Disclaimer: Los personajes aquí presentados, no me pertenecen, son propiedad de Nikelodeon y Craig Bartlett. Excepto claro, los creados por mí, para narrar la historia.
Disfruten.
Anata – Tú
Capitulo 01: Ser o no ser.
Camino sola sin descanso, mi destino me guía por un largo sendero lleno de soledad y tristeza.
La mirada serena, la frente limpia, Helga luce encantadora esa mañana, su cabello cae graciosamente a los lados sobre sus hombros, ya no usa esas coletas que solía usar, a partir del comienzo de año su cabello siempre esta peinado así, suelto con su listón a modo de diadema, dejando un moño en su nuca, su uniceja desapareció, su hermana la obligo a hacerse un depilado permanente, sus ojos azules resaltan mas con este cambio, y muchos de sus compañeros han comenzado a verla con otra mirada, y sin embargo hay algo que aún no cambia y es, su carácter.
– ¡A un lado zopenco! – Expresa la chica de doce años, empujando a un chico, que oso ponerse en su camino aquella mañana.
Arnold la mira entre divertido y reprobante. – ¡No puedes ser mas amable! – Le reprocha al verla junto a él.
– ¡Arnoldo, ya saben que no deben meterse en mi camino! – Dice ella caminando despacio, al lado del rubio, que la toma de la mano sonriente.
– ¡Esta bien Helga, será como tú quieras! – Ella se sonroja, hace tiempo que él hace eso, pero aún así, es algo que la atonta demasiado, y esta bien son amigos, ¿pero porque él la toma siempre de la mano?
Una vez mas en su salón de séptimo grado, una vez mas él solo la suelta hasta dejarla en su lugar, y él se sienta frente a ella como siempre.
– ¡Hey viejo! – Saluda Gerald entrando.
– ¡Hola Gerald! – Dice el rubio, dandole su saludo favorito a su mejor amigo.
– ¡Hola Helga! – Dice el moreno dandole una palmada en la cabeza a Helga.
– ¡Hola cabello de espagueti, ¿perdiste el autobús?! – Dice burlona recordando al chico, que corría tras el bus hacia un rato.
– ¡Muy graciosa Pataki, si me viste, hubieras hecho el favor de decirle a el conductor, que se detuviera! – Dice sentándose pesadamente en su asiento.
– ¡Okey, lo siento, pero dos de nuestros compañeros te vieron y lo pidieron, pero el muy desgr…
– ¡Helga! – La interrumpe Arnold.
– ¿QUE? Es un maldito, no quiso parar. – Dice levantando los hombros y modificando lo que iba a decir. – ¡Menos mal que a Phoebe la iban a venir a dejar sus papas, hasta la hora del almuerzo, se hubiera desesperado de verte correr hacia el camión! – Dice mas seria.
– ¡Ese conductor es un cafre, deberían despedirlo! – Expresa Gerald.
– ¡Solo hace su trabajo! – Lo defiende Arnold.
– Para ti es fácil viejo, tu padre te trae en auto todas las mañanas. – Le reclama Gerald a su mejor amigo.
Arnold se sonroja. – ¡Pues si eso es verdad, pero solo por que el museo, queda en el mismo camino que la escuela! – Trata de explicar, hablando respecto al trabajo de su padre.
– ¡Ya tranquilo cabeza de balón! – Replica Helga. – ¡Ahí viene el profesor!
– ¡Buenos días jóvenes! – Exclama el profesor Brighton entrando al salón.
– ¡¡Buenos días – Responde todo el grupo, saludando a su maestro de matemáticas.
– ¡Oye Helga, y al rato me platicas que le pasa a Phoebe! – Le dice Gerald en voz baja a su amiga.
– ¡Esta bien! – Contesta ella asintiéndole, ante la mirada curiosa de Arnold.
Brillantes y serenas lucen las nubes pasajeras, recordándome que todo en esta vida es como ellas.
– ¿Enferma? – Dice Gerald preocupado.
– ¡Shh, no lo digas tan fuerte, ella no quiere que nadie lo sepa! – Helga lo mira de arriba a abajo. – ¡De hecho no quería que yo te lo dijera, pero viendo que ella te preocupa, tenia que hacerlo!
– ¿Y porque a mi también me lo dices? – Pregunta Arnold intrigado.
Ella voltea a verlo. – ¡Porque conociéndote, no me hubieras dejado en paz, hasta que te lo dijera! – Le replica sincera.
– ¡Ah, esta bien! – Responde Arnold, sonriéndole, por lo que ella se sonroja.
– ¿Y que tiene? – Indaga mas angustiado el moreno.
– No saben exactamente, su corazón se debilita cada vez mas y necesita una operación, es por eso que hoy tenia cita con el cirujano. – Explica la rubia con un poco de tristeza en su voz.
Gerald y Arnold lucen impactados por la noticia, Phoebe siempre había lucido como una niña saludable, pero a ultimas fechas, su fisonomía se veía demacrada, y su cuerpo mas delgado, y ahora entendían por que.
– ¡Prométanme que no le dirán nada, de lo que les dije! – Replica Helga mirándolos, ambos asienten un tanto confundidos por el asunto.
Phoebe llego para la hora del almuerzo, lucia contenta, les mintió a sus amigos, diciendo que había ido a una consulta de rutina, exagerando el hecho de estar saludable.
– ¿Quieres algo de comer Phoebs! – Le dice Helga a su mejor amiga.
– ¡Oh no Helga, almorcé con mis padres antes de venir para acá, muchas gracias! – Responde Phoebe mirando con afecto a su rubia amiga.
– ¿Quieres un chocolate? – Exclama Gerald ofreciendole una barra. Phoebe sonríe con tristeza.
– Lo siento Gerald, me han prohibido comer cosas dulces, o grasosas… tú sabes por lo de la adolescencia. – Le explica ella.
– ¡Ah! Si claro Phoebe, bueno entonces vamos a hablar del trabajo de Literatura. – Interrumpe Helga mirando a su amiga incomoda.
Arnold mira a la rubia, la ve seriamente preocupada por la salud de su mejor amiga, le parece increíble que ella, con el carácter que tiene, sienta ese tipo de dolor profundo en su alma, tal vez esa es la razón de que ella le guste, sonríe pare si mismo, y recuerda bien como comenzó su amistad.
Ella gano el concurso que los llevo a san Lorenzo, para recuperar a sus padres, ahí la rubia, hizo todo lo posible por ayudarlo, a escondidas como siempre, y sin embargo, cuando tuvo que salir de su escondite para salvarle la vida, no dudo en hacerlo, él que había sospechado durante toda la aventura, que había alguien mas ayudándolo, casi no se sorprendió al saber que era ella, al final, Helga y Phoebe les ayudaron a él y a Gerald a terminar la misión, logrando rescatar a sus padres de las garras de La sombra, el agradecimiento, la alegría, todo eso le hizo, comenzar a sentir algo por ella, un beso interrumpido, y una forma cobarde de ser, los ha hecho ser solo amigos, aunque últimamente él desea, tener mas valor para decirle que la ama.
– ¿Arnold? – Escucha la voz de Helga, quien lo mira extrañada. – ¿Que tanto piensas, alcornoque? Ya tenemos que irnos a el salón. – Le dice mientras sonríe burlona, una vez que él despertó.
– ¿Y Phoebe y Gerald? – Responde él evadiendo la pregunta, mirando hacia los lados y no ver a sus amigos.
Helga se cruza de brazos y lo mira con el ceño fruncido. – ¡Ay Arnoldo, cuando estas en la luna, estas en la luna! – Reclama molesta, y yendo hacia la salida de la cafetería.
Arnold suspira,– "¿Porque soy tan cobarde?" – Piensa mientras se levanta de su silla, para seguir a Helga.
Gerald acaba de tomar una decisión, mira a su pequeña amiga, y decide que es tiempo de intentar algo mas, antes que pueda ser muy tarde y decide que este es el mejor momento, mientras caminan juntos, rumbo a casa de la niña.
– ¿Phoebe? – Le dice tomándola de los hombros.
– ¿Que pasa? – Responde ella nerviosa.
Gerald toma una bocanada de aire, en ese momento él esta muy nervioso. – ¡Phebs es que yo… – Intenta terminar pero la tristeza lo asalta, no desea que a esa niña tan querida le suceda nada.
– ¿Que sucede Gerald, que necesitas? – Dice ella tratando de tranquilizarlo.
– ¡Quiero que… – Intenta de nuevo, pero se pierde en esos ojos cafés que lo miran con curiosidad.
Phoebe le sonríe y acaricia su mejilla. – ¡Si Gerald, si quiero ser tu novia! – Dice ella adivinando, lo que él intenta decirle.
Gerald sonríe ampliamente, y la abraza, mientras Phoebe deja caer una pequeña lagrima por su rostro.
"¡Estaré a tu lado, tanto como me sea posible!"
Continuara…
¡Muy bien chicos y chicas, que piensan, si ademas de que estoy loca pero bueno, no no era eso a lo que me refería, bueno esta historia es muy dulce y llena de drama, aun no conozco el final, que les pareció la ironía de la vida, unos que están seguros de tener toda la vida por delante, andan de cobardes, los otros con una incertidumbre agarran el toro por los cuernos, bueno así lo veo yo, esta historia esta dedicada a mi amigo Ghoststeve, que siempre me da ánimos, ojalá y te haya gustado este principio, y a los demás les aviso que ya casi acabo el siguiente capitulo de Todo empezó con un beso, gracias y nos seguimos leyendo.
Por cierto Hanako, no te enojes pero tenia que hacerla. :D
ReiHikaruChiba.
