Bleach ni sus personajes me pertenecen.

- bla bla- pensamiento

- bla bla gritos –

- bla bla- dialogo normal -

"Ellos se conocían desde la escuela, desde la mas dulce edad. Ambos tenían una conexión que nadie más había visto, muchos creían que estarían juntos para siempre, pero por cosas del destino aquellos sentimientos nunca se dijeron y dejaron de verse. Él se dedicó a estudiar medicina y asumió como director de la clínica de su padre que había comenzado a crecer. Ella se dedicó a los negocios para poder hacerse cargo de las empresas de su familia. 10 años después, con sus vidas formadas se vuelven a encontrar, dándose cuenta que dichas vidas no estaban resueltas."

Ella en el tiempo.

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Hace 10 años atrás…

La ceremonia del instituto Karakura estaba en su pleno apogeo, las familias llegaban de varios lugares para felicitar a los jóvenes que hoy comenzaban otra vida, otra aventura y otros obstáculos. Todos estaban felices de salir de aquel lugar para adentrarse a la vida del trabajo o del estudio universitario, y entre todos esos jóvenes habían dos famosos en aquella escuela, dos vidas que siempre estaban juntas. Ella era apodada "la muerte" por su cabello negro y su piel blanca como porcelana, sin olvidar unos ojos violáceos que se podían apreciar de cualquier lado, dueña de movimientos elegantes y de una baja estatura, un cuerpo envidiable a pesar de no tener mucha delantera, siempre era de hablar en los pasillos de aquella escuela además de ser una de las mejores alumnas, ella era Rukia Kuchiki. Hermana del próximo heredero de la fortuna Kuchiki, dueño de una línea de empresas de logística, además de tener negocios de línea de hoteles y hospitales, sin mencionar que su familia era una de las más antiguas y respetables de todo Japón. Así era, ella era Kuchiki Rukia, una especie de realeza que estaba en la escuela. A su lado siempre estaba un joven de estatura alta, siempre estaba con el ceño fruncido, ojos color ocre, un cabello anaranjado en punta que llamaba la atención en todos lados, mucha gente le temía, pero al conocerlo se olvidaban de dicho temor, era alguien confiable y leal. Era conocido por "fresa-kun" o "Strawberry" pero solo ella solía decírselo. Hermano mayor de dos hermanas, huérfano de madre, Ichigo Kurosaki ayudaba a su padre en la clínica privada que tenían, era algo obvio que sería un médico. Nadie sabía a ciencia cierta cómo ese par se había juntado –"Dicen que Kurosaki-kun salvo a Kuchiki-san de unos ladrones"- decían algunos –"Kurosaki-kun debe saber un secreto de Kuchiki-san"- decían otros, pero no importaba al momento de verlos ya que ambos estaban siempre en un mundo diferente al resto. Siempre iban la muerta y la fresa juntos.

Volviendo al día de graduación, la muchacha de cabellos negros en melena estaba en la azotea, con el diploma en sus manos y mirando el atardecer fijamente, su falda se movía levemente al igual que sus cabellos, camino y sujeto la baranda con su mano libre, dio un leve suspiro ¿todo llegaba hasta aquí?

- Rukia –

La muchacha volteo y pudo ver como el chico de cabellos naranjos se acercaba a ella con el diploma en su mano y su chaqueta hecha un desastre.

- ¿Qué te paso? – pregunto riendo irónica-

- unas chicas me saltaron encima por algo del primer botón – respondió restándole importancia-

- pobre Kurosaki-kun – dijo melodramática –

- ya cállate – agrego - ¿Qué haces aquí? –

- veo pasar el tiempo-

- ya veo-

Ambos quedaron en silencio mirando el atardecer, ninguno podía decir palabra. Ella sentía una leve opresión en su pecho, un cosquilleo en su estómago, un nudo en su garganta y sudor en sus manos ¿Qué le pasaba?, llevo su mano a su pecho y sintió su corazón latir mil por hora. Sentía algo especial por aquel chico, pero aun no sabía que era, siempre estaba preocupada por él, el dolor de él era el dolor de ella, pero ¿Qué significaban dichos sentimientos? Un tanto tormentosos.

- ¿Qué harás? – pregunto rompiendo el silencio sacando de sus pensamientos a la chica-

- i-ir a la universidad –

- ¿Qué estudiaras?

- negocios ¿y tú? -

- estudiare medicina en la universidad de Tokio –

- oh… - dijo bajando su rostro –

- ¿y tú? -

- estudiare fuera del país –

- ya veo – pausa – eso es bueno ¿no? le ayudaras a tu hermano en su empresa –

- sí, es verdad – le miro – así que ayudaras realmente en la clínica de tu padre –

- bueno, el viejo necesita ayuda- la mira- ¿Cuándo te iras? -

- en 3 días mas –

- ya veo… -

- no pongas esa cara Kurosaki-kun, yo seguiré viéndote – le sonrió burlonamente-

- eso no me hace para nada feliz, además no he puesto ninguna cara -

- ¿estarás bien? – pregunto luego de una pausa - ¿estará bien-? -

- todo estará bien – dijo revolviendo sus cabellos – ve con tranquilidad –

- Ichigo yo –

- ¿si? -

- y-yo – se sonroja- ¡yo! – pausa – y-yo te extrañare… -

- estas sentimental, enana – dijo con una sonrisa triste – yo también lo hare –

- ¿p-puedo abrazarte? – pregunto –

El chico extendió sus brazos dando la señal de que podía, la chica soltó su diploma y abrazo con todo al chico, no había podido decir que era lo que le pasaba, no había podido con ese nerviosismo así que callo, se tragó todo lo que quería decir. Le abrazo con fuerza, aspiro su aroma y las ganas de llorar vinieron como una ráfaga de viento, sintió los brazos de él aferrándose a su pequeño cuerpo con fuerza, ninguno dijo nada, simplemente se quedaron ahí, abrazados hasta que se dieron cuenta que el sol ya se había ido.

- te acompañare a tu casa-

- gracias –

Caminaron en silencio, cada uno ensimismado, pensando en cosas que vendrían y que habían sucedido. Llegaron a un portón de fierro forjado, era la casa de la chica, ambos se miraron por varios minutos ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué debía reinar ese silencio? ¿es que acaso el mundo sabía que no se verían de nuevo por un largo tiempo?

- bueno, adiós-

- Hey, Rukia –

- ¿Qué? –

- que agradable – dijo –

El chico estiro su mano a lo que ella le imito, Ichigo acerco su mano y deposito su primer botón, ella le miro con los ojos abiertos, pero él ya miraba a otro lado sonrojado, se despidió con su mano y comenzó su camino a casa, al ver su espalda alejarse, las lágrimas de ella comenzaron a salir una tras otra, junto sus manos y las llevo a su pecho, le dolía, de corazón le dolía de una manera sobrenatural, cada paso que daba Ichigo su corazón dolía más y más. Susurro un "no te vayas" pero no pudo ser más fuerte y cayó al suelo lamentándose, sintió como unos brazos la rodearon, era su hermana, Hisana. Se aferró al brazo de ella y gimoteo aún más, Ichigo sabía que ella no volvería, ella sabía que no volverían a verse, ella sabía que eran más que amigos pero menos que amantes en ese instante, por lo que no podía pedir nada, no se sentía con el derecho de pedir algo y por eso le dolía aún más el corazón. Estúpida cobardía ¿Qué había hecho? Al levantar el rostro ya no estaba la silueta de él, se había marchado, Ichigo se había marchado.

Al día siguiente comenzó a arreglar todas las cosas para poder irse de viaje, no había problema con el alojamiento, su hermano había arrendado un departamento para ella, sus cosas las mandarían ese mismo día para que no le molestaran, reviso sus papeles, sus documentos y todo lo demás, se miró en el espejo de su habitación, ahí estaba ella, con un pantalón corto y una polera blanca holgada, su cabello corto y su mechón al medio, sonrió con tristeza y miro su velador, ahí, en un pañuelo estaba puesto cuidadosamente el botón, su color dorado brillaba más que nunca, no podía tenerlo así siempre, debía ser cuidadosa, tomo su bolso y fue a una joyería, ahí convirtieron dicho botón en un collar. Miro el objeto en su cuello hasta su clavícula, brillaba al moverse, sonrió con tristeza. Nuevamente fue a su casa, en unos pocos días su vida comenzaba de nuevo.

2 años después…

La chica estaba mitad de su carrera, era una de las mejores en la universidad, su cabello llegaba hasta sus hombros ahora, hace tiempo había conocido a un tipo de cabellos rojos, de un carácter fuerte pero amable, llevaba unos tatuajes raros en todo el cuerpo pero siempre le ayudaba en todo lo que podía, desde que había llegado a la ciudad y ha dicho país, su nombre era Renji Abarai y estaba un año más arriba que ella en la universidad, a medida que lo conocía más le agradaba, salían juntos, comían juntos, estudiaban juntos, ella sonreía con naturalidad con él, se sentía tranquila y protegida cuando estaba a su lado. Un día en una de esas tantas salidas…

- Rukia-

- ¿si? – dijo mirando su helado –

- estaba pensando – dijo nervioso –

- ¿en qué? –

- b-bueno y-yo p-pensaba q-que –

- ¿eh? -

- ¡Sal conmigo! – exclamo nervioso-

Miro al chico detenidamente, se había levantado y se había situado frente de ella, sus mejillas estaban sonrojadas y se podía ver el nerviosismo en su rostro, miro su helado detenidamente y luego volvió a mirarle, le brindo sonrisa cálida.

- está bien –

- ¿e-enserio? –

- si –

Renji se acercó a ella y la beso, ahí estaba su primer beso, y solo habían pasado 2 años desde que había llegado a ese país, no podía aferrarse a un pasado que no había existido. Al separarse se miraron fijamente y sonrieron, ella tomo la mano del chico y se marcharon de ahí, dejando ese helado a medio comer, en el basurero, aquel helado de fresa quedo abandonado.

2 años más pasaron, en ellos Rukia había experimentado sus primeras veces con aquel chico, su primera pelea de novios, sus primero celos, su primer beso y su primera vez, había sido complicado, él era musculoso y grande y ella, bueno ella era pequeña y delgada, se puede entender el punto y el miedo de la chica. Durante unos días la muchacha se sentía agotada y con falta de apetito.

- ¿no estarás embarazada? – pregunto una chica llamada Matsumoto –

- ¡¿embarazada?!- exclamo Momo –

- n-no es posible – dijo Rukia sonrojada –

- ¿acaso no lo han hecho ya? – dijo haciendo un gesto con sus manos

- ¡Matsumoto-san por favor! – exclamo Momo sonrojada hasta la oreja – si es el caso, Rukia-san deberías ir a una farmacia y comprar una prueba de embarazo –

- uhm – dijo mirándolas – creo que están fantaseando –

Ese mismo día en la noche paso por una farmacia y con todo el pudor que tenía pidió dos pruebas de embarazo, salió corriendo de dicha farmacia y se encerró en departamento. Leyó las instrucciones y fue al baño, al terminar tomo los dos test y los dejo en la mesa de centro de su living, encima de una toalla, llevo su mano a su collar y comenzó a juguetear con él, mantenía los ojos cerrados, su alarma sonó, habían pasado 7 minutos. Se acercó y sus ojos se abrieron de par en par, en ambos salía positivo, se sentó cuidadosamente, llevo ambas manos a su collar y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos ¿Qué haría ahora? Dios, estaba embarazada con 22 años, estaba embarazada. Miro su celular, su mano tembló y marco el número del chico de cabellos rojos.

- ¿diga? – se escuchó del otro lado -

- Renji – dijo por teléfono – R-Renji – dijo rompiendo en llanto –

- ¿Rukia? ¿¡que sucede!? – exclamo -

- Oh Renji, - lloraba –

- Rukia dime que sucede-

- estoy embarazada – decía llorando-

- silencio - ¿Dónde estás? -

- e-en mi departamento – gimoteo -

- no te muevas de ahí –

La chica colgó el teléfono y se aferró a su vientre ¿Qué estaba pasando? ¿ella embarazada? No podía ser cierto, no estaba preparada. ¿Qué sería de ella ahora? ¿Qué dirían Hisana y Byakuya? ¿Y el resto de la familia? Oh Dios. Se acostó en el sillón de manera fetal con una mano abrazando su vientre y con la otra sostenía su collar. No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que sintió la puerta abrirse.

- ¡Rukia! –

Renji entro como torbellino al departamento, ella se sentó poco a poco con sus ojos rojos y aun con lágrimas cayendo, el chico vio la mesa y pudo apreciar las pruebas de embarazo- "positivo"- llevo su mano a su frente y la bajo por su rostro, se sentó al lado de ella con rapidez y la abrazo con fuerza, ella comenzó a llorar, lloraba desesperada aferrada a él.

- tranquila -decía- por favor cálmate –

- ¿q-que haremos? – peguntaba ahogada –

- yo termino mi carrera este año, estoy haciendo mi tesis – decía acariciando sus cabellos – saldremos adelante, comenzare a trabajar ahora, tú debes ir al doctor para chequear que todo esté bien, hablare con tu familia, y-yo –

El chico comenzó a tartamudear y a temblar, tan solo tenía 23 años, la chica se separó de él, pudo ver el temor en sus ojos, llevo sus manos al rostro de él y junto sus frentes.

- podremos con esto – susurro – somos fuertes – tu eres un lobo que aúlla fuerte –

- y tú eres la luna, poderosa –

Al día siguiente la chica fue al doctor, estaba nerviosa, entro a la consulta, una mujer morena de cabellos morados y ojos dorados la atendió, le hizo el tacto correspondiente.

- bueno te pediré que te hagas estos exámenes –

- ¿p-puede ser de manera inmediata? – pregunto –

- vaya alguien está asustada -dijo ella-

- p-por favor – dijo tímidamente –

- Kuchiki ¿eh? – la miro – bueno vamos por esos exámenes –

A las horas después…

- bueno, bueno aquí estamos de nuevo – dijo sentándose con un sobre en su mano –

- ¿y bien? -

- veamos – dijo para comenzar a leer – tienes 3 meses de embarazo, felicidades –

- ¿3 meses? –

La chica llevo su mano a su vientre, y bajo la mirada ¿3 meses?...

- Tranquila -dijo la mujer de manera dulce- toma estas pastillas y- -

- ¿pastillas? – dijo asustada - ¡¿p-para qué?!

- tranquila, tranquila – dijo- son vitaminas para ti y para él bebe, ven en un mes más para que vayamos chequeando tu embarazo –

Los días comenzaban a pasar convirtiéndose en meses, al cuarto mes la chica viajo directamente a Japón junto al chico para informarle a su hermano y a su hermana.

- ¡Rukia! – exclamo Hisana al verla- estas…

- si… -

Su hermana se abalanzo sobre ella y lloro, mientras que Byakuya quedo mirando a Renji de manera seria, la chica entro con vergüenza a esa casa, sin darse cuenta se había programado su matrimonio con el pelirrojo, no podían dejar que pasara más tiempo.

Uso un vestido blanco y holgado, con escote de corazón con un corte debajo de su pecho, el cabello lo recogieron dejando su mechón rebelde, en tiempo record sus amigos llegaron a la ciudad para asistir a la boda privada.

- deberías sacarte ese collar – dijo Hisana –

- ¿eh? – miro su cuello – n-no quiero, me gusta –

Y así había sucedido, a los 22 años estaba embarazada y casada, Byakuya le había dado trabajo a Renji en las empresas Kuchiki en el sector de hotelería, más específicamente en negocios. Poco a poco el departamento donde estaba sola ya no lo estaba, las cosas de Renji comenzaron a aparecer, su habitación ahora era la habitación de los dos, y esa pieza de estudio era la pieza del bebe. Cuando se enteraron que su bebe era una niña ambos se miraron y sonrieron inmediatamente, seria hermosa al igual que ella y que él.

Los meses pasaron con tranquilidad, entre regalo y regalo, arreglo de la habitación, leves discusiones con Renji, una noche nació la pequeña que llamaron Ichika. El parto había sido dificultoso ya que ella era de caderas estrechas, el trabajo de parto fue complicado y el griterío de ella había sido histórico, todo el hospital se había enterado que Rukia odiaba con su alma a Renji por hacerla sentir dicho dolor. La pequeña tenía los ojos violetas de Rukia y el cabello rojo de Renji, su piel era blanca como su madre y sonreía al verlos a ambos. La chica soltó unas lágrimas al ver a su bebe, la tomo y se aferró a ella.

4 años después…

La pequeña Ichika corría por todo el departamento mientras que su madre la seguía detrás, esto de ser madre era complicado, el cabello de su hija se movía al compás de sus pequeños pasos, había terminado su carrera, pero aun no deseaba trabajar, no quería dejar a la pequeña sola.

- ¡te atrape! – dijo tomándola –

- ¡mamá! Eso hace cosquillas – decía la chica –

- debes peinarte, papá llegara pronto –

- ¡papá! – dijo emocionada –

La pequeña adoraba a su padre, adoraba sus tatuajes y su cabello, pero entre ellos siempre había problemas, siempre había una cosa por la que pelear, suspiro cuando escucho la puerta abrirse y cerrarse.

- llegue –

- ¡bienvenido papa! – exclamo la pequeña

- ¡Hola pequeña revoltosa – dijo tomándola en sus brazos –

- Hola Renji –

- Hola – dijo con una media sonrisa – hoy me llamo tu hermano – dijo dejando a la pequeña en el suelo –

- ¿eh? –

- quiere que me traslade a Japón –

- ¿trasladarte? ¡¿a Japón?! – exclamo – nos iremos contigo –

- qué bueno que lo dices, porque creí que tendría que convencerte – dijo revolviendo sus cabellos- ¿aun usas ese collar? – dijo tocándolo –

- m-me gusta –

- bien, entonces debemos comenzara empacar – dijo mirando a su hija - ¿Qué dices Ichika? Nos iremos a Japón donde está el tío Byakuya y la tía Hisana

- ¡si! – exclamo –

Todo fue de manera rápida, al llegar su hermano les tenía una casa cerca de la de ellos, ambos le pidieron una casa no ostentosa, algo tranquilo y "normal", lo que por milagro habían logrado, una casa con tres habitaciones, una habitación de estudio, living, comedor, cocina y un patio amplio para que la pequeña jugara con tranquilidad. Había vuelto a Japón y a la misma ciudad de donde se había ido. Todo estaba bien, todo estaba tranquilo, se dijo mirando el patio, hace poco había plantado unas flores y con su pequeña tenían un pequeño huerto. Miro a la niña que se intentaba peinar en unos días más la pequeña Ichika cumpliría 4 años, estaba organizando una comida para su hija en eso suena su teléfono.

- ¿si? residencia Abarai – dijo peinando a la pequeña –

- Rukia –

- oh, Nii-sama –

- ¡tío Byakuya! – grito la pequeña –

- espera Ichika-chan- dijo alejándola - ¿sucede algo? –

- necesito que vengas – se escuchó – ahora, a la casa –

- b-bien, arreglare Ichika e iremos –

Vistió a la pequeña con un vestido blanco con vuelos en la parte de atrás, unas sandalias de color café y un sombrero, mientras que ella tenía puesto un vestido hasta su rodilla de color celeste, su cabello ahora largo lo tenía sujeto en una coleta alta.

- ¡Rukia! – exclamo Hisana –

- Onee-san – sonrió –

- ¡tía Hisana! –

- ¡Ichi-chan! – la abrazo – Byakuya te está esperando en la sala de estudio –

- bien, pórtate bien hija – dijo

- ¡si mamá! –

Se adentró a la pieza de estudio, ahí estaba su hermano en compañía de Renji, ambos revisaban unos papeles, más bien Renji le informaba sobre unos papeles a Byakuya, sonrió para sí misma, golpeo la puerta para distraer a los hombres, dio pasos firmes hasta sentarse.

- Rukia, seré breve – dijo – necesito que entres a trabajar en la empresa –

- ¿eh? – miro a Renji y luego a su hermano – p-pero Ichika apenas tiene 4 años-

- puede cuidarla Hisana –

- p-pero… - los miro- lo hare en 2 años más, ahí tendrá 6 años, estará en el jardín de infantes– dijo seria- no dejare a mi pequeña sola –

- Rukia – dijo Renji –

- No cambiare de opinión Renji, me quedare hasta que cumpla los 6 –

Renji quedo viendo a su esposa de manera incomoda, ella le miraba con determinación, y su hermano tenía la mirada fija en ella, tomo unos papeles y dio un leve suspiro, reviso otros papeles aparte de los que tenía en su mano.

- bien, en 2 años más trabajaras en la empresa en el área de las clínicas –

- está bien – dijo sonriendo – recuerda que en 3 di- -

- es el cumpleaños de Ichika – interrumpió – lo sé –

La chica sonrió satisfecha, miro a su marido que le miraba con reproche, ella le miro seria. Salió de aquella habitación con un poco de amargura, se supone que Renji debía apoyarla y reprocharle. Suspiro con esa misma amargura hasta que vio a su hija con su hermana, ambas jugaban con una pelota. A pesar de ser delicada de salud, Hisana hacia su mayor esfuerzo cada día, les sonrió y fue con ellas.

2 años después…

- ¡Apaga las velas Ichika-chan! –

La pequeña cumplía ese día 6 años, Rukia tenía 28 y Renji 29, todos estaban reunidos festejando el cumpleaños de la pequeña, una torta con forma de conejo estaba en el centro de la habitación.

- felicidades – dijo aplaudiendo su madre –

- felicidades Ichi-chan – dijo Renji –

Todos aplaudían con felicidad, la pequeña llevaba su cabello largo en una coleta alta, unos mechones en su rostro le daban un aire travieso, una falda corta de mezclilla azul, unas calzas hasta la rodilla, zapatillas tipo convers de color rosa y una polera blanca con vuelos.

- ¡gracias! – dijo sonriendo y abrazando su peluche de conejo "chappy" –

- Rukia – dijo su hermano -mañana a primera hora te necesito en el salón de reuniones de la clínica –

- bien, bien – dijo mirándole sonriente –

La muchacha había comenzado a trabajar hace 3 meses, antes de lo previsto, pero habían tenido problemas con la directiva de la clínica por lo cual había sido complicado, mañana tenían una reunión con unos nuevos miembros, aun no sabía quiénes eran, pero ya mañana se enteraría, hoy era el cumpleaños de su princesa.

- hace 10 años que usas el mismo collar, ¿no te aburres? -pregunto Renji situándose a su lado –

- me gusta – respondió seria –

- no es para que te enojes –

- no me enoja – le dijo mirándole - ¿tienes algunas palabras lindas para mí?

- el cabello largo te va bien –

Era verdad ahora lo tenía mucho más largo que antes, le llegaba casi al inicio de su trasero, tomo el brazo del pelirrojo, lo jalo hacia abajo y beso su mejilla, provocando el sonrojo de este.

- gracias –

El simplemente la miro con una sonrisa y sus mejillas sonrojadas, la pequeña les había visto y una sonrisa adornaba su rostro, sus papas siempre peleaban por cosas que ella no comprendía, pero las veces que estaban así eran escasas por lo cual siempre lo aprovechaba, corrió hacia ellos y los abrazo con alegría.

Al momento de que todos se fueron, acostó a la pequeña y fue a ordenar la cocina, desde mañana tendrían alguien que les ayudaría en las cosas del hogar, había tomado la decisión de trabajar en el mismo tiempo que Ichika estaba en el jardín de infantes. Fue a su habitación se puso el pijama y se quedó dormida al instante.

Al día siguiente alisto a la pequeña, le puso unas calzas negras y una polera tipo vestido de color rosa largo hasta sus rodillas y unas zapatillas un chaleco de color blanco y su delantal del jardín. Ella se puso una falda tipo tubo, una blusa blanca casi ajustada y una chaqueta negra, dejo su cabello suelto, sus uñas estaban de un color rosa pálido al igual que sus labios. Vio su mano adornada por su anillo de matrimonio, sonrió levemente, dejo su collar afuera para que se viera. Finalizo con unos toques de perfume y unos aros de perla.

- que bien se ve señora Kuchiki –

- muchas gracias – dijo volteando –

- yo dejare a Ichika, ve a tu reunión –

- gracias – dijo besándole levemente –

- que tengas éxito – dijo mirándole –

La chica tomo su auto, un mini cooper de color blanco con unas franjas rojas y azul, manejo con tranquilidad hacia la clínica, se estaciono y fue directo a la sala de reuniones, entro y se sentó en la cabecera de la mesa de reuniones, la gente poco a poco llegaba hasta que su celular sonó.

- permiso –

- delante aún falta gente, Kuchiki-san – contesto un miembro de la directica –

- ¿diga? – dijo saliendo - ¿Ichika? Cariño ¿Qué pasa, todo bien? -

- que te vaya bien hoy mami – se escuchó del otro lado – serás la mejor –

- gracias cariño, recuerda portarte bien – respondió – dame con papá –

- Rukia –

- Hoy saldré temprano, ¿avisas que me la llevare a almorzar? –

- está bien – respondió - ¿aún no comienzas? –

- no, aun no – volteo- falta u- -

Rukia se quedó paralizada. Sus manos cayeron por los lados, su corazón comenzó a palpitar de una manera frenética, ¿hace cuánto no se sentía así? Sus mejillas se tornaron rojas y sintió un calor en todo el cuerpo. Un nudo se hizo en su garganta y sus piernas flaquearon, abrió un poco sus labios, pero las palabras no salieron. Trago con dificultad, sintió unas ganas enormes de llorar, de querer correr de ahí, escapar.

- ¿Rukia? – se escuchaba del otro lado del teléfono –

- t-te llamo después – susurro y colgó -

- Rukia – dijeron su nombre –

Una descarga paso por todo su cuerpo, dio unos pasos hacia adelante, hasta que estuvo frente a frente de esa persona, el aroma seguía siendo el mismo, esa atmosfera que brindaba le hacía sentir lo mismo, habían pasado 10 años y ella seguía comportándose como la Rukia de 18 años. Creía que su vida estaba resuelta pero este pequeño encuentro le estaba demostrando lo equivocada que estaba.

- Ichigo – susurro -