Notas: AU. Aunque realmente no sé bien que es esto. Pero me encantan ellos, perdón niñita (?)
Golden days
Es como un niño. Es lo que piensa cuando le ve dormido entre las sábanas, semblante tranquilo y sin embargo, el brazo firme alrededor de su cintura. Está tan acostumbrada a sus roces y su piel de leche que ya no se incomoda cuando le aprieta un poco más los engranajes con su toque místico. Intenta sonreír, pero los intentos son vanos. Es una jerga que Nebula considera desconocida.
Es un niño, solitario, inseguro. Sufre en silencio, no llora. Entierra sus emociones bajo tierra marciana y patea fuerte el suelo para que no le duela la herida—ya infectada. Es por ello, piensa ella, que cuando él habla de su madre su voz suena vacía, casi muerta, como si contase una historia de terror que ha guardado polvo por años debajo de la escalera. Las estrellas derraman lágrimas que Quill prefiere ocultar, pero sus labios poseen un sazón a angustia y miedo.
Nunca consideró que Peter, el perfecto y descuidado Star-Lord, se le asemejara en ese aspecto. Le creía invencible. Con la facilidad de patear a Dios en el rostro y sobrevivir. Con los ojos azules brillantes y no fraccionados en millones de espejos que le recuerden
somos tan iguales, guardián de las estrellas.
Le encantaría comprenderlo mejor, ya que es extrañamente familiar y, aún así, completamente un misterio.
Y se da cuenta que Peter derrite su frío y vuelve su cristal menos filoso, y le ha costado sangre y dolor (lágrimas no), y—
¿En qué momento había aprendido Quill el ''Ábrete Sésamo'' a sus emociones?
Se acurruca en su pecho un poco más y siente que él le abraza, posesivo, abriendo apenas los ojos y regalándole, medio dormido, un beso casto en la frente. Le gusta esa sensación, de verse querida.
(Eres un tonto, que nos devuelve la esperanza).
