Capítulo 1: Introducción.

Su cuerpo le pesaba más de lo normal. Sus ojos se negaban a abrirse y sus manos no le respondían.

"¿Acaso estoy muerta?"

No. No podía estarlo. Los muertos no sentían dolor.

Intentó mover sus brazos, pero éstos se negaban a responder. Sentía haber perdido todo su cuerpo. Todo excepto su cabeza, a la que notaba gracias al fuerte dolor.

Tomó aire varias veces y abrió lentamente los ojos. Vislumbró una luz proveniente de dos velas encendidas que no ayudaban en nada a calmar su malestar.

"¿Estoy sola?"

Con pesadez inspeccionó la pequeña habitación. Aparte de las velas y la cama sobre la que se encontraba, lo único que llamaba su atención eran las toneladas de medicamentos y experimentos que había.

Sus ojos no aguantaron más aquella suave luz qué, en su estado, se hacía insoportable. Sintió como poco a poco su vista se iba volviendo borrosa hasta quedarse sin ella y caer inconsciente.

~ X ~

-Despierta.

Aquellos suaves empujones qué, para ella, eran como cuchillos que se clavaban sin cesar en su hombro, la obligaron a volver a la realidad.

Abrió de nuevo los ojos, con un poco menos pesadez y dolor que antes.

-¿Te sientes mejor?

Aún no lograba descifrar de donde provenía aquella voz, a pesar de que la sentía demasiado cerca de ella. Sus ojos todavía se estaban adaptando a la luz.

-Te han insertado morfina para calmar el dolor.

Poco a poco las imágenes iban volviéndose menos borrosas. Dirigió lentamente su mirada hacia aquella voz varonil.

La sequedad de su garganta no le dejaba articular palabra alguna.

-N-Necesito…a-agua… -Logró susurrar débilmente después de varios intentos.

Sintió una sombra moverse desde el fondo de la habitación. No estaba sola con aquel hombre.

-Bebe.

Sin dudarlo dos veces abrió la boca y aceptó el agua que le estaba dando aquella voz femenina.

-La sigo viendo muy débil. –Comentó, conversando con su compañero.

-¿Le vas a insertar más morfina?

"No. No quiero más."

Por más que intentaba negarse, su voz no aparecía. Ni siquiera el agua le ayudaba a salir de aquel estado.

-No. El dolor ha disminuido.

-Está bien. Puedes retirarte.

Sintió los suaves pasos de aquella mujer alejarse lentamente hasta llegar a la puerta y cerrarla tras ella.

No fue hasta entonces que aquel dolor se convirtió en miedo.

Se había quedado sola con aquella voz varonil tan misteriosa. Tan imponente. Solamente en ese momento se atrevió a mirar su rostro. A averiguar si sus rasgos eran igual de regios que sus expresiones.

Sintió sus pasos alejarse y tomar asiento enfrente de ella. Llevó su vista hacia su cuerpo. Su ropa le tapaba completamente toda la piel. Incluso llevaba guantes. Fue subiendo lentamente hasta encontrarse con su rostro, éste tapado por una extraña máscara naranja que solo dejaba al descubierto su ojo izquierdo.

"Mangekyö Sharingan…"

Bajó de nuevo su mirada, esta vez dirigiéndola hacia su cuerpo inmóvil. Alzó poco a poco las manos. Aquellas manos frágiles llenas de sangre seca y profundas quemaduras curadas.

-¿P-Por qué e-estoy llena de h-heridas? –Susurró finalmente tras varios intentos por articular pregunta alguna. Pues eran tantas las que pasaban por su mente.

-Lo que estás viendo no es ni la mitad de lo que tuvimos que curarte. –Habló aquel hombre con profunda tranquilidad e indiferencia. –Si no hubiese sido por mi compañera probablemente estarías muerta.

"¿Ella me salvó?"

-¿P-Por qué lo h-hizo? ¿A-Acaso es mi…c-compañera?

El enmascaro dejó soltar una pequeña carcajada.

-¿Sabes tu nombre?

No fue hasta ese momento que se planteó aquella pregunta. Eran muchas las preguntas que invadían su memoria. Tantas qué…

"Ni siquiera me he puesto a pensar en eso…"

"¿Quién soy?"

~ X ~

A pesar de sus susurros, ella podía oír casi completamente la conversación de ambos. Aunque su dolor de cabeza le impedía concentrarse del todo.

-Aseguro lo dicho. Ella está sufriendo amnesia retrógrada.

-¿Amnesia retrógrada? –Repitió el enmascarado, que al parecer no tenía los mismos conocimientos de medicina que su compañera.

-Sí. Es decir, no puede recordar nada de lo que ocurrido antes de la lesión cerebral.

Observó los rasgos de la mujer. Llevaba una vestimenta un tanto peculiar. Pues se trataba de una túnica negra con nubes rojas.

Estaba segura de que no era compañera suya. Pues sus actos marcaban clara despreocupación hacía ella. No parecía inquietarle su estado. Seguramente la curaba por obligación.
Sus ojos color miel se clavaban en ella con total indiferencia. Sus rasgos eran tranquilos. Era una mujer atractiva. Un tanto mayor que ella, quizás con alrededor de cinco años.

-Será mejor que te quedes aquí.

La joven asintió sin poner queja alguna, situándose en la esquina de la habitación sin causar ninguna molestia. A diferencia de ella, aquel enmascarado tomó asiento de nuevo.

-Te encontramos herida cerca de nuestra guarida. –Comenzó a contarle él ahorrándole el esfuerzo de preguntarle. –Tenías quemaduras de segundo grado y una herida muy profunda en el hombro derecho. Estabas inconsciente. Estoy seguro de que si no te hubiésemos traído aquí ahora estarías muerta.

-¿P-Por qué estaba e-en ese estado?

-No lo sé. Esperaba a que despertaras para que me contaras tú.

La joven se quedó callada durante varios segundos. Ahora no solo sentía confusión y miedo, si no también culpabilidad.

-¿N-Nos conocemos? –Preguntó finalmente.

El enmascarado suspiró. Ya se temía esa pregunta.

-¿Crees que eso sea lo más importante ahora? Dedícate a descansar y a recuperarte.

Sin darle tiempo a preguntar, se levantó de su asiento y se acercó a ella. Se agachó un poco hasta quedar a la altura de las velas y sopló, apagándolas y dejando la habitación completamente oscura.

- Recuerda que me debes un favor por haberte salvado la vida. En este estado no podrás pagármelo.

Sus pasos se hacían lentos pero firmes.

-¡E-Espera!

El aludido se detuvo, pero no se molestó en girarse y observarla.

-¿C-Cómo me llamo?

Aún de espaldas, abrió la puerta y le dedicó una mirada a su compañera para que saliera antes que él.

-Temari. Sabaku No Temari. –Respondió, cerrando la puerta tras él.

~ X ~

Dejó caer su peso contra la pared de su oscura guarida. Sentía sus hombros tensos y sus pies cansados. Definitivamente necesitaba un baño para relajarse. Observó a su compañera tomar rumbo distinto.

-Konan, espera.

La nombrada se detuvo y le dedicó una mirada de indiferencia. Como si aquella voz imponente que lograba asustar a todos no funcionara con ella.

-Quiero que me informes mejor sobre la amnesia que sufre.

-Amnesia retrógrada. –Le informó de nuevo. –Como le dije antes, no puede recordar nada de lo sucedido antes de la lesión cerebral.

-¿A qué se debe?

-Un fuerte golpe en la cabeza. Tal vez fue eso lo que la dejó inconsciente.

-Entiendo.

-Afecta a la memoria episódica. Es decir, a la memoria relacionada con sucesos autobiográficos.

-¿Hay probabilidades de que la recupere pronto?

-Realmente no. La memoria suele recuperarse recordando lugares y personas o siguiendo una rutina que antes llevaba.

-Gracias.

Volvió a apoyarse contra la pared mientras veía a su compañera alejarse.

"Entonces yo mismo me encargaré de que no la recupere hasta que deje de servirme."


Un poco corto y raro, lo sé. Pero en fin, ¡mi primer ItaTema!

¡Espero que les haya gustado! Nos leemos. :3