La victoria de Turles.
Levantó su mirada con el semblante serio. Esa mascara que pocos podían llegar a travesar y ver más allá del ceño fruncido y la nariz arrugada, porque nunca se llegaba a ver una sonrisa o una lagrima profanar esos ojos oscuros o esas mejillas pálidas.
Miró al cielo renegrido, que se unificaba con los vestigios de las casas que –no hace mucho- rebosaban de vida y prosperidad. Simplemente se unían como uno en el horizonte, apenas visible y detectable. Las estrellas, junto al vacío de la luna, reinaban el firmamento nocturno.
El viento frió sacudió su capa, ahora sucia por los residuos de una batalla anterior. Roja, por su sangre seca pegada a la tela, y rasgada por el desenfreno del oponente. Se acomodó el pelo que golpeaba su rostro con la mano derecha, siendo golpeado de inmediato por el frío de la noche que congelaba hasta el tuétano. Pero no era nada para él. Frío apenas detectable corporalmente; Su cuerpo aun sentía la sangre recorrerlo con fervor.
Volvió a lamer con una mueca la sangre que recorría su labio, recordando el golpe del oponente, su mirada aterrada suplicando en silencio piedad, los gruñidos que se resistían a salir como gritos de dolor. Recordaba AL oponente, SU oponente, ESE oponente en particular. Físicamente similar a él; pero tan desequilibrados en fuerza.
Su cuerpo se tensó al recordar la batalla, incluso tembló al pensar que ese saiyajin tenía probabilidades de vencerlo. De haber roto sus planes, y en efecto, humillarlo.
"Tenia…" Se repitió, borrando rápidamente los pensamientos de su mente. Desvió la mirada hacia atrás, a su espalda se erguía un gran árbol de dura corteza "Lo logramos… Ganamos" Sonrió.
Deslizo sus dedos sobre los pliegues de la corteza, escuchándola tronar debajo de su tacto, su ceño fruncido se volvió completamente una mueca sonriente de victoria, y rio. Rio como nunca antes en su miserable vida.
No porque había podido plantar y capturar un planeta, si no, porque había logrado vencer a un oponente más fuerte que él. Había derrotado a kakarroto, había secuestrado al pequeño de su hijo. Si, el costo había sido alto, estaba completamente solo en un planeta extenso que se consumía poco a poco.
Pero había sumado un integrante más a su tripulación, uno fuerte, que podría ser el más fuerte debajo de él. ¿Y los demás? Eran fáciles de conseguir, ¿Quién no quisiera unirse junto con un mercenario espacial? Nadie podría negarse a tal excitante oferta.
Si, había triunfado. Había perdido y ganado. Estaba satisfecho pero triste… temía no volver a encontrar un oponente que le hiciera frente de esa forma… aunque ahora, sabía que podía vencer a freezer. En unos años más… ¿Quién sabe si podría vencer también a Cooler?
"Lo destrozare" Sentenció una promesa, el guerrero de clase baja Turles.
fin.
