Dormido se ve tan adorable.
Juro que me siento tan afortunado de que mi pequeño Nathanaël se fijara en mi, y correspondiera a mi amor por él.
Realmente, tener a este bello ángel a mi lado, me ha dado motivos para vivir mi día a día.
Nathanaël, gracias por aparecer en mi vida.
Vi como abría sus hermosos ojos con algo de dificultad, pues había dormido muy profundamente.
- ¿Adrien? ¿Qué hora es?... - Me preguntó, bostezando posteriormente. ¿Cómo es posible que sea tan lindo?
- Ya son las diez. Se ve que estabas cansado. - No pude evitar besar su frente. Es demasiado, demasiado adorable.
- Es tu culpa... - Hizo un pucherito infantil. Creo que hoy tampoco lo dejaré caminando.
- ¿Mi culpa? Eras tú quién me provocaba. ¿Quién puede resistirse a alguien como tú? - Besé sus labios, algo apasionado esta vez.
- Eres un idiota. - Fue lo único que me dijo al separarnos. - Aún sigo cansado... -
Decidido. Hoy también lo llevaré a casa, porque al parecer no podrá volver por su cuenta luego de como lo dejé.
- ¿Qué te hace tanta gracia? - El pequeño me miró curioso al verme reír.
Me hace gracia el verlo quejumbroso luego de una larga y apasionada noche. Se ve adorable cuando sufre de ese modo. Siento que soy demasiado sádico.
Pero, ¿Qué importa? Después de todo, vale la pena. Y él lo sabe muy bien.
- Nada, nada... - Respondí, acariciando su cabello. Es tan suave, simplemente todo de él me vuelve loco.
~*~
¿Por qué te dejé ir?
Examiné una vez más el armario en el que te escondiste por última vez. Pude ver las marcas de que claramente te resististe. Pude ver esas pequeñas gotas de sangre actualmente seca, seguramente las tuyas.
Y nuevamente miré ese extraño objeto.
Ese muñeco decapitado que se veía exactamente igual a ti. Cada vez que lo veía, me ponía nervioso.
¿Qué pudo haber pasado?
Me arrepiento. Me arrepiento de no haberte recordado que te amaba con todo mi ser antes de que esto ocurriera...
~*~
- ¡Dime la maldita verdad! ¡¿Me has sido infiel acaso?! -
- ¡¿Cómo puedes dudar de mi, luego de todos estos años?! -
Estaba hecho una furia en ese momento. Realmente ciego. No me fijaba en el daño que te estaba haciendo.
- Te estuviste comportando muy extraño últimamente, Nathanaël... Algo ocultas, y voy a averiguar de que se trata. -
- ¿En serio crees que pude ser capaz de traicionarte? Jamás lo haría... -
Sigo sin entender que fue lo que me hizo dudar de ti aquella vez...
~*~
Justo al día siguiente fue que me encontré con esto. La casa estaba hecha un desastre, parece que realmente luchaste hasta el final...
Cerré mi puño con fuerza, dejando salir libre a una pequeña lágrima traicionera.
No sé quién fue capaz de alejarte de mi lado.
Pero no temas, Nathanaël...
Cueste lo que cueste, juro que voy a encontrarte.
Aún si debo recorrer el mundo entero, yo sé que te encontraré. Volveré a tenerte entre mis brazos y no volveré a dejarte ir.
Jamás... Te lo prometo.
Sólo aguanta, Nath. Por favor.
"NO TOQUES L..."
¿Qué habrás querrido decir con eso? ¿Por qué ese desgraciado tuvo que interrumpirte?
Esta única pista que dejaste, esta última carta escrita por tus delicadas y temblorosas manos... Estaba incompleta. No me brindaba la información suficiente para dar con tu paradero.
Se ve que hiciste esto en un acto de desesperación...
Me imagino lo asustado que debiste estar cuando ese intruso se metió a tu casa, con tal de hacerte daño.
¿Lo habrá conseguido?
Necesito saberlo. Más que nada, necesito encontrarte, sano y salvo.
O mi nombre deja de ser Adrien Agreste...
@#@
Ok, esta historia la tenía escrita en Wattpad. Decidí ir subiendo lo que tengo allí a esta plataforma también. Aunque allí progreso más.
Bueno, espero que les guste. Nos vemos.
