Era un día como cualquiera en Hollywood arts… los bailarines en las escaleras improvisando, las personas que animan aplaudiendo al compás de la música, algunos chicos haciendo armonías, otros practicando sus diálogos para la clase de teatro… y los típicos gritos de la pareja más problemática de Hollywood arts, Beck y Jade.
—Era la camarera, había arrojado por accidente su bandeja y la ayude a recogerla, ¿me enjuiciaras por eso, Jade? —decía cansado.
—Creo que la sonrisa de la camarera decía otra cosa. —le gritaba con todas sus fuerzas.
—Ahhh —decía mientras se daba la vuelta y huía de su novia agresiva.
—Esto no ha terminado. —le recuerda enfurecida y con un gruñido desaparece por los pasillos.
Jade se dio la vuelta y se encontró con André, Cat y Tori que levantan sus pulgares fingiendo que manejó la situación correctamente. Se dirige hacia ellos acomodándose la mochila en la espalda:
— ¿Disfrutaron el show?
— No, no. Para nada. — dicen todos al mismo tiempo, lo que resulta gracioso y me saca una sonrisa tímida.
— ¿Qué pasó esta vez? —pregunta Tori.
— Anoche estábamos cenando en un restaurante de la zona. ¿Roller food, lo conocen?
—Oh, ese restaurante es genial. Los camareros sirven la comida en patines. —dice André—Una vez arrojé canicas en el suelo a propósito y unos de ellos perdió el control hasta caer dentro de un basurero. —se reía y frotaba sus manos recordando el momento gracioso.
— ¿Y que pasó después? —le preguntó Tori.
—Arrojó los nachos sobre mí. —dijo borrando sus sonrisa de la cara. —Tuve queso por tres días en lugares donde nunca tendrás queso en tu vida.
—Una vez, mi primo puso una canica en el emparedado de queso y aceitunas de mi padre. Y lo tuvieron que enviar de emergencia al hospital. —dijo Cat riéndose sola inocentemente.
—Como sea —dijo Beck. —Al parecer, la chica era principiante. Cuando iba al baño, la chica chocó contra mí, derramando una soda. Estaba limpiando mi camiseta cuando Jade apareció y empujó a la chica hasta la calle.
—Uh, ¿y está bien? — preguntó Tori.
—Sí, algo así. Tiene una pierna rota y está sin empleo. —justo cuando Beck terminó su historia, la campana sonó.
Más tarde...
Todos estaban sentados esperando cuando Jade entró abriendo de golpe las puertas. Le dirigió una mirada asesina a Beck y se sentó al otro lado de la sala. Beck la imitó burlándose de ella. A mitad del momento incómodo y tenso, entra Zaikowitz de un salta dando un grito que asusta a todos.
— ¿Los asusté? —pregunta subiendo hacia el escenario.
—Sí. —suspira Robbie con la mano en el corazón.
—Sé un hombre, me avergüenzas. —dice Rex dándole una cachetada.
— Auch. —dice Robbie frotándose la mejilla.
—Que conmovedor un chico y su títere. —dice Zaikowitz.
—No es un títere. —replica Robbie.
—A nadie le importa. —dice Zaikowitz. — ¿Saben que otra cosa es conmovedor?
— ¿Un panda asustado? —sugiere André y todos asienten.
—No. —hace una pausa para suspenso y da un aplauso. —El amor. La tragedia. Romeo y Julieta. Orgullo y prejuicio. Y mejor aún, todo eso combinado en una obra. Verán mis queridos alumnos. —dice sentándose en las escaleras. —Pasé mi fin de semana en casa de mi madre, oh, que pesadilla, se queja toda la noche, me hacen frotarle los pies con crema…
—… Al punto. —interrumpe Jade.
—Bueno. Me vi en la terrible situación de encerrarme en mi cuarto con la excusa de que estaba leyendo. Luego me empecé aburrir y me vi en una situación peor… a empezar a leer de verdad. Leí las novelas de grandes hombres, una de ellas fueron los tres cerditos. —Prosiguió Zaikowitz— Otra de ellas fueron Romeo y Julieta, Hamlet y Orgullo y prejuicio. Luego me dije a mi mismo, 'Sería fantástico un emparedado de mantequilla de maní en estos instantes.' Y luego pensé que sería increíble hacer una obra, dirigida por mí y protagonizada por ustedes.
— ¿Y cómo se va a llamar? —pregunta Cat emocionada.
—No me gusta que me interrumpan. —le grita Zaikowitz. —Ahora sólo hay que pensar en el nombre. —dice poniendo la cara de pensativo.
— ¿Qué tal una combinación de todos los libros que leíste? —sugiere André.
—No me interrumpan cuando estoy pensando. —le grita. —Oh, lo tengo.
— ¿Qué? —pregunta Tori.
—Una combinación de todos los libros que leía el fin de semana. Hamlet, Romeo y Julieta y Orgullo y Prejuicio.
—Jumeo y Pregullo. —sugiere Beck.
—Que nombre más patético. —desaprueba Jade.
—De hecho, a mí me gusta el nombre. —dice Tori, molestando a Jade y sacando una sonrisa a Beck. La verdad es que no le gustó ni un poco el comentario de Jade.
—Entonces, va ser una obra romántica, llamada Jumeo y Prejuicio. —aclara Zaikowitz. —Las audiciones son mañana. Pueden irse adolescentes.
