Participa en la actividad del grupo de 'Zona Hero'.
¿Cuántas veces ha lavado las manos hoy?
¿Treinta? ¿Cuarenta?
¿Por qué tan pocas? ¿Era por eso que veían tan sucias?
Su hora de almuerzo estaba por acabar, y él ni siquiera pudo probar un bocado de lo que compró en la cafetería ¿por qué tuvo que dejar su comida en casa? Se negaba a comer algo de ese asqueroso lugar, pero su maldito jefe le obligó a que se comprara algo de comer ¿y cómo negarse? Si el condenado era un maldito ángel, lo dejaría pasar… porque no tiró su dinero a la basura, literalmente, por nada. Era misofóbico, no estúpido.
¿Y cuál fue el problema?
Bien, empezó cuando miró por primera vez esos malditos ojos lilas.
Todo lo demás parecía tan sucio…
Menos él.
Y era molesto. Jodidamente molesto.
—¡Bakugo! —Sonríe, dándole la bienvenida, ambos eran compañeros de trabajo. Por lo que tenían que verse bastante seguido, para su suerte o su desgracia, quién demonios sabe. —¡Dios santo! ¡Tus manos sangran!
Aoyama algunas vendas, algodón y alcohol de su escritorio, pero en lugar de curarle él mismo, se las entrega. Cuidando de no tocarle.
—¿Te desinfectaste tus mierdas?
—Me acabé el gel antibacterial que tenía.
—Bien.
—¿Pensaste en lo que te dijo el terapeuta?
—Bah, creo que hay alguien que no me molesta tocar.
—Oh… es genial, ella debe ser muy linda.
—Como sea, has trabajado bien. Me siento generoso así que vendrás a comer a mi casa.
Aoyama se sonroja por completo.
Bakugo sonríe.
Nadie entraba en la casa de Bakugo.
Y Aoyama sabe que van a hacer más que sólo cenar.
Es la primera vez que Bakugo haría algo así, pero si era con este chico… no le importaba en lo absoluto.
