Título: Malentendidos

Disclaimer: Simplemente no poseo nada mas que mis libros y algunas ideas medio decentes para fics

Resumen: El sonido de hachazos enérgicos atrajo la atención de los residentes de los cuadros vecinos, en la mente de mas de uno rondaba el mismo pensamiento: es demasiado temprano para que Cadogan haga de las suyas.

Palabras: 399

Este fic participa en el minirreto de marzo para La Copa de la Casa 18/19 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black


—¡Detente, dañarás la pintura!

El sonido de hachazos enérgicos atrajo la atención de los residentes de los cuadros vecinos, en la mente de mas de uno rondaba el mismo pensamiento: es demasiado temprano para que Cadogan haga de las suyas.

—No os preocupéis, mi señora. Me desharé de esta molestia en un santiamén— escucharon decir al atolondrado caballerango entre jadeos.

Pronto una multitud se aglomeró en el cuadro donde una desesperada Helga Hufflepuff trataba de detenerlo en vano.

—¿Eres nueva? —preguntó curiosamente un querubín. Una ola de murmullos se alzó a su alrededor, emocionados y curiosos a la vez.

Y de verdad que solo eso podría explicar el increíble aplomo con el que la fundadora trataba de razonar con el loco Caballero. Todos a estás alturas sabían que era un esfuerzo inútil.

Helga asintió sin dar más detalles, realmente no creía necesario hablar sobre como habían donado su retrato al colegio por petición propia.

—Sir Cadogan no entiende razones— comentó una bruja con un tupido cabello y enormes túnicas purpura. A su alrededor la multitud asintió con diferentes grados de resignación.

—¡Pero es una pintura de cientos de años de antigüedad! —gimió consternada mientras observaba cada nuevo hachazo con horror, algunos rasguños ya eran visibles en el lienzo.

Esto era una tragedia completa, simplemente no había otra forma de describirlo. Helga tendría que resignarse a ver como el precioso árbol era reducido a astillas y el lienzo a tiras de tela inservible.

Ella solo había comentado que era una lastima que no hubiesen capturado la belleza de sus ramas al florecer en primavera. Sin embargo, Sir Cadogan parecía creer que ella quería que echara el árbol abajo por ser lamentable a la vista.

¿Qué había sucedido con su querido Hogwarts? Un retrato ya no podía estar a salvo en sus paredes.

La multitud comenzó a separarse en la parte de atrás y el querubín de antes se inclinó susurrándole— Observa y aprende.

Un rugido resonó tormentoso deteniendo al caballero instantáneamente.

—¡Evangeline, estoy en medio de una misión!

Un gruñido incomprensible.

—¿Este árbol es de tu agrado?

Ronroneo bajo. El sonido de un hacha cayendo al piso.

—Entonces está decidido, con vuestro permiso señores.

Y tan pronto como Helga procesó el hecho de que la criatura era una enorme manticora, Sir Cadogan se había ido montado en su lomo.

Quizás si se trataba de un increíble caballero después de todo.