Hola de nuevo lectores.

Hoy vamos a olvidarnos un poco de la serie y volvamos al canon. Olvidémonos de Carl Powers, olvidémonos del Gran Juego y centrémonos en un personaje, que si bien no aparece mucho en la vida de nuestro detective, si jugó un papel muy importante en sus decisiones futuras. Y justo de esto se tratará esta historia.

Recordemos que los personajes aquí planteados no son de mi autoría sino de mi ahora colega, Sir Arthur Conan Doyle.

Agradezco la retroalimentación recibida en mi anterior historia "Mal día". Me hacen sentir que este hobby sirve de algo.

Disfruten su lectura.


El caso de .

Cuando dijo "amigo" no esperaba que de verdad se refiriera a un amigo en toda la extensión de la palabra. Para quien conoce a Sherlock Holmes es difícil creer que tenga un círculo social amplio. De hecho no lo tiene. A decir verdad, puede que yo sea el único a quien le falta cordura y mantenga una relación, cualquiera que sea su naturaleza, con él.

Por eso cuando vi esa foto en donde se le ve junto a un muchacho sonriente y vigoroso, de ojos claros y cabello corto, oscuro y ondulado, casi como el de mi compañero, habría pensado que se trataba de un familiar y no de Victor Trevor.

La tarde estaba apta para quedarse en el departamento, no era raro que lloviera en Londres, pero ese específico día una tormenta se había apoderado de la mañana y parte de la tarde. Ya que no había algún caso lo suficientemente interesante para hacer que Sherlock saliera, optamos por pasar el rato en Baker Street. Tomé mi taza de té y de un sorbo me acabé el contenido que restaba.

-¿Cómo dices que pasó?- mi taza de té terminó depositada en la mesita junto al sillón, frente a la chimenea. Sherlock estaba de espaldas a mí buscando algún libro del estante junto a la ventana.

Una exclamación parecida a un "¡JA!" salió de su boca y se volvió a mí de un salto. No es raro que haga ese tipo de acciones, sobre todo cuando está especialmente emocionado por algo.

-Esto, John, es la razón por la que dejé de usar mis habilidades como mero pasatiempo y comencé a dedicarme de lleno al fino arte de la deducción a favor de la investigación criminal.

Se dejó caer en su sillón, con las piernas encogidas dejó caer lo que parecía un cuaderno de recortes. Ahí estaba de nuevo en una fotografía la cara sonriente de Trevor y la de otra persona, de mayor edad, cara sonrosada y regordeta, con una amplia barba bien cuidada, parecía lleno de vida y sostenía por el hombro a Victor.

-Este de aquí, como ya habrás notado, es Victor. Conocerlo fue una experiencia un tanto… Traumática.

Su semblante ahora era serio, mi cara no podía expresar mayor sorpresa, cosa que por supuesto Sherlock notó.

-Estaba en los jardines del campus, en la universidad de Sussex. Llevaba bastantes libros de regreso a la biblioteca cuando de la nada un bull terrier inglés apareció y mordió mi tobillo derecho.

A pesar de la taciturnidad con la que lo dijo no pude evitar estallar en risas al imaginar la escena. Conociéndolo es probable que el perro lo hubiera confundido con una vara de madera por lo delgado que habría de estar en sus tiempos de universitario. Estando en su propio hogar a penas come si no le obligo yo a hacerlo. Sherlock volteó a verme confundido y agregó:

-Era su perro.

Poco a poco fui recuperando la seriedad e hice un gesto para que continuara su historia.

-Después de eso se sintió tan culpable que me visitó los 10 días que me obligaron a quedarme en reposo. El prácticamente se encargó de cuidarme todo ese tiempo. Al principio me asistía en las curaciones que mi herida requería, las conversaciones no pasaban de ser monosílabos por mi parte. No parecía incomodarle. Después noté que dentro de su carrera, economía, no tenía compañeros que lo frecuentaran y corroboré mi teoría de por qué es que un chico traería un perro a un lugar plagado de gente. Tampoco era un ser muy sociable. Tal vez eso sería lo único que tuvimos en común. Posteriormente comenzamos a hablar más, hasta que las visitas se volvieron más prolongadas. Lo consideré un amigo y el a mí...

Carraspeé. Incredulidad era poco para nombrar a lo que mi cara demostraba en ese momento.

-De verdad que no me lo creo. ¡Te tuvo que morder un perro para que hicieras un amigo!

Me reí de nuevo. Sherlock no pareció darle importancia a mi comentario y siguió como si nada hubiera pasado:

-…Tanto fue su apego hacia mí que unas vacaciones me invitó a pasar un mes en casa de su familia. Era una familia acomodada. Solos su padre y el, aparentemente Victor heredaría el negocio familiar de importadores de té. Siendo hijo único era lo más lógico. Realmente fue un verano interesante.

-¿Es ese su padre? El señor al lado de Victor quiero decir.

-Si… El señor Trevor. Creo que a él le debo el que ahora me dedique al trabajo detectivesco.

Se quedó observando la fotografía. Varios recortes de periódico, Fotografías de una Polaroid mostrando a Sherlock y Victor en el campo, el perro de Victor, Victor con un casco de esgrima y florete en mano, Sherlock viendo de manera despectiva al Bull Terrier. Pasó de una página a otra hasta que llegó a lo que parecía un gran encabezado, mucho más antiguo de lo que su historia podría relatar, a un lado se encontraba un trozo de papel gris, escrito en tinta negra con mala caligrafía se podía leer un mensaje. Sherlock me acercó el papel y leí.

-"The supply of game for London is going steadily up. Head-keeper Hudson, we believe, has been now told to receive all orders for fly-paper and for preservation of your hen pheasant's life."

Lo releí y no comprendía como es que una frase tan mundana podría haber sido el inicio de la vida profesional de mi amigo. Lo miré desconcertado. Sherlock clavó sus ojos claros en mí con una excitación poco usual en él. Sus pupilas estaban dilatadas a pesar de la buena iluminación de la habitación. Habló con una voz baja, casi un susurro y una sonrisa en los labios.

-Y aquí es donde todo comienza.


Si, por primera vez me aventuraré a hacer una historia en varios capítulos. Dado que por ahora mis actividades se resumen a leer y estudiar, espero lo complete antes de entrar de lleno a la práctica profesional otra vez.

Gracias por leer y espero su retroalimentación.

-It's a psychic paper.