Su pequeño deseo.
Por: Keiichi-kun.
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"¡Demonio!".
"¡Debiste haber muerto al nacer!".
"¡¿Quién lloraría por un demonio como tú?!".
Esas palabras, que le marcaron la niñez, seguían doliéndole en lo más profundo de su ser.
Las voces de ira de su madre, le dejaban una honda herida cada vez que las traía a la mente.
Pero ella no quería ser como su madre, ella quería dar todo el amor que le fuere posible, todo el amor hasta sentir desfallecer. Y aunque no tenía hijos sentía la necesidad de transmitirle ese calor y ese cariño al ser solitario que descansaba, pacífico, entre sus brazos.
La batalla final se encontraba a unos pasos de distancia y ese hombre de ojos violetas y mirada perdida era su enemigo, un Dragón de la Tierra, uno de los siete Mensajeros. Ese hombre con el alma tan pura como la de un niño. Ese chico que había despertado algo oculto en ella.
Quería cumplir su pequeño y frágil deseo, el deseo de ser abrazado por su madre, otra vez. El deseo de volver a sentir el calor de la mujer que le regaló la existencia.
Karen le levantó el mentón con delicadeza y le miró en esos ojos enormes, sonriéndole un poco.
—Tu abuelito te quería mucho, Kazuki —pronunció con gentileza—. Él no quería que murieras, por eso te pidió que le llevaras la Espada Sagrada. Para que el día final nunca llegara y su querida nieta, tú Kazuki, nunca dejaras de existir.
Nataku la miró absorto mientras seguía reflexionando las palabras dichas. Ella sintió ternura ante la expresión de aquel ser y lo abrazó con más fuerza y más cariño que antes mientras permanecían arrodillados en la cima de aquel edificio destruido. Mientras el final se acercaba con lentitud.
Fin.
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Yo me creé la situación, así no es como sucede en el manga, pero la línea de diálogo la inventaron sus creadoras, salvo por unas cuantas modificaciones. Los personajes de esta historia le pertenecen a las CLAMP, yo escribí el fic sin ningún fin lucrativo. Espero sus comentarios.