¡Ese no soy yo!... casi
El pequeño departamento del No. 8 de la Avenida Real en una de las esquinas olvidadas de Londres estaba tan silencioso como de costumbre de acuerdo a la opinión del vecindario. Ninguno de los vecinos sabía la razón y no podía importarles menos; el lugar era rentado por dos jóvenes que tan pocas veces aparecían por ahí que todo el mundo suponía con seguridad que usaban el lugar como un destino alterno al lugar donde vivían normalmente. Casi todo el año el departamento estaba vacío y cuando no, los inquilinos hacían tan poco acto de presencia como si no estuvieran. A nadie se le hubiera ocurrido que los dos chicos que rentaban el lugar eran personajes famosos porque la facha de aquel chico de anteojos y de aquel otro pelirrojo hacía sospechar todo menos eso.
-Maldita sea Harry ¡Me muero de hambre y no hay nada de comida por aquí, creí que la otra vez había quedado algo!...
Harry se contuvo de decirle a Ron que lo que decía era imposible. Desde un par de semanas antes de su cumpleaños no iban ahí y ahora se encontraban en diciembre por lo que aunque hubiera quedado un poco de comida cerca, hubiera sido irracional comerla.
-Creo que hay un poco de pelusa debajo del sillón Ron-bromeo Ginny sentándose junto a Harry-si quieres puedes comértela.
Ron gruño algo entre dientes y miro a su hermana con expresión de fastidio. Harry contuvo las ganas de reírse solo porque sabía que su mejor amigo ya estaba suficientemente enojado por tener que estar ahí como para hacerlo enojar más.
-No sé porque seguimos aquí si….
-Por Hermione-señalo Ginny divertida- ¿o es que quieres que nos vayamos y la dejemos sola en este, ¿Cómo lo llamaste?... ¿Saco de porquería?
Ron agudizo la mirada dirigida a su hermana pero no pudo evitar que las orejas se le pusieran rojas ante la sola idea de dejar sola a Hermione. Ginny volvió a sonreír, divertida con la expresión de Ron, como si pudiera hacer a un lado fácilmente que estaba haciendo enojar a su hermano adrede. A Harry le hizo gracia verlos pelear porque tenía bastante tiempo que no lo hacían.
-No sé qué estás haciendo tú aquí enana-ataco Ron- pero deja de provocarme o cambiare de idea sobre permitirlo.
-¿Desde cuándo volvimos a la tonta idea de que tu puedes permitirme o prohibirme algo?-contestó Ginny y por su tono de voz Harry supo que era su turno de empezar a enojarse en serio- Creí que ya habías madurado Ron. Me sorprendes.
-A mi me sorprende lo molesta que puedes ser…
-Pues a mí me sorprende-interrumpió Harry divertido, viendo a ambos hermanos lanzar chispas sin tener motivos reales- que Hermione no haya llegado y que tú Ron sigas poniéndote rojo cada vez que alguien dice su nombre ¿Hasta cuándo sucederá eso? ¿Hasta sus bodas de plata?
Ginny olvido el inicio de su enojo y se soltó a reír con ganas, genuinamente divertida. Ron fulmino a Harry con la mirada pero al sentir que se ponía rojo se dio la vuelta ofendido.
-Me sigo muriendo de hambre, voy arriba a dormir la siesta en lo que llega.
-Ya no eres un bebe Ron…
-A veces eres insoportable Harry-exclamo Ron sin dejar de subir- en serio.
Ginny siguió riéndose otro par de minutos hasta que Ron desapareció por las escaleras. Harry tomo la nota mental de asegurarse que Ron no se hubiera ofendido en serio y se sintió un poco culpable por buscar que su mejor amigo se fuera para poder estar a solas con Ginny un rato.
-Ron no es del tipo que se toma las bromas a pecho-señalo Ginny de pronto y Harry intuyo que su semblante le había dejado leerlo como un libro- ninguno de los Weasley lo hace, con tantos hermanos es casi una pérdida de tiempo.
Harry sonrió sin decir nada y omitió el mencionar a Percy. En lugar de eso, abrazó a Ginny murmurando un "gracias" y los dos se recostaron en silencio, buscando tomar una siesta parecida a la que Ron seguramente ya estaría tomando arriba. Después de todo, ser casi todos unos Aurores en regla los dejaba tan acabados como dejaba el entrenamiento de "casi titular de las Arpías de Holyhead" a Ginny.
¡Plast!
Harry se levantó como autómata al escuchar el fuerte portazo que dio la puerta del departamento. Ginny, que dormitaba abrazada a él, se levanto igual de rápido cayéndose al hacerlo y llevándoselo a él como resultado.
-¡Auch!
Los pasos apresurados de Ron se escucharon al mismo tiempo y Harry observo, al ponerse de pie, como su mejor amigo bajaba las escaleras corriendo. Apenas hubo ayudado a Ginny a levantarse, lo miro con reproche aunque estaba más que claro que no había sido el responsable del portazo si venía bajando de su habitación.
-¿Qué paso?- se preguntaron el uno al otro al unísono pero no hubo tiempo de contestar nada pues la causante del alboroto entró aventando un paquete justo enfrente de ellos.
-¡Hay películas!-gritó Hermione observando a los tres como si fuera su culpa-acabo de descubrir que no solo son libros ¡Hay películas!
Harry, Ginny y Ron se miraron un segundo sin saber muy bien que contestar. Hermione los miro fuera de sí, totalmente molesta y fue Harry el primero en entender de qué demonios estaba hablando.
-¿Te refieres a...?
-¡Sí Harry, sí!-exclamó Hermione sentándose en el sillón- ¡De cada año!
Ron miro a su novia como si temiera que hubiera perdido la razón y frunció el ceño. Ginny miro a Harry preguntándole sin palabras que era lo que sucedía y Harry le contestó moviendo solo los labios pero sin decir una palabra.
-Ah ya entiendo-susurro la pelirroja cuando Harry hubo terminado y se acercó lo suficiente como para darle un codazo a Ron y susurrarle lo suficientemente fuerte para que Harry escuchara- la historia del mundo muggle otra vez.
Ron soltó una risa y se acerco a su novia para ponerle el brazo sobre los hombros. Hermione lo miro amenazadoramente justo antes de que lo hiciera y el pobre chico se detuvo, con el brazo suspendido en el aire de manera estúpida. Harry se hubiera reído si no hubiera estado igual de asustado que divertido.
-¡No es gracioso!-exclamo Hermione molesta- ¡Esta vez han ido demasiado lejos! ¡Debemos demandarlos!
Ron, Harry y Ginny intercambiaron una fugaz mirada entre ellos sin saber que decir. Harry supo que su novia y su mejor amigo no tenían ni idea de que demonios pretendía Hermione porque los derechos de autor en el Mundo Mágico o la serie de demandas por privacidad no era cosa que les preocupara demasiado. Hermione pareció pensar lo mismo pues omitió a ambos y se contento con fijar su taladrante mirada en él, logrando que Harry sintiera escalofríos.
-Em... –dijo nervioso- ya te he dicho Hermione... No sé si quiero demandarlos...
-¡¿Pero que no te das cuenta de lo que están haciendo con tu vida?-estalló Hermione con un nuevo grito que hizo temblar las paredes de la casa y logro que finalmente Ron bajara su brazo y lo colocara a su costado como un soldado obediente- Eres toda una pierna de la industria del entretenimiento muggle ¡están ganando montones de dinero a tu costa! ... bueno a NUESTRA costa porque Ron y yo...
-¡¿Yo?- interrumpió Ron incrédulo- ¿Yo también aparezco?
-Por supuesto que sí Ron-contestó Hermione más tranquila- es obvio que si apareces en los libros, también aparezcas en las películas...
-¿Pecilu que?-pregunto Ron mirando a todos- ¿Qué es eso?
-Es esa cosa del cine muggle-explico Ginny- a la que Harry y yo hemos ido algunas veces. Te dije que era buena idea venir con nosotros.
-A mi no me importan esas cosas muggles-respondió Ron relajándose y sentándose en el sillón que estaba más cerca- No veo cuál es el problema Hermione.
-Honestamente yo tampoco-intervino Harry antes de que su mejor amiga volviera a gritarle a su novio- ya habíamos decidido que era caso perdido cuando después de los libros empezaron a sacar juguetes y quien sabe cuanta cosa. Al menos no saben donde vivimos, con eso me basta.
-No saben ni siquiera que sí estamos vivos Harry-apunto Hermione perdiendo la paciencia-pero ese no es el caso. El problema al que no le están poniendo atención es que no nos están presentando como somos, están targiversando la historia.
-¿Y quien no lo hace?-pregunto Ginny conciliadoramente- Corazón de bruja inventa un nuevo chisme de ustedes cada semana. Doble si se acerca alguna festividad. Ya ni siquiera sé cuantas veces han dicho que tú y Harry...
-¡Oh no me hables de eso!-exclamo Hermione- ¡Voy a vomitar si lo haces!
-Vaya Hermione, muchas gracias- musito Harry ofendido mientras Ron se desternillaba de la risa- debe ser cierto que prefieres besar al Calamar Gigante antes de que a tu mejor amigo...
-No me malentiendas Harry, es solo que...
-El que prefiere que Hermione bese al Calamar Gigante antes que a cualquier otro es Ron-apunto Ginny haciendo que su hermano parara su risa- creo que hasta se puso celoso la semana pasada cuando Teddy empezó a comerse a besos a Hermione.
-¡Hey!-exclamo Ron rojo hasta la punta del pelo-¡Ya te dije que estaba de malas porque ...
-Ya basta los dos, se desvían del tema-aclaro Hermione- estamos hablando de otra cosa, específicamente de la violación a nuestra privacidad y personalidades
-¿A que te refieres?-preguntó Harry sentándose junto a Ron y jalando a Ginny para que lo hiciera junto a él. Hermione, por toda respuesta, se sentó en medio de su novio y su mejor amigo, sacando de un bolso pequeño un montón de cosas con apenas un movimiento de su varita.
-¡Hermione no me digas que trajiste todo un cine!-exclamo Harry asustado mientras Ginny y Ron miraban curiosos todos los objetos-¡Eso es ilegal! No puedes…
-No seas ridículo Harry, esta no es mi bolsa para robar edificios completos.
Harry se calló sin atreverse a reír, lo mismo que Ron y Ginny, intrigado por el nivel de enojo que Hermione estaba demostrando. Ya había sucedió antes que su mejor amiga se comportara así, específicamente cuando les había hablado por primera vez de los libros que "contaban su vida" Hermione había encontrado el primer libro con el título de "Harry Potter" hacia ya un par de años, después de la guerra, justo cuando pasaba por una pequeña libreria muggle. A pesar de ir muy atareada, rumbo a una reunión con los Weasley, no había podido evitar detenerse y mucho menos entrar a hojear el libro curiosa como siempre había sido desde niña. Al abrirlo justamente había confirmado sus peores sospechas: el libro no solo resumía de manera bastante acertada la vida de su mejor amigo sino que también incluía suficientes datos de ella, de Ron y de muchos más de sus amigos y conocidos.
-Tienen que ver esto- había dicho pálida aquel día nublado, llegando a la Madriguera con los siete tomos recién comprados y depositándolos en la mesa, en medio de toda la familia Weasley y de Harry quien la miraba como si estuviera loca pero de manera más sutil a como Ron lo hacía en ese momento.
-¿Qué sucede?- le había preguntado Ginny tomándola del brazo y ella había alcanzado a explicar lo que había encontrado ante la mirada atónita de los presentes y el sonrojo de Harry. Ron había soltado una palabrota cuando ella dijo que estaban incluidos y buena parte de la tarde se la pasaron todos leyendo su gran descubrimiento, intentando decidir si demandar o no a JKR.
-No sé si quiero demandarla-había dicho Harry cuando salió del shock y nadie se había atrevido a decir algo al respecto más que el Sr. Weasley y George:
-Creo que es una sabia decisión Harry-había dicho Arthur Weasley- los muggles también tienen derecho a conocer las grandes cosas que has hecho.
-Y a saber el trauma que te provoco ver el primer beso de Ron y Hermione-bromeo George provocando que el ambiente se destensara un poco después del recuerdo de la muerte de su hermano.
El tema había sido pasado por alto por todos ese mismo día, menos Hermione por supuesto, que había seguido un par de semanas más ofendida con la tal JKR y parecía querer interrogar a todos los insectos que rondaran seca. Eventualmente lo había también dejado de lado o al menos había aprendido a disimular que lo había hecho porque no había vuelto a mencionar el tema desde que el asunto provocara una de sus primeras peleas de novios con Ron. Ahora sin embargo, parecía que el tema había vuelto y regresado con más fuerza.
-¿Qué demonios es eso?
Harry dejo de recordar al escuchar la voz asombrada de Ron y Ginny preguntar eso al mismo tiempo. Se giro a observar a sus dos amigos y a su novia a tiempo para observar como Hermione apoyaba un objeto sobre sus piernas.
-Es una computadora portátil-dijo su mejor amiga, sin despegar la mirada del monitor y tecleando furiosamente- y esperen a ver todo lo que tiene.
Harry quiso decir que no quería esperar a ver nada porque simplemente no le interesaba pero se quedo callado para no ser la chispa que terminara encendiendo la furia total de Hermione. Ron y Ginny olvidaron que se trataba de un asunto "serio" y empezaron a observar el monitor con un asombro y curiosidad tal que fue fácil adivinar que estaban bastante divertidos; a Harry le recordaron las caras que ponían en navidad cuando todos se sentaban a abrir los regalos en la pequeña sala de los Weasley y pensó que quizás lo que Hermione tenía que decirles no era tan malo como había imaginado al principio.
-Ya esta- anunció Hermione después de unos segundos más en los que sus dedos golpearon fuertemente el teclado-miren esto.
Harry, Ron y Ginny obedecieron al mismo tiempo y se inclinaron para observar la pequeña pantalla luminosa del aparato: estaba llena de letras pequeñas bastante juntas donde se distinguían sus nombres un par de veces pero no parecía una cosa digna de interés.
-¿Qué se supone estamos viendo?- se atrevió a preguntar Ron después de unos minutos- No veo nada moverse.
-Nada tiene que moverse Ron-contestó Hermione enojada y poniéndose casi roja de desesperación al notar que ni Harry o Ginny parecían más interesados que su novio- ¡lean lo que dicen ahí y verán de que estoy hablando!.
El estomago de Harry gruño anunciando que no quería leer nada y que prefería que se fueran de ahí para comer algo pero Harry decidió ignorarlo anteponiendo su integridad física. Ron pareció pensar lo mismo porque intercambió con él una mirada de "Ya quiero irme" y Harry pudo jurar que escucho como su estomago también reclamaba la falta de alimento. Cuando los dos se acercaron, sin embargo, Harry sintió que sus ganas de comer se esfumaban inmediatamente:
-¡¿Qué demonios es esto?
