00 Lágrimas.


Era capaz de sentir las tibias gotas de agua estrellarse contra su rostro levantado hacia la regadera de su baño, había permanecido en esa posición por cinco minutos, pues antes de eso fue protagonista de uno de los momentos más tortuosos e intensos de toda su vida.

Te amo.

Las palabras de Sherlock retumbaban en sus tímpanos, aún no podía creer que lo había dicho, dos veces, todo con tal de escuchar esa misma expresión de parte de ella; tenía que confesar que aún se sentía confundida sobre aquella situación. ¿Qué tipo de experimento o caso requería que ella le dijera esas palabras a Sherlock? Por más que daba vueltas en su mente, no llegaba a ninguna conclusión; sin embargo, había algo que la atormentaba más: La voz de súplica en la que el detective consultor le había hecho aquella petición. Todo coincidía en que ella no era la única que estaba sufriendo en ese momento, el tono de voz de Holmes delataba una clara angustia, preocupación, ansiedad, miedo…

Restregó sus manos contra su rostro recuperando una posición anatómica normal bajo el chorro de agua. Había optado por tomar una ducha para comprobar si así podía mezclar las lágrimas que no paraban de salir con el agua del baño y éstas se detuvieran, pues dos horas ya rozaban en la exageración. Pero, es que no podía evitarlo, eran tantos años enamorada de aquellos ojos celestes, de aquel rizado cabello y de esa pálida piel; ella era consciente de que la principal función de su presencia en la vida de Sherlock era el ayudarlo a resolver sus casos, solo ello. Sí, él le había dicho que sí contaba, que incluso Moriarty creía que ella no era importante cuando era quien más le importaba, aquel día en donde se mantuvo a su lado como la suplente de John había sentido que eso era cierto y que además de ser la tímida patóloga de Bart's, también era alguien valioso en el corazón del detective consultor.

¿Y si solo lo había dicho para seguir teniéndola a sus pies?

Negó con la cabeza mientras pasaba la toalla azul celeste (como sus ojos…) contra su piel para retirar el exceso de humedad producto de su reciente ducha, con cierto desgane. Suavemente envolvió su cuerpo en esa misma toalla, así se dispuso a salir del baño para ir hasta su habitación, lugar donde terminó por colocarse el pijama; cepilló su cabello. Con pesadez se dirigió hasta su cama para poder meterse en las sábanas y acostarse, afuera ya estaba oscuro y aunque no fuese tan tarde, su cuerpo y mente le pedían a gritos descansar, sumado al malestar estomacal que tenía desde la mañana, aunque con todo lo vivido, eso había pasado a último plano, ni siquiera bebió el té que preparaba cuando él le llamó.

Las horas pasaron, sus párpados aún no lograban juntarse para que se fuera al mundo del sueño, deseaba ir allí, al menos en ese lugar podía encontrarse con su padre, sentirse feliz, tranquila, segura y no iba a negarlo, muchas veces se encontraba con un Sherlock que la envolvía en sus brazos antes de juntar sus labios en un tierno beso.

Tenía que dejar de tener ese tipo de esperanzas, si las mantenía, solo se lastimaba más así misma, era ridículo que después de tantos años aun creyera que el detective consultor la miraría con ojos de amor, no podía negar que aquella llamada la seguía arrastrando hacia un mar de dudas, pero también la atormentaba; era obvio que ella sentía algo por Sherlock, pero esa había sido la primera vez que le expresaba sus sentimientos de forma clara; quizá debía sentirse aliviada por eso, al menos era una piedra menos en su espalda. Se rodó sobre el colchón una vez más, estaba dispuesta a intentar olvidar sus sentimientos, pero había algo, como una pequeña astilla clavada que no la convencía del todo, no sabía si se trataba de su lado terco, o de una corazonada; estaba ahora tan molesta con él que no era posible diferenciar, ¿por qué se empeñaba en lastimarla? Siempre decía cosas crueles y horribles, y aunque últimamente había cambiado un poco su actitud con ella; lo que aconteció durante la tarde superaba el límite de la malicia… Estaba tan preocupada por él, sobre todo después de la explosión del 221B, pero tan herida, aún con el hecho de que él también parecía estar sufriendo por la forma en que le pidió que le dijera aquello. Si ella ya le había dicho que no podía decírselo porque no era más que la verdad ¿por qué insistió en torturarla? Las lágrimas se escaparon nuevamente de sus ojos de forma rebelde y abundante, resbalando por sus mejillas hasta mojar la almohada a la par en que gemidos de dolor emocional desgarraban su garganta. El llanto y sollozos continuaron hasta que Molly Hooper logró quedarse dormida, con el mismo pensamiento que la acompañaba antes de cerrar sus ojos los últimos años.

Sherlock Holmes.


¡Hola! Éste es el primer longfic que hago. Este escrito no es más que una breve introducción a la historia, quería situarlos en los sentimientos de Molly después de haber recibido la llamada de Sherlock; pienso que eso era el mejor inicio que podía colocar para todo lo que se irá desarrollando.

Espero que disfruten mucho éste viaje en la historia Sherlolly, intentaré llevar a los personajes de la forma más fiel a los que vemos en la pantalla, promesa. 3

Quiero dar un pequeño agradecimiento al grupo Sherlolly en español, por que sus publicaciones y comentarios de alguna manera me animaron a publicar y escribir ésta historia, además de que son el mejor grupo de fandom en el que he estado. ¡Gracias!

Se aceptan copiniones, comentarios, etc.(?) ¡Nos veremos en el primer capítulo!

P.D: Si gustan pueden pasarse por el primer one-shot que escribí: "Wrong Mrs. Hudson" ( /2ka4ToL) También es Sherlolly. 3