Hola, muchos gusto volver a compartir con ustedes. Hace casi dos años, mas o menos, que no escribo en esta pagina y debo agregar que la he extrañado un montón. He borrado las historias que antes cree de esta pareja, ya que al volver a leerlas & releerlas, esperando tuvieran salvación, descubrir que tenían tantos errores que no pude soportar el tenerlas en mi curriculum como referente.
Me presentare, nuevamente, bajo otro nombre como un usuario nuevo. Esta ves me llamare: AliceHime Ciferiuz, mezclado a los dos parejas favoritar el Ulqui&hime y el Jalice (-Jack&Alice-Pandora Hearts).
La historia sera UlquiHime, claramente,pero el matiz con IchiHime me es sumamente interesante así que ligeramente lo daré a entender también, aunque claramente solo por parte de Ichigo.
Todo o su mayor parte de desenvolverá en el Sereitei & ligeramente tendremos luchas y confrontaciones entre personajes.
Parejas secundarias; no soy muy buena en ellas pero mostrare pinceladas de algo.
Advertencias: Clasificación M, por contenido explicito/implícito de varias cosas.
(c) Personajes y escenarios pertenecen a Tite Kubo.
¿No lo recuerdas?
~~ Cayendo en las profundidades ~~
-Orihime—la llamo un hombre poseedor de los ojos más llamativos que había visto en su vida.
Ella, sentada sobre sus propios pies, apoyando ligeramente sus codos sobre una mesita baja dejo de escribir y se volteo con una hermosa sonrisa en el rostro.
-¿Qué sucede?—le pregunto al chico quien estaba recostado en la cama con un libro a medio leer en su mano izquierda.
Él la observo unos minutos muy intensamente, haciéndola enrojecer y contraer sus hombros contra su cuello por los nervios. Sonrío en el interior y satisfecho por su reacción, exigió:
-Ven aquí—
Se sentó más adecuadamente en la cama y la chica sin replicar o pensar en un por qué camino grácil hasta encontrarlo.
Estiro su mano incolora y delgada hasta apretar una muñeca de porcelana entre sus dedos y jalarla con fuerza hacia su cuerpo. Abrazo a la chica sembrando su rostro entre sus abultados pechos e inhalo con desesperación su aroma, cerrando los ojos por el deleite.
-¿Qué-Qué sucede Ulquiorra-Kun?—pregunto la chica en cuanto pudo sobreponerse a las corrientes emocionales que descendieron por su cuerpo.
Apoyo sus manos en los hombros masculinos y dejo caer su cabeza hacia el cabello azabache besándole las hebras de forma efímera.
El mayor no hablo por mucho tiempo, dejando en el aire una capa de silencio impenetrable, la cual ni siquiera Orihime con toda su inquietud pudo corromper.
Aferro sus garras a la chica, estrujándola entre sus brazos y enterrando sus dedos en el uniforme escolar; comentó:
-Se cumplirá un año—
Al escuchar estas palabras, la adolescente cerró los ojos y su sonrisa antes ofuscada por la intriga reapareció con energías. Tanta fue su dicha que no pudo evitar enredar sus dedos en los cabellos negros y recostar su mejilla ardiente sobre ellos.
-Hemos vivido aquí por casi un año, desde…—su voz se fue apagando y con arrepentimiento despegó las palabras de su garganta—Desde que te secuestré—Orihime sintió su dolor camuflado en esas escasas silabas, más no se atrevió a interrumpir su inspiración.-Ahora que estoy contigo, que he vivido como un humano más a tu lado, ahora que sé en donde encontrar nuestro corazón—sonrío ante tal ironía—Debo decirte que no me arrepiento de nada y que si de mi dependiera; te lastimaría una y otra y otra vez, si con ello—se distanciaron un poco y el esmeralda choco contra el cuarzo ahumado gris.—Logro obtener el mismo resultado que tengo entre mis manos—Le susurro con tranquilidad, para que en matiz devorara sus labios como un animal hambriento.
Caminaba sin prisa y muy seria. En las manos cargaba un ramo de flores blancas y su gabardina era mecida por el viento al igual que su bufanda. Después de haber dado cuarenta pasos desde la entrada del recinto se detuvo, y quedo ahí quien sabe por cuantos segundos hasta que se dignó a hablar.
-Hola, Ulquiorra-Kun—susurro la chica con los ojos apagados—Ya casi se cumplirá un año, desde—sonrío lo mejor que pudo, mientras vertía agua sobre la piedra tallada con inscripciones.—Sé que vengo aquí todos los días desde entonces. Estoy segura de que no estas feliz por ello—susurraba con entusiasmo impropio pero sincero, y aun así sus ojos enrojecían y cosquilleaban dejando sus mejillas tibias con el agua.—Sé que estas decepcionado y que soy una vergüenza, de que no merezco nada por ser tan débil—se limpio las lagrimas con la manga de su chaleco y azotando las flores de golpe contra el piso, grito: -¡No entiendes lo que sufro y no deberías juzgarme! No puedo evitarlo, no puedo sola, no soporto estar sola y lo sabes. Es tan, tan triste y ¡Soy tan infeliz que no puedo! ¡Ya no puedo! No puedo… lo siento—
-Orihime-Sama, por favor—
-Lo siento Ayame, chicos. Lo siento mucho—
Se dejo caer de rodillas cubriendo su rostro ensombrecido con sus manos. Lloró quien sabe cuanto tiempo en la misma posición sin importarle que el clima empeorara y que la tormenta que sabía llegaría pronto, estuviera anticipadamente sobre ella.
Su cabello perdió volumen y al igual que su ropa se volvió pesado, su cuerpo tiritaba y su mente solo le pedía un refugio y abrigo, pero incluso con todo en su contra no se movió, ni un centímetro, ni un poco, no fue dubitativa y tampoco se cuestionó, solo permaneció ahí siendo observaba por un joven de pie, bajo un paraguas negro.
Los audífonos sobre su cuello se volvieron muy fríos, tanto que les echó la culpa de sus escalofríos. Su mano morena se aferro al mango de madera y apretando nudillos dentro de su pantalón dio un paso hacia delante, un paso inevitablemente muy meditado. Dio otro paso y comenzó a arrepentirse, pero iba en el noveno cuando pensó en devolverse. Se detuvo melancólico a las espaldas de una chica con la cual compartían la misma maldición en el color de cabello.
Separo sus labios y frunció el ceño en cuanto los volvió a cellar sin pronunciar palabra. Cerró sus parpados e inclino el paraguas hacia delante para cubrir a su amiga del agua, aunque ya fuera tarde, varios años tarde.
-Inoue—susurro con miedo a que se molestara, sabiendo de antemano que su carácter bondadoso y buen corazón le impedirían sentir algo negativo por sus palabras.—Ya es tarde—
La chica no se movió, incluso parecía que no respiraba.
Ichigo se enfureció uniendo sus cejas y apretando los dientes como si estuviera perdiendo una batalla.
-Inoue, por favor. Te enfermaras si sigues aquí—trato de persuadirla siendo amable, utilizando buenas palabras. No hubo reacción, parecía no querer escucharlo así que se agacho.—Inoue estas empapada necesitas estas bajo techo—le hablo de cerca, con voz ronca, inclinándose hacia ella.
Las cosas no cambiaron, Orihime parecía no tener voluntad.
Ichigo en contra de sus deseos toco el hombro femenino con suavidad y el cuerpo de la pelirroja callo hacia el lado izquierdo azotándose contra el piso mojado, inerte.
Los ojos caramelo se aterraron al grado de expresar histeria en cuanto noto a una Orihime aun sentada en la misma posición frente a la tumba de Ulquiorra, solo que estaba algo… transparente.
Su corazón se disparo a un ritmo incalculable y callo hacia atrás sentándose contra el pavimento. Su paraguas negro callo abierto boca arriba y su cuerpo se empapo al instante siguiente.
Orihime se levanto en silencio y con extrema calma, hizo una reverencia y se volteo hacia Ichigo, el cual con el rostro aterrado distinguió la cadena nacida de su pecho.
Inoue se entristeció, entrecerró los ojos, su expresión se volvió angustiosa y se llevo las manos entrelazadas al pecho.
-Kurosaki-kun, no sabia que estabas aquí—sonrió cabizbaja. Su melodía al hablar deprimiría hasta al alma más optimista de la tierra.— No tenias que presenciar esto—comento inclinando ligeramente la cabeza hacia su cuerpo vacío analizándolo en profundidad.
El shinigami sustituto notó como sus pensamientos se distorsionaban dejando su mente en blanco y sin poder hilar ni siquiera una palabra en los momentos de silencio que siguieron la escena.
Dos figuras saltaban de un lado hacia el otro avanzando hasta el cementerio general de Karakura persiguiendo a un hollow, criatura que fue atraído por la divina energía de un alma recién nacida.
Ichigo se levanto de golpe y de los bolsillos de su chaqueta saco la insignia que le permitió abandonar su cuerpo al mismo tiempo que Shino y Yuki llevaban al lugar.
-Kurosaki-San, Inoue..-San—les nombro el pequeño shinigami en practica dudoso.-¡Inoue-San!—grito Yuki corrido hacia la chica que aun tenia posibilidades de salvarse.
Orihime movio la cabeza de un lado a otro con seriedad y esto hizo que el pequeño se detuviera en seco.
Hollow aparecieron de todas partes atraídos por la energía espiritual de Orihime, quien fue de inmediato protegida tras la espada de Ichigo.
El pelirrojo alterado y desorientado alzó su espada sobre el nivel de su cabeza y en cuanto iba a dar una estocada para que todos los habitantes de Hueco Mundo desaparecieran en el acto, el escudo protector de color anaranjado de interpuso a su objetivo. Desconcertado, Ichigo busco los ojos grises y estos le vieron con humildad. Incitando a Ayame y a Shun'o a actuar, negó todo evento que hayan hecho los hollow y los volvió a transformar en almas humanas.
-Gracias chicos—susurro en cuanto volvieron a ser pétalos del sujetador. Los dos pequeños shinigamis en cuanto salieron de su asombro iniciaron su labor.
-Inoue ¿Desde cuando…?—el pelirrojo detuvo su pregunta en cuanto noto que esta le hacia daño a la chica. Respiro y exhalo un par de veces y apretando con fuerza el mango de su espada dijo:
-¿Estas segura de esto?—cuestiono tratando de dejar a un lado sus apreciaciones personales.
-Sí, es… lo que más deseo—expreso con ansiedad—él esta allá ¿Verdad?—
Kurosaki cerró los ojos y relajo los hombros al responder:
-Sí, Ulquiorra esta allá—
Al escuchar ese nombre Shino puso más atención.
-Señorita Inoue ¿Qué a sucedido?¿Por qué ha muerto?—le preguntaba Yuki preocupado cuando se les acerco.
La chica sonrío y expreso sin remordimientos que en vida llevaba casi un año muerta.
Yuki aun sin entender, prefirió no hacer más preguntas sobre el asunto.
-Inoue, no recordaras a Ulquiorra estando allá—comentó para hacerla entrar en razón. No hubo efecto alguno—¡Él tampoco te recuerda!—
Shino abrió los ojos comprendiendo entonces a que se debía todo aquello.
-Ulquiorra-Taicho—susurro para si misma y luego alzó la voz—¿Orihime-Chan tiene alguna conexión con Ulquiorra-Taicho?—
La exaltación de todos la asusto a ella también.
-Él era…—observo a la mujer de frente y ella asintió—el novio de Inoue—
Ambos Shinigamos abrieron los ojos desconcertados ante tal descubrimiento.
Orihime sonrío por última vez siendo un poco más sincera.
-¿Qué le diré a Tatsuki y a los demás?—pregunto el chico preparándose con profundo dolor para darle su entrada a la Sociedad de las Almas.
-Ella no se sorprenderá, se enojara es lo más seguro, pero no se sorprenderá. De seguro ahora ya sabe que es lo que esta pasado. Y a los demás, deséales mucha suerte y una prospera vida de mi parte—Alzó el rostro y concentro sus orbes en la espada, pero antes de que Ichigo hiciera un movimiento, se lanzo a sus brazos.
Los ojos caramelo se desconcertaron medio segundo para luego estrecharla con necesidad contra si mismo, hundiendo su rostro y sus manos en su cabello.
-Lo siento Kurosaki-Kun, de veras yo…—
-No hace falta Inoue. Yo entiendo—le susurro y aun abrazándola pego la superficie del mango a su cuerpo, creando un destello azul que comenzó a consumirla poco a poco.
-Búscame—le susurro con los labios secos al oído—Búscame y te prometo que seremos amigos de nuevo. Lo prometo—hundió su rostro en el cuello de Ichigo antes de desaparecer por completo.
El sentimiento de vació quedo suspendido en cada partícula del aire deteniendo el tiempo.
Yuki y Shino se miraron un instante y devolvieron su atención al pelirrojo que observaba el cielo aun lluvioso, preguntándose en silencio si el agua que recorría las mejillas de Ichigo eran efectos del clima o no.
¿Les ha gustado o enganchado? ¿No les gusta la narración? ¿alguna sugerencia para lo trama o alguna queja? Bienvenido sea el que comente para bien :3
~~Saludos.
