Dondo

En serio, en que jodido momento se le había ocurrido presentarle a los prehistóricos de sus amigos, a su novio. Sabía la fascinación que tenía Kanon por molestarlo. De hecho así se habían echo novios en la universidad. Una vez al caer en la enfermería y Radamanthys conocío al enfermero que sería su perdición. Al principio no sabía si era que le gustase o solo su fetiche por los enfermeros. Hasta ahora no se lo había cuestionado. Excepto en el momento que le presentó a Minos y a Aiacos. Miraba aquel paquete y luego al subnormal de Minos. Sabía que este era muy inteligente, muy buen consejero…pero también sabía que NO era para NADA normal. La risa de Kanon solo confirmaba que algo raro tramaba el noruego. En serio, si miraba a Minos no sabía en que momento se había hecho amigo de un sujeto que tenía prohibido el acercamiento a las iglesias por quemar una en Oslo…

Su vista se dirigió al nepalés. Otro enfermo más, si no fuera uno de sus amigos más leales no sabía porque seguía a su lado. Cuestionarse su amistad con Aiacos solo le hacía recordar la vez que se vistió de un pene gigante y trato de penetrarlo mientras todos en la facultad se reían. Nuevamente la risa sardónica de Kanon. Oh, el stress, iba a hacer que se le cayese el cabello y ya no tendría aquella uniceja que lo había echo tan reconocible para todos. Eso y su rostro de estreñido en palabras de Kanon. Miraba al griego y también se cuestionaba por que era su novio, si Kanon había sido el que le envió una caja de laxantes junto a un diploma de aceptación de la Sociedad Británica de Estreñidos Unidos y un manual de instrucciones de como defecar para tener un ano feliz.

Miró nuevamente la caja en sus manos. No sabía que esperar, todos sus compañeros y el trio de idiotas miraba atentamente la caja. Isaak, el finés amigo de Minos y Kanon (y otro loco según pensaba él), casi le ladró que dejara de mearse y abriese la caja. Ante la pulla no pudo mas que abrir la dichosa caja, casi con miedo, ¿Qué sería esta vez? ¿Un consolador? ¿Más laxantes? El papel cayó arrugado al suelo antes de que decidiera abrir la caja. Ante la sorpresa un muñeco pelón, de ojos redondos, ombligo sobresaliente y un pañal reposaba en la caja. "Dondo" decía esta.

¡Radamanthys! ¡Acabas de tener a nuestro hijo! – exclamó feliz Kanon con una sonrisa burlesca.

Espera, ¿Qué demonios? Miró a Kanon y a Minos sin entender nada. ¿Solo esto?

Una mamadera fue puesta delante de él, como no, el retorcido de Aiacos.

Vamos, Rada, alimenta a tu hijo – la voz burlesca del nepalés.

No pienso hacer eso y no es mi hijo –

Deshonor, pasé horas afuera del quirófano esperando que dieras a luz a nuestro Dondo para que tú rechaces a tu hijo ¿solo porque es calvo? – la burla era muy clara en ese gemelo del demonio

Oh, ahí iba la burla. Miró con enfado a su novio y luego a sus amigos y compañeros que se reían. Kanon seguía insistiendo y haciendo drama. Hizo ademán de levantarse, más la advertencia de que si se iba sin alimentar a su hijo se colgaría de su pierna y tendría que arrastrarlo por todo el campus. Recordando que ya lo había echo una vez, mejor se acomodó y tomo al muñeco, la mamadera y comenzó a "alimentar" al famoso Dondo ante las risas del trio de idiotas. Esta se las pagaba Kanon. Ya vería como limpiaba su uniforme porque le daría la follada de su vida y el semen no se lo sacaría con nada pensaba mientras sentía los flash de los celulares. Oh, si, Kanon iba a pagarle con sudor todo esto…