¿Nuevo comienzo?

- Hey, ¡Alice! – Escuche gritar. Me moví entre la cama, para ponerme boca abajo.

- ¡Que te levantes, son 06.30am! – Al escuchar eso, salte de la cama hacia el baño en menos de 10segundos, mientras me cepillaba los dientes podía ver por el reflejo del baño a mi amigo, le veía sonriendo, notaba que le daba gracia el verme tan apurada.

- ¡Borra esa sonrisa de tu cara Kentin! – Le grite mientras buscaba ropa para ponerme.

- 06.40am, el tiempo corre Alice – Dijo mientras reía.

- ¡Ya, Ya! – Dije nerviosa

- Sigo sin creer que te hayas quedado dormida tu primer día de clases – Al escuchar eso le tome del brazo y le jale fuera de mi departamento.

Si, era mi primer día de clases y me había quedado dormida, me mude hace unos pocos días, pensé que un cambio me vendría bien. Kentin es mi mejor amigo y siempre está cuidándome, creo que si no fuera por él no hubiera tomado la idea de mudarme sola a esta ciudad.

Empezamos a correr hacia el instituto, en eso comencé a mirar a Kentin, recordaba al antiguo Ken, era tierno y dulce, pero creo que como es ahora me siento más segura.

- Mira halla está el instituto, genial ¿no? – Dijo sonriéndome.

Simplemente le mire y le devolví la sonrisa, no era muy expresiva y pocas palabras, pero Kentin me entienda perfectamente simplemente con mirarme.

- Mira te hice un mapa para que no pierdas, está señalado cada parte del instituto, voy tarde a clases, ve directo a la sala de delegados – Dijo mientras depositaba un beso en mi mejilla.

Le empuje y comencé a mirar el mapa que me hizo. No podía creerlo, ¿esto era un mapa? Esto no había quien lo entienda, cuando levante la cabeza para regañarle note que ya no estaba. Intente comprender esto a lo que él llamaba mapa, pero se me hizo imposible. Como una solución simplemente busque por mi cuenta la sala.

Comencé a caminar a la deriva, miraba para todos lados pero no encontré la mendiga sala, ya estaba poniéndome de los nervios.

- Pero qué carajo...- Dije sorprendida – Había terminado fuera del instituto, no comprendía como, pero fue posible. Me estaba rindiendo, comencé a caminar y vi a un chico algo extraño. Su ropa era lo extraño, o la extraña era yo, no lo sé.

Comencé a correr hasta donde estaba, parecía estar en otro mundo ya que por más que lo llamar no me escuchaba.

¡Heeeeey! – Grite mientras lo sujetaba del brazo.

Él se quedó callado y simplemente me miraba, ¿Qué le sucede?

- ¿Necesitas algo, señorita? – pregunto regalándome una sonrisa.

- S-Si, bueno. ¿Sabrías donde está la sala de delegados? – le conteste algo nerviosa, no había notado lo guapo que era.

- ¿Sala de Delegados? Claro, ¿acaso eres nueva?

- S-sí.

- Ven, sígueme – Me dijo mostrándome una sonrisa muy dulce. Simplemente le seguí sin decir nada.

Comenzamos a caminar durante varios minutos, pensé que tal vez esa sala quedaba muy lejos. Pero segundos después este chico se quedó quieto mirando para varios lados, yo no le entendía.

- Creo que me volví a perder – Dijo con una cara de intriga.

Espera... ¿Volví? Eso significa que no es la primera vez, ¡le había pedido ayuda a un chico con peor orientación que yo!

- Esto, sabes, no deberíamos busc… - Cuando estaba por preguntarle al peliblanco de buscar a alguien, apareció alguien tomando del hombro al chico.

- ¿Se puede saber qué haces Lysandro? – Dijo un chico con cabello rojo, se le notaba enojado, ¿Mal carácter?

Me aleje un poco, no estaba en mis planes meterme en problemas, ¿Por qué es tan complicado encontrar esa sala? comencé a caminar lejos de ellos, pensé que tal vez por mucha suerte la encontraría.

- Espera, ya sé dónde está la sala de delegados – Dijo el peliblanco, con una sonrisa de satisfacción. – Mi amigo me lo recordó, siento hacerte perder el tiempo – Mencionando eso, como amigo se referirá al pelirrojo, ¿no?

- Oh, ¿Quién es tu amiga Lysandro? – Dijo con una sonrisa burlona el pelirrojo.

- No es mi amiga, es una nueva alumna y me había pedido ayuda para buscar la sala de delegados – Dijo el peliblanco.

Estaba algo molesta, si saben dónde está la sala de delegados, ¿Por qué no me lo dice? Me hacen perder el tiempo.

- No pongas esa cara de enojo o te pondrás fea – Dijo el pelirrojo, mientras que con su mano acercaba mi rostro al suyo.

- ¿Quién te dio el permiso de tocarme? – Dije enojada - ¿Podrían decirme donde se encuentra la sala y ya?

- Siento que mi amigo sea tan maleducado, la sala se encuentra al final de este pasillo – Contesto el peliblanco sonriendo.

- Muchas gracias – Le conteste al peliblanco, regalándole una sonrisa.

Comencé a caminar rápido, con tal de alejarme de este pelirrojo. ¿Quién se había creído para creerse tanto? Mientras me sumergía en mis pensamientos, vi un salón con el nombre "Sala de Delegados", ¿era enserio? Yo había pasado por aquí y ese cartel no estaba… Creo.

Toque la puerta y espere a que alguien abriera, pero eso no sucedió. Abrí la puerta y vi a un chico rubio algo alterado, parecía que buscaba algo.

- ¿H-Hola? – Dije con voz baja, pidiendo que no me arrojara algo por la cabeza. Pero no conseguí respuesta, me moví un poco cerca de él y note que había pisado algo, me agache a recogerlo y era una llave, simplemente la tome.

Él se giró apurado y choco contra mí, provocando que cayera encima mío. Ambos nos mirábamos desentendidos, segundos después él se levantó y me brindo su ayudo para que me levantase.

- S-siento esto, estaba buscando una llave – Dijo el rubio. ¿Una llave? Recordé que había recogido una.

- ¿Podría ser esta llave? – Conteste mientras le acercaba la llave.

-¡Si! Es esta, muchas gracias. No te había visto nunca, ¿eres nueva? –

- S-Si, Alice Rose es mi nombre- Le conteste nerviosa.

- Tiene un lindo nombre Alice, mi nombre es Nathaniel, espera que busque tus horarios – Dijo mientras rebuscaba entre unos papeles.

Segundos después, me entrego una hoja que tenía escrito unos horarios y mi salón. Me despedí de el con señas mientras salía de la sala. Apenas salí de allí, pensé ¿Dónde está el salón B? nuevamente estaba a la deriva, en eso sentí que una puerta se abría.

- Pensé que no sabrías donde estaba tu salón y por lo que veo estoy en lo correcto ¿no? – Dijo el rubio mientras me miraba sonriendo.

Simplemente asentí con la cabeza, el me tomo de la mano y me guio hacia el salón, en el pequeño trayecto, me mostro mi casillero, me señalo el resto de los salón cercanos al mío.

- Aquí es tu salón y mi salón – Dijo el rubio guiñándome el ojo mientras abría la puerta del salón.

En ese momento apareció un hombre, empujándonos para ingresar al salón, seguramente era el profesor. Vi que Nath se acercó al profesor, yo solo me quede en la entrada del salón como si esperara un guía.

- Chicos, hoy tendremos una nueva alumna... Pasa y preséntate – Dijo el profesor mientras me hacía señas.

Comencé a caminar dentro del salón, varios me miraban algo y algunos ni se percataron de mí, eso me hacía sentir menos nerviosa.

- Un gusto conocerlos, mi nombre es Alice Rose – Dije con seguridad, esperando no causar mala impresión.

- Siéntate donde te parezca mejor Rose – Dijo el profesor.

Me senté cerca de Nath, note que Kentin no estaba en mi salón, eso me decepciono un poco y me hacía sentir insegura. Las horas comenzaron a pasar un poco lento, vi que el rubio prestaba atención sin falta a cada detalle del profesor, pensé en intentarlo pero seguramente me quedaría dormía, simplemente empiezo a creer que "prestar atención" es una habilidad de la que carezco.

Sonó el timbre para almorzar, sentía una liberación muy grande. En el mismo instante que me levante de mi asiento vi la cara de Kentin.

- ¿Cómo fue tu primera clase Alice? – Dijo Kentin con una gran sonrisa.

- ¿Qué cómo me fue? Yo te voy a decir cómo me fue – le dije gritando – Tú y tu maldito mapa dibujo me hicieron pasar un mal momento ¿sabes? Estoy segura que un niño sabe dibujar mejor un mendigo mapa y ¿sabes qué más? Me perdí, le pedí ayuda a un chico con mala orientación y un pelirrojo se quiso pasar de listo. ¿Cómo me lo vas a compensar?- Le dije mientras hacía puchero.

- Siento todo eso, te llevare a la cafetería y te comprare algo ¿quieres? – Dijo mientras me tomaba de la mano.

Comenzamos a caminar de la mano, algunos nos miraban algo extraño, tal vez sea porque estamos de la mano, pero eso no me molestaba para nada. Él era mi mejor amigo y me sentía segura si estaba junto a él, no por el hecho de ser débil o tímida, sino por el hecho de mi mal carácter, Kentin siempre cuida de que no me meta en problemas y no discuta con nadie.

- ¡KENTIN! – Se escuchó gritar a lo lejos. Mire a Kentin y vi su cara de nerviosismo, mire hacia atrás y un chico de pelo azul estaba corriendo justo hacia nosotros.

- L-Lo siento Alice, tengo que irme – Dijo Kentin mientras me depositaba un beso en mi mejilla.

- ¡Hey! Kentin – Grite mientras lo veía correr a él y al peliazul.

Genial, nuevamente estaba sola, no sabía dónde estaba la cafetería y un loco que no conozco perseguí a mi mejor amigo. Comencé a caminar en dirección de donde Kentin me llevaba, pero no encontraba nada parecido a una cafetería.

- ¡Oh! Te vuelvo a encontrar – Escuche decir, me volteé y vi al pelirrojo creído.

Le mire de reojo y comencé a caminar nuevamente.

- Te estoy hablando – grito el pelirrojo.

- Escucho a alguien hablar, ¿será un fantasma? – Dije mientras miraba para todos lados.

- No te pases de lista – Dijo el pelirrojo empujándome contra los casilleros.

- Te dije que no me toques idiota – Grite mientras lo tomaba del brazo.

- ¡Oh! La niña tiene su carácter – Dijo en forma burlona, mientras tanto me tomo del rostro y lo acerco al suyo, nuestro ojos estaban conectados y nuestros labios a unos centímetros de distancia.

- Eres un idiota ¿sabes? – Dije acercándome más a él, pose mi mano sobre uno de sus hombros mientras que con mi otra mano sujetaba su chaqueta de la parte de la espalda. Seguido de eso, lo jale hacia abajo y le golpe con mi rodilla en su estómago.

- Eso te ganas por pasarte de listo, idiota – Dije mientras él estaba de rodillas en el piso.

Comencé a caminar, pero recordé que ya no sabía dónde estaba la cafetería, por culpa de ese pelirrojo ya no recordaba de qué lado quedaba. No tenía mucha hambre así que le saque mi importancia a eso, empecé a mirar los demás salones para no olvidarlos.

Segundos después, sentí como alguien me jala del brazo y me tiraba dentro de algún lugar, cuando mire estaba dentro de un salón, creo que de la limpieza, volteé a mirar y se trataba del pelirrojo.

- ¿Qué carajo piensas que haces? – Grite mientras le empujaba contra la pared

- Lo mejor será que te comportes – Contesto el pelirrojo, mientras me empujaba y me hacía perder el equilibrio.

Caí contra el suelo, el me sujeto de las muñecas, se acercó a mi rostro y me beso, intente separar mis labios de los suyos pero me fue imposible, en ese instante sentí su lengua jugando con la mía, mientras que con su mano desocupada comenzó a meter su mano dentro de mi remera, comenzó a subir lentamente hacia mis pechos; el sentir su mano recorriendo mis pechos, me hizo recordarle a él, al causante de que mudara.

- ¿Seguirás siendo una niña mala? – Dijo el pelirrojo mientras me mostraba una sonrisa de satisfacción.

- Seguramente piensas que me pondré a llorar, ¿no? – Conteste riendo

El pelirrojo simplemente me quedo mirando sorprendido, continuamente comenzó a reír… Soltó mis muñecas y saco su mano de mi pecho lentamente.

- Veo que no se te puede asustar fácilmente – Dijo riendo

- ¿Eres un idiota sabes? – Conteste confundida

- Ya me lo mencionaste varias veces, ¿sabes una cosa? – Dijo el pelirrojo

- ¿Qué? – Conteste enojada

- No eres tan plana como creía, mi nombre es Castiel – Dijo sonriendo

No le entendía para nada, me grita, me empuja, me besa, me toca y ahora me habla como si nada pasara. Era un idiota.

- Venga no me pongas esa cara, por ese carácter pensaba asustarte un poco y ponerte en tu lugar, pero no resulto – Dijo mientras me ayudaba a levantarme del suelo. – Puedes golpearme o hacerme lo que quieras y sin rencores, ¿quieres?

No dude ni un minuto, en el que golpe con toda mi fuerza su estómago.

- Creo que con eso estamos a mano, mi nombre es Alice – Dije mientras posaba mi mano en su hombro.

- Espero que nos llevemos bien niño… es verdad, llévame a la cafetería y cómprame algo, es por tu culpa que me haya perdido – Dije mientras le miraba de reojo.

-Está bien, no vayas a ponerte una fiera por no comer – Dijo riendo.

Mientras me llevaba hacia la cafetería, me di cuenta que no era tan idiota, fuimos empujándonos durante el camino y hablando sobre la escuela, tal vez esto es un nuevo comienzo.

Si tienen opiniones y demás me vendrías muy bien ToffySweet~