Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen a mi si no a Masami Kurumada, esto es sin ningún fin de lucro. Historia Post Hades-Elíseos.

Capítulo 1. Recuérdame: Love story.

Aioria y Marín I Milo y Shaina.

"Inesperado", era el único calificativo que podría tener aquel viaje de parejas planeado por su mejor amigo y él. Las vacaciones de verano les habían permitido hacerse de maleta y dinero para ir en un paquete vacacional a una villa solitaria muy cercana a un pueblo turístico y permitirles crear recuerdos inolvidables de ellos. Eran pocos los tiempos en que podían disfrutar sus "vidas" como gente normal, con las personas que amaban y sin duda no los desaprovecharían, por lo que aquella oportunidad resultaba de lo más tentadora hasta para los más necios.

Milo tardo mucho en convencer a Shaina a ir junto a Aioria y Marín a vacacionar, pues el cambiar de aires solo un par de días le parecía agradable y ante la insistencia de Milo, acepto sin mucho afán.

Y si, tras la batalla del Hades la Cobra había comenzado a ser más cercana al Escorpión al punto de que en una noche habían terminado compartiendo algo más que bebidas a pesar de la frialdad de la amazona. Él de alguna manera había empezado a penetrar con su calidez y alegría el frio corazón de la amazona, compartiendo algunos latidos para ella. Y a ella no le desagraba del todo.

Aquel viaje sin duda les serviría seguro para acercarse aún más.

Y para Aioria y Marín, aquella era una oportunidad para estar solos sin las miradas del Santuario alrededor al verles juntos y así poder darle rienda suelta a su pasión sin discreción.

Días antes, Marín y Shaina recorrieron algunas tiendas comprando sencillas ropas que las hiciera verse "normales" entre la gente y Milo y Aioria consiguieron hacerse de la renta de un hermoso deportivo rojo descapotable que les seria de utilidad en sus vacaciones.

Todo estaba listo para unas buenas vacaciones y nada parecía salir mal.

Y entonces el día llegó. A las afueras del Santuario y Rodorio, Marín y Aioria ya en el deportivo, esperaban a Shaina y Milo dispuestos a irse. Media hora más tarde de la hora citada, santo y amazona aparecieron con un par de maletas. Se saludaron todos y los recién llegados subieron a los asientos traseros del auto, siendo Milo el más emocionado.

. ¡Es hermoso este auto, definitivamente tengo que manejarlo!

-Lo siento bicho, sabía que ibas a decir eso, así que te dejare manejarlo unos segundos solo al regresar porque no confió en tus habilidades de manejo.

- ¡Estúpido gato! -dijo el Escorpio acomodándose en el asiento trasero relajado. - ¡Esta bien, serás mi chofer!

-Idiota…-esbozo con una mueca el felino para sonreírle después.

Aioria por fin tomo el volante y con Marín de copiloto comenzaron su aventura poniendo en la radio un poco de rock del que gustaba el felino inspirándolo en las hermosas carreteras griegas. Shaina por su parte, se enredó la cabeza con una mascada y lentes oscuros que le daba un aire de sofisticación haciéndole lucir hermosa mientras Milo, abrazándole suavemente disfrutaba del aire removiendo sus cabellos mientras al frente, Marín y Aioria tarareaban cómplices las canciones en la radio.

Todo parecía perfecto y sin contratiempos…o eso suponían ellos.

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Tras unas cuantas horas de manejar, Aioria y sus acompañantes llegaron hasta una perfecta villa donde una cabaña de dos niveles, con vista al mar, con una pequeña alberca y de aspecto rustico les invitaba a disfrutar el atardecer. Sin duda había sido un buen lugar para vacacionar. Estaba solos, solo ellos cuatro en kilómetros a la redonda.

Aioria y Marín se instalaron en el primer piso mientras Milo y Shaina acordaron el segundo. Y enseguida, tras instalarse, el águila y el felino se adentraron a las aguas del mar al frente de la villa mientras Milo y Shaina disfrutaban del cálido ambiente en la alberca.

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El inquieto Escorpión con traje de baño azul y perfecto torso expuesto, ya se había aburrido de permanecer sentado en el sol junto a la desinteresada amazona de Cobra que estaba a su lado, por lo que se dispuso a animarla para jugar un rato.

- ¿Vamos a nadar un poco? -le dijo Milo con alegría a la amazona quien estaba sobre un camastro leyendo un libro, con un delgado traje de baño blanco que definía a perfección su silueta y una toalla a su espalda.

-No quiero mojarme por ahora.

-Vamos Shaina, será divertido. -objeto con gesto infantil Milo que fue difícil de ignorar para Shaina tras su libro, pero cuando "algo" no le apetecía, no lo hacía.

-No.

Pero el santo no era una persona que se rindiera con facilidad por lo que tomo el libro de la amazona y se lo arrebato con descaro.

- ¡Milo! -la amazona comenzó a enfurecer haciéndole levantar del camastro.

- ¿Quieres recuperarlo? -pregunto el santo con travesura.

-Ven por el…-dijo con cierto tono lujurioso haciendo que la amazona se le acercara con la mirada afilada. La amazona en un hábil movimiento lo golpeo cerca de la entrepierna con la punta de su pie izquierdo, haciendo que el santo cayera a la alberca adolorido y aventara el libro a su lado.

La amazona sonrió al verse victoriosa, tomo el libro del suelo y se dispuso a volver a sentarse a leer, pero tras unos segundos de ver semblante de Milo bajo el agua y sin volver a la superficie, la amazona se acercó al filo de la alberca para saber porque no salía el santo.

Preocupada tras muchos segundos bajo el aguar, pregunto hacia donde se veían los cabellos flotantes del caballero:

- ¿Milo? -de pronto, inesperadamente el santo emergió a la superficie y la tomo del cuello haciéndole caer hacia el agua con él.

La amazona subió con agilidad a la superficie, totalmente fastidiada al estar empapada y se dispuso a salir de la alberca, pero el semblante del Escorpión la atrapo por detrás, sujetando sus manos apoyadas en la escalera de la alberca para salir.

-No te vayas…-le susurro acorralándola contra la alberca.

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Por su parte, Aioria y Marín disfrutaban de las olas jugueteando en ellas ante su violencia. Y una vez cansados, salieron del agua y se dejaron caer cansados en la arena.

Envuelto en un ataque de risa tras casi perder su short en las olas, Aioria tomo la mano en la arena de Marín y la beso, sujetándola en su pecho.

-No sabes lo bien que me siento que estés aquí conmigo.

- ¿En serio? -pregunto entre risas la pelirroja alzándose un poco para poder recargarse en el pecho del felino. Los hermosos zafiros del santo se quedaron fijos en ella, brillando para sí.

- ¡Y a mí me encanta que estemos aquí, ahora, así sin preocupaciones ni guerras ni santos ni dioses…ni nada! -grito extasiada la amazona, incluso sorprendiendo al rubio que esbozo una enorme sonrisa dejando ver sus perfectos dientes.

El santo le acaricio sus mechones rojizos y le acerco de su cuello hasta su aliento en un suave movimiento, probando unos segundos sus labios salados por el mar.

-Te amo Marín…-susurro el santo con una risa que le hizo vibrar el pecho.

-Y yo a ti Aioria.

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La noche llego con una fogata frente al mar y tapetes mientras el cuarteto contaba historias sobre su pasado y anécdotas divertidas sobre su estadía en el Santuario. Shaina y Marín decidieron que era momento de ir por algunos bocadillos que habían comprado y desapareciendo de la vista de los chicos regresando hacia sus dormitorios mientras ellos charlaban sobre ellas y lo bien que resultaba aquel viaje.

De pronto, una ola enorme allego en la arena y trajo hasta los pies de Milo una botella.

- ¿Qué es eso?

-No sé, ¿Por qué no la abres? -dijo sin mucho que hacer el felino. El escorpión tomo la botella y saco una nota en su interior.

- "Una vez alguien me amo, y yo lo amé, nuestros destinos se encontraron, pero jamás se unieron porque nuestro amor no fue lo suficiente mente fuerte para vencerlo todo y por eso deseo advertir que cada amante que lea esto, deberá enfrentar una prueba de amor que solo será vencida por un acto de amor lo suficientemente doloroso para hacerlo incondicional. Si no hacen caso a mis palabras, su amor se desvanecerá con el tiempo como el mío".

-Qué tontería…-dijo Aioria tomando la nota en manos del Milo y arrojándola al mar.

-Sí, es una tontería. -dijo el alacrán fastidiado mientras se acosaba en uno de los tapetes en la arena.

-Cada día que estoy con Shaina es una "dura "prueba de amor, ¿no es suficiente eso? -el de cabellos azulados aventó a la botella con desdén y puso atención en las siluetas de amazonas que regresaban a la fogata.

- ¿De que hablaban? -pregunto Shaina con una bolsa de fruta seca en las manos mientras Marín traía unas cervezas en las manos.

-De… nada.

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La noche transcurrió entre platicas sin sentido y fue entonces que cada pareja se dispuso a partir a sus dormitorios pues cada amante tenia pasión por revelar.

- ¡Hasta mañana! -gritaron Marín y Aioria hacia la Shaina y Milo que se adentraban al dormitorio al igual. Las luces de los cuartos se apagaron y las respiraciones se agitaron bajo la luz de la luna.

Algo habría de cambiar.

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Un par de besos suaves comenzaron a hacerle cosquillas y "él" comenzó a sonreír aun entre sueños pues no era un gesto que Shaina acostumbrara hacer. Quizá tras aquel viaje, la cobra había comenzado a ser más dócil con él. Quizás tras aquella noche arrebatada de pasión, un sentimiento había nacido en ella por él.

Unos dientes se estamparon en el lóbulo de su oído con suavidad mientras la mano de "ella" bailaba en su pecho y de inmediato se le despertó todo el cuerpo. Rio de buena gana y pronuncio con deleite:

- ¡Basta Shaina! -dijo entre risas "Milo", abriendo los ojos lentamente y descubriendo ante sí a Marín con el cuerpo solo cubierto por una sabana y a su lado.

- ¿¡Shaina!?-pregunto la hermosa amazona con sorpresa mientras "Milo" palidecía en el cuerpo de Aioria.

Milo observo rápidamente a su alrededor, parpadeando un par de veces asegurándose que no era una pesadilla o un sueño. Observo sus manos y debajo de la sabana, observando su cuerpo excitado que no era el suyo. No, en definitiva, Milo conocía a su "amiguito" y "ese" no era de él.

Agito su cabeza pues, aunque en secreto y alguna vez había fantaseado con el águila, jamás se había imaginado en tal situación. Y menos desde que su mejor amigo le había confesado sus sentimientos.

- ¿Aioria? -dijo Marín con cierto temor ante las reacciones del felino que estaba desconcertado sobre la cama. "Aioria" se levantó de la cama y corrió desnudo hacia el espejo del baño para observarse.

No creyó lo que veía tras el espejo. ¡Estaba en el cuerpo de Aioria, pero en esencia era él, el siempre bello Milo de Escorpio!

No, definitivamente ese no era él.

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"Él" abrió sus ojos lentamente y lo primero que observo fue una silueta perfecta con los cabellos cayendo como cascadas en la almohada a su lado. Parpadeo para asegurarse de quien estaba a su lado, abrumado por la oscuridad de la habitación pues conocía a perfección el cuerpo de Marín y aquella que el acompañaba definitivamente no era ella.

Se acercó un poco y observo las mejillas de una chica que reconocía sin dudar. Era Shaina. ¡¿Pero cómo había llegado a esa situación, acaso le había sido infiel a Marín y a Milo, pero si solo había bebido dos cervezas?!, se preguntó alarmado.

Se alzó incrédulo de la cama y observo sus manos y pies sin sentirse bien. Se allego hasta el baño con el estómago revuelto y se miró al espejo tratando de recordar en sus memorias lo sucedido. La imagen en el espejo le dejo perplejo. Se había convertido en Milo.

Se tocó la nariz, los ojos y los cabellos y pudo sentirse a plenitud. No podía ser un sueño.

Busco de inmediato sus pantalones y camisa y salió de aquella habitación antes de que Shaina despertara. Tenía que averiguar qué había sucedido.

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Marín se quedó quieta y con la mirada intranquila ante el nombramiento de la amazona de Cobra en pleno amanecer con su amado. ¿Acaso Aioria había fantaseado con su compañera de armas, acaso por eso Aioria había insistido en hacer aquel viaje los cuatro?

El falso "Aioria" se quedó perplejo y de inmediato tomo el short y camiseta que estaba en aquel baño y se la coloco para salir a enfrentar a Marín.

- ¿Qué te sucede? -pregunto la amazona pelirroja cuando la puerta del baño se abrió.

El cuerpo de Aioria se quedó quieto al escucharla, sofocado y de inmediato se dispuso a buscar una explicación incluso ignorando a la amazona al salir de la habitación.

- ¡Aioria! -grito la amazona al ver al castaño dirigirse hacia la puerta del dormitorio totalmente nervioso. La amazona se enredó rápidamente una sábana y le siguió los pasos hacia la puerta, pero solo logro ver su silueta desvaneciéndose por el pasillo.

No entendía lo que sucedía, por lo que se dispuso a cambiarse e ir en búsqueda del felino, pero al intentar cerrar la puerta del dormitorio, una presencia se lo impidió.

-Milo…-el santo de Escorpio se adentró al dormitorio y cerró la puerta visiblemente agitado. Su semblante era distinto, la ansiedad estaba perfectamente reflejada en su rostro y en aquella forma agitada de respirar. Nunca antes lo había visto de aquella manera y menos en aquella situación tan incómoda.

- ¡Marín, dime que esto no es cierto! -decía la conciencia de Aioria en el cuerpo de Milo. Las manos de Milo se sujetaron al rostro de la amazona, quien veía al santo de Escorpio ansioso como nunca antes y acercándose peligrosamente a ella.

- ¡Caballero! -Aioria en el cuerpo de Milo intento besar a Marín, quien al sentir un segundo su labio le rehuyó asestándole una bofetada en su mejilla.

Aioria entonces vio el desprecio en los ojos de la amazona. - ¡Salga inmediatamente de aquí!

La amazona abrió la puerta con violencia, esperando en la puerta para que abandonara la habitación mientras sujetaba su sabana con recelo.

El santo trato de acercarse a ella, pero la amazona se alejó de inmediato. -¿No lo ves?,¡soy yo, Aioria!

- ¡Salga ahora! -el santo observo con detenimiento los ojos de Marín. Estaba ardiendo en rabia como nunca antes, incluso podía ver la decepción en su rostro.

-Si no lo hace, jamás podre olvidar esta ofensa. Solo vete, por favor.

Aioria no objeto nada más, no podía hacer nada más, no en aquel cuerpo. Busco con la mirada a su cuerpo, pero vio la habitación vacía, así que salió de la habitación, sintiendo escalofríos cuando la amazona azoto la puerta al salir.

Tenía que encontrar a Milo, saber en realidad que había sucedido y por qué había pasado ese cambio de cuerpos. Decidido a encontrar a Milo se encamino hacia la habitación de Milo, pero al hacerlo vio su silueta avanzar por uno de los pasillos de la villa y salió en su búsqueda.

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Marín estaba furiosa, decepcionada y muy confundida. ¿Porque habían cambiado tanto las cosas aquella mañana, que le sucedía a Aioria y a Milo y por qué el cambio de actitud hacia ella?

Se dispuso a averiguarlo, retomando aquella búsqueda de Aioria. Tomo sus ropas del suelo, se colocó un sencillo pantalón y blusa y avanzo fuera de la habitación buscando con la mirada a Aioria.

Milo en la silueta de Aioria, golpeo con insistencia la puerta y sin esperarlo, la puerta que estaba mal cerrada se abrió.

Shaina poco a poco se iba despertando ante la luz que entraba a la habitación, se giró en la cama notando el vacío de Milo y miro al fondo de la habitación una silueta conocida.

- ¿Aioria? -pregunto Shaina al ver en la puerta el cuerpo de Aioria, completamente desconcertado y con la mirada baja.

-Shaina, amor…-dijo con cierta confusión Milo en el cuerpo de Aioria. La italiana palideció ante lo dicho.

- ¿Te encuentras bien caballero? -dijo Shaina, ante el falso "Aioria", quien no dudo en acercarse hasta la cama, posándose absorto en sus pensamientos. - ¿Y Marín, donde ésta…?

El santo miro a la italiana con cierta ternura y confusión y se abrazó a ella, haciendo que ella esbozara un gesto incrédulo ante la caricia. Aioria jamás se había atrevido a acercarse de aquella manera y aunque era al único caballero que admiraba y consideraba" amigo", no pudo sentirse extraña en aquella situación más cuando estaba desnuda ante él. Acertó a darle un par de palmadas en la espalda como consuelo, pero en su mente deseaba que el santo de Leo cortara su contacto.

- ¿Shaina? -pregunto tras la puerta Marín con cierta confusión ante el silencio del interior de la habitación. Apego su oído hacia la puerta, pero no escucho nada. Shaina se tensó de inmediato al escuchar la voz de Marín en su habitación apenas separada por una puerta y ella aun con los brazos de Leo en su cuello.

Entonces unos golpeteos resonaron en la puerta, haciendo que se abriera sin querer.

La escena comenzó a ser lenta en la mente de Marín, cuando la imagen de "Aioria" en brazos de Shaina la sorprendió. Sus labios se abrieron formando una perfecta "o" dejando escapar el último suspiro de sus pulmones. Y no era que quisiese dudar, pues era muy segura, pero con lo sucedido en la mañana, y la extraña actitud de Aioria su cabeza no tardó en hacer conclusiones equivocas. Aioria no era un hombre cálido y que tuviese muchas demostraciones de afecto y menos con Shaina, por lo que la duda la consumió.

- ¡Marín! -grito Shaina al ver a la pelirroja inerte, con la mirada seca y sin entender mucho aquella situación. Marín dio media vuelta y para su sorpresa "Milo" les había alcanzado.

Entonces por primera vez se enfrentaron los cuatro. Aioria vio entonces los ojos rosados de Marín y a punto de huir, y quiso detenerle para explicarle la situación, pero ella le rebato violentamente para poder avanzar en aquel pasillo. Aioria en el cuerpo de Milo entonces pudo ver la imagen que a Marín había puesto tan mal. Era "él" mismo aferrado al cuello de Shaina sobre la cama.

Aioria entonces entendió a perfección lo sucedido. Sin dudarlo, se aproximó hacia "su cuerpo" y lo alejo violentamente de Shaina.

Milo se "observo" de pie, frente a si, y se quedó perplejo.

Shaina palideció ante lo que Milo pudiese pensar de ambos, por lo que se quedó inerte sin entender.

-Milo…-susurro Shaina tratando de acomodarse la sabana que ocultaba su desnudez.

- ¿Qué demonios haces? -acertó a decir Aioria convertido en Milo. Milo se alzó de la cama y se enfrentó a sí mismo, tomándole del cuello de su camisa.

- ¡No lo sé! -grito Milo confundido en el cuerpo de Aioria mientras Shaina los veía atónita. - ¡No se me que sucedió ni a ti, mírate!

- ¿Acaso has visto lo que le hiciste a Marín? -dijo "Milo" preocupado por el Águila.

-Solo quería abrazar a Shaina, tu sabes que la amo. -decía el cuerpo de Aioria sorprendiendo a la cobra. -Solo quería asegurarme que era verdad lo que sucede.

- ¿Me… amas? -pregunto Shaina tratando de comprender cada palabra de "Leo". Sus ojos brillaron centellantes, era increíble esa confesión.

- ¡No, él no lo hace! -grito el cuerpo de Milo desesperado. - ¡Él no es quien crees…!

- ¡Si te amo! -dijo el cuerpo de Aioria confundiendo aún más a la amazona. –Bueno, yo … ¡no de esta manera!

La Cobra se alzó de la cama y se introdujo al baño ante la discusión de los caballeros, dispuesta a encontrarse con Marín.

Algo había cambiado y si no aclaraban pronto todo, todos saldrían lastimados.

Continuara…

¡Lindos lectores, feliz 2018!

Este fic acaba de nacer porque vi la película Código: 8 minutos para morir, y pensé en el cambio de conciencias y cuerpos como tema en un fic, y bueno decidí escribir algo así, aunque en lugar de acción, un poco de humor y romance con mi cuarteto favorito de parejas. Dude un poco pues la temática también es un poco estilo la película "Un viernes de locos" y otra que no recuerdo de comedia, pero bueno esta es mi versión y a ver qué tal queda.

Y listos que también ando trabajando en la actualización de "Huracán" con el capítulo de Milongas con la Cobra.

Éste no será un long fic porque los tiempos me comen y me tardo años en actualizar, así que solo serán poquitos capítulos como unos 2 o 3, pero espero los disfruten todos y se dejen llevar por esta nueva aventura. ¡Nos vemos pronto!