FUISTE LO ULTIMO EN LO QUE PENSÉ

¡BUM! Es el sonido de otra bomba caer. Ha pasado media hora desde que ha caído la primera y Madge, agazapada contra el piano no se atrevía ni a llorar.

Podía haber salido de la habitación, al menos en cualquier otro día, pero hoy su padre la había encerrado en la sala para no oír la música, que ironía, no quería oír la música, simplemente por el hecho de que a su madre le gustaba oírla. Hacia ya unos cuantos meses, unos 4 o así, desde que su padre estaba resentido con Madge. La razón del enfado era la que bien Madge sabía: las medicinas de su madre habían desaparecido una noche de grandes nevadas, justo después de que castigaran a un cazador furtivo. Madge secretamente le había dado las medicinas a él; y aunque luego su padre la hubiera gritado, por él merecía la pena.

Y esa es otra de las razones por las que se sentía miserable, no iba a poder volver a verle jamás. Sabe que él habrá sido de los primeros en huir, y jamás se molestaría en volver a por ella, era la hija del alcalde, nunca la había faltado el dinero, y eso para él era un insulto. Madge sabia que no la culpaba a ella, sino al Capitolio, pero casi siempre se desahogaba con ella; cada vez que le traía las fresas él siempre hacia algún comentario sobre su vida privilegiada, y ella se hundía en silencio, porque aun después de todo eso, ella lo amaba.

¡BUM! Otra mas cae, cada vez mas cerca de su casa, y Madge sé da cuenta de que pronto será su final. Pero no quiere pasar sus últimos momentos llorando, quiere ser feliz, morir con una sonrisa será su propia forma de rebelarse.

Empieza pensando en Katniss, su mejor amiga, tan distinta a ella, mientras que Katniss tenia la piel olivácea, ojos grises y pelo oscuro, rasgos típicos de la Veta, el lugar donde nació, Madge siempre tendría los rasgos típicos de la zona rica: pelo rubio y ojos azules. Pero esa no era su mayor diferencia, Katniss era una luchadora y Madge era simplemente incapaz de luchar por sus pensamientos o sus ideas. Lo había intentado tiempo atrás, pero en el ultimo momento le entregó el pinsajo a Katniss, ella se lo merecía mucho mas. Y Madge tampoco podía dejar de sentir celos de su mejor amiga, no por su fama ni su posición, ni siquiera por su físico, era por él.

¡BUM! Y la bomba explota llega a su casa.

Toda vuela por los aires, y lo que no se ha convertido en cenizas, está en llamas. Madge se ha dado fuerte en la cabeza y lentamente pierde la consciencia. Pero le da igual, ella ya no está aquí. Madge se ha trasladado al bosque, donde recoge fresas con él; los dos ríen mientras las recogen. Él como siempre, tiene su pelo oscuro alborotado, y su piel oscura realza la blancura de su mano; sus ojos grisáceos la observan, con esa chispa de alegría que solo él puede tener. Entonces es cuando él la da de comer una fresa y ella le agarra el arco de las manos; es solo un juego, porque Madge sabe que él es demasiado rápido como para darle una ventaja, y no tarda mas de dos segundos en agarrarla por detrás y tirarla por la colina con él. Ahora los dos ríen a pocos centímetros el uno del otro. Madge sabe que esto no es más que su imaginación, pero le gusta, puede no ser real, pero le encanta morir viéndole a él.

Y entonces cierra los ojos y no los vuelve a abrir. Está agazapada al lado del piano en un charco de su propia sangre, pero ha muerto sonriendo. Porque lo ultimo en lo que ella pensaba llevaba su nombre.

Porque había muerto pensando en Gale.