Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad del mangaka japonés Masashi Kishimoto, yo solo los uso con fines meramente recreativos.


PRÓLOGO


Muchos creen que la felicidad la encontramos justo cuando estamos frente a nuestra alma gemela... nuestra mitad, la última pieza que faltaba para completar el rompecabezas al que llamamos vida.

En mi juventud era de las personas que creía en los cuentos de hadas, y en el tan soñado "felices por siempre". Hubo un tiempo en el que creí encontrar a mi príncipe azul, el que con su dorada armadura lucharía por mi amor y me rescataría de las garras de la estricta familia en la que crecí. Lamentablemente ese sueño de amor quedó en eso, un estúpido sueño de una chiquilla de dieciséis años que se pegó de bruces con la espantosa y cruel realidad.

Desde ese momento comprendí que el mundo estaba plagado de maldad, y que al más pequeño atisbo de luz, siempre había alguien dispuesto a apagarlo. Aprendí a ser cruel y encerré a mis sentimientos de tal modo que no pudiera volver a caer en esa horrible trampa llamada amor. Ya había tenido mi dosis suficiente.

Lo que no esperaba era que desde el primer momento en que lo vi, mi olvidado y magullado corazón latiera con más ímpetu con que alguna vez lo hizo.

Dicen que una simple mirada a los ojos de la persona predestinada a ser nuestro compañero, basta para saber que ya terminó nuestro sufrimiento, que es una nueva oportunidad para dejar el pasado atrás y volver a empezar.

Si lo hubiese comprendido en el mismo instante en el que su mirada se cruzó con la mía, ahora estaríamos juntos... y tal vez seríamos felices.

Pero mi historia no ocurrió así, no. Mi historia de "amor" va más allá de una común. Aún después de encontrarlo, las heridas aun latentes de mi pasado no pretendían darme una nueva oportunidad, estaba cegada de rabia, de odio y un dolor que nunca nadie más que yo entendería.

Hasta ese momento era un ser vacío, a quien lo único que le importaba era complacer a aquella familia estricta, hacerlos ganar cantidades impronunciables de dinero y buscar venganza contra aquellos que me dañaron siendo tan joven. Lo único real para mí era odiar como lo hacía... y por estar tan ciega fui incapaz de detenerme, o lo hice, pero cuando ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Lo lastimé de tal forma que ahora me sería imposible verlo nuevamente a la cara. Sigo tan vacía como siempre, a diferencia que ahora tengo un nuevo motivo para vivir.

En mi vientre crece el fruto más puro de mi amor por él. Un cariño y una entrega que no fue falsa, a pesar de construirse bajo los cimientos de las mentiras y medias verdades que me llevaron a querer destruir a su familia.

Si pudiera retroceder el tiempo justo al día en el que lo conocí; si tan solo no hubiese dejado que el odio y la sed de venganza tomaran las riendas de mi miserable existencia, quizás, solo quizás, no estaría sufriendo este calvario que me ha dejado perderlo. Tampoco hubiese hecho las cosas tan viles que me enviaron a huir como una de las criminales más buscadas en la ciudad de Konoha y todo el País del Fuego.

Le pediría perdón de todas las maneras posibles si por un instante Dios me permitiera tenerlo en frente por última vez. Su padre y su hermano no se portaron bien conmigo, es cierto, pero aquello tampoco me daba el derecho de hacer tanto daño como el que les hice. Al final fueron los Inocentes quienes terminaron sufriendo las consecuencias de mis actos.

Quisiera volver y enfrentarlo, pero soy tan cobarde que no podría hacerlo, ni aunque me fuera la vida en ello. Sé que soy de las más buscadas en mi país y las cinco grandes naciones, están siguiéndome los pasos.

Unos cuantos retoques, como cambiar el color de mi cabello, unas lentillas de colores que oculten el tono único de mis ojos —un distintivos de mi clan—, ganar un poco de peso por el avanzado estado de gestación y una nueva identidad me han bastado para burlarlos en varios aeropuertos del mundo; pero mi tiempo se está agotando, ya casi no tengo escapatoria. Debo darme prisa en desaparecer para siempre.

No quiero que me capturen, me arriesgaría a perder a mi hijo... eso es algo que no podría soportar, ya lo perdí todo, él es lo único bueno que queda en mi vida, la única ilusión de ser medianamente feliz.

A diario vivo con el miedo a que me reconozcan. No es fácil burlar a las autoridades, ni mucho menos vivir con la zozobra de ser atrapada. No permanecer tanto tiempo en un mismo sitio me ayuda a no dejar ningún rastro.

Pero, ¿A quién engaño?, Esto no es vida. Mi bebé pronto nacerá y tendrá que huir como un criminal igual que yo... claro, si no me encarcelan en el intento... como de costumbre seguirían pagando los inocentes las consecuencias de mis actos.

Ya tengo el lugar perfecto para brindarle una vida tranquila a mi hijo, una pequeña isla donde nadie nunca nos encontrará; Dependiendo como salga todo, algún día podré decirle la verdad —si mi egoísmo lo permite—, para que cuando sea mayor regrese por todo lo que me pertenece. Reclamar lo que es mío... lo que es suyo.

Me pareció un buen plan al principio, aunque hay momentos en los que dudo, yo nunca dudo al pensar algo y es una mala señal. No me gusta esa sensación de inseguridad. Me pone algo tensa estar a la expectativa, según mis cálculos este debe ser mi último movimiento para encontrar un poco de paz en mi tormentosa vida.

Me siento observada. Sé que alguien me está mirando desde hace un rato y como si abriera la caja de pandora con ello, todos mis temores se escapan y apoderan de mi ser. El corazón comienza a latir desbocado y mi respiración se vuelve más pesada, un presentimiento me advierte que algo anda mal.

El instinto me dice que corra… que huya lo más pronto posible del aeropuerto, que estoy en peligro, me atraparán y me encarcelarán. La razón, por otro lado dice que me tranquilice, que si corro y huyo como loca levantaré sospechas y me delataré ante las autoridades.

Le hice caso a la razón. Además no podía emprender a correr con casi siete meses de embarazo encima. Me tranquilicé, respiré profundamente como aprendí en mis prácticas de yoga junto a mi querido Yashamaru. Si alguien me veía haciéndolo no levantaría sospecha alguna, sería la cosa más normal, una contracción… a fin de cuentas soy una mujer embarazada.

Logré tranquilizarme un poco, pero continuaba sintiendo el peso de esa mirada que me alteraba...

«Cálmate Hime, es solo tu imaginación» «Todo va a estar bien». Me decía para calmar mi angustia, pero nada estaba bien.

La persona que acechaba desde la distancia por fin se materializó frente a mí, un escalofrío me recorrió entera, su mirada acusadora me aterró.

«Me reconoció... siempre lo haría, nadie me conoce tanto como él...» aquellos taciturnos ojos negros se centraron en un lugar específico de mi anatomía. Miré hacia el mismo sitio y en un impulso desesperado acaricié mi abultado vientre de modo protector.

Cerré los ojos incrédula, lamentando mi mala fortuna...

« ¡Esto no puede estar pasando!»

« ¡No puede ser posible!»

«Estoy atrapada...»

Eran los pensamientos que se galoparon sucesivamente en mi mente.

Ya era hora de dejar la razón a un lado, mi único propósito ahora era huir lo más rápido posible. Estaba segura que él no dudaría en entregarme...

«Fue a quien más daño hice, le mentí».

«Me quitará a mi hijo, no lo puedo permitir».

Una descarga de adrenalina se apoderó de mi cuerpo, tanto así que sin más corrí todo lo que pude.

Corrí y corrí por largos pasillos, necesitaba salir cuanto antes, era lo que repetía una y otra vez en mi atormentada mente… pero todo fue inútil, él llevaba las de ganar, no tardó en acorralarme de tal modo que mi huida fue imposible.

Se acercó a donde estaba, jadeante por la carrera. Me atrapó, impidiendo que pudiera tratar de defenderme, mis fuerzas menguaron, y ya no pude resistirme.

El mundo comenzó a dar vueltas, me sentí exhausta y mareada, mi vista comenzaba a fallar, cada vez estaba más nublada, su rostro se distorsionaba y entonces comprendí que estaba a punto de desmayarme. Lo último que vi fueron esos ojos negros, mismos que una vez me miraron con amor, como creí verlos en ese momento...

Lo escuché decir mi nombre, sonaba preocupado… era obvio que mi amor me traicionaba al hacerme delirar. Oyendo de nuevo su voz, la oscuridad me consumió hasta desvanecerme entre sus brazos.


N/A: Hello world, I'm back again... Estoy empezando a resubir los capítulos. espero que les guste.