Hola hoy les traigo una pequeña historia es un AU solo use a tres personajes de Victorious espero sea de su agrado.

EL AMOR DENTRO DE TUS OJOS

Ver aquella sonrisa tan radiante como el sol, podría estarla contemplando horas sin sentir esfuerzo alguno; como le encantaba verla, pero nunca tenía el valor de ir a hacerle la plática ni de poner de pretexto pararse de aquella banca para acariciar a su perrito y escuchar el timbre de su voz, ese con que ha soñado desde que la miro por primera vez.

Aquella tarde Trina se quedó de ver con su Primo para pedirle consejos de cómo hablar con aquella Pelirroja que la tenía enamorada, a lo lejos ella puedo ver a su Primo caminar muy cerca de donde la hermosa pelirroja se encontraba, Trina trato que él la volteará a verla para saludarlo y fueran por un helado antes de empezar con la plática, cuando en ese momento el pequeño peludito de la Pelirroja que se escapa para perseguir a las palomas que estaban en el asfalto. Trina se paró tan rápido de la banca para ir detrás del perro, pero para su mala suerte su primo le gano, tomo al animalito de la correa y después de unos movimientos muy bruscos por parte del peludo por fin el perro se quedó quieto y él sonrío de alivio, la pelirroja suspiro y corrió hacía ellos y cuando a un asustada, sus miradas chocaron y ella sonrío de una manera tan hermosa que sus ojos se conectaron con la luz del sol y los hizo brillar.

-Gracias- dijo Cat, mientras pasa sus dedos sobre su largo cabello rojo.

-No fue nada tuve suerte de que pasara cerca de mí- contesto él un poco nervioso.

La pequeña pelirroja le sonrió y le extendió la mano derecha a modo de saludo.

-Me llamo Cat, como gato en inglés, bueno… no realidad es Catherine, pero tú puedes decirme como quieras – contesto.

Él limpio su mano en sus Jeans deslavados, de los nervios, lamio su labio inferior y con una voz temblorosa le dijo:

-Lindo nombre Cat, yo soy Beck. Es un placer-

Ella se sonrojo y agacho la mirada por unos segundos para que el no pudiera notar que ella estaba nerviosa por él.

-Bueno… que modales los míos, él es Mr Purple - dijo, mientras no quitaba la mirada de él.

-Mucho gusto Mr. Purple- le dijo Beck sonriendo al perro.

Mientras, se agacho a acariciarlo; el pequeño peludito de color Blanco y orejas grandes le lamió la mano a Beck y al ver este acto los dos jóvenes se sonrieron, mientras sus miradas se conectaban y no dejaban de verse.

Trina se quedó parada viendo como todo esto ocurría, no entendía como en solo esos 4 minutos transcurridos pudo haber experimentado todo tipo de sentimientos, sus manos le temblaban, no sabía qué hacer, si acercarse y presentarse o solo seguir viendo como la más hermosa sonrisa de aquella pelirroja se incendiaba al mirar a su primo.

En ese año el invierno estaba presente y se podía sentir más frío que antes. Trina seguía yendo siempre a la misma hora al parque, en la misma banca donde podía camuflarse con aquellos arboles blanquecinos para poder admirar a aquella chica de cabello rojo y sonrisa envidiable.

Con solo verla a lo lejos sonriendo, la forma en que sus mejillas se tornaban un poco más cálidas y resaltaban en cada una de ellas unos pequeños hoyuelos, para Trina era la recompensa más grande que podría recibir día a día, así es como un día pésimo valía la pena, solo bastaba sentarse en aquella banca esperar algunos minutos a que Cat apareciera en su vista para aliviarle a Trina cualquier mal. Como le encantaría estar a su lado viendo de cerca esa sonrisa que solo su primo lograba sacar y admirar de ella, solo él podía hacerla sonreír así, solo él podía tocar su mano, sentir la calidez de la misma, oír su respiración y solo él podía sentir sus labios.

Desde aquella tarde en la cual Trina fue testigo del encuentro entre Beck y Cat aun no podía reponerse de tan gran dolor, ella no se explicaba por qué tal acción pudo a verla destruido así, como es que solo esos 4 minutos bastaron para romperle cualquier ilusión, esa herida la cargaba desde hace meses y eran los mismos en los que jamás sano y que jamás sanaría porque ella veía día a día, como Beck y Cat formaban y vivían su vida amorosa, como ellos eran la mitad del otro .

A veces, sin motivo alguno, uno camina pensando en cosas sin darse cuenta en la distancia recorrida, eso mismo pasaba con Trina; solo caminaba sin saber a dónde, se subía al transporte, se sentaba junto a la ventana y su mirada se perdía en la ventana, se baja unas cuadras cerca de la casa de Cat, se paraba justo en su ventana y ahí se quedaba unos minutos mirando, esperando que ella abriera aquella venta, mirara hacía abajo y sus ojos brillaran al verla, Trina moría porque aquellos ojos color marrón la voltearan a ver, con la misma intensidad con la que miraban a Beck. Apartaba aquellos pensamientos tan absurdos, mientras bajaba la mirada y se repetía una y otra vez en su mente:

-¡Estás loca Trina!, eso jamás pasará- se repetía una y otra vez.

Daba media vuelta y volvía a caminar, sin dirección, sin fijarse a los lados ella solo cruzaba la calle y cuando volvía en sí, alzaba la vista y ahí estaba de nuevo en el parque.

Ese día se sentía tan desesperada por sus sentimientos que se sentó en su banca de siempre, decidió colocarse los audífonos, puso el reproductor en curso, apoyo su cabeza en el respaldo de la banca y cerró los ojos. Por ese momento ella apago sus pensamientos, por esos instantes ella no quería voltear a la banca en la que siempre contemplaba a Cat jugando con su perro o siendo succionada por Beck. Así que decidió alejar cualquier pensamiento que tuviera que ver con ella y su juguetona sonrisa, con el tonto de su perro que a buena hora decidió ir a corretear a aquellas estúpidas palomas o cualquier otro pensamiento referente al tarado de su Primo con aquella sonrisa y cabello perfecto que cautivaron a su chica.

Trina estaba tan decidida a pasar un momento sin Cat merodeando su cabeza, que sin esperarlo, sin darse cuenta, ellos 3 paseaban por ahí.