Los personajes de este maravilloso manga no me pertenecen, son propiedad de Katsura Hoshino. Todos aquellos que no conozcan son de mi propiedad. Esto es solo por diversión y no lucro de ninguna manera con esto.


Prólogo

Lluvia, lluvia y más lluvia. Parecía ser que era de esos días en los que no pararía en todo el día pero no podía quejarme de nada, me encantaba el olor de la lluvia por la mañana. Sonó mi alarma lo más temprano posible, si no despertaba a las cuatro de la mañana en punto entonces no podría estar lista antes de irme a la universidad antes de las siete.

Mi vida no era complicada y estaba totalmente planeada. Graduarme, conseguir trabajo, esperar a que mi novio me propusiera matrimonio, tener mi propio negocio, hijos, nietos, envejecer y acabar en una fosa como todo los seres humanos.

Muchos dicen que planeo mucho las cosas y que mi vida es perfecta tan solo por tener organizado todo mi tiempo. En realidad fue más una costumbre adquirida al notar mis descuidos a lo largo de los años escolares y al momento de pisar mis estudios universitarios ya tenía que sentar cabeza y organizarme como toda una adulta.

—Demonios… —quise tirar el despertador contra la pared con mucha fuerza pero no podía, era un regalo de mi novio—un semestre más y seré libre de esto…

Solo eso, un semestre mas y ya acabaría mi tortura de los despertadores a las cuatro de la mañana. No digo que fuera a ser distinto después de graduarme pero alguna diferencia habría ¿Cierto?

Luego de mis clases matutinas tocaba ir al trabajo, un empleo en una floristería de la ciudad. No era mi trabajo soñado pero daba para pagar el alquiler de mi mini departamento y otras necesidades como agua, electricidad y el sagrado internet. Pero no excluía que tenía que ahorrar dinero, incluso llegué a tomar medidas muy drásticas con respecto a eso.

¿Cuáles fueron los resultados? Mi cabello lacio, sedoso, castaño claro que me llegaba hasta la mitad de la espalda, mi mas grande logro durante años… tuvo que desparecer convirtiéndose en un corte extremo, uno que me hacía lucir como chico. Obviamente tenía su forma femenina y yo me encargaba de eso, no quería que me dijeran que parecía un chico así.

Reducir salidas, comprar ropa usada… algunas veces, comer menos en la calle y comer porciones pequeñas lo cual me hizo adelgazar más. Nada de ir de compras en cada temporada, nada de arreglarse las uñas… en ocasiones sí. También el dinero se iba en materiales de la universidad y cosas que eran de extrema necesidad como colores, marcadores, etc, etc…

—Veamos… —me senté al borde de la cama, la luz del amanecer entraba por la ventana y mejor después de abrir las cortinas para que entrara más la insoportable luz… ¿Qué puedo decir? No soy una persona mañanera. La lluvia seguía cayendo sin parar—baño, desayuno, alimentar al conejo, vestirme, mis libros… y hacia la universidad.

Perdón si no me presenté antes, mala costumbre. Mi nombre es Simel Armitage… sí, no sé qué pensaban mis padres al momento de registrarme. Tengo 22 años y estudio diseño gráfico e historia del arte y en mis tiempos libres me dedico a la fotografía y a otras cosas. Soy un poco alta, debo medir 1.71 cm creo… hace tiempo que ni me ocupo de mi misma por estar pendiente de todo.

Tengo dos hermanas, una mayor y una menor. La mayor se llama Moswen y la menor Tanner… definitivamente no sé qué pensaban nuestros padres al momento de registrarnos. Mi padre es Bronach Armitage, dueño de un pequeño pero famoso pub en nuestra amada Irlanda y mi madrastra es Meriel O'Brady y el nuevo miembro de la familia no tiene nombre aun pero dentro de unos dos meses lo sabríamos.

Mi vida era tranquila, sin mucho movimiento porque solo me la pasaba estudiando y mis padres no podían costear todos los estudios míos y los de mi hermana mayor que vivía en Boston estudiando leyes y mi trabajo no daba para tanto. Gracias a Dios la fotografía me ha ayudado en ocasiones y me ha saldado de comer solo sopas instantáneas.

Vivía lejos del centro de la ciudad pero podía llegar a mi universidad sin problema alguno. ¿Amigos? Sí, tengo varios. Son de los que puedo contar con una mano y así está bien para mí, mejor amistades honestas que nadar con personas que hablen a tus espaldas.

— ¡Calambre! ¡Calambre! —tampoco era una deportista pero tampoco era totalmente sedentaria. Creo que estaba justo en el medio entre delgado y relleno— ¿Por qué todas las mañanas es igual? Dolor…—sonó mi teléfono celular en mi mesa de noche. Era costumbre que mi novio me llamara a esas horas para ver si me había despertado—Buenos días amor… —mi voz sonó cansada y sin muchos ánimos.

Hola dormilona, ¿Ya estas al 100 %? —era tan optimista a veces.

—Al 51 %

¿Por qué 51 %?

—Porque nos soy un gallo como tú que se para a cantar justo cuando sale el sol. Si digo al 50 % eso sería la mitad y no permito que eso sea así, por eso prefiero decir 51 %—lo escuché reír del otro lado de la línea—Reever, hoy voy a reunirme con Lenalee en el bar de la universidad en la tarde ¿quieres ir?

No creo poder, mucho trabajo en el laboratorio y debo entregar unos informes antes de que acabe la jornada, ya sabes… lo de siempre…

—Entiendo, te veré otro día entonces—no lo veía mucho a causa de su trabajo.

Descuida, nos veremos luego.

—Adiós…

Adiós amor, que tengas un buen día en la universidad de los horrores—yo reí recordando el apodo dado por mí al santuario del saber donde iba.

Reever Wenhamm, mi novio desde hace un año más o menos… creo… soy la peor novia del siglo. Australiano que llegó a Londres por una maestría y terminó quedándose por mí, un poco precipitado pero un gesto muy maduro de su parte a pesar de yo no exigirle nada en nuestra relación.

Corrí al baño, me lavé los dientes, me bañe, lave mi corta cabellera la cual ya no me arrepentía de haber cortado, me perfume y salí buscando mi ropa a la velocidad de la luz. Hacia frío, era otoño y la lluvia tampoco ayudaba mucho, si no me resfriaba entonces todo estaría bien.

—Afton… buenos días conejito—mi pequeño conejo blanco, regalo de Moswen… más bien era de ella pero no podía cuidarlo porque se mudó a Norte América así que henos aquí—aquí está tu comida y nos veremos más tarde.

Salí corriendo, para eso si era buena cuando estaba apurada. Debía encontrarme con Lenalee en la universidad antes de las siete para poder terminar ciertos trabajos de una exposición en la que ella me ayudaría. Ella es mi mejor amiga, la conozco desde que entré y no hay nadie en el mundo en quien confíe mas que ella, vivíamos en las mismas circunstancias solo que ella solo tenía a su hermano mayor.

Según tengo entendido sus padres murieron en un accidente de tránsito siendo ella muy pequeña y su hermano, Komui era prácticamente su padre. Lo conocí una vez y he de decir que no he conocido a un hermano mayor más celoso y protector que él, no sé cómo reaccionaría si se enterara que Lenalee está saliendo con alguien.

—Autobús de… —me reserve el adjetivo. No era una persona de usar malas palabras… ERA. Al pasar de los años y las malas juntas siempre se aprenden cosas nuevas. Sentí mi teléfono vibrar en mi bolsillo—ahora me llama… Lenalee… hola, sí ya me levante y estoy esperando el autobús.

Eso espero, me paré temprano por ti también—solté un suspiro y miré mi reloj, eran las seis con veinte minutos. Todavía podía llegar a tiempo— ¿Si vas a ir con Allen y conmigo al bar en la tarde?

—Sí, después de salir del trabajo.

Que bien porque tenemos noticias importantes…

—Por favor no me digas que esas embarazada…

No, no, no, no quisiera que mi hermano dejara a mi hijo sin padre… o él sin poder procrear—me reí imaginando la escena. Ya yo había sido bastante descriptiva con Allen sobre Komui así que ya la semilla del miedo estaba plantada en él.

—Ok, nos veremos allá más rápido de lo que crees.

Está bien, date prisa que ya tengo también tu dotación de cafeína y Allen se está devorando él solo una caja de donas.

—Música para mis oídos y dile que no coma mucho que si luego le da dolor de barriga no tendré modelo, adiós.

Era de esas personas que no podía vivir sin la cafeína matutina. Me ayudaba a estudiar y por alguna extraña razón afloraba mi creatividad. Ahora estaba con la curiosidad de que sería lo que Lenalee me quiere decir. A pesar de conocer a Lenalee desde que comenzamos ella iba un semestre más que yo, lo que significa que a ella solo le faltaba un mes para graduarse y yo… bueno… por motivos personales me atrasé un semestre.


No contaba con que estuvieran reparando las calles… ¡jamás estuve en un embotellamiento tan grande en Londres! Ya eran las siete y veinte de la mañana.

— ¡Lenalee! ¡Lenalee! —llegué corriendo lo más rápido que pude al cafetín de la universidad. Menos mal que me traje zapato deportivo a pesar de la lluvia pero no veía a mi amiga por ningún lado—Dios, que desastre soy…

— ¡Simelo! —me frené de golpe y fui a dar contra un pilar. Esa voz la reconocí enseguida… y el sobrenombre también—Uy…

— ¿Por qué la llamas así? —según lo que pude ver Lenalee le dio un buen zape en la cabeza— ¿Estas bien, Simel?

—Sí, el golpe no me dañó nada… ¡Y mi nombre es Simel! —yo adoro a Allen, un gran amigo, una gran pareja para mi amiga y una persona que nos apoyaba en todo, incluso hizo de modelo hawaiano para unas exposiciones que tuve, siempre se lo pagaba con una plato de comida aunque él era un barril sin fondo. Sin duda la única pareja de Lenalee que me ha sabido caer bien—perdón por llegar tarde.

—Súper tarde… —dijeron ambos con fastidio.

—Ok, súper tarde... pero es que había un embotellamiento muy grande en el centro y…

—Te hubieras venido corriendo… —lo bueno de mi era que tenía paciencia… menos con Allen.

— ¿Por qué mejor no te cortas el cabello? —y comenzamos otra vez.

— ¿Por qué mejor no te dejas crecer el tuyo?

— ¿Por qué mejor no te lo pintas, canoso prematuro?

— ¿Por qué mejor no….? —tengo suerte también que Lenalee no soporta nuestras peleas.

—Ya basta… —cuando usaba ese tono sabíamos que era momento de parar—tienes clases a las ocho así que aún hay tiempo de hacer lo que falta de tu exposición.

—Sí, tenemos suerte… ¿verdad, Allen? —le sonreí mientras sacaba un yukata azul oscuro de mi bolso— ¿quién es el novio más lindo y bueno del mundo y de mi mejor amiga?

—… ¿yo?

—Exactamente.

Tenía una exposición sobre Japón, me esforcé mucho en los diseños hechos en mi presentación y tenía que mostrarlos también impresos en calcomanías como si fueran a venderse y es que la clase de marketing era también una de mis favoritas.

—Tu café—Lenalee me extendió el brazo y me dio mi taza café—con leche, azúcar, un toque de canela y un poco de vainilla extra—admito que soy adicta a los dulces.

—Dulce néctar de los dioses—tomé el vaso y lo miré como si fuera la más grande creación de algún alquimista—no sé qué haría sin ti.

—Enferma, por eso te digo que no debes tomar mucho café Lenalee—desvié mi vista solo unos segundos para intentar matarlo cinco veces con la mirada—tienes unos ojos muy bonitos, Simelo…

— ¡Simel!

—Pero si me miras así siento que me clavaran un cuchillo en la espalda…

—Entonces si funciona—di un sorbo a mi café y le quite una dona a Allen. Lenalee y yo comenzamos a acomodar todo para la presentación—espero que salga bien, no dormí casi nada anoche por los nervios.

— ¿Cómo esta Reever? ¿Va a venir con nosotros más tarde?

—No, esta ocupa… —me tapé la boca luego de escupir el café en la cara de mi amiga. Allen y Lenalee quedaron petrificados con mi acción. No pude evitarlo—lo siento lo siento, lo siento y millón de veces lo siento Lenalee—agarré una servilleta y le limpié la cara con cuidado.

—… ¿Podrías decirme que fue lo que acaba de pasar? —mientras terminaba de limpiarle la cara vi como Allen se reía aun con el yukata que le di en la mano, intentaba disimular su risa al voltearse—no ayudas mucho, Allen…

—Lo siento…

—Es igual, ¿Qué viste que te dejó tan… impactada?—he ahí mi problema más grande. Algo que nadie sabía.

—No es nada Lenalee, es que vi una mosca que tenía el tamaño de un dinosaurio y… me asuste.

—… ¿Qué le pusieron a ese café, Lenalee? –preguntó Allen a Lenalee a lo cual ella negó con la cabeza.

Odiaba mentirles, en verdad lo odiaba. Allen era como mi mejor amigo hombre, el tiempo que él y Lenalee llevaban juntos había sido bueno hasta para mí. Allen hacia las mismas cosas que nosotras, nos apoyaba en todo, iba con nosotras a cualquier sitio. Mentirle a él era como mentirle a un hermano, ambos eran mis mejores amigos.

—Creo que ya es hora de irme—dije a los chicos, el tiempo había pasado muy rápido y ya solo faltaban diez minutos para que comenzar la clase.

—Buena suerte con la presentación, estaré en la parte de arriba esperándote en el café—dijo Lenalee, me dio un abrazo.

—Gracias—Allen se acercó y me revolvió mi corto cabello— ¿Listo, Allen?

— ¿Por qué tengo que ser yo siempre tu modelo?

—Porque no hay más nadie que pueda, Reever esta trabajando siempre y tu estas, por los momentos, desempleado señor arquitecto Allen Walker—creo que lo que dije lo entristeció más, se había graduado hace cinco meses y aun no conseguía un trabajo bueno. Lo bueno es que tenía ahorros suficientes para sobrevivir.

—Gracias por recordarme mis desgracias.

—No me refería a eso… ya deja de quejarte y vamos antes de que salga huyendo de aquí y no presente nada.

Como dije antes, mi vida era planeada y me había obsesionado con planearlo todo a mí alrededor pero sin llegar a exagerar. Pero hubo una vez que todos mis planes se fueron por el escusado, solo una vez… no sabía que a partir de este día mi vida se convertiría en un camino de sorpresas tras sorpresas.

Continuara.


Hola buenos días, buenas tardes, buenas noches.

Mi nombre es Althea de Leo y este es mi primer fanfic de D-Gray Man, como ven es un AU y con una OC. Debo de darle las gracias a mi querida amiga Kaoru Bookman que me trajo de vuelta al fandom, gracias amiga! Juro que algún día te iré a visitar, eso es lo bueno de vivir más o menos cerca :D

Espero que le den una oportunidad al fic y espero que les guste la historia. A media que se desarrollen puede que lleguen a encontrar tres cosas: OOC ligero (intentare hacerlo lo menos posible), Lemon y locuras. Las locuras y situaciones fuera de lugar van a sobrar y algunas de ellas inspiradas en experiencias personales para darle un poco más de realismo a la historia.

Como Simel es mi primera OC en este fandom espero que no la consideren una Mary Sue porque es lo menos que va a ser en esta historia.

Amiga, este fic va dedicado a ti, al padre de mis minions (Ya tu sabes quién XD) que es él el necio que me apoya para escribir y a todas mis minions que les gusta D-Gray Man.

Les mando besos y abrazos, se me cuidan y nos vemos en un próximo capítulo.

Althea de Leo.