Drabble I

Extensión: 340 palabras.

Disclaimer: Deadman Wonderland y su trama gore no me pertenecen. Son propiedad de Jinsei Kataoka y Kazuma Kondou. Y su editorial y blah, blah, blah.

Resumen: Que bueno era saber que Ganta era un joven sano.


El insomnio no le permitía ni siquiera permanecer recostado sobre su almohada. Se sentó, mirando al mismo tiempo que no veía nada a la oscuridad. Los suspiros de Shiro al respirar llamaron su atención y se dedicó a intentar el sobreponerse a las sombras y ver cómo la albina dormía plácidamente.

No se había detenido a pensar que tan hermosa era realmente Shiro. Muchos le insinuaban suerte de tercermundista al compartir su tiempo con ella, pero Ganta la veía nada más que como una amiga. Un apoyo. Alguien sobre quien depositar su entera confianza y sorprendentemente, sin esperar nada a cambio, Shiro la depositaba en él también.

Deseó acercar sus dedos en dirección a donde los suspiros se oían y entonces escuchó algo que el provocó cierta gracia pese a la confusión que suele sentirse al verse restringido de sentidos tan indispensables como lo era la vista.

— D-Dulces… Shiro quiere dulces…

Ganta dejó caer la palma de su mano sobre el colchón a mitad de su camino y se dedicó esta vez a escuchar atentamente los absurdos balbuceos de la joven durmiente. Algo se agitó en su interior al sentir la peculiar textura de los guantes de Shiro rozando contra el dorso expuesto de su mano, y pronto olvidó como era que se suponía debía respirar.

— ¿S-shiro? — Preguntó al sentir algo mucho más suave y pronto el calor se extendió por cada fibra de su ser.

Despejó sus pensamientos y con cuidado de no tocar algo más, se devolvió a su sitio en el piso, mientras el "Ganta...", risueño que Shiro pareció soltar se esfumaba en el silencio repentinamente asfixiante de su habitación.

Ganta se cubrió hasta la cabeza con las cobijas y en su intento por dormir, deseó no haber pensado que aquella suavidad de Shiro habiéndose sentido tan cálida, se hallase trata de algo más que simplemente su rostro tratando de buscar refugio y más comodidad que la burda almohada de la cama del moreno.

Que bueno era saber que Gatna era un joven sano. Uno muy sano.


N/A: Solo espero que hayase quedado claro mi punto. Me presento, soy una chica que ama a estos chicos y escribirá desde ahora cualquier cosa sobre ellos que se le venga a la mente desde ahora.