ACLARACIONES:

1. Los personajes usados en esta historia no me pertenecen, son creaciones de la gran mente de la señorita Naoko Takeuchi.

2. Esta historia no es escrita por mi los méritos son para la señorita PEAPRINCE, la cual me dio su autorización para traducirla y subirla, yo solo la traduje ya que no hay tantas historias como quisiera de la pareja Haruka y Michiru.

Titulo original: "Dow into your heart"

Autora: PEAPRINCE

"En lo profundo de tu Corazón"

Capitulo 1

Otro día de juicios la detective se movió en su asiento.

El caso que estaban trabajando era el asesinato de un niño de diez años, el peor tipo de caso que se pueda manejar.

De alguna manera, su equipo de homicidios había atrapado con éxito al criminal después de una investigación de una semana.

"Detective Tenoh".

Dijo una voz desde la galería.

La mujer rubia se dio la vuelta y vio que su compañero se movia por el pasillo a la mesa de la acusación.

El hombre de pelo negro fue asignado como su pareja desde hace 2 meses.

Mamoru Chiba.

"¿Cuántas veces tengo que pedirte que me llames Haruka?".

Frustrada, tomó el expediente que Mamoru le ofreció.

Ambos se sentaron cuando comenzó el juicio.

"Me tomó bastante tiempo cerrar el auto".

Mamoru respondió, pero la rubia sabía que su pareja estaba bromeando con el fin de ver su cara de frustración.

"Me encanta este tribunal".

Mamoru de repente soltó.

Haruka vio como el equipo del demandado entro uno por uno.

"¿Por qué? Odio este caso".

"Odio el caso también".

Mamoru admitió.

"Sólo espera, verás mi razón para amar este tribunal".

Mamoru sonrió y sus ojos señalaron la puerta principal.

"Esa es la razón...".

Haruka siguió la mirada de Mamoru y quedó cautivada por el escenario.

Una mujer con el pelo de color aguamarina estaba elegantemente vestida cruzando por el pasillo de la galería.

"Cielos".

Haruka dijo en voz baja.

Ahora sabía que este sería un caso difícil.

Además de ser la reina de la corte, era la mejor abogada en este país fue contratada para el peor criminal en este horrible caso.

"Lo sé".

La mirada de Mamoru aún permanecía en la abogada.

"Compórtate, amigo".

Haruka no le gustaba la forma en que su pareja se quedó mirando a la mujer.

"Michiru Kaioh, la mejor abogada de la defensa en el país... ¿Qué te parece? ¿Vamos a ganar a pesar de que tenemos una fuerte evidencia...?".

Mamoru suspiró, dándose cuenta de lo que iban a enfrentar a partir de ahora.

"Vamos a ganar esto".

Haruka respondió con total determinación.

Los ojos de ella, tampoco pudieron abandonar la figura de aquella mujer.

Michiru Kaioh era una mujer increíble.

"Aquí viene...".

Mamoru le dio un codazo a Haruka cuando Michiru se acercó a la mesa de la fiscalía, de nuevo con movimientos elegantes.

"Buenas tardes, caballeros".

Michiru saludó tanto a Mamoru como a Haruka con una sonrisa.

Haruka pensó que debía haber practicado esas sonrisas para la sesión de la corte.

"Vamos a tener un caso justo aquí". continuó.

Michiru se volvió a Haruka, parecía esperar algún tipo de respuesta por parte de la detective rubia.

"Espero lo mismo. Como usted sabe, agarramos con impaciencia a el acusado y el plan es la cadena perpetua para él". Comenzó Haruka.

Ella se negó a perder este caso.

"He oído que sólo necesitaba una semana para atrapar a mi cliente. Vamos a ver si su evidencia es contundente".

Michiru mostró esa misma sonrisa de nuevo.

Aún con frialdad, Haruka le respondió.

"No vamos a dejar en libertad a esa bestia. No ahora".

"Entiendo. Como he dicho, vamos a tener un caso justo".

Con eso, Michiru se retiró y volvió a su asiento en la mesa de la defensa.

Mamoru se movió incómodo en su asiento.

Por la expresión de Michiru, estaba seguro de que ella había preparado algo para debilitar sus declaraciones.

"¿En que piensas?".

Preguntó Haruka, con la mandíbula apretada.

"No creo que esto vaya a ser un caso justo", concluyó Mamoru.

Haruka cerró los ojos por un momento y respiró hondo mientras el juez caminó por el registro de esa hermosa abogada.

Casi todos sus clientes habían salido de sus casos con gran éxito.

Sin embargo, en lo profundo de su corazón, Haruka quería que su conversación anterior durara un poco más.


Haruka entro a su auto, furiosa.

La corte había terminado mal.

No muy mal todavía, pero peor de lo que hubiera querido.

El juez quería reconsiderar algunas pruebas y retrasó un día más.

Haruka maldijo varias veces mientras encendido su coche.

"Maldita sea esa mujer".

Haruka pisó el acelerador con fuerza y golpeó el centro a toda velocidad.

La mejor ventaja de ser un policía es que se puede conducir rápido y nadie lo cuestionaría.

"Lo sé, pero ¿puedes por favor, ir más despacio?".

Mamoru gritó desde el teléfono.

Trató de calmar a Haruka ya que sabía que la rubia se sentía frustrada y furiosa.

Sabía el hábito de su pareja de conducir a alta velocidad cuando está enojada.

"No puedo".

Haruka ignoro a su pareja.

"Entonces, por favor toma la autopista antes de que lastimes a alguien".

"Ya lo hice".

"Bueno. Ya sabes, tienes que volver a la comisaría. Tenemos que ideal algunas estrategias para derribar a el acusado". Mamoru le recordó.

"Lo sé, Mamoru... Déjame en paz por un segundo, ¿si?".

Haruka colgó enfadada.

Su mente vago a los acontecimientos judiciales anteriores y lamentó conocer a Michiru como enemiga.

Nadie quería a esa abogada como un enemigo.

Haruka recorrió la zona de la costa, disminuyendo su velocidad.

Su sueño era ser un corredor, pero por un par de razones, decidió asistir a la academia de policía.

Nunca se arrepintió de su decisión.

A pocos metros de distancia, sus ojos captaron una figura familiar en la calle.

Era la de Michiru, la abogada admirable estaba molesta.

¿Que está haciendo allí?

Haruka aparcó el coche y se dirigió hacia ella.

Michiru estaba ocupada con su teléfono celular, marcando números que no parecían contestar.

A la derecha de la mujer estaba su coche con un poco de humo que provenía del motor.

"¿Sra. Kaioh?".

Haruka la saludo repentinamente.

Tomándola por sorpresa, casi dejó caer su teléfono celular.

Se dio la vuelta y se encontró con la detective que acababa de conocer en la corte.

Genial, otro enemigo que arruinará mi día, pensó Michiru.

Pero, por desgracia no podía ir a ninguna parte con un coche dañado y un teléfono ahora descargado.

"Ah, detective". Michiru le devolvió el saludo frío.

"Encantada de conocerte otra vez... este es el momento perfecto".

Los ojos de Michiru viajaron a la rubia se sorprendió al ser cautivada por la profundidad de los ojos verdes de la detective.

No podía dejar de mirarlos.

"Ah... ¿Puedo pedir prestado su teléfono?".

Haruka no aparto los ojos de Michiru mientras ella buscaba su celular en el bolsillo.

"¿tienes problemas con eso?".

Haruka señaló el coche que ahora parecía a punto de explotar en cualquier segundo.

El espeso humo lentamente curvado hacia arriba, a simple vista daba bastante miedo.

"Sí, como puedes ver. Necesito el teléfono para pedir ayuda".

Michiru se fue a otro lado para hacer una llamada.

Haruka se quedó allí por un momento, luego se acercó al coche.

Analizó el coche, y se dio cuenta de que el problema podría estar en cualquier parte, así que empezó con la apertura de la tapa.

Michiru suspiro de alivio.

La detective no era mala y cruel como ella había pensado al principio.

Sorprendentemente, la rubia era muy agradable y no se burlo de ella por la situación.

La próxima vez que se conocieron en la corte, Michiru quería conocerla como una amiga en lugar de un enemigo.

Michiru volvió a su coche y se dio cuenta que Haruka trabajar en él.

Tenía algunas herramientas afuera y estaba abriendo partes de su coche.

"Detective, ¿qué está haciendo?".

"¿Cuánto tiempo tiene usted que no le hace servicio?".

Preguntó Haruka.

Michiru no podía ver la cara de la rubia con claridad, ya que estaba escondida en el coche.

"No lo sé. Este no es mi coche. Lo tomé prestado de mi amigo. ¿Puedes arreglarlo?".

Michiru no sabía que un detective pudiera reparar un coche.

"Yo podría haber solucionado esto hace una semana, pero ahora... esto es imposible".

La rubia se dio por vencida y recogió sus herramientas.

Michiru miro a la detective rubia.

"¿Qué?".

Haruka levantó una ceja, dándose cuenta que Michiru la estaba mirando con una expresión extraña.

"Su cara está sucia... Creo que es por el humo".

Michiru dirigió la atención al rostro de la rubia que tenia algunas manchas negras y olía a aceite.

"Oh, te entiendo".

Haruka intención limpiar las manchas con la mano, pero sólo logró espárcelas más en su rostro.

Michiru se rió.

"Eso no funcionó, detective. Tu mano también está sucia. Utilice esto".

Michiru le dio el pañuelo a Haruka.

Haruka se resistía a aceptarlo.

El bonito pañuelo se ensuciara con el fin de limpiar su cara.

"Voy a limpiarme cuando llegue a casa...".

Dijo Haruka.

"Va a ser difícil conseguir quitarse todas las manchas si no lo haces ahora".

Michiru puso el pañuelo en la mano de Haruka, obligándola a aceptarlo.

"... Gracias".

Hay permanecieron torpemente, sintiendo la presión del silencio.

"¿A donde quieres ir?".

Haruka decide romper el silencio.

"Umm... la casa de un amigo esta cerca de este lado de la ciudad".

"Muy bien, te llevaré allí. Deje esto aquí... Estará bien".

Haruka abrió la puerta de su coche.

"¿Estás segura?".

Michiru siguió a Haruka.

"Sí, ¿cuál es la dirección?".


Espero les guste esta nueva historia cuidense M.A