Hi! Bueno, aqui estoy con un nuevo fic! Adiction. Me gusta mucho el nombre, la verdad, me vino así, de repente xD. Quiero comentar, antes de que leais, que este fic es diferente a los demás. Se parece un poco a Bleach, aunque yo no quisiera, ya que salen shikigamis, pero se parecen poco más. Yo no he leido mucho Bleach, asi que no puedo saber si hay algo más similar. Si lo hay, pido perdon uu. Bueno, este capitulo me ha quedado cortíssimo, tanto que no sabía si publicarlo o no, ya que apenas llegué a las 4 paginas de word (no llega a los 2500 palabras) pero espero que os guste aun asi . Por ultimo, comentar que aqui no hay buenos o malos, aunque al principio lo parezca, sino que son solo dos grupos diferentes. Ahora si, despues de todo este royo, os dejo con el fic! Espero que os guste, la verdad es que me ha costado mucho inventar una historia minimamente original...

Advertencias: Este fic es yaoi (que os esperabais) asi que nada de traumas ni insultos, si no os gusta, no leais xD


Spirits under the rain

Las gotas de lluvia replicaban contra el cristal. Los arboles de la calle se movían agitando sus ramas y hojas por el gran vendaval, sonaba como cien violines desafinados. Eran solo las seis de la tarde, pero el cielo estaba negro por la tormena y no había transuentes, ya que estana todos resguardados en sus casas.

Naruto miró por la ventana, suspirando. Tenía que presentar un informe por la mañana, pero su humor se colaba por las alcantarillas como la gran cantidad de agua que caía del cielo. Un extraño udolar en la oscuridad le puso la carne de gallina. Volvió a mirar por la ventana, buscando el origen de dicho ruido, pero no encontró nada. De repente, una sombra se movió en la calle y se paró justo delante de su ventana. El rubio estaba seguro que lo miraba a él, ya que había vuelto la cabeza hacía su posición. Volvió a suspirar y cerró con fuerza las cortinas, esperando que la sombra de la calle desapareciera con solo perder el contacto visual con él. Sin duda, era uno de los espíritus que le acechaban siempre.

Miró su arco encima de la cómoda. Su arma contra ellos. Su protección. Desde que tenía uso de la razón, había visto espíritus. Se le aparecían por las noches de invierno, entre arboles, con forma humana, animal, vegetal o monstruosa. Estaba acostumbrado a dichos actos de presencia y tambien harto de ellos. Volvió a correr las cortinas y comprobó que el espíritu seguía allí, esperándolo.

Cogió su anorak verde y se lo puso, mientras se ataba las zapatillas esportivas que había adquirido hacía poco en una tienda de deportes. Cogió su arco y las llaves y salió de su casa, cerrando la puerta tras él. El pasillo se le antojó mucho más oscuro y largo que de costumbre, pero no hizo caso de esos malos pensamientos y caminó con decisión hasta las escaleras.

Una vez fuera, la lluvia y el viento arremetieron contra él. Por culpa de la poca luz que iluminaba la calle, Naruto no pudo distinguir el rostro del espíritu que se escondía a la sombra de un arbol. Pero si pudo distinguir sus dos ojos rojos como el fuego que le miraban sin pestañear.

Sin pensar en esos ojos tan atrayentes, cogió el arco y lo colocó en posición de disparar. Creó una flecha rápidamente y la posicionó en su lugar correspondiente. La cuerda se tensó con dificultad, aunque al ojiazul no le costó en exceso. Apuntó entre los dos ojos intimidantes, preparado para soltar la cuerda. Pero entonces, algo ocurrió. Un rayo de luz atravesó la oscuridad de la calle iluminándola a su paso, dirección al espíritu. En menos de un segundo, el espíritu desapareció, dejando via libre al rayo, que siguió su curso hasta que su energía se agotó. Naruto pudo distinguir una sonrisa sarcástica en el rostro del espíritu antes que desapareciera.

Entonces, oyó unos pasos que se acercaban. Eran de un muchacho moreno, algo más alto que Naruto, que llevaba el pelo largo y recogido despreocupadamente en una coleta baja. Se movía con decisión y firmeza, sin importarle las fuerzas de la naturaleza, que trataban de obstaculizar su paso. Sus ojos blancos como la leche se clavaron en el azul cielo de las orbes del rubio, mirandolo intensamente. Sus labios se inclinaron formando una mueca que intentaba ser una sonrisa, aunque quedó falsa y algo fuera de contexto. Cuando estubo apenas un paso de él, le ofreció la mano.

-Neji Hyuuga.

Naruto lo miró sorprendido. En la mano llevaba un arco muy parecido al de él y estaba seguro que había disparado esa flecha tan potente contra el espíritu.

-Naruto Uzumaki- dijo, estrechando la mano con una sonrisa zorruna.

Al tocarse ambas manos, una extraña corriente les recorrió las palmas, como si un rayo hubiera caído del cielo directamente a sus manos, pero ninguno de los dos apartó la mano. Durante el espacio de unos segundos, sus miradas se tornaron intensas y agradables, pero entonces, Naruto rompió el silencio y con ello, el contacto.

-Tu... puedes ver a los espíritus?

Neji miró al rubio sorprendido. No se esperaba esa pregunta. Acaso no era él un shikigami, un reclutado por Kami-sama? Neji se masageó la frente sin comprender la actitud del rubio. Si no era un shikigami, porque llevaba ese arco?

-Si. Tu también. no?

Naruto asintió, aunque no parecía muy contento. El tema de los espíritus le incomodaba. Neji le analizó. No había duda, era el arco reglamentario de los shikigami.

-Eres el primero que conozco!-Exclamó de repente Naruto, cambiando completamente de animo, aunque sus ojos aun reflejaban tristeza.- La verdad es que empezaba a dudar que hubiera más gente así... como yo...

-No eres el único- respondió inmediatamente el Hyuuga.- Yo y muchos más tenemos sensibilidad espiritual. Y dime, donde conseguiste ese arco?- preguntó, intentado parecer despreocupado.

-Fue un muchacho extraño. Vendía armas en uno de los chiringuitos de la playa y cuando me vió, me lo regaló, asegurandome que me vendría bien. Era un tipo algo serio, pero muy amable. Me pregunto donde estará...-El rubio sonrio, aunque Neji entendió al instante que el tema le entristecía.

Le contempló de arriba a abajo. Se sorprendió a si mismo pensando en lo guapo y bien formado que estaba el muchacho. Sin poderlo remedía, le tocó las hebras doradas, ahora mojadas. Naruto le miró sorprendido y Neji apartó la mano rápidamente.

-Seguro que lo volverás a ver. Era un tipo especial- Dijo. Esta vez, su sonrisa pareció sincera y amable.- Ahora me tengo que ir, porque sino, acabaremos los dos empapados-dijo, llevando a Naruto hasta la entrada de su piso. Después, se giró y a paso despreocupado pero rápido, se marchó.

-Espera!-El grito del rubio le paró a 10 metros de donde lo había dejado, pero no se volvió.-Quiero... bueno, yo..-De repente, Naruto lucía sonrojado y avergonzado-. Yo... Quiero volver a verte!-Exclamó al fin, sonsacando una nueva sonrisa en el rostro del moreno. Agitó una mano en señal de asentimiento y despedida y se fue, dejando al ojiazul descolocado y algo confuso. Se quedó estatico en el lugar donde Neji le había dejado, completamente empapado de pies a cabeza, durante unos segundos hasta que un trueno le hizo despertar de su paralisis momentanea. Entonces, entró en su piso y subió las escaleras, que se le hicieron extrañamente cortas y rapidas. Al entrar a su piso, un halo de aire caliente le impactó en la cara. Tenía bastante frío, así que dejó rápidamente el arco en la cómoda y tiró el anorak de cualquier manera sobre el suelo. Una ducha y una cena después, Naruto intentaba concentrarse en su trabajo, pero su cabeza rodaba por otros lares. Nunca había conocido a un chico con sensibilidad espíritual, y aunque estaba bastante feliz por el descubrimiento, le apenaba que se hubiera marchado tan temprano. Y tambien estaba la sonrisa del espíritu. La última sonrisa sarcástica que el espíritu le había mandado le había helado la sangre.

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Neji llegó agotado a su habitación y se dejó caer en la cama como un saco de patatas. No había podido descansar ni un minuto cuando tres golpes en la puerta le interrumpieron su descanso.

-Neji-niisan...-Una voz dulce y cálida traspasó la puerta, llamándolo.

-Pasa, Hinata-dijo él, con voz cansada. La visitia de su prima solo podía significar una llamada de su jefe.

Hinata entró tímidamente. Llevaba la misma insigna que él en el pecho, pero sus ropas eran verdes claro, ya que las mujeres shikigami llevaban un uniforme más alegre. Neji le dirigió una mirada inquisiba desde la cama.

-Neji-niisan... yo... Venía a comunicarte que el jefe Kami-sama te llama a su presencía...- dijo entrecortadamente.

-Bien, gracias Hinata. Comunicale que ahora me presentó- Dijo y cerró los ojos.

Un golpe seco le indicó a Neji que su prima se había marchado. Se masageó las sienes de nuevo, un tic bastante corriente en él cuando algo le preocupaba y se levantó, dispuesto a cambiarse de ropa. Solo le faltaba ponerse la camisa negra del uniforme cuando una voz detrás de él le sobresaltó.

-Preocupado?

Neji se giró rápidamente y se encontró con un muchacho moreno de pelo corto que le miraba con una sonrisa de prepotencía dibujada en la cara. Su cuerpo flotaba por encima de la mesita de noche.

-Que haces aquí, Sai?- dijo Neji, apretando los puños hasta que los nudillos le quedaron blancos.

-Que hay de extraño¿ Solo visito a un viejo amigo- otra vez la sonrisa de prepotencia apareció en su rostro.

-Vete! Sabes que no quiero saber nada de ti!- Exclamó Neji, inundando sus ojos blancos de ira y rencor.

-Tranquilo, Neji-chan, solo he venido para que no te olvides de la promesa que le hiciste a Itachi-sama-Dijo, sin dejar de sonreir.

-Déjame en paz!-dijo Neji, asestándole un puñetazo a Sai, que desapareció dejando unas bolutas de humo a su alrededor.

-Recuerda porque eres shikigami...-Las últimas palabras del moreno se pudieron escuchar por toda la habitación.

Neji se quedó mirando como el humo se disolvía poco a poco en el aire, donde antes estaba Sai. Temblaba de rabia e impotencia. Cuando por fin se serenó un poco, se arregló el pelo y salió de su habitación directo a la sala de Kami-sama.

Por el camino, fue pensando en lo sucedido con el rubio. No era un shikigami, eso le había quedado más que claro, ni siquiera llevaba uniforme y, además, aseguraba no conocer a nadie más como él. Pero su nombre le era extrañamente familiar. Y tambien estaba el tema del arco. Ese arco era la arma reglamentaria de los shikigamis y solo uno como ellos podía manejarla. Y en el caso de que un shikigami se lo hubiera dado, tendría que ser de sangre compatible. Todas esas dudas y muchas más se arremolinaron en la cabeza del Hyuuga, provocandole dolor de cabeza.

Atravesó la antesala, donde vió a Hinata, que le saludó con un ademán de cabeza, el cual él respondió y atravesó las grandes puertas, entrando en la sala de Kami-sama. Este se encontraba solo en su sillón, jugueteando con un mechón rubio. Sus ojos azules claro se clavarón el la blanca mirada del Hyuuga y este se inclinó ante su señor.

-Kami-sama-dijo solamente Neji.

-Levantate, Hyuuga-San. Dime, es verdad que has encontrado un muchacho con un arco sagrado?-dijo. Su voz sonó fuerte y profunda, aunque ni mucho menos aterradora.

-Es verdad, Kami-sama.

-Bien. Quiero que lo vayas a buscar y lo traigas aquí.

-Pero Kami-sama, solo los shikigami pueden..-Neji se alteró ante esas ordenes imposibles.

-No quiero peros, Hyuuga-San- El rubio habló tranquilamente, pero a Neji se le erizó la piel.-Confio plenamente en tí.

-Así se hará, Kami-sama-Neji se inclinó de nuevo.

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Un hombre alto y joven llacía sentado en una gran butada. Llevaba su pelo largo y negro recogido en una coleta baja y elegante y algunos mechones de pelo le caían sobre la cara, dándole un aspecto irresistiblemente sexy. Tamborileaba los dedos sobre la madera del sillón, impaciente, aunque apenas hacía unos minutos que había mandando llamar sus siervos. Estos no tardaron mucho en aparecer.

-Itachi-sama- Ambos se inclinaron como muestra de respeto.

-Deidara-San, Sasori-San-Mientras decía sus nombres, ellos se iban levantando, aunque seguían con la cabeza gacha.- Tengo una misión para vosotros. Quiero que encontreis a un muchacho.

Deidara, un muchacho rubio y algo afeminado levantó la vista, mirando a su jefe con respeto en los ojos.

-Como se llama el chico, Itachi-sama?-Dijo, volviendo la cabeza a su posición inicial.

Itachi sonrió.

-Naruto. Naruto Uzumaki.

-A sus ordenes, Itachi-sama.


Hi! Bueno, ya esta, se acabó lo que se daba! Um.. os ha gustado? De momento solo he puesto unos cuantos personajes, pero apareceran más, por lo menos esa es mi intención. Tampoco se si he podido reflejar bien la personalidad, ya me lo comentareis . Bueno, ahora si, me despido y nos vemos en el proximo capitulo!