida —murmuró Loki. ¡Vamos! Solo extiende el brazo y dale el cetro, no falta mucho...

Ella le sonrió de nuevo y Loki se petrificó Bueno, debo admitir que tiene una sonrisa muy linda...

—Cuéntame más sobre ti. Tus aventuras con Thor antes de que… bueno no se qué pasó anteriormente, pero antes de que sintieras rencor por tu hermano.

— ¿Por qué quieres saber más sobre mí? Si mañana no me verás más.

—Precisamente porque tengo la seguridad de que te volveré a ver quiero saber más de ti, Loki.

El inmortal se quedó sin palabras y bufó incrédulo. ¿Ahora qué se cree, adivina? O tal vez lea la mente… Necesitaré a la Encantadora si confirmo que es así...

—Nunca pensé que lograría conocer a una midgardiana tan inteligente —dijo con una sonrisa sarcástica, parte de su rencor y burla hacia los midgardianos.

—Insisto, no sé si ofenderme porque degradas a mí especie o halagarme…

Loki se rió entre dientes, un poco macabro tal vez, y suspiró.

—Solo espero que tengas razón respecto a lo de que me verás de nuevo —Sí claro... si es que no te asesino primero...

—Solo lo sé —dijo con seguridad. Eso desarmó a Loki, que carraspeó la garganta antes de apretar un poco su cetro. ¿Qué esperas? ¡Mátala ya!

¿Realmente quieres que te cuente todo lo que Thor y yo hemos hecho? —preguntó alzando una ceja, apuntando con el cetro un poco hacia la chica.

—Exacto. Soy algo curiosa, por eso soy periodista —sonrió.

¿Periodista? "En noticias de última hora: Ana Sofía Ruiz, mejor conocida como Ann, fue hallada muerta en una de las calles de Malibú por causas indefinidas. Recordemos que es periodista, tal vez alguien tenía una buena razón para asesinarla" Y sí que la tengo, sabe mucho sobre mí, podría confesar que me ha visto. Y Thor vendría por mí... tengo que hacer algo rápido. ¡Ahora!