Pasado
Es una apacible tarde de verano en la casa de los Potter. Ginny camina por el jardín, siguiendo las evoluciones de la pequeña Lily sobre el triciclo. Harry lee una revista de quidditch debajo de un árbol. Cerca de él, James y Albus juegan juntos con su puffskein.
La paz se rompe de pronto con unos gritos enfadados de los chicos y antes de que Harry pueda hacer nada por impedirlo, James, que es muy fuerte para sus ocho años, le pega a su hermano Albus tal empujón que lo tira al suelo de culo. Albus se echa a llorar.
Harry se levanta sin pensar, furioso con James. Le coge del brazo, lo zarandea dos veces.
-¿Cómo has podido hacerle eso a tu hermano?-Y las siguientes palabras salen solas, de lo más profundo de su memoria, de ese lugar que marca y nunca se olvida-. ¡Debería encerrarte en la alacena!
Su mano cae en cuanto se oye. Sus ojos se abren en un gesto de horror, culpa y vergüenza. James, que no entiende qué pasa, mira a su padre con desconcierto. Harry no dice nada, sólo entra en casa con la cabeza gacha, lágrimas en el alma y una palabra resonando en su mente.
Infectado.
NdA: No digo que sea como los Dursley: el hecho de que se sienta así de mal al oírse decir eso lo demuestra. Pero a ver, las que tenéis hijos o tratáis con niños ¿os encontráis de vez en cuando repitiendo cosas que os decía vuestra madre o no? Alguna huella tuvo que dejarle, pobrecito.
Ah, y los personajes son de Rowling, sip.
