En el sistema de justicia criminal, las ofensas de índole sexual se consideran especialmente perversas. En la ciudad de Batimore, los detectives que investigan estos terribles delitos son miembros de un escuadrón élite conocido como Unidad de Víctimas Especiales.
Baltimore, Canadá.
Estacionamiento del hotel Georgian House
14 de Febrero del 2014, 5 am
–Bueno ya es hora de entrar a trabajar -dijo un hombre de ayudante de cocina- antes que los huéspedes se despierten y exijan el buffet de desayuno.
–Exigen buena calidad en servicio pero no te dan una buena propina -respondió su compañero, que traía el mismo uniforme-. Odio la temporada de vacaciones –vio a su compañero que se detuvo- ¿qué ocurre?
–¿Qué es todo ese líquido junto a ese auto? –Señalo caminando hacia él- Hay que revisar, puede ser peligroso para el dueño si es el aceite que se está escapando -caminó hacia él lugar- ¡Dios! –Gritó cayendo al suelo- ¡Llama a la policía hay un cuerpo aquí!
Estacionamiento del Hotel Georgian House, 6 am.
–Zeller, ¿qué tenemos? -entró Jack Crawford a la escena del crimen.
–La víctima era un hombre de 22 años, -respondió hincado junto al cuerpo para inspeccionarlo- según por las heridas fue asesinado por golpes -alza un poco la camisa con su pluma para mostrar los moretones formados- y algún objeto que desfiguro su cara –señala la cabeza que ya no tenía rostro por la pelea- eso nos hará imposible la identificación facial.
–¿Por qué se nos asignó este caso? -se cruzó de brazos viendo a Zeller-
–Porque nuestra víctima, traía el pene por fuera -señalo la cintura tapada por un mantel- el gerente del hotel Richard Belzer lo mando a cubrir.
–¿Interrogaron a los empleados? -ahora sus manos estaban sobre sus caderas.
–Sí -dijo uno de los agentes que caminaba hacían ellos- interrogué junto a Beverly a Simón Carpetier y Miguel Sánchez, los que encontraron el cadáver. Nos dijeron que lo encontraron cuando estaban cruzando el estacionamiento para ir a la cocina e iniciar a trabajar.
–Muy bien, Price. ¿Dónde está Beverly? -Pregunto Jack-
–Buscando el arma homicida en el estacionamiento y los basureros cercanos en conjunto con otros oficiales –respondió Jimmy Price.
–Jack, encontré algo más -mencionó Zeller levantándose del lugar entregándole una tarjeta a su superior Crawford-. Es una identificación, nuestra victima al parecer se llama William Graham.
Oficinas de la policía de Baltimore, 12 pm.
–Bien, ¿qué tenemos hasta ahora? -se a cerco el sargento Crawford a su equipo con las manos sobre sus caderas y el labio torcido- ¿alguna noticia de Katz?
–Encontré su nombre en los expedientes de agresión sexual -respondió Zeller con una manzana entre sus manos-. Solo fue una acusación pero no paso a prisión. Sobre el forense, aún esta con el cuerpo y Bev… -arruga la nariz, para luego moverla y taparla con su brazo derecho- ¿qué es ese olor?
–Yo -respondió la agente faltante con el cabello revuelto y pegajoso. Tenía la cara sucia, su chaqueta de cuero café con restos de basura-. Estuve hurgando cuatros contenedores de basura.
–Dime que valió la pena -Jack despego de sus caderas sus manos estirándolas frente de él como si esperada un abrazo pero su rostro serio en conjunto con su cabeza ladeara indicaba que no-.
–Sí -sonrió Bev alzando su brazo derecho donde tenía la bolsa de plástico-. Hallé el arma homicida –se la entrega a Zeller y este la saca mostrándola- una llave de cruz. –sonrió cruzando sus brazos a la altura de sus senos en actitud orgullosa-. Además traje video caseros donde nuestra víctima puede verse vivo –sonríe-.
–Excelente -alzo un poco su labio creando una semisonrisa-. Brian, dile a Price que se apure con la autopsia y Beverly lleva el arma homicida a laboratorio, luego ve a darte un baño.
Zeller se reía de ese comentario y Katz solo rodo los ojos ante esa actitud infantil que le molestaba.
–No hace falta irme a buscar -dijo Jimmy corriendo con una carpeta en manos- Aquí tengo los resultados de la autopsia –agitó la carpeta de su mano-. La víctima estuvo en una pelea previa antes de su muerte. Se encontraron marcas de agresión. Posee una marca en su muñeca derecha de un posible agarre.
–Tal vez, lo sujetaron para ser atacado o para que no se libere -mencionó Brian interrumpiendo a Price.
–Tiene un golpe en la nuca, ocasionado al caer al piso del estacionamiento, es decir, que lo empujaron con fuerza. Según la forense, no era algo tan grave para que perdiera el conocimiento pero se le encontró alta dosis de cocaína y alcohol en la sangre, permitiendo que su atacante tenga ventaja sobre él -ladeo un poco la cabeza hacia Jack que se encontraba a su lado derecho-. El arma homicida debió haber sido un objeto pesado para poder matarlo de un golpe y desfigurarle la cara. Creo que el asesino atacó con ira para destrozarle el rostro.
–Este día está mejorando con estas noticias -movió su cabeza en forma de afirmación-. Brian y Bev vayan a la dirección que tiene la identificación de la víctima. Jimmy revisa las cintas de las cámaras de seguridad del estacionamiento del hotel.
Los tres afirmaron con la cabeza las órdenes y se dirigieron a su labor.
#127 de Moose Street, 3 pm
–¿Por qué las mujeres tardan mucho en arreglarse? -comentó Zeller mientras estaban en el auto antes de bajarse a tocar la puerta- pudimos llegar en media hora al lugar, pero tuviste que ir primero a tu casa a bañarte.
–Bueno, te quejabas de mi olor ¿y ahora te quejas de que ya no apeste? -alzo la ceja Beverly viéndole saliendo del auto-
–Solo digo… -tocó la puerta- mis novias anteriores me hicieron esperarlas hasta tres horas en arreglarse.
–No hay nadie en casa -comentó Beverly a ver que nadie responde-. Eso quiere decir que la víctima vivía solo.
–¿Entramos a investigar? -le miró Zeller. Ella solo afirmo con la cabeza- Entonces procedo.
–Disculpen, -la voz de una mujer les hizo girar hacia sus espaldas y ver en la acera a una mujer clara de cabello oscuro y largo. Vestía elegante- ¿Quiénes son?
–Agente Beverly Katz y mi compañero Brian Zeller, somos de la unidad de víctimas especiales -respondió mostrando su placa-. ¿Es la dueña de la casa o una vecina?
–Soy Alana Bloom y sí, vivo aquí -extendió su mano con una expresión de confusión- pasen, por favor -abrió la puerta.
Los agentes pasaron luego que la mujer entrada de primero. Los guio hacia la sala ofreciéndoles que se sienten y unas bebidas frías que les entrego.
–No entiendo porque están en mi hogar -se acomodó el cabello en una coleta y luego bebió de su limonada-
–¿Conoce a William Graham? -Alana afirmo con la cabeza de forma tranquila ante la pregunta de la otra mujer- ¿Era su novio o su esposo?
–Will, era mi hijo -respondió arrugo la frente-. Graham es el apellido de mi ex marido, yo me regrese a mi apellido de soltera. Will conservo el apellido porque siempre tuvo la esperanza que su padre regresará.
–¿Dónde está su marido? -pregunto Katz inclinándose hacia Alana-
–Miami -dijo rápidamente- … pero –miro a Beverly comenzando a preocuparse- ¿por qué me preguntan sobre mi hijo?
Zeller y Katz se miraron uno al otro para que den la mala noticia. Responsabilidad que tomó Katz.
–Señora Bloom -tomó su mano- me temo que su hijo, Will está muerto.
La cara de espanto de Alana fue evidente. Abrió su boca sin gesticular ninguna palabra por la impresión, hasta que un "no" escapo con eco. Las lágrimas brotaron de su rostro. Comenzó a mover su cabeza de forma negativa rechazando la noticia, haciendo que su coleta se deshaga cuando sus manos se fueron a su cabeza. Se levantó de su lugar tirando su vaso contra la pared, donde ella iba a golpearse si no fuera porque Zeller la tomo de la cintura para sujetarla con su cuerpo.
–¡Nooo William! -gritaba y pataleaba- ¡No mi hijo! ¡Mi hijo, mi bebé…! -lloraba- ¡aaaah! ¡Por qué Dios mío!
–Tranquila señora Bloom -le repetía Brian mientras la sujetaba- respire hondo.
–¿Cómo me pide que me tranquilice cuando mi hijo está muerto? -preguntó exaltada.
–Queremos ayudarle y para ello, necesitamos que se tranquilice respondiéndonos algunas preguntas sobre su hijo para buscar sospechosos -agrega el único hombre de la habitación-.
¿Dónde se encontraba su hijo la noche de ayer? –preguntó Beverly.
–No lo sé -dijo Alana limpiando sus lágrimas de su cara con la ayuda de una servilleta-. Desde hace cuatros años que no vive conmigo. Servicios sociales me lo quito porque su psiquiatra me acusó a las autoridades de ser una madre irresponsable. Mencionó que lo abandone y por mi descuido, él entró en depresión y drogas. Incluso estuvo bajo sospecha de intento de violación.
–Efectivamente, leímos sobre la violación -respondió Zeller-. Nos puede hablar sobre eso.
Alana solo afirmo con la cabeza
–No porque sea su madre, digo que es inocente -respondió-. Solo supe que la chica que lo acusó era su novia. No me gusta juzgar a las personas en esa situación ya que ella se retractó en su acusación.
–Muy bien -mencionó Bev- ¿Dónde vivía su hijo cuando se lo quitaron?
–Se lo llevaron al hospital psiquiátrico general de Baltimore -respondió Bev miró a Brian- por los problemas de drogadicción y porque comenzó a presentar esquizofrenia. Sin embargo solo estuvo ahí dos años, luego escapo.
–¿Por qué escapo? -preguntó la agente de pie frente a ella-
–No lo sé -se encogió de hombros torciendo un poco su labio-. Nunca me lo dijo. Había un rumor, donde se le acusaba a su doctor a cargo de realizar experimentos poco ortodoxos sin permiso de los pacientes o responsables legales. Bueno, eso fue lo que me dijo su psiquiatra de ese momento arrepentido de haberlo mandado con el doctor Chilton.
–¿El doctor Frederick Chilton? -Beverly se agarró de sus caderas y torció sus labios-
–Sí -Alana le vio extrañada- ¿lo conoce?
–Algo así -respondió Zeller sonriéndole-
–¿Creen que sí era cierto eso? Por eso mi hijo huyó del lugar y fue asesinado -se tallo la cara.
No lo sabremos hasta concluir la investigación. –Respondió Bev-
–Apenas ayer hable con él, me dolerá ver la computadora ahora-comentó mientras miraba a su computadora que estaba en el escritorio y se sobaba su brazo derecho derramando lágrimas-
–Señora Bloom, hablo con él. ¿A qué hora fue eso? Porque eso nos puede ayudar estimar la hora del ataque -dijo Brian acercándose a ella-.
–Hablaba con él todos los días por el Skype puntualmente a las cinco -mira el reloj de la pared que marcaba cinco minutos para la hora-. A veces me pedía dinero y otras solo me decía que estaba bien y siempre estaba con un amigo, su nombre es Matthew Brown –sus ojos se abrieron enormes viendo a Zeller-. Él debe saber algo.
La computadora sonó exactamente a las 5:05 pm. Alana estaba sorprendida y se levantó a ver a que se debería cuando gritó cubriendo su rostro con su manos. Beverly se le acerco y observo en la pantalla al chico que estaba en la fotografía de la identificación.
–Will -lo nombró derramando lagrimas- estas vivo.
–Claro, mamá -respondió con una sonrisa. Luego parpadeo cuando Alana lo señalo.
–¡Está vivo! -decía la madre confundida apuntando la pantalla mientras que los dos detectives se acercaban a comprobar la pantalla.
–¿Con quién estas? -preguntó el joven de cabello rizado.
–Con la policía, ellos dijeron que estabas muerto -respondió.
–¿La policía? -en un tono de sorpresa y alterado- No deben verme –se levantó- Adiós para siempre mamá.
Acto seguido Will salió de la video llamada, solo se le vio correr sin apagar la pantalla. Alana solo gritaba evitando que se escapara como siempre, le decía que no huya que ella lo protegerá. Zeller solo miró a Katz, ambos estaban atónitos por ese acto.
En cuanto reaccionaron Beverly pidió su cuenta a Bloom para rastrear donde se realizó el vídeo llamado y encontrar a su hijo. Alana acepto. Ellos agradecieron la ayuda y le prometieron mantenerla al tanto como ella si sabe algo de él.
