—¡Itadakimasu! –diálogo de los personajes
—Momentos oportunos – Recuerdos de los personajes
Letra cursiva: recuerdos de los personajes
AU: Alternative Universe /Universo Alternativo
Espero que les guste. XD
Disclaimer: Yugioh! no me pertenece, (sino Yami o Atem seguiría entre nosotros ¿ne?) sino que le pertenece a Kazuki Takahashi, yo solo utilizo los personajes para una linda historia.
"Mágica Existencia de una Mente sin Recuerdos"
Capítulo I: "El Fin de la Cordura"
Respiraba agitadamente. No entendía que pasaba, porque sus amigos le jugaban una cruel broma. Yugi Mouto, el rey de los duelistas, afrontaba una pequeña pesadilla en los pasillos del hospital. Corría por los pasillos, descalzo, aún con las agujas del suero insertadas en las manos, intentando encontrar a alguien que le dijera la verdad.
Cruzó a su izquierda, donde se encontraba la entrada y la mesa de información. Ahí le esperaban varios enfermeros, listos para sujetarle. El sudor caía a cada lado de su sien, pasó una mano sobre su cabello tricolor, intentando pensar, cosa que no le dio tiempo. Los enfermeros se lanzaron hacia él, pero saltó hacia un costado de la mesa de información asustando a la enfermera, corriendo de nuevo por los pasillos.
Le dolían las piernas, no entendía el por qué si había estado descansando el día anterior. Según él, recordaba haber estado en su habitación, viendo hacia el techo mientras disfrutaba del descanso de ese día festivo. Recordaba además, que ya nadie corría peligro, el espíritu del rompecabezas, más bien su amigo, Yami o Atem, había partido al más allá y todo había vuelto a la normalidad.
Se escondió en el armario del conserje, inspirando profundamente. Intentaba hacer memoria, si algo había pasado durante su sueño o en el mismo día, algo que hubiera provocado algún accidente y con ello su estadía en ese lugar. Pero nada. Se sentó en el suelo, callado, oyendo las pisadas aceleradas de los enfermeros que pasaban de largo, para luego volver a un silencio incómodo, haciéndole recordar su despertar.
Al abrir sus ojos, se encontró con sus amigos, específicamente con Joey y May, quienes se veían preocupados por él. Se veían cansados y las ojeras se dejaban ver, aparte se veían mucho mayores de lo que recordaba, rondando los treinta años. Este había preguntado qué había pasado, ellos le abrazaron.
—Sabía que despertarías, mi pequeño –las palabras de May le desconcertaron –teníamos miedo de perderte
—Pero eres fuerte, hijo –Joey terminó por descolocarle –Llamaré al doctor, ¿Te quedas con él?
May asintió mientras Yugi trataba de digerir la situación. Llamó la atención de May, preguntándole de nuevo que pasaba.
—¿No recuerdas, cariño? Tuviste un accidente, y has estado en coma por casi un año –Yugi comenzó a reír no era posible —¿Qué es lo gracioso?
—Es imposible, yo estaba durmiendo en mi habitación –dijo Yugi –Y encima de todo, hoy llega mi abuelito y no puedo preocuparle, tengo que ir a casa
—¿De que hablas Yugi? Tu abuelo hace más de siete años que murió, tú ni le conociste –May le vio intrigada, no entendía de que hablaba
—¿Bromeas? ¿Verdad May? –dijo haciendo que se molestara
—¿May? Sé que estas desorientado, pero no me llames así, soy tu mamá
—¿Es un chiste? ¡Ah ya sé! ¡Están jugándome una broma!
—Yugi, hablo en serio –levantó el tono de la voz
El doctor entró junto con Joey, quien procedió a examinarle. Pero estaba nervioso, no entendía que pasaba y ¿Por qué decía que era su madre? ¿A que iba todo eso?
—Al parecer sus signos vitales y funciones están bien, solo le haremos un par de exámenes más por cualquier inconveniente, ya pueden estar tranquilos, señores Wheeler
—¿Señores? –Yugi tragó en seco —¿De qué habla?
—Pues ellos son tus padres, jovencito –el doctor enarcó una ceja
Ahí pudo ver que no bromeaban, no entendía que estaba pasando. ¿Sus padres eran sus amigos? ¿Qué más faltaba? ¿Un reino gobernado por Kaiba? No quiso esperar a conocer más, a tiempo que el doctor le quitaba el suero, el se lanzó al piso, cayendo. Se levantó a trompicones mientras corría lejos de ellos. Oía los gritos, pero prefirió seguir corriendo.
Comenzó a tener sueño y un dolor incesante en las piernas, que ahora que podía apreciarlas, estaban delgadas y flácidas. Vio sus brazos con marcas de pinchones, en igual estado que las piernas. Sentía frío, y la bata que cargaba no ayudaba en nada. Se levantó mientras intentaba despabilarse, para pasar a gritar del susto al ver que las escobas y los baldes de agua tenían ojos, mirándole con detenimiento. Gracias a eso, la puerta del conserje se abrió, dos enfermeros le sujetaron, otro preparaba la inyección para dormirle.
Dejó de moverse al ver una figura imponente frente suya, a alguien que recordaba intensamente. Era imposible que estuviera en ese lugar, él ya estaba en el más allá, como debería de ser.
—¡No es cierto! ¡Mentira! –comenzó a repetir frenéticamente, para luego caer dormido gracias a la inyección
Un chico de dieciséis años, de cabellos tricolor y rostro serio de ojos color carmín, con armadura liviana escarlata, una capa corinta y una espada con empuñadura dorada que yacía en su cinto. Se agachó hasta Yugi, levantándolo en brazos.
—Yo lo llevaré, guíenme hasta su habitación –ordenó
—Por supuesto, General –ambos enfermeros le saludaron con mano en pecho, partiendo rumbo a la habitación.
Al entrar, la tensión subió en la habitación. Joey se lo arrebató, y sin pronunciar palabra, le echaron, aún con el miedo presente en las miradas de los demás. ¿Qué es lo que pasaba en ese lugar?
¡Y el nuevo proyecto da inicio!
No podía quedarme quieta, pase semanas pensando en como darle forma a esta vieja historia, que en un rato libre volví a leer. Si, tengo un pequeño repertorio de ideas e historias sin terminar. Ahora, da inicio una nueva aventura. Dirán: ¿No es una copia de alguien mas?
Y no, pero la temática de despertar en un lugar ajeno al que vivías siempre me gustó, y en honor a Katsuy Akano decidí por fin sacarla a la luz. Ahora bien, apenas es el inicio, y no todo lo que lean tendrá lógica o respuestas predecibles, ya lo verán.
Siempre muchas gracias a todas las personas, alienígenas y demás seres de esta tierra por pasar a leer, poner reviews y demás mensajes aún con historias ya terminadas. Me alegra de todo corazón que les guste lo que escribo y espero emocionarles con este nuevo proyecto. Un tanto raro por el título, pero ahí está.
Sayonara y suerte a todos si están en exámenes finales.
