Esta es mi primera historia que publico, no se si sea buena, pero apreciaría que la leyeran y me dejaran sus opiniones positivas o negativas. nyuu n.n

Arigato goyuyin-sama

Capítulo 1: Comenzando

Esta vez no sangre mucho, y las lagrimas tampoco brotaron de mis ojos, ya están demasiado secos como para crear una lagrima más, me alegro de ello...

Mi nombre es Naguisa Mitsuki, tengo 16 años, estudio en la Academia Muneshi. Mi cabello es blanco como la luna, me llega asta la cintura, es muy lindo, pero siempre lo traigo amarrado en dos finas trenzas, y al final de cada una de ellas coloco una rosa negra. Mis ojos son color lila, y mi estatura es normal para mi edad (ni pequeña, ni alta), uso lentes ya que mi vista no es muy buena, a mi juzgar no estoy plana, pero es algo de lo que no me preocupo demasiado. n.n
Me gusta mucho leer, escribir y tocar el piano.

Mi hoto-sama (padre) llegó borracho de nuevo, la casa estaba limpia y la cena servida, temblando por su regreso, yo me encontraba en un rincón de la cocina, muerta del miedo, esperando a que comiera y se fuera a dormir, o que tomara su dinero y regresara a la cantina. Abrazaba fuertemente a Lili (mi muñeco Dango rosa), asta que escuché su voz cerca de la puerta.
-Naguisa!- gritó fuertemente (lo cual me sorprendió por su estado). Corri hacia donde se encontraba, agaché la cabeza y tranquilice mis piernas que temblaban inconscientemente.
-Baka!, ya no hay mas dinero!- dijo regañándome como si fuera mi culpa.
-Que piensas hacer kisama?-
-No te preocupes, le pediré prestadas algunas cervezas al señor Ichiru- tartamudeaba un poco a causa del miedo, el cual aumentó cuando levantó su mano y me propinó una fuerte bofetada.
-no quiero cervezas tonta!- me dijo mientras estaba en el suelo, con la mano en mi mejilla ardiente, -tengo otras necesidades...sabes...-
No, no puede ser, no debe de ser verdad lo que estoy pensando, soy su hija, por dios soy su hija, no me puede hacer eso.

Recuerdo de Naguisa:
Todo empezó cuando mi madre murio, yo tenia 2 años, nos abandonó llenándonos de deudas sin pagar, y una horrible tristeza que mi padre nunca pudo manejar, undiendose en el alcohol y maltratándome cada vez que podía.
-Hubiera preferido que murieras en vez de ella-, es lo que siempre me decia cuando terminaba de golpearme.
Mi madre Marietta Mitsuki, siempre había tenido un cuerpo débil, en épocas de invierno enfermaba y no salía de cama, mi padre siempre la cuidaba y antes era bueno (es lo que me an contado los vecinos). Asta que decidió embarazarse de mí, todos sabían que corría un alto riesgo debido a su salud, pero aun así lo hizo con tal de tenerme en sus brazos.
Su salud empeoró, y una semana antes de que yo cumpliera 2 años, ella simplemente no despertó de su sueño
FIN DEL RECUERDO

-Lie (no) lie lie!-, sostenía mis manos contra el piso lastimándome, daba fuertes patadas esperando a que le hicieran daño, pero no.
-Por tu culpa Marietta murió! ¡Ahora debes tomar su lugar!-
-No quiero! ¡suéltame, te lo ruego!-
Era mi fin, mi propio padre me poseería en contra de mi voluntad, que repugnancia.
-Tsuki-sama (luna), taskete (salvame)- dije en mi mente
Afortunadamente unos policías entraron por la fuerza a la casa, lo que hizo que mi padre reaccionara rápidamente y saliera corriendo de ahí por la ventana, sin decir nada, sin voltear hacia atrás. Derribaron la puerta y 4 policías entraron con armas en mano.
-Al parecer no hay nadie-
-Me lo esperaba de una sabandija como él-
No podía moverme, ni cerrar los ojos, estaba...estaba realmente asustada, no era ese típico miedo que he sentido durante 14 años, si no uno diferente, mucho peor.
-Oigan!, hay una chica aquí!- se acercó a mi ayudándome a levantarme y examinándome en busca de alguna herida, pero solo vio mi golpe en la mejilla.
-Estas bien?-
Mis ojos estaban en blanco, vacíos, tratando de asimilar todo.
-que ha pasado?- dijo antes de que los demás policías llegaran. Su jefe no se extrañaba de la escena, parecía conocer el tipo de persona que era mi padre.
-Definitivamente a sido él, pobre muchacha...Se ve tan inocente-
-Hay que llevarla al hospital o ...-
-lie!- dije reaccionando de una manera inesperada.
-Estoy bien policías, gracias por salvarme, pero él a huido de aquí y dudo que regrese- logré actuar como si nada hubiera pasado, lo cual me es sencillo, ya que toda mi vida he mentido y engañado, me refiero a que nunca muestro mi verdadero ser, no digo lo que pienso, quiero y siento, escondo las lagrimas detrás de mi sonrisa.
-Es tarde, tengo tarea que hacer, así que si me disculpan- dije señalando la entrada.
-Enserio estas bien?- dijo el policía que me encontró en la sala tirada.
-Hai (si)-
Convencidos de que nada me pasaba se fueron de la casa, prometiéndome que vendrían seguido para saber si estaba bien, a lo cual accedí.

Dieron las 9:00pm y ya había terminado mis deberes, los pensamientos invadían mi mente, miles y miles de posibilidades se mostraban ante mi.
-Se ha ido, por fin se ha ido, ahora puedo comenzar de nuevo... comenzar desde cero- me dije a mi misma.
No me iría mal económicamente, ya tenia un trabajo después de la escuela en un Maid-latte, en donde hacia cosas extra y me pagaban bien, también podría tener un trabajo extra los fines de semana. Estaba emocionada por este comienzo, me atrevo a decir que me sentía feliz.
Alguien pegó bruscamente a la puerta, -sal maldito Mitsuki!- gritó una voz masculina.
Abrí la puerta y un hombre de traje negro con un recibo en la mano me recibió enojado.
-Lo puedo ayudar en algo?-
-Tú y tu padre tienen asta mañana para desalojar esta casa-
-Que?!- mi sorpresa se hizo notoria ante aquel hombre intimidante.
-Acaso no lo sabias mocosa?...Tú padre me debe mucho dinero, en juegos de apuestas y alcohol, asi que puso esta casa como pagó, realmente es horrible, pero la aceptaré a cambio de todo el dinero que me debe desde hace 10 años-
Imposible, ese... ese kisama (bastardo) se fue y les dio la casa.
-Tienes asta el amanecer para sacar tus porquerías de aquí, o vendré yo y lo haré por la fuerza- dijo mientras se alejaba.
Furiosa azoté la puerta y cogí todas mis cosas, toda mi ropa (que no hera mucha) la guardé en una maleta gris, después mis libros y libretas (que los escondía debajo de mi cama) junto con cosas personales (fotos, amuletos de mi madre, etc) cupieron en otra maleta negra de igual tamaño. Tomé a Lili y salí corriendo de ahí, a ningún lugar en especial, solo corrí y corrí asta que mis piernas me lo permitieron.
Estaba sentada en una banca, con el corazón agitado de tanto correr, -Ya no volveremos a esa casa Lili, nunca mas-
Me recosté un momento para recuperar el aliento, solo que un grito de auxilio interrumpió mi paz. Abrí los ojos y distinguí a un niño llorando debajo de un árbol, corrí hacia él para averiguar que le pasaba.
-nee (oye) estas bien pequeño?- me hinqué en el pasto para estar a su altura.
-tengo miedo, no me gusta la oscuridad- pronuncio entre sollozos.
-No tienes por que temer pequeño, tal vez muchos piensen que la oscuridad es mala y aterradora, pero es todo lo contrario- me senté a su lado y lo abrasé para que dejara de llorar.
-La noche tiene un color muy bonito... ¿No crees?- despegó su cara de mi pecho y miró hacia el cielo.
-a mi me gusta la noche por que solo así puedo ver las estrellas y la luna, por que es la que siempre cuida de mí y mis sueños, como una segunda madre- las lagrimas de sus ojos se fueron con el viento.
-hermosas palabras señorita- alguien detrás de mi nos estaba espiando, un hombre con gabardina y sombrero así que instintivamente me levanté y protegí al niño.
-Hay 2 personas allà que lo están buscando, están muy preocupados por él- el niño los vio y reconoció que eran sus padres. Corrió hacia su lado gritando:
-Arigato gime-sama (gracias princesa), no olvidaré lo que me dijo- corrió felizmente hacia los brazos de sus padres, para después irse.
-Gime-sama?-
-El pequeño debió creer que lo eras por como te vez y hablas-
-es la primera vez- lo miré curiosa, ya que no lo conocía ni lo había visto antes, pero parecía buena persona.
-Gomene, no fue educado de mi parte escuchar su conversación, y ni siquiera me he presentado- se quitó el sombrero e inclinado dijo: -mi nombre es Kurama, yuroshku (es un gusto)-
-Yo soy Mitsuki, Mitsuki Naguisa, es un gusto conocerlo-
-se hace tarde, será mejor que vuelvas a tu casa-
-hai, lo haré, fue un placer hablar con usted-
-lo mismo digo-
Me alejé y regresé por mis maletas, afortunadamente nadie las había robado, -yokata- . Coloqué a Lili de almohada y me acurruqué, no tenia a donde ir, el Maid-latte esta cerrado y no tenia amigos, solo a Lili y a Tsuki-sama, cerré los ojos durante unos minutos, no podía dormir con tanto frio. Alguien me cubrió con un gran saco, se trataba del señor Kurama.
-como los sospechaba, no tienes a donde ir-
-gomendasai, no quería preocuparlo con mis problemas-
-descuida, puedes contarme todo-
Por alguna razón confié en sus palabras y le relaté mi historia, fue amable y comprensible conmigo.
-sooka, lo lamento mucho-
-yo no, así puedo comenzar desde cero-
-déjame recomendarte algo- de la palma de su mana apareció una mariposa blanca que desprendía brillos, se mordió el dedo índice y colocó la gota de sangre en mi boca. -con esto ya nadie te lastimará, comenzaras por el buen camino y te aseguro que sonreirás de verdad-.
La mariposa voló asta mis manos para que la observara bien, pero en cuanto me dirigía al señor kurama ya no estaba, se había ido.
-Por qué me dio esto?...su sangre...la mariposa...-