Disclaimer: como todo el mundo sabe, Harry Potter, amigos y enemigos, pertenecen a JK Rowling, Warner Bros., Bloombsbury... bueno, a todo el mundo menos a mí. Que nadie intente denunciarme, porque soy pobre como una rata.
NADA COMO UN BUEN ATAQUE DE AMNESIAPrólogo: Consecuencias de una fiesta
Harry Potter estaba en la biblioteca del castillo de Hogwarts estudiando un viejo tomo encuadernado en piel titulado "Manual de Pociones Avanzadas". Bueno, decir que estudiaba es un alarde del más puro optimismo, porque, en realidad, Harry sólo era capaz de dirigirle algunas miradas al libro de vez en cuando, y era para disimular. A su lado, su amiga desde hacía más de seis años, Hermione Granger, estaba tan concentrada leyendo un libro sobre runas, que parecía haberse olvidado de respirar.
Harry la miraba de reojo cada pocos segundos. No podía creer que Hermione se comportase de aquella manera. ¿Realmente aquella era Hermione Granger, o alguien la estaba suplantando utilizando la poción multijugos? Su actitud, sus maneras para con él, la forma de dirigirse a él mirándolo a los ojos... todo parecía inaudito.
Porque Hermione Granger se comportaba con él de una forma que Harry no podía explicarse.
Exactamente tal y como había hecho siempre.
Ni se sonrojaba cuando hablaba con él, ni rehuía su mirada, ni evitaba rozarlo o tocarle aunque fuese la mano. Hermione se comportaba con él con absoluta normalidad. Esa misma tarde, mientras Harry hacía intentos infructuosos de darle a un encantamiento desilusionador el giro exacto de muñeca, ella había resoplado, lo había agarrado por el brazo y, cogiendo la mano del chico con la suya, había reproducido con total exactitud un toque de varita tan perfecto que ni McGonagall hubiera podido mejorarlo. Harry, sin embargo, fue incapaz de reproducir el gesto, no porque no se lo hubiese estudiado antes, sino porque tenía el corazón bombeando sangre más rápido que la velocidad punta de su saeta de fuego, con el pequeño detalle de que su sistema circulatorio parecía haberse secado en cuestión de segundos. La chica chasqueó la lengua, negó con la cabeza y decidió dejarlo por imposible, dedicándose a traducir un texto rúnico con un entusiasmo desbordante.
Ni siquiera le había temblado el pulso cuando le había cogido la mano.
Y después de lo que había sucedido en la fiesta de Ravenclaw de fin de año, Harry sólo podía explicárselo si era cierto lo que decía Hermione...
... que no recordaba absolutamente nada de lo que había pasado aquella noche.
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Bueeeeeeeeeeeeeeeeno, aquí estoy otra vez. Siento hacer un prólogo tan pequeño, pero qué le vamos a hacer, es que no se puede decir más de momento. Estoy liadísima de trabajo y de estudio, así que no creo que pueda actualizar cada día como en "Ponga una mascota..." y "Los peligros...", pero haré lo que pueda.
Muchos besos a todo el mundo.
Lara
