One Piece no es mío.
Luffycubo.
Capítulo 1: El comienzo de Luffycubo.
Se lo advirtieron y le dijeron que era mala idea hasta el cansancio, pero claro, él les quiere probar que están equivocados y ha decidido tentar a sus suerte, burlándose así de Nami, la bruja.
Son amigos, sí, pero la pelirroja tiene sus límites respecto a tolerar al prójimo, y eso incluye a Luffy burlándose de sus exuberantes pechos y de su pronta cadera desviada o dolores de espalda a causa de los protuberantes balones.
A cualquier chica con los atributos de Nami les dolería de igual manera, es un hecho comprobado científicamente, incluso Robin que es mitad demonio sabe lo que es eso y lo acepta, pero Nami no, oh no, ella tenía que tener problemas de autoestima, sobretodo cuando se trata de sus amigas que tantas cosas le han conseguido, sólo menciónalo: Libros raros de magia negra = Nami seducirá a lo guardias mientras otro (Usopp) se encarga de tomarlos; Necesitas ingredientes raros para tus pócimas =Fácil, Nami enviará a cualquiera de sus esclavos en turno; ¿Qué Chopper ha sido capturado otra vez? = No hay problema, Nami usará la blusa más escotada que sólo usa en ocasiones especiales para recuperar a su pequeño amigo; Diablos, si hasta ha salvado a Luffy de la furia del escuadrón cazabrujas de su abuelo; En fin, no hay nada que Nami no pueda conseguir con ayuda de sus amiguitas.
Lamentablemente, es un tema tabú para ella, sí, las usa cuando la situación lo requiere, pero no le gusta que le recuerden sobre su tamaño o que le mencionen siquiera que todos sus logros se deben gracias a ellas. Nope, es algo que no puede tolerar.
Así que ahí estaba, frente a Nami, con la aplicación de la cámara de su teléfono móvil configurada para grabar justo como estuvo practicando con varios de sus amigos (Podrán ser brujas, hechiceros o demonios, entre otros, pero no van a dejar que la sociedad les sobrepase. Menos cuando es indispensable tener pruebas de la reacción de Nami para futuros sobornos -Franky).
- Hey Nami -Llama su atención como siempre lo hace-
- Hola, Luffy -Contesta mientras continúa leyendo el complicado libro de hechizos en su regazo-
- Nami -Le llama mientras se prepara mentalmente para lo que sigue. Cuando la pelirroja desvía la vista del pesado libro hacia su amigo, este continúa- ¿Es cierto que sufres dolores de espalda a tu edad?
Luffy enfoca la cámara en el rostro de la joven, en esta se observa perfectamente como sus cejas se fruncen y su ceño cambia a uno molesto. Luffy ruega porque no le pase nada malo, sería problemático que Nami tuviese arrugas a parte de los dichosos dolores de espalda.
- ¿Qué dijiste, Luffy? -Para quien no conoce a Nami diría que su voz es tranquila y calmada, sin embargo, Luffy sabe que está perdido-
- Tu sabes, Traffy dijo que el tamaño de los pechos en una mujer influye en los posteriores dolores que puedan experimentar -Cita de memoria, tal y como lo dijo el cirujano-
- ¿Ah sí?
- ¡Si! ¿Estás segura que te sientes bien, Nami? ¿Necesitas que te consiga algún apoyo?
Algunas venas se empiezan a hacer notorias en la frente y la sien de la joven dejando en claro que está completamente molesta. Más su rostro se transforma rápidamente, sonriendo con dulzura al practicante de hechicero.
- De hecho si, Luffy. Necesito que te acerques un poco.
- Bien -Contesta seguro, porque es Nami y se muestra tranquila, por lo que es seguro-
Da unos cuantos pasos a lo que la pelirroja le observa cariñosa, invitándole a acercarse aún más.
- ¿Uhm, Nami, qué haces? -Cuestiona a unos cuantos centímetros de la joven bruja mientras esta hojea el libro en su regazo-
- No es nada en contra de ti, Luffy, es sólo que he decidido que servirás de ejemplo para todos esos idiotas -Hace un signo de paz con la mano que no hojea el libro hacia la cámara del moreno-
Luffy le observa confundido cuando la pelirroja empieza a recitar un cántico en palabras antiguas que él aún no conoce, siente su cuerpo cambiar un poco, físicamente sigue siendo el mismo, sin embargo, ya no logra sentir el flujo de su sangre en sus venas, y tiene hambre, mas no quiere carne ni ninguna otra comida común, no, necesita algo más, algo caliente.
- ¿Nami? -Cuestiona temeroso- ¿Qué me hiciste?
- Me sorprende que lo notes Luffy -Contesta sonriente- Ahora eres un incubo.
El moreno le observa confuso, la pelirroja suspira pesadamente típico de Luffy, piensa.
- Eres un demonio que se alimenta del placer sexual -Explica, al ver la molestia en el rostro del otro decide agregar- Sólo es temporal, claro, espero que con esto aprendas a no meterte con cosas personales -Dirigiéndose a la cámara agrega- Eso va para ustedes también, idiotas.
- Nami.
- ¿Si, Luffy?
- Tengo hambre.
- Oh…
Tras una rápida y traumática introducción hacia lo que es ser un incubo y las responsabilidades y advertencias a considerar al seleccionar una presa, Luffy se despide de la pelirroja, dispuesto a encontrar a quién será su presa durante el tiempo de su castigo (1 año, si es que Luffy no hace ni menciona cosas innecesarias).
Luffy nunca ha pensado en cosas de carácter sexual, nunca en su vida se habría imaginado que tocando un poco su 'Mini-Luffy' podría sentir 'placer' como lo llama Nami, el problema radica en que no tiene la menor idea de cómo hacer ese tipo de cosas a otra persona.
Camina por el límite y los alrededores del territorio 'Sombrero de Paja', lleva un buen tiempo observando humanos y otras criaturas sobrenaturales al pasar, ninguno le agrada, no le hacen sentir 'caliente' como Nami le ha explicado, necesita a alguien que le haga sentir en exceso caliente si no quiere morir, y vamos, que Luffy apenas va a la mitad de su camino para convertirse en el mejor hechicero de la historia.
- Deja eso, Marco, no tenemos tiempo para ese tipo de cosas.
- ¿Bromeas, Ace? En nuestro territorio no hay este tipo de plantas.
Oh no, nadie puede meterse con las cosas pertenecientes a su territorio, con gusto compartirá si le llegan a preguntar, pero llevarse cosas así como si nada es algo que no puede permitir, no hay respeto ni honor en ese tipo de actos.
Se acerca a donde provienen las voces con extremo cuidado, quiere asegurarse de no alterar a los transeúntes mientras lidia con los intrusos. Asegurándose que solo son dos decide hacer su presencia notada.
- ¿Puedo ayudarles en algo? -Cuestiona tranquilo-
- Y-yo, lo siento, no debería tomar este tipo de plantas sin el consentimiento de su jefe, ¿Me equivoco?
Luffy solo le presta atención al rubio tras asegurarse que su acompañante no demuestra intenciones hostiles hacia su persona. Se relaja un poco cuando detecta arrepentimiento en la voz del rubio, bien.
- ¿Para qué necesitas eso? -Cuestiona curioso, las plantas en las manos del rubio son de las más fáciles de conseguir en toda la región-
- Es algo que preferiría hablar con su jefe -Dice mientras levanta una ceja de manera solemne tras cruzar los brazos- Si eres uno de sus subordinados deberías llamarle, te lo agradecería.
A su lado, su acompañante no puede evitar una risilla de manera burlona al ver el ceño molesto del supuesto subordinado, Marco se ha metido en problemas.
- El necesita saber para qué las necesitas. -Dice molesto-
- Escucha, mocoso, no tengo tiempo que perder con un subordinado como tu, porque es obvio que alguien como tu no puede ostentar el poder que demuestra el dueño de este territorio. -Responde molesto-
- ¿Necesito encargarme de ellos, Luffy?
La nueva voz se hace presente en forma de un hombre mucho más alto que el jovencito del sombrero de paja, su cabello es verde y su porte hostil, en su cintura puede observarse el destello de lo que Marco supone es una espada de gran filo.
- Tu debes ser el jefe -El rubio se dirige a la nueva persona, que le observa confundido-
- ¿Qué? -Pregunta sorprendido, el no es jefe de nadie, simplemente pasaba por ahí y decidió respaldar un poco a Luffy mientras lidiaba con los intrusos. Ya hablará con Usopp sobre nuevas medidas de seguridad-
- Verás, el joven aquí no quería guiarme a su jefe, afortunadamente, ya apareció. -Menciona señalándole-
Zoro observa serio a Luffy antes de ponerse a reír de manera escandalosa. Lo único que eso ocasiona es enfadar al rubio un poco más.
- En serio, Luffy, déjame encargarme de estos idiotas -Dice entre carcajadas, la situación es demasiado bizarra que no puede contener su burla. Luffy con un jefe, por favor, sería como decir que el cocinerucho va a dejar de ligar con cualquiera que lleve falda y tenga un rostro bonito, o que Franky dejará de ser un pervertido, por favor, si eso pasa él dejará de beber por lo que queda de su vida.
- No lo entiendo -Dice el rubio con el ceño fruncido, claramente molesto-
- Permíteme ponerlo así -Dice el peliverde aún sonriendo, esta vez, su sonrisa logra causar un escalofrío en su rubio interlocutor- ¿Jefe, puedo encargarme de estos idiotas?
A lo que para sorpresa del rubio, el jovencito del sombrero de paja niega solemne con la cabeza. Rayos, piensa Marco. A su lado, Ace ríe, divertido con toda la situación, lo más probable es que el viejo le haga disculparse formalmente.
- Lo siento -Dice entre dientes- No sabía que tú eras el famoso 'Sombrero de Paja'.
Zoro vuelve a reír a carcajadas, en serio, ¿Cómo es posible que no le haya identificado por el sombrero? Hay que ser idiota para no hacerlo.
- Si -Dice Luffy- ¿Para qué quieres esos? -Vuelve a preguntar señalando las manos del rubio-
- O-oh, estos son para una pócima para el viejo -Responde de una, esperando no causar la ira del jefe con algún retraso o duda-
- Bien, puedes llevarlos -Dice con una enorme sonrisa-
- Gracias, enserio -Agradece el rubio-
Las manos le tiemblan a Luffy, Zoro puede decirlo a simple vista, está haciendo los ademanes que hace cuando Sanji les ha preparado carne y aún no les permite comenzar a comer, puede también detectar la respiración forzada y el rastro de baba en su boca, Luffy está hambriento, y se ha puesto así al observar detenidamente al acompañante del rubio.
Su cuerpo se siente caliente, se siente muchísimo más caliente que en un día de verano, de eso en los que el calor es insoportable y el aire es abrazador, no es normal.
Se ha comenzado a sentir así cuando Zoro llegó a pelear con el rubio y le dió tiempo de observar con mayor detenimiento a los intrusos, el rubio no le interesa en lo más mínimo, perdió todo su interés cuando dudó de su autoridad, sin embargo, el acompañante de este logra captar su atención. Luffy nunca se había sentido así en presencia de un hombre con la camisa abierta, siente saliva acumularse en su boca mientras observa el subir y bajar del pecho del joven de las pecas, observa cómo se estiran y se contraen los músculos de su cuello y cara mientras ríe por las desgracias de su acompañante. Siente un inmenso deseo por acercarse y… ¿Y qué….? No lo sabe, pero está seguro que tiene algo que ver con ese joven.
Tras acompañarlos a una de las muchas salidas de su territorio, se despiden de ellos. Más Luffy se queda un momento más que Zoro, lo suficiente para admirar como los shorts del joven de pecas, Ace, marcan perfectamente las estrechas caderas de este y resaltan su trasero, los músculos de sus brazos se le antojan de sobremanera cuando el joven golpea a su amigo, Marco de manera juguetona.
Luffy no está seguro de poder aguantar tanto tiempo el ser 'incubo' o lo que sea que Nami le haya hecho, sin embargo, de toda esa situación puede rescatar que Ace le hace sentir muy caliente por lo tanto, Ace es su pase a sobrevivir durante todo ese año, está seguro de que el joven de las pecas lo entenderá, Luffy lo considerará como un favor en respuesta al permitirles llevarse las margaritas que tomaron.
Ahora sólo le queda entender cómo funciona toda la cosa esa de 'alimentarse del deseo sexual de otros', Nami no le explicó esa parte.
Si tienen dudas respecto a los términos utilizados, o cosas que deje sueltas a lo largo del capítulo, siéntanse libres de dejarlo en los comentarios, yo les responderé ;3.
