DMC no es mío... :p yo nada más me divierto jajajajajajjaa
^^ Saludos a tods! Va dedicado a Antano... xD ya que sin ella no se me hubiera ocurrido :p hacer este fic con este inicio jajajajaa
¿Qué te pasa?
Devil May Cry se encuentra oscuro como de costumbre. El anuncio de letras neón parpadea entre aquel amanecer lleno de neblina. Sus pasos recubiertos por botas cafés se detuvieron frente a la puerta. El muchacho peliblanco, suelta un largo y cansado suspiro; viajó muchas horas, en camión, atrás de él iba un niño insoportable que le gritaba y golpeaba el asiento; lo soportó hasta que le dio un escarmiento, pero ahora, el sujeto que está adentro, sin importar los escarmientos seguirá siendo un viejo burlón e insoportable, que no deja de llamarle Kid. Levanta su mano, para llamar a la puerta, pero se arrepiente, sólo abre y se adentra al local.
Nero camina por la estancia larga, solitaria y llena de basura. Se pregunta cuánto tiempo tenía Patty sin limpiar, por qué no había ratas ni bichos y cómo Dante soportaba vivir así. Distingue a quien duerme sentado en su silla, con los pies sobre el escritorio y una revista sobre la cara. Se detiene, nota que hay algo extraño en el lugar, su brazo comienza a brillar, sus instintos le dicen que debe estar atento. Escucha la queja del dueño del lugar:
— Apaga esa maldita lámpara lo haré por ti. — Nero escucha esa voz, se parece a la de Dante, pero no suena como él.
— Busco a Dante.
— Yo soy Dante. ¿Quién diablos eres tú?
— Soy Nero. —
Nero observa a su interlocutor. Botines con cintas, pantalones cafés muy amplios, playera negra, gabardina roja con una cinta de cuero sobre el pecho; cabello blanco, ojos azules implacables. Era Dante, pero no se veía como él, pero era un chico, un muchacho como él. Decide irse con cuidado, comenta:
— Tenía tiempo sin verte Dante.
— Desde que naciste no me has visto, porque yo jamás te había visto. — Nero piensa que sigue siendo igual de mordaz. — ¿Qué quieres?
— Hay una horda de demonios en Fortuna.
— Tú tienes la fortuna de tener ese brazo, lárgate de aquí. —
Nero frunce el entrecejo, golpea el escritorio, está cansado de ese juego. Exige:
— Deja de hacerte el tonto. — Dante saca sus armas gemelas, le apunta a la cara a Nero, le dice con seriedad.
— No vas a venir a gritarme a mí, sin importar lo parecido que seas a mi padre te haré pedazos. —
Nero nota que en los ojos de Dante no hay esa mirada gélida, sino sus ojos están llenos de ira, odio y resentimiento. Mira el atuendo del chico que está frente a él, se le ocurre que puede ser por la ropa que usa Dante, pero descarta de inmediato esa idea. Pone sus manos al frente al decir:
— Si quieres pelear te daré pelea. —
Una sonrisa forman los labios de Dante. Nero sabe que ha cometido un error, pues una batalla innecesaria es lo que menos necesita cuando tiene prisa. Se escucha el rechinar de la puerta, Lady entra prendiendo los focos, su sonrisa se borra al ver a Dante.
La chica se aproxima, se quita los lentes al mirar de arriba hacia abajo a Dante y de regreso. Dice impresionada:
— ¿Qué diablos te pasó?
— Te queda bien ese traje. —
Trish entra al local, saluda con una gran sonrisa:
— Hola chicos. —
Dante salta sobre sí, toma su espada que está tras el escritorio. Le dice a quien ha llegado:
— Maldita arpía, ¿qué quieres? — Trish se sorprende ante el recibimiento.
— ¿Qué pasa contigo Dante? — Mira al chico que está tras el escritorio.
Él golpea el escritorio, lo raja a la mitad. Toma con su otra mano la fotografía de su madre. Dice escupiendo con odio:
— No, vuelvas a pronunciar mi nombre. — Él aparece tras Trish, le apunta con sus armas en la cabeza. Le ordena. — Vas a decirme dónde tiene Mundus a Vergil o te haré pedazos. — Lady le grita a su amigo:
— ¡CÁLMATE DANTE! ¿QUÉ CREES QUE HACES? — Él le responde:
— ¡CÁLLATE DE UNA VEZ O TE MATO A TI TAMBIÉN DE UNA VEZ! — Vuelve a hablarle a Trish. — ¿Vas a decirme dónde lo tienen por las buenas o por las malas bruja del infierno?
— Te lo diré. — Ella dice al intentar calmar las cosas.
Nero siente un puñetazo en su cara, cae al suelo. Ve a Dante poniéndole la espada en la sobre el cuello. Escucha:
— Dame a Yamato. — Nero entrega la espada al decirle:
— Tú me la prestaste. —
Dante voltea hacia atrás, le da la espalda a Nero, sonríe al decir:
— Voy por ti Vergil. —
Trish no ha dejado de sentir los cañones sobre su cabeza. El cazador pasa junto a ella ignorándola, corre a toda velocidad al dirigirse a algún lugar. Lady tiene sus armas en la mano, está muy confundida. Nero se levanta. La rubia deja de sentir las armas sobre ella. Ven al Dante que conocen caminar hacia el sillón, se sienta, se pone cómodo, extiende los brazos sobre el respaldo.
Lady le apunta con sus armas. Exige muy disgustada:
— ¿Qué diablos pasa? — Dante se ríe. Nero se aproxima, lo toma de la gabardina, le grita en la cara:
— ¡RESPONDE VIEJO! — Trish se para a un lado de Lady al preguntar con un dejo de tristeza:
— ¿Por qué?… — El hombre responde:
— Dante se acaba de ir, yo no soy Dante, soy duppelgänger. Dante me ordenó que si esto llegara a pasar les dijera lo que sé. — Todos se quedan en silencio. — Dante, después de la partida de Vergil, tuvo un sueño repetido, en el cuál aparecías tú. — Señala a Trish. — Vergil corre a atacar a Mundus y tú te interpones. Él se detiene y Mundus lo ataca por la espalda. Cuando llegaste aquí la primera vez él lo sabía, pero te siguió pues creía que podrías llevarle con Vergil. — Nero interrumpe:
— ¿Cómo pasó esto?, ¿por qué el viejo está así?
— Voy a eso Kid. — Nero se siente un poquito más irritado. — Hace un mes, Dante fue a una misión. Todo estaba bien, nos separamos para acabar pronto. Cuando nos volvimos a ver, él tenía una herida grave en la espalda, se curó pronto; pero cosas extrañas comenzaron a pasar después de eso. — Trish se apresura a indagar:
— ¿Qué cosas? — Duppelgänger sonríe.
— Fiebre muy alta, alucinaciones y mucho dolor. Hubo noches, en las que aquí estaba lleno de recipientes con agua. Las demo armas hacían lo que podían. Su cuerpo comenzó a debilitarse y a degenerarse. — Nero repite levantando una ceja:
— ¿Degenerarse?
— Sí. Un día, se despertó sin poder recordar lo que pasó hace unos meses, después olvidó lo que pasó hace un año; fue entonces que me ordenó que hiciera lo que estoy haciendo. —
Trish corre a la armería, tiene la esperanza de ver las demo armas. Pero no están, todo luce vacío. Duppelgänger le dice:
— Se llevó todo. Dijo que Mundus le devolvería a su hermano sin importar el precio. — Lady pregunta:
— ¿Cómo se le metió esa idea? — Duppelgänger le revela:
— Hace una semana. Cayó al suelo, tenía mucha fiebre, pensamos que deliraba, pues decía que escuchaba a Vergil diciéndole que Mundus lo había capturado. Pandora, Nevan y Rebellion fueron quienes llegaron primero. Lo levantaron y pusieron en el sillón, notamos que la degeneración avanzaba más rápido de lo que pensamos; se veía como lo vieron ahora. Para él, es como si lo ocurrido con Vergil hubiera pasado hace un mes. Creé fervientemente que su hermano está vivo y debe ayudarlo. Las demo armas que no conocía se presentaron, juramos ayudarlo hasta el final, ese es nuestro trato. — Una voz interviene:
— Conmovedor. — Trish voltea de inmediato, dice por inercia:
— Dante. — No encuentra a Dante, sino a un joven peinado severamente hacia atrás, vestido de azul.
— ¿Dónde está? — Duppelgänger le responde:
— En Fortuna. —
Duppelgänger desaparece. Vergil da media vuelta para marcharse. Nero corre, lo alcanza, lo toma por el hombro al preguntar:
— ¿Eres Vergil? — Vergil le dirige una mirada gélida, se suelta al decirle:
— No me toques. — Trish se aproxima, quiere preguntarle a Vergil sobre lo que pasa, pero él la para antes al decirle sin voltear a verla:
— Dante es un estúpido por tenerte cerca, debió matarte en esa isla. Jamás serás nuestra madre. — Lady le apunta a Vergil al preguntarle:
— ¿Tú recuerdas todo?
— No soy tan débil como Dante. — Duppelgänger se burla:
— Sólo sufres el efecto colateral. Has querido desligarte por completo de tu hermano y no puedes. Así jamás conseguirás más poder. — Duppelgänger desaparece en la sobra del rellano de la puerta.
Vergil hace una mueca de disgusto, sale de Devil May Cry, para desaparecer ante los ojos de los amigos de Dante. Nero camina hacia la puerta del local; Lady lo sigue. La morena se detiene en el umbral, voltea a ver a la rubia al preguntarle:
— ¿Te vas a quedar ahí por siempre?… —
Trish sonríe al dirigirse afuera, no importa si van juntos o separados, pues se dirigen al mismo lugar.
