Estoy nervioso, este es mi primer fic en Harry Potter, estas son las clásicas palabras de un novato, pero tengo entendido que no lo soy, este fue un proyecto que hice rápidamente en unos minutos después de ser inspirado por una gran amiga mía, a la cual dedico en su entereza este fic, y cualquier logro se lo dedico a ella. Disculpa por mis molestias es que soy muy impulsivo y desesperante.
Dedicado a Timon, y que se sane pronto, o por lo menos la pase bien dentro de lo posible.
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Fic: El frío de Mi Alma
Capítulo I: Aproximación
Ya es de mañana. Simultáneamente en las casas de Hogwarts se levantaban niños, estudiantes, duendes, maestros seres místicos y toda clase de secretos que rumbaban por los oscuros pasillos durante la penumbra de la noche se ocultaban de la luz de la mañana.
Me es difícil iniciar esta historia. Sucedió hace tanto tiempo atrás, apenas recuerdo los detalles que me dieron los distintos actores en esta verdadera película, como se les dice. No estoy seguro como empezar, creo que empezaré con lo que pasó el día antes de ese amanecer. Ojalá que recordando lo que pasó rememore los importantísimos detalles. Bueno ya es hora de que comience.
Estaban todas las casas reunidas en el gran salón, habían varios que se ausentaron de todos modos, un simple ejemplo de esto era el inseparable trío de Harry, Hermione y Ron.
Draco estaba un poco más irritado de lo normal, deseaba con ansias molestar a Ron, o Harry, se hubiera conformado con Hermione. Pero ninguno de ellos estaba y no podía mostrarse prepotente frente a nadie más, hacerlo no sería tan divertido. Nunca lo sería. Su cabeza se balanceaba mirando de costa a costa en busca de una víctima como un metrónomo que marca los tiempos de una composición musical. Sus supuestos amigos de la casa lo miraban extrañados, comprendían relativamente lo que sucedía. Pero no sabían que decirles para animarlo.
Draco seguía pensando quien podría ser la víctima de sus burlas hoy. En Gryffindor no habían caras muy conocidas. Cerró los ojos y se arrellanó en su silla; recordó algunas de las palabras xenofóbicas de sus padres y los malos tratos contra los seres inferiores. Sonrió. Ya sabía a quien molestaría, abriría los ojos y al que viera, sería su víctima. Lo provocaría, y lo obligaría a enfrentarse a él, en un duelo sangriento donde el terminaría con sus manos ungidas por la sangre de su rival, odio, odio puro supuraban por cada uno de sus poros. Fuera quien fuera.
-Uno, dos y... tres...
Y Draco abrió los ojos, y los que vio lo llenó de goce, de malicioso goce. Una cabellera de color rojizo entre matas de pelo oscuro.
-¿Un Weasley? – se dijo a si mismo –, Sería fantástico...
Se levantó con gran prepotencia y arrogancia y se lanzó hacia la mesa de Gryffindor ante las miradas atónitas de sus compañeros y de los que pasaban cerca de él en su presuntuoso andar. La cabellera seguía ahí; probablemente George, tal vez Fred, no sabía, solo sabía que era un Weasley, no Ron, no Ron, él no estaba ahí.
Ya en la mesa de Gryffindor, se acercó a esa cabellera y puso con cierta fuerza su mano sobre el hombro de su victima. Y le dijo con gran vehemencia:
-Te espero antes de la hora de dormir, tenemos que hablar... – la voz se le acabó a Draco al ver con quien hablaba.
Detrás de todas las risas de casi todas las mesas que lo estaban viendo vio con que Weasley estaba hablando, un pequeña, delicada y tierna niña de pelo rojo que contrastaba con su rostro aún más sonrojado por lo que le había dicho Draco. Le miraba con ternura y miedo. Draco también se sonrojó, pero dignamente se quitó el rubor de sus mejillas dio vuelta en sus talones y se alejó altaneramente en dirección a su mesa donde fue recibido por silbidos, felicitaciones y más que nada; burlas.
Corrió en dirección a su cuarto y se encerró ahí, llevó consigo su plato de comida y su cuchillo y tenedor. Se sentó en su cama y miró su plato por largas horas, intentaba pensar pero no lo lograba, tomó un libro que estaba a su lado, apartó su plato y empezó a leerlo, tal vez así olvidaría en lo que había hecho. Era un clásico libro de hechizos. Aprendió algunos, se intentó concentrar tanto en su lectura que los entendió con gran facilidad. En eso escuchó como llegaban sus compañeros de casa, había faltado a varias clases, sus amigos lo habían excusado con sus profesores.
Se decidió tomo su frío plato de comida, y con un toque logró calentarlo un poco para poder comerlo. Bajó con él a la sala común donde fue recibido por una multitud de burlas y silbidos, él sin darles mucha atención los miró fríamente sofocando sus insultos y se sentó a comer. Lo miraron extrañados y varios se fueron a sus cuartos luego de unos minutos. En eso uno de sus compañeros de casa se acercó a él y le dijo:
-Draco, adivina quien te está esperando en la puerta de entrada...
Este tipo le guiñó el ojo, Draco estaba desconcertado, no sabía quien podría ser. Pero en un destello el rostro de Ginny pasó por su mente, empezó a sudar un poco y se puso nervioso, tanto que guardó sus cubiertos en el bolsillo de su ropa. Sus compañeros los llevaron a empujones hacia la entrada donde lo esperaba su "invitada".
Al salir lo dejaron solo y ahí con su rostro sonrojado estaba la pequeña Ginny, mirando el suelo, cepillando el suelo con su zapato, nerviosísima por la petición de Draco.
-¿Por qué viniste aquí? – le dijo Draco con aires de superioridad.
-Porque tú me dijiste... – respondió casi imperceptiblemente Ginny, sin mirarlo, hablándole al suelo.
-¡Yo no te dije nada! – gritó Draco.
-Sí.... pero...
-Sal de aquí... – dijo Draco poniéndose un tanto nervioso.
-Pero... tú... me...
Draco ya estaba muy nervioso, le tiritaban sus manos y no sabía que hacer. Repentinamente palpó el cuchillo que tenía en su bolsillo y lo empuñó fuertemente en su mano.
-Tú... o... Weasley...
-¡Huye Ginny! – gritó una voz extraña.
Ginny levantó la vista y vio a Draco amenazándola con el cuchillo en el aire, alto y con malas intenciones. Abrió su boca y se cayó al suelo. Draco estaba paralizado y anonadado por esa voz que advirtió a Ginny. Draco miró en todas direcciones y no vio a nadie, sería un buen momento para deshacerse de un Weasley, pero ¿Quién le había advertido a Ginny?
-¡Ginny, escapa de ahí!
Draco se dio la vuelta en busca de quien gritaba, en ese lapso de tiempo Ginny escapó ya corría lejos por el oscuro pasillo. En eso él comprendió quien había salvado a Ginny...
Y Draco pasó toda la noche mirando por donde había huido Ginny, pensando, pensando...
Había sido él mismo...
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Bueno espero que les haya gustado. A mi me gustó hacerlo y espero su apoyo. Que más puedo decir, dedicado a Timon, también a mi prima/hermana samurai con ajo. Les deseo lo mejor y que disfruten la vida, lo que quede de ella. La vida es corta, las palabras quedan...
Se despide
Master, the Gambler
"Shaoran acarició el pelo de Meiling creando un temblor por todo el cuerpo de Meiling, además de una gran excitación, el nerviosismo, la pasión, el entendimiento, la limpieza de mente. Se creó un vacío. Un vacío entre sus labios..."
"La bestia que vive en Mi" capítulo Nº 5 de Master, the Gambler
Y Sí, a la publicidad innecesaria!!!
