Los personajes de Naruto no me pertenecen.
Oh Dios mío, Neji Hyūga se masturba.
Era un día común en la villa oculta de Konoha. Como todos los días los ninjas y kunoichis se despertaban casi al alba para entrenar, y como ella era uno de ellos también lo hacía.
Tenten camino casi con pereza por el campo de entrenamiento buscando a su pareja de entrenamiento, cruzo los brazos bajo su pecho e hizo un mohín molesto, Neji aún no venía.
¿Qué le habrá pasado?
Chisto la lengua y entro en lo más hondo del bosque, buscándolo. A decir verdad debería acostumbrarse a esos cambios de Neji, últimamente desaparecía con más frecuencia y llegaba tarde a los entrenamientos, cosa que nunca lo había hecho.
Bostezo con sueño pero siguió buscándolo, tal vez ya estaba ahí, entrenando solo.
Tenten creyó que era una broma, un genjutsu, es decir, ¿Verdad?
¿Cómo explicar que el prodigio del clan Hyūga estuviese ahí, solo y parado frente al tronco del árbol masturbándose?
¡Neji no era esa clase de persona!
Abrió la boca como si se tratara de un pez fuera del agua, mordió su labio pensando que el dolor le despertaría del genjutsu, pero no funciono.
― ¿N-Neji? ―llamo tartamudeando. Neji alzo la vista de su pantalón y le clavo en ella, sus mejillas se tiñeron de un rosado furioso. ―Y-Yo no vi nada. ―mintió volviendo la mirada a otro lado, trago saliva. ―Nos veremos mañana… mastur… el entrenamiento puede esperar.
Salió corriendo mientras pensaba cosas perversas. ¿Desde cuándo Neji hacía eso?
…
Neji alzo la mano de la cremallera de su pantalón, volvía a estar a estancarse contra la tela de sus bóxer, gruño irritado mientras intentaba cerrar la cremallera, movió la mano hacia arriba y abajo intentando cerrarlo, pero él no se dio cuenta de que si eso se miraba de otra péspectiva parecía algo más. Furioso movió la mano con más fuerza, pero la jodida cremallera no quería subir.
Se juró que sería la última vez que mearía en el campo de entrenamiento, y tal vez, se compraría pantalones nuevos en otra tienda…
― ¿N-Neji? ―escucho la voz de Tenten, el abrió los ojos sorprendido. Giro con lentitud el rostro para mirar a su compañera y cuando la vio sus mejillas adquirieron un rosado furioso, trago saliva. ―Y-Yo no vi nada. ―dijo, él abrió la boca sorprendido, iba a replicar con la verdadera razón pero ella hablo de nuevo. ―Nos veremos mañana… mastur… el entrenamiento puede esperar.
Entonces ella salió corriendo como si hubiese visto un fantasma, Neji impulso más la mano y la cremallera se cerró.
―No es lo que parece. ―mascullo solo.
…
En las calles de Konoha el entrenamiento de Neji Hyūga era la comidilla de los aldeanos.
¿Masturbándose? ¿Él?
