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Disclaimer: La trama de la historia es completamente mía! (Algunos detalles los he tomado de un manga, pero la historia es mía) Los personajes, o la mayoría son de Stephenie, pero yo los he usado para traer esta historia de mi desquiciada mente.
Capítulo 1: Llegada al castillo
Se sentía como un animal, después de que prácticamente había sido sacada a la fuerza de su casa y de que todas las muchachas del pueblo, junto con ella, hubieran sido arrumbadas en un camión cual animales a sacrificar.
Al llegar al castillo, las habían dejado a todas en una habitación y, en ese momento, sintió que alguien la observaba profundamente, pero lo único que veía era a las otras jóvenes. Allí mismo la habían escogido para llevársela a una celda hasta que el príncipe la llamara.
—¡Hey mocosa! —le gritó con sorna uno de los guardias, mientras abría la celda—, el príncipe espera por ti.
El guardia la tomó con fuerza del brazo mientras avanzaban por un largo pasillo, para después subir unas escaleras hasta llegar a una especie de sala.
—Suerte —le dijo el guardia antes de irse.
Con nerviosismo pasó sus ojos por todo el lugar. ¡Rayos! ¿Por qué de entre todas las muchachas del pueblo la había escogido a ella? No era la más hermosa que habían traído, era muy pálida y con simples ojos y cabello castaños. ¿Acaso ese maldito medio demonio había enloquecido y había escogido a la peor para matarla más rápido?
Mientras cavilaba sintió que alguien la observaba y, cuando giró, vio a un joven, algo pálido, con unas grandes y filosas garras en sus manos, un desordenado cabello cobrizo con unas orejas de perro negras saliendo de su cabello, pero lo que más le llamó la atención fueron esos grandes ojos dorados, casi completamente amarillos; había quedado prendada en sus ojos pero con su profunda y gélida voz dijo algo que le heló completamente la sangre.
—Acompáñame, porque ahora me perteneces —ordenó mostrándole sus largos y filosos dientes.
Cierto, ella ya no era su propia dueña, ahora le pertenecía al príncipe mitad demonio.
Al avanzar, Bella sintió dolor en su brazo y vio que el príncipe la sostenía fuertemente y que sus garras desgarraban su piel. Trató de pensar en otra cosa mientras avanzaban por un corredor hasta llegar a un cuarto que parecía de una mujer por la decoración rosa. El príncipe le miró con odio y después gritó.
—¡Alice, encárgate de que esta mujer luzca al menos un poco decente! —Tras decir eso, se fue y azotó la puerta. Bella se preguntó la razón por la cual el príncipe parecía odiarla y, si así era, ¿por qué estaba ella allí?
Inmediatamente después de que el príncipe se fue, una joven se le acercó. Notó ciertas similitudes en el rostro de la muchacha con el príncipe, tenía ojos amarillos, unas graciosas y pequeñas orejas cafés encima de su cabeza, y se dio cuenta de que tenía unas facciones finas y respingadas, como un duende, cabello corto y, además, era más baja que ella.
Al ver a Bella, la cara de Alice se desencajó y su rostro se puso pálido por la impresión pero rápidamente se repuso.
—Me disculpo por la actitud de mi hermano —dijo sonriendo—. Por cierto, soy Alice. ¿Cómo te llamas?
—Isabella... Bella —respondió con temor.
—Por favor, no temas. Es posible que mi hermano te haya dado una mala impresión, y que todos digan que somos seres perversos que deseamos matar a todos los humanos, pero en realidad no somos nada de eso.
Bella no sabía cómo reaccionar, pero la muchacha le inspiró un poco de confianza así que se atrevió a preguntar.
—Entonces, ¿por qué el príncipe me vio con odio desde la primera vez? Sentí que me rompería el brazo —explicó mostrándole su brazo herido. Alice se preocupó y comenzó a curarla mientras Bella seguía hablando—. Y tú al verme pareciste haber visto un fantasma.
Alice levantó su mirada algo insegura y simplemente le dijo—: Eso... realmente el que debe decírtelo es Edward —Así que se llama Edward, pensó Bella—, pero por favor, compréndelo, así sea un poco. Ha tenido una vida que nadie merece vivir. Y ya que te he curado, déjame arreglarte.
Bella asintió y no dijo nada más ya que de una extraña forma entendió que lo mejor que podía hacer era callar y esperar.
Alice llevó a Bella a un baño con una tina que se veía tan hermosa y delicada, como porcelana, que a Bella le dio vergüenza mancharla bañándose allí. Trató de convencer a Alice de que la llevara a un lugar no tan elegante pero la chica era realmente manipuladora y finalmente había terminado accediendo a bañarse allí. Vergonzosamente se dejó bañar de Alice, aunque no podía entender por qué ella lo estaba haciendo y no una de sus sirvientes
—Edward no quiso confiar en nadie más que en mí —le dijo Alice respondiendo sus pensamientos y concentrándose simplemente en lavar bien el cabello de Bella.
—¿Siempre bañas a las muchachas que se traen al castillo? —le preguntó Bella con sincera curiosidad.
—No —contestó simplemente—. Y ahora, párate por favor de la tina.
Bella le obedeció con mucha vergüenza, y Alice le ofreció una toalla. Salieron de nuevo al cuarto donde el príncipe la había llevado.
—De acuerdo, ahora es momento de vestirte —le dijo Alice con mucho entusiasmo—. Siéntate y espérame aquí. —Bella obedeció y se sentó.
Alice abrió unas puertas de su cuarto y Bella, impresionada, alcanzó a ver un gran armario; después de unos minutos volvió, y tras arreglarla con un hermoso vestido de seda azul, que a Bella le había parecido demasiado, le peinó todo el cabello hasta dejarlo ligeramente ondulado.
—Te ves muy hermosa —reconoció Alice en un tono sincero.
Bella se sonrojó profundamente ya que ella también podía sentir y ver las diferencias, pero todo esto no era tan importante comparado con la duda de qué planeaba el príncipe Edward hacer con ella. Sin poder evitarlo, le preguntó a Alice, quien dudó y con un poco de resignación en los ojos le dio una explicación.
—Cada vez que se trae a una joven al castillo, después de que se ha bañado y cambiado, es llevada a los aposentos de Edward. Algunas mujeres vuelven a salir de allí, tal vez uno o dos días más tarde, pero… nunca vuelven a fin de cuentas —concluyó.
Bella, horrorizada, pensó que moriría ese mismo día; sin embargo, Alice, al ver su cara de temor, agregó—: Pero, estoy completamente segura de que contigo va a ser diferente, tengo un fuerte presentimiento.
Bella no dijo nada más ya que era la hora de despedirse de Alice. Caminaron hasta la otra ala del castillo y ella no pensó en escapar, ya que estaba resignada. Si tengo que morir, lo haré, pensó. Detuvo sus pensamientos cuando Alice paró delante de una puerta.
—Aquí es —le indicó—. Entra y… mucha suerte.
Bella abrió la puerta, avanzó y cuando volteó, Alice la miró con cara de disculpa diciéndole que tenía que cerrar la puerta por órdenes de Edward y, al hacerlo, se fue.
Observó el cuarto, las sábanas, las cortinas y el resto de la decoración era de un oscuro color negro; no se veía luz por ningún lado. Bella se sintió completamente claustrofóbica y trató de serenarse y no pensar en nada que la hiciera hiperventilar cuando, de repente, escuchó la puerta abrirse y lo vio de nuevo. Por un segundo creyó ver en esos profundos ojos ambarinos cierto cariño, pero esto pasó rápidamente y fue reemplazado con una mirada de odio y desconfianza que la hizo temblar de miedo. En las penumbras, sus ojos lucían más terroríficos cuando tenía esa fría mirada.
—Ve a la cama —le ordenó en voz baja.
Bella, que se había quedado estática por su repentina llegada, no había podido mover ni un músculo.
—¿Acaso no me escuchaste? —le gritó—. Ve a la cama… ¡Ahora!
Su voz sonó tan agresiva que Bella temió aún más y corrió rápidamente a la cama. Edward se acercó lentamente, haciendo su tortura aún más larga; cada vez se acercaba más y más hasta el momento que llego a estar sobre ella. Bella sentía la respiración de él en su cara y al verlo pudo notar otra emoción cruzarla… ¿Dolor? ¿Qué significaba eso? Ella no quería enfrentarlo así que cerró los ojos esperando que hiciera lo que hiciera, fuera rápido y terminara su tormento.
Edward, atónito por su reacción, se quedó quieto.
—¿Por qué cierras los ojos? —le preguntó con molestia.
—Porque no quiero ver el peor suceso de mi vida —soltó con tristeza, aún sin abrir los ojos.
En el momento que Bella dijo esto, Edward rio de una manera un tanto perversa haciendo abrir a Bella sus ojos con confusión.
—¿Crees que contigo será igual que con esas? —cuestionó con sorna—. No, no lo será. —Otra vez el dolor en sus ojos. Bella no sabía qué pensar, ya que también tenía miedo. ¿De qué manera era ella diferente?— Hey, pero no temas —agregó al ver su cara de terror mostrándole sus filosos dientes cuando, de pronto, tomó con fuerza el mentón de Bella y la besó duramente. Al instante en que los labios del príncipe tocaron los de ella tuvo un sentimiento como si ya lo hubiera vivido, pero reaccionó al momento en que él se alejó y sintió el sabor de la sangre en su boca.
La mirada del príncipe estaba turbia y con un poco de altanería le dijo—: Alice volverá por ti en unas horas. —Después de esto, la dejó encerrada y completamente sola.
Bella, ya completamente despabilada, se sentó y pensó con tristeza en como el príncipe la había tratado y esas extrañas emociones que habían surcado su rostro mientras su rostro se bañaba en lágrimas…
Chicas, hola! Pues aquí les traigo mi primerísima historia, he durado mucho tiempo escribiéndola, aun no la termino pero ya he deseado mostrárselas, por favor comentenme si les gusta o no, es completamente importante para mi su opinión y saber si les gusta :D
Para muchas que hallan leído o visto "Inuyasha" podrán haber visto las similitudes, pero, la historia no es tan parecida, sino que esto me ha dado un empujoncito a escribirla.
Sin mas que decirles que de verdad espero que les guste y me digan lo que piensan, me despido!
DaniRainbow
