Kirishima... me dueles.
Me duele, como no tienen idea, que se tenga en tan baja estima y que su mirada no pueda ocultarlo. Lo siento, hombre. Este ha sido un doloroso testimonio de lo que he podido ver le ocurre al chico.
Disclaimer: My Hero Academia no me pertenece.
Hasta que pare
Por Blue-Salamon.
Ella no tiene la culpa.
Pero él tampoco.
Sin embargo, y aunque inexplicable, el sentimiento que él tiene es ese. Y está ahí. Martillando, desde adentro, en ese pecho tan suyo. Tan solemne. Que aclama echarle la culpa a alguien. Tanto a ella como a él. O al destino. O a la genética. O a lo que fuera que condujera todo a hacerlo verse a sí mismo tan miserable cuando no lo es.
Qué afortunados son aquellos, que tienen la capacidad de actuar involuntariamente para defender a otros.
Qué afortunada es ella, que aún estando aterrada es capaz de mostrar tanta bravura.
Y en esa noble casa que tiene en su pecho, ese noble corazón suyo, un monstruo es acogido.
Y en su defecto mordaz, es vestido y perfumado para hacerlo pasar, para hacerlo temer, mientras intenta averiguar cómo superar a su mal genio. Aquel que trata de estropear y arruinar sin querer a los demás. Especialmente a ella.
—Mi particularidad no es muy llamativa.
Y sus ojos reflejan su disgusto. Reflejan su inhabilidad y su instinto. Porque de todas maneras él es demasiado honesto. Y es demasiado noble. Y entonces su mirada es dolorosa. Y está llena de culpa.
« ¿Estás bien? »
Y ella es tan lo contrario a él. Ella es tan buena e incapaz de notarlo.
Es tan inocente, que no se da cuenta. Eso quiere pensar.
« Aún tengo un largo camino por delante. »
Para superar su envidia. Para superar a su ego herido que no puede perdonarse su no actuar del pasado.
Para superarse a sí mismo. Para superar ese insano deseo de tener algo más que lo que podía tener.
Para dejar de creer que todo se trata de apariencia. Y de la visibilidad que se puede conseguir por tal y cual habilidad. Por haber nacido de una u otra forma.
A Kirishima le falta mucho para dejar de envidiar a Ashido.
Le falta mucho. Pero ya ha dado sus primeros pasos.
Y ojalá le perdone, porque se está esforzando.
Y duele.
Mientras tanto duele.
