Hola gentes y gentes... este es mi primer fic así que no me acribillen, no me maten, ni me tiren tomates (a menos que traigan un español incluido) jajaja... es la primera experiencia que tengo en estas cosas así que espero que si lo leen les guste y si no pues... di' tocara admitir que hay tensiones sexuales sin resolver jjj... ya en serio, no me hagan caso. Esta historia es bastante rara, tiene algo de humor, drama, amistad, romance... etc, lo central es el Angst, lo siento pero adoro hacerlos sufrir -inserte risa rusa aquí-

Disclaimer: Estos personajes no son todos míos, en serio, son del señor Himaruya Hidekazu, si fuesen míos jojojo -inserte risa francesa aquí- Cánada sería principal, alfred su amante y Francis compañero de tríos, Sí, Iggy sería amigo de cuartetos, Lovi y Toño vivirían en un armario encerrados pues el baño estaría ocupado por Rusia y Prusia... ya sé, por eso Dios no dejpo que Hetalia fuese Mía, muchos habrían terminado traumados.

Advertencias: No muchas, solo hay mucho mucho mucho Angst, un trauma para los amantes de China, algo de OoC por parte de los asiaticos y sí, un dolor de vista pues este cap me quedó largo... Ah y no, lo siento, no es el único que hay JJJ... Ø.Ø

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El cabello de China.

Al entrar en la sala de reuniones se podía observar el ambiente de siempre, el G8 y sus "aliados" estaban allí, entonces podemos resumir que Inglaterra y Francia discutían en un rincón mientras España cazaba a Lovino quien maldecía a Alemania por acercarse a Feliciano, este solo sonreía y decía ve~, Gilbert no defendía a su hermano ni a sus mejores amigos, es más ofendía al Austriaco mientras este amenazaba con romperle un piano en la cabeza, Hungría hablaba de tensiones sexuales sin resolver así que Suiza evitaba que su hermanita la escuchara, lastimosamente tenía muy cerca al Ruso, cuya hermana era escalofriante, y miraba a Canadá charlar con su oso, cosa que solo provocaba celos en Natasha, Alfred se declaraba el héroe con sus ideas extrañas mientras Sealand pedía ser reconocido, Suecia y Finlandia trataban de callarlo y así mismo mantener a Noruega lejos de Dinamarca o podría terminar con varios huesos rotos, lo mantenían cerca de Islandia, quien simplemente charlaba con su amigo Hong Kong, este ignoraba a su hermano Corea quien decía que las tarjetas de crédito se habían originado en su país mientras sus hermanas Taiwán y Vietnam trataban de consolar a Japón, quien pensaba que su familia era un completo desastre y que Im Yong Soo lo gritaba al mundo. Entonces, en este cuadro, ¿Quién faltaba?

Claro, China faltaba, por eso era que aún no empezaban, cuando Yao Wang cruzó la puerta todos lo miraron espantados, más sus hermanos, el chino vestía como siempre; con sus pantalones negros y su camisón rojo floreado, sus zapatillas favoritas y su oso panda en sus brazos, entonces, ¿por qué el pánico? Su cabello, esa era la respuesta, el comúnmente largo, negro, lizo y brillante cabello de china era ahora solo negro, brillante y lizo, no más largo, con mucho costo rozaba sus hombros.

-¡Yao-san!

-¡Aniki!

-¡Ni-chan!

-¡China!- Gritaron todos en esa sala- ¿Qué le pasó a tu cabello?

-Lo corte-aru- respondió él con simplicidad- ¿No les gusta?

-El precioso cabello del hermano mayor, ya no está, que desgracia- Lloriqueaban Taiwán y Vietnam en una esquina, definitivamente no les gustaba el corte.

-No, no es que no me guste Aniki es solo que… ¿por qué lo cortaste?- Preguntó Corea con ninguna tranquilidad en su voz, estaban todos consternados.

-Pues por qué… quería-aru- Fue la respuesta que obtuvieron- No les gusto-aru- Aquello había sido una afirmación y no más una pregunta, se notaba que estaba triste por la actitud de sus hermanos.

-No pienses eso, yo creo que se te ve muy bien- Dijo Hong Kong, obviamente mintiendo, la mirada que le dio a sus hermanos los pudo haber matado- ¿verdad chicos?

-Sí, Aniki se te ve muy bien- Mintió Corea conteniendo las ganas de gritarle.

-Sí, Yao-san, muy elegante- Agregó Japón con más que obvia falsedad.

-No les gusta, no me mientan- Aquellas dos oraciones, simples, sencillas, dichas en un tono atemorizante, amenazante y singularmente sin el "aru" de su hermano, daban ganas de salir corriendo

-Bueno, es que es un cambio algo brusco, costara acostumbrarse pero, el cabello vuelve a crecer- fue lo que acotó Hong Kong, realmente quería llorar, el adoraba el cabello de su hermano, acariciarlo, jalarlo a veces, ya no podría.

-Esto, cofcof, atención a Mí, el héroe en esta sala- Gritó Alfred poniendo orden…

¿EHHH?

Sí, leyeron bien señoritas y fangirls (en serio, no creo que haya chicos leyendo esto) Alfred fue el encargado de poner orden en la sala, durante la reunión nadie habló de más, todos miraban glacialmente al chino, cuya mirada estaba clavada en su panda, odiaba que todos lo mirasen así, sentía sus miradas clavadas en él aún cuando no los viese hacerlo, detestaba al mundo entero por juzgarlo, solo había cortado su cabello.

Era eso o hubiese sido su mano, recordaba lo que había pasado la anoche anterior y realmente no quería, para él hubiese sido mejor olvidarlo, simplemente borrarlo de su mente.

Flashback:

Era aproximadamente media noche, en la casa del chino solo la luz de la cocina permanecía encendida, había estado frustrado, enojado y molesto, triste y avergonzado pero nunca como esa noche, jamás tan desesperado, nunca creyó que ponerse a ver un viejo álbum de fotos podría despertar tantas cosas en él, recordó cuando cuidaba de sus hermanos, cuando los tenía con él y cuando era feliz con ellos, entonces se sintió traicionado al recordar que lo habían dejado, se sintió triste al recordar que los había perdido, se sintió avergonzado de haberlos dejado ir, se sintió enojado al recordar todo lo que había hecho por ellos y jamás le habían agradecido, sus hermanos eran unos ingratos y él estaba solo, se sintió desesperado ante esto, estaba solo en el mundo.

Estaba harto, simplemente harto, tenía que cambiar su vida, todo cuando quería tarde o temprano lo abandonaba, incluso esa tarde su panda había decidido marcharse, su vida no tenía sentido, su mundo ya se había derrumbado desde que su último hermano se había marchado, la vida en soledad era horrenda, odiaba tratar de fingir que estaba bien, odiaba sonreír cuando quería lanzarse a llorar, odiaba a sus hermanos y al mismo tiempo los amaba, los amaba demasiado.

Entonces, ¿Qué hacer cuando tu vida no vale nada?, simple, acabar con ella, con un cuchillo en la cocina se disponía a hacerlo, pero algo cruzó su rostro; un mechón de su cabello, mientras buscaba con desesperación un cuchillo se había soltado la cinta que lo sostenía, su negro y largo cabello, aquel que sus hermanos amaban, recordaba que todos solían jalar esos mechones, las niñas amaban hacer pequeñas trenzas en el e incluso Corea se lo había pintado de rojo una vez.

Odiaba esos recuerdos, su cabello se los traía, quizá el que debía morir era él, y así lo hizo, cortó ese mechón molesto de su frente y cuando se vio a sí mismo fue jalando mechón por mechón y cortándolo con el cuchillo violentamente, casi como si estuviese asesinándolo, el cabello simplemente caía al suelo, por todos lados y las lágrimas saladas quemaban el rostro de China, su sangre gritaba por salir pero su cabello fue primero, ese estúpido y estorboso cabello.

En cuanto terminó se vio a sí mismo y sintió miedo, su cabello estaba terriblemente mal cortado y corrió por la casa buscando unas tijeras para emparejarlo, aún con lagrimas en los ojos y mucho cansancio consiguió que quedase decente, sus hermanos morirían cuando lo vieran, pero ya era lo que menos le importaba; sus hermanos.

Fin del Flashback.

-Bueno, creo que es suficiente por hoy, todos se pueden largar pero… Lo héroes primero- dijo Alfred mientras se lanzaba muy poco heroicamente hacía la puerta, seguido muy de cerca por un endemoniado inglés, un francés enojado que gritaba cosas en su idioma y un canadiense que era ignorado por los otros tres.

Todos se empezaron a ir de pocos en pocos y al final solo quedaban los asiáticos en la sala, ninguno se había movido un pelo de su silla y, hablando de pelo, todos observaban a China, quien les dedicó una sonrisa marca Colgate.

-Bueno chicos, nos vemos-aru- Dijo sin perder el gesto mientras se ponía en pie y se marchaba de la sala a lo más que le daban los pies- Se acuerdan de la cena del viernes-aru.

Los países asiáticos esperaron un tiempo que consideraron prudencial para asegurarse de que China se hubiese ido y no los pudiese escuchar, entonces sí, se armó la gorda.

-¡Oh por Dios!- Gritó Corea- ¡Aniki enloqueció!

-Ashhh, ¡cállate idiota!- Le gritó enojado Hong Kong- Nii-chan no enloqueció, oh por dios, espero que no.

-Ahh Nii-chan se cortó el cabello- Lloriqueaban otra vez Taiwán y Vietnam.

-Cierren la boca todos- pidió cortésmente Japón, claramente nadie lo escuchó- ¡QUE SE CALLEN BOLA DE IDIOTAS!

-Japón no reacciones así, que grosero- dijo Corea con un puchero.

-Sí Japón, ¿es que no tienes educación?- regañó Hong Kong con una seña de desaprobación.

-Así es, nii-chan enloqueció y ustedes también- Dijeron Taiwán y Vietnam desde el rincón de las lloronas.

-¿Qué creen que lo hizo decidirse de cortarlo?- Preguntó, milagrosamente, Corea con un semblante preocupado- Digo, Aniki amaba su pelo, lo cuidaba mucho, más que a nosotros si eso es posible.

-Sí- Contestó secamente Japón, se le había hecho un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Im, realmente China no cuidaba nada más que a ellos- Realmente no lo entiendo.

-Yo sinceramente se lo iré a preguntar- Dijo una salida Vietnam mientras cruzaba la puerta corriendo.

-¿Qué?- Gritaron a coro el resto de los asiáticos, Taiwán saltó de su asiento y corrió a la puerta pero era muy tarde para que su voz alcanzara a su hermanita- ¡Vi, espera!

-¡Oh dios mío!- Gritó Corea histérico- ¡China la va a matar!

-Ay que ir a ayudarla- Sugirió Japón, como siempre, muy reservado.

-¡Diablos no!- Le contestó Ran (Hong Kong, me gusta el nombre) consternado- China nos matara a nosotros también si nos metemos.

-Que horda de valientes- Bufó Mei antes de correr tras su hermana.

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-¡China-san!- llamó la atención del mayor una jadeante Vietnam- que bien que te alcanzo, hay algo que quiero preguntarte.

-Dime pequeña- Sonrió Yao Wang, claramente con una sonrisa Colgate (sic).

-¿Por qué cortaste tu cabello si lo cuidabas tanto?- Dijo la pequeña marimacho sin inmutarse.

-Porque sentía que estaba muy largo, además quería cambiar un poco mi imagen- Mintió con descaro el chino.

-Entonces, ¿no te arrepientes de haberlo hecho? A los chicos no les gusta mucho pero se acostumbraran- Sinceridad no le faltaba a Vietnam, esa sonrisa honesta en su cara era casi como la de Latvia- A mi me extraño que lo hicieras, pensando claro en tus otros hermanos, escuché que todos llevaban el cabello largo y…

-Mis otros hermanos…- A China se le caía el mundo, en pedazos diminutos, miles y miles de trozos, sus ojos se humedecieron de repente y lo único que pudo hacer para que Vietnam no lo viera llorar fue echar a correr.

-¡Nii-chan!- Gritó la menor pensando si dejarlo ir o no, entonces escuchó a su hermana llamarle y fue donde ella- Mei, metí la pata.

-¿Qué hiciste Vi?- Preguntó Taiwán tendiéndole una mano que la otra tomó y apretó.

-Lo hice llorar- Confesó con pesar y vio a sus otros tres hermanos tras ellas.

-¡Oh por Dios!- Dijo sorprendido Corea, lo que parecía ser la única frase de su vocabulario (sic)- ¿Qué paso?

-Le pregunté por qué lo hizo y luego le dije que me parecía extraño, le comente que sabía que sus otros hermanos siempre lo llevaban largo y se puso a llorar y salió corriendo- Resumió ella tristemente.

-sus otros hermanos, Vi, tocaste un punto sensible para Yao-san, creo que los había olvidado- Sonrió Japón con melancolía.

-¿Qué hacemos?- Preguntó la chica que parecía chico.

-Dejarlo solo- le respondió Hong Kong con una sonrisa parecida a la de su hermano.

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¿Cómo diablos los había olvidado? Era un idiota, un idiota con complejo de olvidadizo, había perdido lo único que su familia real le había dejado. Todos los representantes de los países solían ser en un tiempo solo colonias, a veces hasta pueblos, y vivir junto al resto de los mismos miembros de una nación. Antes, muchísimo antes, China no era uno solo, eran varios, la familia Wang componía esa hermosa nación, esa era la familia real de Yao.

-¿Cómo se puede ser tan idiota-aru?- Se enojó el Chino mientras golpeaba la puerta de su casa contra el marco, dejándose caer de espaldas a ella, recordando a sus hermanos, su promesa.

Flashback.

-Ming, deja mis cosas, por favor- Pedía un Yao Wang que en apariencia tendría apenas unos 8 años.

-Lo siento hermanito, dame mi cinta y te daré tu tonto barco- Le decía una joven mayor, con una sonrisa burlona, se parecía bastante a Yao pero era más femenina, muy hermosa, con unos profundos ojos oscuros y un cabello negro perfecto, largo hasta la cintura y lizo, lo llevaba suelto y contrastaba con la blanca piel que tenían ella y todos los de su familia.

-Está bien, aquí tienes Hermana, ahora dame eso antes de que lo rompas- El pequeño Yao le dio una cinta larga, de color rojo y con detalles dorados a su Hermana mayor y tomó de regreso su barco.

-Gracias Yao- Ming tomó la cinta y ató su cabello a un lado de su pecho con ella- te prometo que cuando tengas el cabello como el de Leon te la dejaré, para entonces ya tendré una nueva.

Cambio de escena

-¡Yao, quita de allí!- El castillo estaba en llamas, Ming lo había hecho reaccionar y moverse antes de que una de las tantas flechas se le hundiera en la cabeza- Agáchate y ven acá.

-Hermana, ¿Qué sucede?- Preguntó asustado el joven, para entonces su apariencia era la de un joven de 15, la joven le sonrió y pasó su mano por el cabello del joven- ¡Ming! No hagas eso.

-Lo siento Yao, solo observaba algo, ya está bastante largo- Dijo ella con tristeza mientras se sacaba la cinta que sostenía su pelo largo- Toma, te lo prometí hace bastante pero… Cuídala, nunca la pierdas.

-¿Hermana?- El chico ya lo temía, sabía lo que venía- No lo hagas…

-Tengo que- Ella bajó la cabeza y besó la frente del menor- Cuida de China por mí, ¡Corre y no dejes de que te tomen!

El menor apretó la cinta en su mano conteniendo las lagrimas, en cuanto su hermana tomó la dirección que el repudiaba, corrió, corrió lejos de allí, donde fuese que estuviese a salvo.

-Te lo prometo Ming Wang, yo cuidare de China y esta cinta será tu recuerdo de por vida- Dijo solemne mientras ahogaba el llanto en su garganta y las lágrimas corrían por su rostro, desde lo lejos veía el castillo Wang arder en un fuego maldito.

Fin del Flashback.

-Lo siento Ming- Dijo entre sollozos mientras apretaba con fuerza su mano vacía, la noche que cortó su cabello no había vuelto a ver aquella cinta, la había perdido, se odiaba por ser tan inútil y aún cuando había destrozado la cocina en busca de ella no había encontrado nada.

La situación era un desastre, los platos estaban todos rotos, la comida desperdigada, todo revuelto, las estanterías medio vacías y con el poco contenido revuelto violentamente, todo movido un poco como haciendo espacio para ver atrás. No había nada en esa cocina de lo que Yao buscaba.

-Te falle a ti, y le falle a Leon también, le falle a Ryou y a Hari- Dijo con tristeza mientras abrazaba sus rodillas en una esquina, el único punto limpio del desorden- Les falle a todos.

Flashback.

-Leon por favor, se ve muy bien con eso puesto- Dijo una emocionada china de ojos extrañamente verdes, era mayor que Yao pues lucía sus buenos 16 pero menor que Ming, Ryou y Leon, era muy diferente a su hermana pues ella tenía unos delicados rasgos con matices casi varoniles y el cabello más corto- ¡No le quites eso!

-Hari, por favor tú, no creo que esté cómodo con esas ropas- Trató de poner orden un joven muy apuesto, parecía tener unos 20, su cabello era largo y era sujetado por una coleta que le caía por la espalda hasta rozar sus muslos, tenía una mirada seria y una voz profunda- Leon sácale todo.

-Aquí manda Ryou así que le hago el favor al pequeño- Un tercer hermano sonrió mientras le quitaba un adhesivo verde a Yao de la boca, este era más alto que Ming pero tenían la misma edad, eran muy parecidos ellos dos pero él tenía rasgos más varoniles y claro le faltaban un par de cosas (sic) de la cintura para arriba- ¿Mejor?

-Hari…- empezó a decir Yao con la voz quebrada- Casi me ahogas.

-¿Lo ves?- Ryou era bastante serio cuando se trataba de manejar a sus hermanos menores- Ahora Leon, desátalo.

-¿Por qué lo tenías así Hari?- preguntó muy divertido el muchacho mientras obedecía y soltaba las cuerdas de las piernas del menor para luego ir a sus manos.

-Pues no se quedaba quieto ni dejaba de gritar, solo quería probar como se vería con el cabello rubio- Dijo con simpleza la muchacha mientras se cruzaba de piernas en su cama y señalaba el tinte en la mesa.

-¡Hari! No vuelvas a tocar a Yao si no hay nadie cerca, podrías matarlo con esa cosa, ¿Qué diablos contiene?- Ryou ya perdía la paciencia- Ni si quiera lo sabes, ¿cierto?

-Gracias Leon- dijo un apenado Yao mientras su hermana se encogía de hombros y lo miraba.

-Si esa cosa no servía hubiésemos tenido que dejar a Yao calvo, ¿eso querías?- Bromeó Leon, pero se arrepintió al ver como el rostro del menor perdía color.

-¡No me quiero quedar calvo!- gritó alejándose de Hari- Quiero tener el cabello largo como ustedes.

-Aw que lindo, me idolatra- Suspiró Leon soñador.

-No seas tonto Leon, Yao, un cabello así requiere cuidado- Dijo Hari con paciencia.

-Lo sé.

-Eso significa, nada de jugar con lodo, tijeras, pintura, Ming…- Enlistaba la muchacha.

-¿Por qué Ming?

-Si la molestas se encargara de dejarte calvo hermanito- Dijo con suavidad Hari.

-Esto… no me importa, de hoy en adelante cuidare mi pelo- El niño sonreía con determinación.

-Eso espero, los Wang siempre lo han llevado largo hermanito…

Cambio de escena

-¡Yao!- gritó Ryou tratando de mantenerlo despierto, la fiebre amenazaba con no dejarlo despertar si se dormía- Por favor hermanito, háblame.

-hermano, ¿Dónde está Hari?- Dijo con una voz increíblemente suave el menor, se sentía preocupado por su hermana, la infección que él tenía a causa de sus propias heridas no era nada en comparación a lo que su hermana sufría.

-Ella está… durmiendo- Los ojos de Ryou brillaron con tristeza y Yao lo supo.

-No me mientas hermano, ¿murió?- Sus ojos se llenaron de lagrimas al ver a su hermano asentir, odiaba el sentimiento de culpa que lo embargaba, el no la había matado pero la habían matado por él.

-Se negó a decir dónde estabas a esos bastardos, ella murió defendiéndote Yao, pero no te culpes- Susurro con cariño Ryou mientras acariciaba el rostro del menor y besaba sus lágrimas, habían perdido a dos hermanas en esa maldita guerra.

Cambio de escena

-¿Por qué?- Yao lloraba, lloraba desesperado mientras rasgaba su ropa y trataba de evitar el sangrado en el vientre de su hermano, una mano se posó en su rostro y lo hizo sobresaltarse- ¡Ryou!

-Detente Yao, sabes que es todo, no importa realmente- La voz del mayor era débil, hablaba con resignación.

-¡No! Ryou por favor, no me dejes tu también, ¿Qué será de nosotros?- Preguntó desesperado mientras presionaba la tela contra la herida de su hermano, quería solo hacerla desaparecer.

-Ustedes son fuertes, estarán bien, Leon y tú son el futuro de este país Yao, tu especialmente, eres el menor de todos y aún así has sobrevivido más que todos, ¿Quién lo diría?- Sonrió con debilidad, la vida lo dejaba lentamente pero su hermano no lo quería dejar ir.

-No Ryou, si sigo vivo es porque ustedes me han protegido, no me han dejado morir, por favor Ryou, no te mueras, no lo hagas- Suplicaba el menor sin consuelo.

-Déjame Yao, solo prométeme una cosa- El pequeño negó efusivamente a la idea de dejarlo morir- Prométeme que mantendrás vivo el legado de los Wang hasta el día de tu muerte.

-No me dejes, por favor Ryou, por favor- seguía suplicando él, se le entumecieron las manos de apretarlas tan fuerte contra aquella tela mientras esta se llenaba más y más de sangre.

-Yao… por favor.

-Te lo prometo Hermano, pero por favor…- Entonces, dejó de respirar, el mayor había cerrado los ojos pero sonreía, sonreía porque su hermano se lo había prometido, había cumplido su último deseo- ¡RYOU!

Cambio de escena

-¡Yao, Yao!- Leon lo sacudía con fuerza, trataba de hacerlo regresar a la realidad- ¿Estás conmigo en esto o no?

-No, Leon es peligroso, no te dejaré hacer algo tan tonto- Dijo Yao temblando de los pies a la cabeza- Eres el único que me queda, no puedo.

-Yao, es la única manera, si yo quemó esa base la guerra se acaba, todo estará bien otra vez- La sonrisa en el confiado rostro de él no hacía fuego con el lloroso rostro de su hermanito- Yao, tú lo sabes, es la única opción.

-Nada estará bien, si tu lo haces… no volverás Leon, lo sabes, yo lo sé- Las lagrimas eran cada vez más y le nublaban la vista, su cabeza luchaba fieramente contra su corazón, la primera quería dejarlo ir y el segundo se negaba rotundamente- Me quedare solo.

-Y así debe de ser, Yao Wang, tú serás China de hoy en adelante, el mundo se inclinará ante ti, juraras tres cosas a mí el día de hoy- Dijo solemne Leon- La primera, Juras por tu pueblo, tu diosa, que nunca te arrodillaras ante nadie.

-Lo juró, mis rodillas no tocaran el suelo que otros pisen- Las lagrimas casi no lo dejaban hablar pero lo hacía, no había vuelta atrás.

-Segundo, Dotaras de honor a China, tu país es tu corazón Yao, cuídalo, defiéndelo… Haz que el orgullo de los Wang deslumbre al mundo entero- Está vez había algo más, un tono de suficiencia surgía sobre las palabras.

-Lo juro, el mundo sabrá que Yao Wang es China y verá de lo que es capaz, mi honor será el que vosotros dejas en mis hombros- Yao se tragó todo cuanto nudo hubiese en su garganta y miró a su hermano sonreír tristemente.

-Lo último, no desperdiciaras la vida que te estamos dando, huirás de aquí, cuidaras al emperador hasta que la base esté quemada, si fallo en mi labor no la tomarás tú, te cuidarás Yao, ya me prometiste cuidar al imperio, prométeme que cuidaras a mi hermanito, mírate, hasta te pareces a mí- Dijo acariciando el cabello negro del menor y le besó la frente- Este es nuestro adiós, te amo hermanito.

Fin del Flashback.

El sonido de la puerta principal lo hizo salir de ese mundo tormentoso en el que se había arrojado, se sentía vacío, culpable y consternado. ¿Realmente había perdido tanto solo por cortar su cabello? Sí, lo había perdido todo, el legado de los Wang, la promesa a sus hermanos, la cinta de Ming, su "parecido" (sic) con Leon. De mala gana abrió la puerta y se sorprendió un poco al ver a todos sus hermanos al otro lado.

-¿Qué hacen aquí-aru?- Preguntó el chino secando las lagrimas y tratando de disimular, sin embargo se sorprendió aún más cuando Mei se le lanzó encima y lo apretó con fuerza contra su cuerpo- ¿Mei, que pasa pequeña?

-Lo sentimos aniki, no queríamos hacerte pasar un mal rato- Dijo "inocente" (sic) Corea, mientras se rascaba la nuca- Creo que se nos pasó la mano, a fin de cuentas es solo cabello.

-Sí, Nii-chan, ¿nos perdonas?- agregó Ran con una carita de gato de Shrek que daba ganas de decir sí a lo que fuese.

-¿Perdonarlos?, tranquilos chicos, no ha sucedido nada-aru- Sonrió China, tratando de verdad que no se preocuparan.

-En serio Yao-san, el pelo vuelve a crecer- Dijo Japón con cariño… ¡WTH!

-Esto… Kiku… quita esa cara- Dijo un aterrado Coreano mientras se le abalanzaba a Yao abrazándolo, buscando protección.

-Waaa…. ¡Nii-chan!- Gritaba Hong Kong al otro brazo de China, Japón daba terror con esa cara, era poco natural en él, su fisionomía no estaba hecha para ello.

-Lo siento-aru- Se disculpó China mientras se echaba a reír, las lágrimas que surgían de sus ojos eran de felicidad y lloraba de la risa, sus hermanos todavía lo necesitaban, no podían depender de él siempre pero aún podían pedirle apoyo, se preocupaban por él y eso lo alegraba, además, la cara de Japón era insuperable.

-¡No se ría Yao-san!- Reclamó el menor con una venita latiéndole en la frente.

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Por fin, este fue el primer capitulo, dedicado a China, mi amor hetaliano Segundo, en serio, hay tres Hetalianos que amo, quienes son el centro de esta serie, hoy no le di importancia a ninguno de los otros dos pero, bueno, Yao merecía la atención, les aviso, el siguiente es mi amor Hetaliano tercero; Italia del Sur, Romano, Lovino, Lovi , como lo quieran llamar. Espero que les haya gustado hasta acá, me dejan un Rvw si les gustó y veran como me hacen feliz y escribo el siguiente Cap en un abrir y cerrar de Ojos... Se les quiere solo con leer jjj...