Amar a una mujer
Capítulo 1
¿Alguna vez han escuchado el dicho ''La lengua es castigo del cuerpo''?... a veces es mejor quedarse callado y no decir algo de lo que puedes arrepentirte luego, debido a que a veces lo que dices puede volverse en tu contra… aunque no siempre es algo malo…
En el centro de una ciudad de Japón llamada Unimari, más específicamente en un parque, una cobriza se encontraba trotando, ésta traía su cabello atado a una cola de caballo ladeada, y detrás de ella venía una castaña intentando seguirle el paso… el rostro de la cobriza lucía tranquilo y sonriente, mientras que el de la castaña estaba sudado y se podía ver claramente que no estaba acostumbrada a ese tipo de esfuerzo.
- ¡Solo una vuelta más Hayate-chan! - decía animada mientras aceleraba un poco más. La nombrada se detuvo y apoyó sus manos en sus rodillas, respirando agitadamente y mirando hacia su amiga, quien había dado la vuelta para acercarse.
-Estás loca… esto… es demasiado… - dijo entre bocanadas de aire.
-Nyahaha, deja de ser tan dramática- la castaña se dejó caer en la grama.
-Agua… necesito agua…- pidió todavía intentando regular su respiración.
-Entiende que es por tu bien, por lo menos cinco vueltas todos los días... -
-Por dios, si no puedo con tres, menos con cinco… - interrumpió con los ojos más abiertos de lo normal- además, ya estoy en forma, y no soy la única que lo piensa- la cobriza sonrió y la miró con los ojos entrecerrados.
- ¿Ah, sí?... ¿Puedo saber quien más piensa eso? - un pequeño sonrojo cubrió el rostro de la castaña, lo cual era muy poco común en ella- ¿Eh?... - la cobriza se sorprendió un poco al ver el repentino y nada usual sonrojo de su amiga -Hayate-chan, te gusta alguien- estaba más que claro que no era una pregunta, y aunque lo fuera, era obvio que la castaña no iba a contestar.
-Creo que ya es hora de un descanso, vamos, cómprame un café- se levantó y caminó rápidamente hacia unas mesas de picnic donde habían dejado sus bolsos, la cobriza de ojos lavanda volteo a verla con una ceja enarcada, no era nada normal que Hayate le cambiara el tema de esa forma, y mucho menos que se pusiera nerviosa, además de que ellas nunca se guardaban secretos. La cobriza sentía que debía preocuparse, pero no sabía por qué debía hacerlo.
-Oye, Hayate-chan, ¿Me estas ocultando algo? - pregunto ahora cerca de su amiga mirándola con los ojos entrecerrados.
-Por supuesto que no, es solo que estoy cansada- la castaña sonrió y se concentró en cualquier cosa que no fuera su amiga… al notar que la cobriza no estaba del todo convencida, dejó salir un suspiro cansado, ella sabía que su amiga no descansaría hasta descubrir lo que sucedía- Nanoha-chan, ya te dije que solo estoy cansada, vamos, me debes un café- no espero respuesta y empezó a caminar llevando su bolso y su botella de agua. La cobriza se quedó parada un momento intentando adivinar la razón por la que su amiga estaba tan extraña, pero sabía que descubrirlo no iba a ser fácil, después de todo Hayate Yagami era una buena actriz cuando se trataba de ocultar algo, así que solo lo dejo pasar por ese momento.
- ¡Pero tu pagas la mitad del desayuno! - grito acercándose de nuevo para estar a su paso.
Para mala suerte de la castaña, Nanoha había decidido ir a la cafetería caminando, por lo que les llevó un poco de tiempo llegar y también mucha energía de la castaña. Al llegar no tuvieron que esperar mucho, debido a que la cobriza conocía a todo el personal del lugar, después de todo era la cafetería de su familia. Ella había decidido que al crecer trabajaría en el lugar junto a su familia, pero al cumplir los diecinueve años cambio de planes y se decidió por tomar una carrera de maestría, por supuesto su familia no tuvo ninguna queja, al contrario, decidieron apoyarla y gracias a eso ahora ella es una de las mejores profesoras de la TSBA y también una de las más queridas… la cobriza siempre ha tenido un deseo por enseñar, no había una explicación, simplemente le gustaba.
- ¡Bienvenidas! - dijo alegremente una mujer con gran parecido a la cobriza, quien enseguida se acercó y la abrazo.
- Yo también quiero una abrazo, y agua por favor- la mujer al separarse se acercó a la castaña para recibirla de la misma manera.
-Vaya, se ve que te has estado esforzando- Hayate le mostro una sonrisa forzada.
-Tu hija es un demonio- la mujer dejó salir una pequeña risa al escuchar a la chica que quería como a una hija.
-No fue para tanto- hablo la cobriza con los brazos cruzados y ofendida por ser llamada demonio.
-Está bien chicas, no empiecen- las dos se quedaron calladas, sabían que no era bueno contradecir a la matriarca- siéntense y en un momento les traigo un desayuno-
-Pero yo quiero un postre- la mujer sonrió.
- Te recomiendo algo más saludable, si no quieres que repetir las vueltas de hoy- la castaña no lo pensó dos veces y aceptó- bien, no me tardo- las chicas asintieron y caminaron hacia una mesa vacía que se encontraba aparte de todas. Pasaron solo como unos cinco minutos cuando la mujer volvió con el desayuno, ya se había vuelto costumbre desayunar en la cafetería con su familia los sábados, esa era la razón por la cual la matriarca ya tenía todo listo.
Las chicas se tomaron su tiempo para comer, aunque la cobriza no podía evitar mirar a Hayate debes en cuando ''¿Qué me estás ocultando Hayate-chan'' iba a preguntar de nuevo a la castaña, pero el sonido de un teléfono se lo impidió… miró la pantalla del teléfono que se encontraba en la mesa y luego volteo para ver a su amiga, por alguna razón la castaña se veía tensa lo cual preocupo a la cobriza.
- ¿No vas a contestar? - pregunto confundida, ella sabía quién llamaba, después de todo el nombre de la persona estaba en la pantalla, pero le extrañaba el hecho de que la castaña no tomara el teléfono.
- Ah… sí, claro- tomó el teléfono con un claro nerviosismo y tocó el símbolo verde de la pantalla para luego colocar el móvil en su oreja - Carim, no esperaba que llamaras tan temprano- Nanoha podía sentir el nerviosismo en la voz de su amiga, pero no comprendió la razón, era obvio que Hayate no estaba peleada con la chica al teléfono, si así fuera no hubiera contestado y tampoco se hubiera mostrado nerviosa, al contrario, se hubiera mostrado molesta -no, aun no le he dicho… - una ceja curiosa se levantó al escucharla, tenía mucha curiosidad por saber de lo hablaba la castaña -está bien, te veo más tarde… te quiero… - esto último lo dijo un poco más bajo, pero igual la cobriza logro escuchar, sin embargo, no le prestó atención. La castaña nunca se veía nerviosa al decirle a alguien ''Te quiero''... Hayate miró a la cobriza y sonrió mientras dejaba su teléfono nuevamente en la mesa.
-Oye, Hayate-chan- llamó, para que la nombrada la mirara a los ojos.
- ¿Mmn? - la cobriza la miró fijamente a los ojos, ella conocía muy bien a la castaña, prácticamente crecieron juntas.
- ¿Me estás ocultando algo? - preguntó finalmente, sabía que Hayate sí estaba ocultando algo, pero quería que la castaña se lo dijera por su propia cuenta… luego de unos segundos de silencio que se había tomado la castaña para poder formar una oración, por fin habló.
-Sí… pero no puedo decírtelo aquí- la castaña se levantó y sonrió- vamos a mi departamento- la cobriza asintió con una clara confusión en su rostro.
Las chicas salieron de la cafetería luego de despedirse de la familia, y realmente no tardaron en llegar al departamento de la castaña ya que ésta vivía muy cerca de su casi familia… Hayate abrió la puerta de su departamento y dejó entrar a su amiga, todo el corto camino hacia allí fue realmente silencioso, lo cual estaba preocupando más a Nanoha… la castaña no era el tipo de persona que se quedaba callada tanto tiempo, apenas aguantaba uno o dos minutos.
- ¿Ahora sí me dirás qué te tiene tan extraña? - la castaña dejó salir un gran suspiro y con la mano le pidió a su amiga que se sentara en el sofá de la sala.
-Ok… no es que te lo estuviera ocultando realmente- se acerco mientras hablaba y la miraba fijamente a los ojos- solo estaba pensado una forma para decírtelo-
- ¿Decirme qué? - Hayate se sentó en el sofá frente a la cobriza y la miró con total seriedad.
-Pues… Carim… ella y yo... - la cobriza enarco una ceja, todavía no entendía nada.
- ¿Qué pasa con Carim? - pregunto de nuevo, se le hacía un poco impresionante ver a la castaña tan nerviosa y con tanto… ¿Miedo?...
-Eres como mi hermana, Nanoha-chan, por eso quiero que lo sepas- en sus ojos se pudo ver claramente un poco de tristeza…. cerró los ojos y por fin soltó lo que tanto había querido decirle a su amiga- Carim y yo estamos saliendo… -
-...- la castaña abrió los ojos para mirar a su amiga, pero la cobriza estaba en blanco, no decía nada.
- N-Nanoha-chan - llamó, esperando una respuesta.
-Con… con salir te refieres a que son pareja- no era una pregunta, sino una afirmación.
-Así es- la cobriza se levantó del sofá y empezó a caminar hacia la puerta sin voltear a mirar a su amiga. Hayate iba a llamarla para detenerla, pero no hizo falta ya que la cobriza se detuvo frente a la puerta que ya estaba abierta.
-Lo siento… pero no estoy de acuerdo con ese tipo de relaciones... - dicho eso, se marchó dejando a la castaña sin palabras, ella pensó que tal vez Nanoha solo se molestaría un poco y luego lo iba a dejar pasar, pero en los ojos de la cobriza había algo que nunca había visto, tenía una mirada que nunca le había dirigido a nadie… estaba claro que no iba a ser nada fácil aceptarlo. Hayate estaba parada en la sala, nunca imaginó que algo así podría pasar… unos cuantos segundos después su teléfono sonó y ella lo tomó con la esperanza de que fuera su amiga la que estaba llamando, al ver la pantalla sonrió, no era Nanoha, pero sí la persona que lograba sacarle sonrisas entre lágrimas.
-Carim… - nombró con voz apagada- sí, ya le dije…- suspiró y miró hacia arriba- creo que acabo de perder a mi mejor amiga-
…
Habían pasado cinco días desde que había hablado con la castaña y ya era jueves, desde ese día decidió que lo era mejor evitarla… sus otras dos mejores amigas, Arisa y Zusuka, habían intentando convencerla para que hablara con la castaña, pero ella se negó molesta por el hecho de que sus dos amigas también sabían y no habían dicho nada… pero ellas tenían razón cuando dijeron que era Hayate quien tenía que decirlo y no ellas. Nanoha todavía no entendía el por qué su amiga se había enamorado de una mujer, para ella eso no tenía sentido.
-Te veo muy pensativa, ¿Paso algo? - miró hacia la puerta de su salón de clases y negó con la cabeza al rubio con lentes.
-Solo estoy cansada- él se acercó para darle un beso en los labios, pero se desvió y terminó dándolo en la mejilla.
-Entonces hoy tampoco podemos salir a cenar- la mirada que la cobriza le dirigió era una de disculpa… últimamente ya no salía tanto con él, ya no era lo mismo que antes, el cariño se había ido… cuando estaban en la universidad era más diferente, salían más y se trataban de forma más cariñosa, pero por alguna razón, nunca sintió que era él con quien quería estar hasta la muerte… nunca se sintió segura, tal vez por eso no habían tenido otro tipo de relación que fuera más allá de los besos. Con el tiempo las cosas habían cambiado, ya no salían tanto y no había palabras cariñosas, pero no era como si le importara mucho, de hecho se sentía mejor de esa manera, lo cual no era normal en una relación.
-Lo siento… tuve una semana estresante- él sonrió y caminó hasta la puerta para retirarse.
-Está bien, realmente te ves cansada… la verdad es que no tenía muchas ganas de salir esta noche- la cobriza asintió con la cabeza.
-Bueno, para otro día será, Yunno-kun - el nombrado se despidió con la mano y salió del salón de clases. Nanoha dejó salir otro suspiro, de hecho todo el dia estuvo así, durante la primera clase solo dijo unas cuantas palabras y lo demás lo dejo en la pantalla frente a los estudiantes, lo cual no era normal para ellos, su profesora era muy animada y alegre, ellos querían preguntar, pero sabían que ella no respondería. ''Tal vez debería de salir un momento a descansar… solo falta una clase y tengo media hora antes de que empiece'' decidida se levantó de la silla del escritorio y empezó a caminar fuera del salón. La TSBA era una universidad muy grande, con uno de los campus más grandes y hermosos, pero la cobriza decidió caminar hacia los campos de deporte, le gustaba ver a los jugadores dando su esfuerzo en su entrenamiento, pensó que tal vez eso la distraería. Al entrar al campo escucho los pitidos de silbatos y los gritos de los jugadores de fútbol americano, al parecer solo había un equipo entrenando, pero le extraño que fueran ellos, se suponía que no tenía entrenador.
- ¡Cuidado! - se escuchó una voz suave… al voltear pudo ver que el balón ovalado se dirigía hacia ella, su única reacción fue cubrirse con sus brazos, sin embargo el balón nunca llegó a ella…- Lo siento mucho, ¿No te paso nada, verdad? - escuchar la voz suave de nuevo hizo que sintiera un cosquilleo. Apartó los brazos de su rostro para ver a la portadora de esa voz y no pudo evitar abrir los ojos en sorpresa, frente a ella había una rubia alta con el balón en las manos, lo que quiere decir que fue ella quien evitó el accidente, pero lo que la sorprendió no fue eso, sino lo hermosa que era la mujer… ''Sus ojos son borgoña… son hermosos'' pensó sin darse cuenta… ''Pero hay algo más'' volvió a pensar, sintiéndose extraña por dentro, pero prefirió ignorarlo…- Oye… ¿Estás bien? - pregunto de nuevo la mujer al ver que la cobriza no respondía.
- ¿Eh?... oh, sí… estoy bien- la mujer suspiro de alivio.
-Que bueno… de verdad lo siento- la cobriza miraba fijamente a los ojos borgoña… ''Ella de verdad está preocupada por mí'' Nanoha podía ver en los ojos de la mujer una verdadera preocupación, y por alguna razón, eso la hacía sentir bien y no iba a negarlo.
-N-No te preocupes… fue un accidente- se mordió la lengua en forma de reprenda, ''¿Qué pasa?... yo no tartamudeo''. La mujer sonrió y volteo a ver al equipo.
- ¡Muchachos! – Llamo a los chicos, para que éstos voltearan a mirarla -! Por favor, tengan más cuidado! - dicho eso les devolvió la pelota - ¡Continúen! - los chicos asintieron y volvieron al entrenamiento. La rubia volteo de nuevo hacia la cobriza y le sonrió… Nanoha al ver esa acción, sintió como lentamente un sonrojo cubría sus mejillas, ella estaba actuando extraño, ella no era así, se supone que es extrovertida, animada, no tartamudea ni se sonroja, ''Por favor, dios, dime que no me estoy sonrojando'' pensó, no importaba la situación, ella nunca se sonrojaba, es cierto que llegaba a avergonzarse, pero jamás un sonrojo cubrió sus mejillas de esa forma- es bueno saber que no te paso nada- ''¿Por qué su voz es tan suave?''
-Mmm, estoy bien…- la rubia se acercó y la miró fijamente, luego de un segundo levantó la ceja confundida.
- ¿Segura?... estas un poco roja- la cobriza estaba intentando calmar su sonrojo, pero al escuchar eso terminó sonrojándose más.
-S-sí… -
-Bueno… deja que me presente- estiró su mano para presentarse- soy Fate Testarossa Harlaown, soy la nueva entrenadora- ''Tiene un nombre largo'' Pensó de nuevo…
-Es un placer, mi nombre es Nanoha Takamachi, pero puedes decirme solo Nanoha- estiró su mano para corresponder el saludo, al estrechar su mano sintió un pequeño choque eléctrico recorrer su brazo, lo cual la sobresalto un poco, pero no le tomo importancia. ''Es muy suave'' Pensó perdida en la suavidad de aquella mano, y luego levantó la cabeza para mirar a la rubia y noto que ésta también estaba mirando por un momento sus manos, para luego mirarla a los ojos de nuevo y hablar.
-Bien, entonces tú puedes llamarme Fate, ¿Te parece bien?, Nanoha - muchos sentimientos extraños en un solo dia, ya ella había escuchado a muchos pronunciar su nombre, pero nunca hubo alguien que lo pronunciara tan bien, se escuchaba diferente, se escuchaba muy bien.
-E-Esta bien, Fate-chan- pudo ver sorpresa en los ojos de la rubia cuando dijo su nombre, pensó que tal vez estuvo mal llamarla de esa manera, pero antes de retractarse, la rubia habló.
-Realmente es un placer conocerte- una ceja cobriza se levantó en confusión, pero prefirió no preguntar, ya estaba demasiado confundida con su comportamiento, no quería confundirse más. Hubo un silencio por unos segundos hasta que recordaron que tenían las manos juntas todavía, así que un poco avergonzadas soltaron el agarre. ''Perfecto, ahora tengo un sentimiento de vacío…''
-Me acabas de decir que eres la nueva entrenadora, ¿Cierto? - pregunto a lo que la rubia asintió.
-Ya veo, es bueno saber que el equipo de fútbol ya tiene entrenador- dijo mirando a los jugadores con una sonrisa, por lo que no se dio cuenta de que la rubia la estaba mirando fijamente.
-Y también el equipo de básquet- la cobriza volteo un poco asombrada.
- ¿En serio? - pregunto extrañada.
- ¿Por qué actúas como si fuera algo extraño? -
-Es que no sabía que se podía entrenar a dos equipos de deportes diferentes- la rubia soltó una pequeña risa, la cual hizo sentir emocionada a Nanoha por alguna razón.
-Sí se puede, si conoces los deportes y estas capacitado para hacerlo… -
-Oh… no sabía-
-Está bien, no pasa nada- un silencio las invadió por un momento, apenas se conocían, de hecho era increíble cómo habían hablado tanto hasta ahora.
- ¡Entrenadora! - llamó un jugador, la nombrada volteo a verlo y éste le hizo una seña con la mano para que se acercara.
-Tienes que seguir trabajando, lo siento… no quiero quitarte más tiempo-
-Puedes quitarme todo el tiempo que quieras… -
- ¿Eh?... - otro sonrojo llegó al rostro de la cobriza… La rubia, al darse cuenta de lo que dijo abrió los ojos en sorpresa.
-Quise decir… que no te preocupes… ya sabes, me refiero a que puedes venir cuando quieras… - hablaba rápidamente intentando remediar sus palabras anteriores. Nanoha sonrió al escucharla intentando retractarse de sus palabras, ''Se ve muy tierna''.
-Entiendo, gracias por evitar que el balón golpeara mi rostro- dijo en forma de broma a lo que la rubia respondió con una pequeña risa.
-De nada… espero verte luego- Nanoha empezó a alejarse, pero sin apartar la mirada.
-Yo también espero verte luego- dicho eso, miro hacia el frente y empezó a caminar de vuelta a su salón de clases.
''Quiero verla de nuevo, no sé por qué… pero quiero verla de nuevo'' y con ese pensamiento estuvo todo el día, no sabía por qué tenía ese sentimiento extraño, pero sentía que lo mejor era ignorarlo, tal vez era algo temporal... o eso era lo que ella pensaba.
…
Finalmente el trabajo había terminado, tal vez los estudiantes pensaban que los maestros salían a la misma hora que ellos, pero se equivocaban, el que las clases hayan terminado no quiere decir que el trabajo haya acabado…
Nanoha iba saliendo de la universidad con las llaves de su auto en la mano, había sido un día cansado para ella, de hecho toda esa semana había sido estresante, así que estaba lista para irse a su casa, tomar un baño y acostarse en su suave cama… necesitaba descansar, necesitaba quitarse el estrés que tenía desde que hablo con Hayate… y ahora, necesitaba dejar de pensar en la entrenadora, por alguna razón estuvo pensando todo el día en la rubia, cada vez que se distraía mirando algo la oji borgoña pasaba por su mente, era extraño, pero no iba a dejar que eso la estresara y tampoco que le impidiera trabajar. ''Solo tengo curiosidad por que es nueva y apenas la conozco, eso es todo, se me va a pasar'' Pensaba, pero ella misma sabía que ese tipo de sensación nunca lo había sentido, y no le gustaba nada, se sentía débil y no le gustaba sentirse así. Se detuvo un momento y miró el cielo anaranjado por el atardecer… ''Ella tiene unos ojos realmente hermosos'' pensó mientras soltaba un suspiro.
-Buenas tardes, Nanoha - escuchar la suave voz la hizo voltear enseguida.
-Fate-chan…- otra vez ese extraño sentimiento la envolvió… no importa lo mucho que quisiera negarlo, ella quería ver a la rubia antes de irse a su hogar, la razón era porque ella quería descubrir qué era lo que causaba ese sentimiento… sin embargo, al voltear solo se centro a sus ojos y en nada más.
-Te vez un poco estresada- poco a poco sus ojos mostraron preocupación.
-Solo estoy un poco cansada- Nanoha no estaba acostumbrada a que alguien se preocupara por ella, solo su familia y Hayate, pero nadie más había mostrado preocupación por ella, ningún amigo, ni siquiera Yunno… y ahora está frente a esta persona que apenas conoce y puede ver claramente la preocupación de la mujer por ella… ''¿Por qué?...'' se preguntó mentalmente.
-Ya veo, no te fuerces… - la cobriza sonrió y asintió con la cabeza.
- ¿Te vas en auto? - pregunto, esperando un no como respuesta para ofrecerse a llevarla.
-Sí, se lo preste a mi prima, ya viene en camino a buscarme-
-Ya veo- dijo sin ganas, la rubia enarco una ceja sin comprender el cambio, pensó que tal vez era por el cansancio así que no le tomo mucha importancia.
- ¡Fate! - la cobriza abrió los ojos en sorpresa al escuchar esa voz, mientras que la rubia solo sonrió y levantó la mano para saludar e informarle a la chica esperara.
-Ya vinieron por mi…- volteo a ver a la cobriza y le sonrió, provocando un pequeño sonrojo sus mejillas - espero verte mañana, Nanoha- la nombrada asintió mientras sonreía.
-Te veo mañana, Fate-chan - la rubia se despidió con la mano y comenzó a caminar hacia la otra mujer en la entrada de la universidad, quien al ver a Nanoha abrió los ojos en sorpresa y miró a Fate, quien ya estaba cerca.
- ¿Conoces a Nanoha-san? -
- ¿Eh?... sí, ¿La conoces? - la mujer asintió con la cabeza.
-Sí… pero como sea vámonos, maneja tú- dijo entregándole las llaves del auto, Fate le sonrió a su prima y fingió molestia.
-Carim, te presto mi auto y no saludas ni me das las gracias- la mujer se encogió de hombros y sonrió mientras entraba en el vehículo, la rubia también entro y con una sonrisa torcida miró de nuevo a su prima- solo espero no hayas hecho nada malo con Hayate aquí… porque te obligare a lavarlo…- la mujer se sonrojo y dio un pequeño golpe a la oji borgoña.
-No digas esas cosas…- la rubia dejó salir una pequeña carcajada mientras encendía el auto y lo ponía en marcha.
Nanoha se había quedado mirando a las dos rubias hasta que éstas se fueron, estaba sorprendida, no podía creer que Fate era la prima de Carim… ''Definitivamente necesito un descanso'' pensó retomando su marcha a su auto.
Ya estando dentro del vehículo, dejó caer su cabeza en el volante mientras soltaba un gran suspiro ''¿Fate-chan sabe que Carim y Hayate están saliendo?'' Se preguntó. Esos cinco días habían sido estresantes, y ahora, cuando creyó que podía ir a su casa a relajarse, aparece una rubia que le provoca sentimientos extraños, sonrojos y tartamudeos… ''Y mañana es viernes… esto aun no termina'' pensó, mientras encendía el auto y lo ponía en marcha.
El trafico a esa hora estaba tranquilo, así que luego de quince minutos llegó a su departamento, se quitó los zapatos y se dejó caer en el sofá… luego de unos segundos mirando el techo, no pudo evitar pensar en el momento en que se encontró con la rubia, y pensar en su sonrisa, sus ojos, esa suave voz, lo amable que es… ''Bueno, realmente no es tan malo'' pensó formando una sonrisa.
…
¿Qué es eso?... ¿Es un ave?... ¿Un avión?... no gente bonita, es Carol con otra historia en Fanfiction. ¿Qué tal estuvo? ¿Bien o mal?... la continuo o la borro y hago como que nunca la escribí, ustedes tienen la última palabra.
Si deciden que la continúe, pues entonces los leeré el domingo. Sayonara babies
