Disclaimer: Ni Harry Potter ni sus personajes me pertenecen, esta historia tiene como única finalidad entretener al lector con una historia que toma prestada elementos de la obra de J.K. Rowling.

Aviso: Este fic participa en el minireto "Verano mágico" del foro "Las cuatro casas".

Intriga veraniega

Clasificación: T

Suspenso

One-Shot

Aleksast, 2015

1 de Agosto de 1995

Yo, Zacharias Smith, estaba bastante intrigado al saber que nuestro representante Cedric, el verdadero, de Hogwarts, y dicho sea, el más destacado miembro de mi casa Hufflepuff, hubiese muerto en extrañas circunstancias al final de la contienda del Torneo de los Tres Magos. Mis primeras indagaciones apuntaban a que Potter había conjurado una maldición imperdonable para deshacerse de Diggory, que era mera pantomima y fachada cada gesto de simulado dolor ante su muerte. Luego vinieron las declaraciones respecto a que el mago más peligroso de los últimos tiempos había regresado y que uno de sus secuaces, o él mismo, había arrancado la existencia de Cedric. Lo cierto es que no había nada claro para mí, y no iba a quedarme de brazos cruzados.

Si algo tenía en mente era que Potter de algún modo estaba implicado en todo esto. Mis pesquisas no fueron muy útiles, además no estaba dispuesto a arriesgar mi integridad por ningún motivo, pese a que mi curiosidad necesitaba saciarse. Entonces comencé a interactuar más con mi padre y sus relaciones, las pocas que tenía pero no por eso despreciables. Era obligatorio que cumpliera con la etiqueta que imponía el reunirse con un lord, o con algún funcionario del Ministerio de Magia.

En tanto fui avanzando, me fui asustando del giro que iba tomando el asunto, dado que la posición del ministro era que ni Voldemort había recobrado su poder, ni Diggory había sido asesinado: la versión oficial era que su muerte fue un accidente. Si algo sé del mundo muggle que tanto detestamos es que éstos indagan con pruebas extrañas al cadáver para evaluar las causas de muertes y expedir así un certificado detallado respecto de las circunstancias en que alguien pasa a mejor vida, cosa que aquí no se hace por una arcaica y retrógrada idea de que eso no es necesario, y que es repugnante considerar adoptar cosas de gente inferior como son los humanos sin magia.

Me asustaba, debo insistir, el hecho de asumir cosas sin sustento, luego vino la vorágine de ataques mediáticos tanto al director del colegio como a Harry Potter, el primero quizás ya era demasiado viejo, luego de ahí partían las argumentaciones acerca de que "Hogwarts requería una cabeza joven, experimentada y prudente" repito estas palabras tal cual las mencionó el perro faldero de Fudge, uno de los tantos Weasley cuyo renombre ha caído en desgracia.

No es que me interese el bienestar del niño-que-vivió, pero la intriga puede a veces con mi sentido de cautela que muchos llaman egoísmo o cobardía, que piensen lo que quieran, cada quien sabe lo que hace. El resto del verano lo pasé viajando al Magreb, conociendo magia árabe que si bien no es tan sofisticada como la que conocemos en la Gran Bretaña, es bastante interesante, sobre todo por sus amplios estudios en la salud mágica. Hoy que me encuentro a un día de volver a clases, un temblor recorre mi cuerpo y yo recurro a mi careta de tranquilidad y desdén, guardando mis temores e inquietudes en estas hojas que jamás nadie leerá... mi último pensamiento antes de ir a dormir es si acaso, sólo acaso, es posible que este año no haya más tragedias que lamentar. Merlín te guarde, Cedric.