Hola ¿Cómo están? Primero que nada gracias por tomarse la molestia de entrar, si es que por lo menos despertó mínimamente su interés esta historia, me doy por satisfecha.

Primero aclarar algunos puntos, si vieron bien, la historia esta registrada como personajes protagonistas a Misa y Reiji, querría suponer que todas recordamos a ese apuesto personaje que no tuvo demasiada participación en la historia, pero que a mi me resultó irresistible.

Mi primer pensamiento había sido una historia de L y Misa, siendo esta mi pareja favorita, pero me vi en el fuerte deseo de plasmar sobre las hojas una historia simple y romántica, no quise meterme en el terreno policial más de mo necesario, tampoco en la dificultad de tratar con una personalidad como la de L y los problemas que acarrearía, es un reto que voy a dejar para más adelante.

Debo advertir que puede que haya pequeños cambios en la personalidad de Misa, no voy a mentir, esta historia tratará básicamente de abarcar los sentimientos de ella y la evolución en su pensamiento.

Sinceramente no puedo decir si será larga o corta, al escribir dejo que las palabras y acontecimientos fluyan, muy rara vez los planeo, asi que no puedo dar una fecha de finalización.

Con respecto a las actualizaciones, todo lo que escribo nace de la inspiración, por tanto no fijo fechas de actualización, a veces demoro bastante en temporada escolar, ahora no lo estoy, pero eso no significa que deba dejar de lado mis obligaciones, sin embargo trataré de traerles capítulos lo mas pronto posible.

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Los personajes de esta historia, lamentablemente, no me pertenecen, sino sus respectivos creadores Tsugumi Ohba y Takeshi Obata, lo que si es de mi autoría, es la trama de este fic, por tanto, prohibida su reproducción total o parcial.

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Se ama...

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Presentación

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Parecía que el día se había transformado en una pesadilla de esas en las que a pesar de ser consciente, no puedes escapar, eso había sido su día para Misa Amane, mientras que recorría las calles atestadas de Tokio, sus pensamientos se desviaron casi automáticamente a la cruda realidad que estaba viviendo.

Y todo eso no era más que producto de las palabras de una joven, desconocida, bien podría haber sido una cualquiera, pero a ella, sus palabras, esa oración referida a su persona no había sido más que el preludio de un día lleno de trabas, solo bastó que la palabra tonta apareciera en esa formación continua de silabas. Ahora tan solo quería llegar y dormir, dormí como si no hubiera un mañana, hundirse en el mundo de Morfeo.

Pero tampoco quería llegar, si después de todo ni a su casa podía ir, estaba confinada en el cuartel, con un montón de hombres que la consideraban una molestia, aunque algunos lo expresaban de forma mas abierta que otros, tal vez y con suerte, el único sincero y que disfrutaba con su compañía era Matsuda. Se le escapó una sonrisa rota, al constatar que ella, no era mas que una mujer altamente idolatrada pero no amada.

Nadie la amaba sinceramente, no desde sus padres. Era una verdad dolorosa que quería borrar de sus pensamientos, pero fracasaba miserablemente. Por más que sonriera, por más que cantara, por más que se esforzara, sea lo que sea que estuviera haciendo, esa sensación y la certeza de no saberse amada persistía como una marca indeleble que le destrozaba el alma.

No era tonta.

Miro el cielo volverse cada vez más oscuro, y tan solo eran las seis de la tarde, el otoño había llenado las calles de un ambiente grisáceo que le hacía compañía, era su estación favorita, por sus hermoso colores, los cuales le resultaban cálidos, amaba el crujir de las hojas bajo sus botas, pero ese día, tal era su ánimo, su depresión, que tal vez, su cuerpo en algún momento se rindiera a la orden de su cabeza de dejarse morir en algún rincón.

Sus ojos azules se fijaron en el camino que estaba haciendo, no era el cuartel, tampoco la agencia, puesto que de ahí venía.

Mientras caminaba, más allá de las miradas curiosas y las sonrisas dirigidas hacia su persona, se sintió más perdida y vacía que antes, como si la multitud la tragara y su existencia valiera menos que nada, una pequeña flama a punto de extinguirse.

Fue en ese momento en que su mirada se cruzó con la de alguien más, a través de un cristal, ella afuera, congelándose con la brisa de un invierno pronto a llegar y el adentro, sentado con un café en la mano, inconsciente del clima, pero ambos, indiferentes de las circunstancias en las que se encontraban, identificaron en la mirada del otro el mismo sentimiento de abandono y soledad.

Era novelesco, pero sintió que su corazón bombeaba con mas fuerza al reconocer en aquel desconocido cierta comprensión y aprecio, tal vez fuera su imaginación, pero a ella le resultó un bálsamo para su corazón, alma y autoestima herido.

Y quizá solo fuera cosa del destino, pero su teléfono sonó, cortando la magia que la había retenido en el tiempo, al ver el nombre en la pantalla dudó, del otro lado de la línea y como si fuera un universo paralelo, Light, su muy amado Light, este, para su decepción, la increpó por su ausencia, y su actitud infantil por querer llamar la atención.

Al cortar, el mundo se volvió mas gris, pero quería pensar que no todo era tan malo, quería, juraba que quería pensarlo, pero no parecía funcionar. Y sintió la característica desesperación por complacer a su novio, más bien era un sentimiento masoquista que se instalaba en su pecho, tal vez miedo...posiblemente fuera eso.

Pero al mirar al costado, vio como aquellos ojos que la habían cautivado con anterioridad, volvía a retenerla, no dejándola avanzar, como si quisiera retenerla y atraerla , era una mirada amable, cálida y contrastantemente vacía. Miró el celular que aún seguía en si mano y con un gesto indeciso, lo apagó para luego guardarlo en uno de sus bolsillos sin prestar atención a esa pequeña voz de alarma en su cabeza.

Desvió sus pasos y entró en la sencilla pero elegante cafetería, el aroma a café y chocolate le invadió los sentidos, provocando que aquel repentino golpe de calor se hiciera aún más agradable si fuera eso posible.

Miró con detenimiento la estancia, los colores caoba que predominaban en el lugar, sumado a los beiges y naranjas, hacían del ambiente sumamente acogedor, busco una mesa vacía sin localizar realmente al portador de la mirada espejiza, fue algo decepcionante, pero lo hecho hecho estaba, podía permitirse unos minutos para si misma y olvidar un rato la realidad.

Se acomodó en una mesa alejada, junto a una biblioteca llena de novelas que ella podía reconocer con cierta facilidad, clásicos que había devorado ávidamente en su tiempo y que ahora representaban una parte escondida de su persona.

Se quitó el abrigo completamente absorta en sus pensamientos y lo dejó a un costado de la mesa junto con su bolso, acomodó los mechones rubios que se habían despeinado en el proceso sobre su hombro.

Justo en el momento que se sentaba, un joven se acercó a ella con gesto amable y le preguntó que deseaba, siendo una simple taza de café su elección, lo justo para recuperar el calor que su cuerpo aún echaba en falta y solo entonces, miró hacia el costado percatándose de la presencia de otra persona en aquella zona, e irremediablemente clavó sus ojos en él.

Tenía el cabello largo y negro, su piel era blanca y sus ojos eran de una belleza que la asombraron, era un hombre de hermosas facciones, enfundado en un fino traje negro que delataba su profesión. Pero no fue consciente del escrutinio al que lo estaba sometiendo hasta que él la miró directamente y le sonrió, fue una sonrisa leve y dulce. Solo eso bastó para que Misa se tiñera de rosa y girara la cabeza al frente.

A sus veinte años se sentía como una niña.

Cuando le trajeron el café se concentró en su líquida superficie oscura, tomando pequeños sorbos con más delicadeza de la acostumbrada, temiendo causar mala impresión ¿A quién? Era irónico, ni siquiera lo conocía, pero quería impresionarlo.

Tomó un libro de la estantería y se asombró de su textura, de su portada, de la belleza nostálgica que irradiaban las páginas de Persuasión, cortesía de Jane Austen. Había olvidado lo que era sostener entre sus manos algo que no fueran revistas y libretos.

─ ¿Le importaría si le hago compañía?

Esa voz, delicadamente aterciopelada con un toque ronco característicamente masculino llegó a sus oídos como la mejor pieza de Chopin, obnubilándola y asustándola a la vez por la cantidad de sensaciones que esta le había provocado. Lo miró y sintió un nudo en la garganta impidiéndole pronunciar palabra, así que solo le asintió con un ligero rubor en las mejillas.

Lo vio tomar un libro también de la estantería próxima a él y centrarse en su lectura, y aunque parezca extraño, no se sorprendió ante la elección, supuso que Peter Pan representaba el reflejo de deseo de cualquier adulto que se permitiera soñar con nunca crecer.

Lo observó por unos segundos mas antes de sonreír y volver a acariciar hoja tras hoja aquella dulce desesperación y entrega por parte de la protagonista, casi hubiera deseado ser ella al prever el final del libro ya leído, casi, porque sabía que esa no seria la ultima vez que vería a aquel enigmático hombre, ni la última en disfrutar de su silenciosa compañía, protegidos por la irrealidad aportada por el ambiente de aquel lugar con aroma a café y chocolate.

Ese día Misa Amane regresó al cuartel con una tenue sonrisa que la acompañó durante todo el camino y persistió aun durante la cruda y dolorosa reprimenda que recibió al llegar, aún por los ojos despectivos y acusadores del equipo de detectives.

Por unos segundos y solo por el hastío de saber que la furia solo aumentaba ante su expresión, se obligó a quitar aquel gesto de esperanza de sus labios y cerrar los ojos para que aquella pequeña alegría no escapara por ellos.

Al subir las escalera rumbo a su cuarto, se permitió volver a sonreír por aquel mudo acuerdo de un nuevo encuentro.

Pero lo que Misa no entendió en ese momento, fue que primero, se ama con los ojos.

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Si llegaron hasta aquí, es porque algo los instó a seguir leyendo, puede que no sea la historia más interesante que hayan encontrado en el foro, pero es lo que mi inspiración me dictó escribir, y espero, si es que les causó una mínima de gusto, me lo hagan saber a través de un review.

Voy a tratar de contestar a todos sus comentarios como mejor me sea posible, a los que tengan cuenta por privado, y a los que no, en el capitulo siguiente.

Si alguien se dio cuenta, este capitulo es una presentación del fic, de la idea que quiero plasmar y en el siguiente capitulo no se sinceramente que saldrá, pero creo que me explayaré en como se desarrolló el día de Misa, como llegó a esa cafetería con ese extraño.

Y por cierto...es el primer fic en español de esta pareja! Me siento emocionada!

También soy nueva en el foro, asi que me dejo a su cuidado, sean condescendientes por favor.

Sin mas me despido.

Besos!

Flor!