Be my prince
Fanfic de Koisuru Boukun, basado en el extra "Haikaburi Hime"
Capítulo 1: Soluciones
Desde aquel inolvidable encuentro, ya ha pasado un mes. No importa por donde buscara o a quién preguntara, encontrar a su hermosa "princesa" se había vuelto una tarea imposible, era casi como un fantasma. El enorme moretón que "ella" dejó en la cara del príncipe Tetsuhiro comenzaba a desvanecerse y lo único que se les ocurrió hacer para preservarla fue hacer un dibujo de aquella huella ¡Vaya que la dama tenía unos enormes pies! Decía la corte real.
A las afueras del castillo, en una pobre y pequeña villa se encontraba Haikaburi, un joven de fuerte carácter, apodado así por sus vecinos, ya que su gran ira podía hacerlo echar cenizas de la estufa sobre sus cabezas. No obstante, su verdadero nombre era Souichi Tatsumi, el cual vivía junto a su pequeña hermana Kanako en un distrito cerca al mercado. Hace más o menos un mes antes, Souichi había asistido contra su voluntad al baile realizado por el príncipe Tetsuhiro para buscar a Kanako y ya que el evento era exclusivamente para mujeres, tuvo que llegar vestido como una hermosa damisela para poder entrar, cortesía de un extraño mago llamado Isogai. Desde aquel día, se la ha pasado fastidiado por los muchos carteles de su pie alrededor del reino, ya que ese "pervertido bastardo" le ha estado buscando sin descanso, contando además con los insistentes comentarios de Kanako, quien parecía muy animada con lo acontecido "Nii-san ¿No sería ideal que te casaras con el príncipe? ¡Seguro podríamos comer muchas cosas deliciosas en el castillo!" decía la pequeña. Simple y sencillamente una tortura.
Souichi tenía una gran pasión por la química, por lo que creaba increíbles fragancias naturales con hojas y raíces que cultivaba, trataba y destilaba él mismo desde su humilde casa. No obstante, las vendía a bajo precio en el mercado porque en un pueblo como ese, no podían ofrecerle mucho dinero. De esta manera, el joven podía apoyar a su pequeña hermana.
Todo iba como de costumbre, hasta ese angustiante día. Kanako despertó de la cama con una fiebre muy alta y el cuerpo débil, apenas si se podía mover para comer algo. Souichi estaba muy preocupado por lo que llamó al único doctor que podía encontrar en la ciudad.
-Bueno, esperemos que le baje la fiebre. Sin embargo, tiene una especie virus y necesita una medicina especial que yo no tengo - dijo el Doctor, guardando sus cosas
-¿Cómo que "una especie de virus"? ¿Acaso no está seguro de lo que tiene? ¿Qué clase de inútil es usted? – Respondió Souichi en un tono iracundo – Además, usted es el médico ¿No debería poder conseguir la dichosa medicina?
-Podría conseguirla…pero le va a costar, sabes que la pasamos mal en este pequeño rincón del mundo ¿verdad? - respondió el doctor.
-Solo desea aprovecharse de nuestra situación, ¡Maldito viejo! – después de estas palabras, Souichi "invitó" al médico a salir. Sin embargo, antes de irse, este le dijo que si conseguía el dinero lo atendería sin demora.
Aquella noche fue un infierno, la fiebre no cedía. El joven de hermoso cabello rubio dio gracias a la sra. Matsuda quien lo estaba ayudando a cuidar a la pobre Kanako, pero la preocupación se hacía cada vez mayor conforme pasaban las horas. Al día siguiente, la fiebre cedió gracias a las hierbas medicinales que prepararon, pero no era suficiente para acallar la enfermedad. El poco dinero que Souichi conseguía en un día no alcanzaba para cubrir los gastos de tan cara medicina. Después de reflexionar un poco, Souichi tuvo una idea desesperada…no habría otra salida para estos casos, necesitaba actuar con rapidez.
Tomaré mi caballo lo más rápido para dirigirme al castillo. Le diré al príncipe que tengo noticias sobre su dichosa princesa y no le daré la información hasta que me dé el dinero para las medicinas de Kanako. No importa lo que pase conmigo después, lo único importante ahora es su salud.
Apenas tuvo tiempo de pensar, corrió rápidamente en dirección al castillo. Un rato después, se encontraba en la puerta del castillo frente a dos enormes guardias armados.
-Oigan, déjenme pasar, tengo una audiencia con el príncipe ese – dijo Souichi, bastante presuntuoso.
- Jajajaja…no me hagas reír campesino – se mofó uno de los guardias- Vestido con esos harapos no conseguirás engañarnos, así que regresa por donde viniste, infeliz.
- ¿A quién le dijiste infeliz? No te tengo miedo, así que déjame pasar de una buena vez sino quieres que te rompa la cara a patadas. – Respondió prepotente – Tengo información que solo es requerida para los oídos del príncipe. Es sobre su princesa.
Al escucharlo, los guardias lo miraron con curiosidad. Llevaban un mes sin encontrar a la supuesta ¿princesa? Y ni siquiera sabían cómo lucía ella.
-¿En serio? ¿Y por qué deberíamos de creerte? – respondió el otro guardia, con seriedad.
- El príncipe se muere por tener noticias de su chica ¿verdad? ¿Qué uno de ustedes se lo dijera no sería acaso beneficioso para su puesto? – respondió Souichi demostrando astucia y desafío. Sin embargo, en el fondo le había dado una increíble vergüenza decir algo como eso, ya que "la chica del príncipe" se trataba de él mismo.
Luego de pensarlo un poco, los guardias resolvieron dejarlo pasar. Pero antes de atravesar la puerta, apareció el Consejero Real frente a ellos. Era un hombre de rostro muy serio y porte regio, sin duda todo un aristócrata.
-Ustedes dos ¿A dónde pretenden llevar a este campesino? – preguntó con rostro adusto.
-Señor Kunihiro, este hombre asegura tener información sobre la dama que tanto anhela el príncipe. – Souichi se sonroja al escuchar esto. Los guardias continuaron hablando – Dice que es solamente para los oídos de su majestad.
- Mmm…muy bien, en ese caso, me lo puede decir directamente a mí, soy el consejero y mensajero de su majestad. Adelante, habla campesino. – Ordenó Kunihiro.
- No, no lo haré, no puedo…este trato es exclusivamente con el príncipe y no hablaré con nadie a menos que sea él quien me escuche – respondió Souichi, sudando frio.
- En ese caso, me parece que solamente estas farfullando. Al igual que tú, muchos charlatanes han venido aquí a ofrecer a sus hijas en matrimonio, diciendo que es la dama a la que buscamos, por lo que no me sorprende que seas uno más de aquellos ilusos. Llévenselo.
Dicho esto, arrastraron a Souichi hasta la salida, no sin que antes este les diera pelea, con la esperanza de quedarse. A pesar de ello, la fuerza y las armas de los guardias pudieron contra él y fue expulsado del castillo. Derrotado y enojado, regresó a donde se encontraba su caballo para emprender el viaje de regreso. El tiempo pasaba rápido y era evidente que entrar estaba lejos de sus fuerzas.
Poco después y saliendo de una audiencia con los nobles de la ciudad, el príncipe Tetsuhiro se encontró con Kunihiro, su consejero real.
-Me pareció escuchar unos ruidos hace unos momentos ¿Ocurrió alguna novedad? – preguntó preocupado
- Sí, su majestad. Vino otro de esos sujetos extraños, diciendo que tenía información crucial sobre el paradero de la dama que busca, pero lo echamos inmediatamente. – respondió. Esta respuesta intrigó mucho al príncipe – Supuestamente, la información era únicamente para usted.
- ¿¡Ehmm!? Creo que aún si era un charlatán, hubiera sido más prudente que me avisaran ¿no crees? – Respondió el príncipe, ansioso - ¿Cómo era ese hombre?
- Bueno, tenía el ceño fruncido, maleducado, de muy mal carácter. Alto, con cabellos largos y rubios. – al escuchar esto, el príncipe Tetsuhiro se queda pasmado.
-¡CABELLOS LARGOS Y RUBIOS! ¡ES POSIBLE QUE SEA ALGÚN FAMILIAR SUYO! Ella tenía una hermosa cabellera rubia clara y mucha fuerza física. Realmente una señorita de fuertes principios. ¿Dónde se fue aquel hombre? ¡Necesito ir tras él!
- Pero…su majestad, eso no sería lo más prudente…vi que montó un caballo y se fue hacia el norte, tal vez es de uno de ellos pequeños poblados que están no muy lejos de aquí. – respondió Kunihiro con nerviosismo, al ver que el príncipe estaba decidido a ir tras aquel extraño.
- Tomaré mi caballo e iré enseguida. Por favor, no dejes que nadie vaya tras de mí, necesito encontrarlo por mí mismo o podría pensar que lo están persiguiendo. – Exclamó Tetsuhiro.
- De acuerdo, como ordene. Pero si no quiere ser inmediatamente reconocido, le recomiendo que cambie sus ropas y se camufle entre las multitudes, intente pasar desapercibido. - Respondió Kunihiro.
Luego de ponerse unas sencillas ropas de civil, Tetsuhiro fue rápidamente a caballo rumbo al norte, preguntando a los pobladores de los alrededores. Señalaron que el rubio partió hacia el primer pequeño pueblo que se encontraba a las afueras de la ciudad principal.
Realmente el joven de cabellos azulados y enormes ojos verdes no podía pasar desapercibido entre la gente, era realmente un hombre hermoso. No obstante, ninguna persona lograría adivinar que era el príncipe con aquellas fachas. Pensó que ahora la mejor opción sería buscar al campesino en la plaza, las calles y el mercado. Un hombre alto y de largo cabello y rubio no sería tan difícil de encontrar en un pueblo tan pequeñito como ese. Decidió empezar por la plaza principal, preguntando al tabernero del pueblo si entre sus clientes se encontraba alguien con esa descripción.
-¿Con que largo cabello rubio y mal carácter, eh? Jajaja, esa es la persona más sencilla de encontrar por estos lugares. – Respondió el tabernero, con una gran sonrisa en el rostro – Ese que estás buscando es Haikaburi, todos le decimos así por su horrible carácter, es más bien como un dragón que siempre está echando fuego.
- ¿Y sabes dónde podría encontrarlo? – preguntó el príncipe, con muchas ansias.
- Claro. Se llama Souichi Tatsumi y es algo así como un ¿alquimista? Fabrica perfumes y los vende en el mercado, te será muy fácil ubicarlo. Pero dime ¿por qué un chico lindo como tu querría buscar a alguien como él? – preguntó intrigado.
- Es para algo que determinará mi felicidad futura – respondió Tetsuhiro con una mirada fulminante - Estoy seguro que solo él podrá resolver el misterio. Muchas gracias por la información, no lo olvidaré, pero ahora debo irme. Dime ¿Cuál es tu nombre?
- Mi nombre es Hiroto y soy el tabernero de este pequeño pueblo. Cuando quieras, puedes regresar para tomar algo. – respondió Hiroto con una enorme sonrisa. – No olvides tener cuidado con ese tipo ¡O te golpeará tan fuerte que no recordarás ni tu nombre!
Saliendo a gran velocidad, Tetsuhiro se dirige hasta el mercado…y lo ve. La sola imagen de aquel hombre, lejos de ser monstruosa, era realmente encantadora. Delgado, de hermosa cabellera al viento y un porte sin igual…además de esa adorablemente pequeña cintura. El príncipe pensó que era la imagen viva de la perfección, por un momento se olvidó de todo…pero no, recordó cual era el objetivo de ese viaje ¡Su amada princesa! Y sus sentimientos no eran tan débiles como para distraerse con la primera belleza que encontrase. Sin poder dudarlo más, intento acercarse con sigilo fingiendo ver los puestos aledaños, pudiendo percibir el delicioso aroma a perfume que emanaba de él y sus alrededores. Souichi se encontraba conversando con una mujer de mediana edad y ambos tenían un rostro muy preocupado, por lo que abrió bien los oídos para escuchar su conversación…tal vez así hallaría la forma de acercarse más…
- No sé qué más puedo hacer Matsuda-san…no veo de qué manera conseguir ese dinero para curar a Kanako-chan, debemos seguir trabajando pero no sabemos cuánto más le puede afectar. Maldito doctor, ojalá contraiga un virus mortal que lo acabe lentamente por ser tan tacaño…
- No desees el mal, Souichi-kun – respondió la amable señora – Lo que necesitamos ahora es hacer nuestro mejor esfuerzo para poder venderlo todo y conseguir el dinero que necesitamos.
- Usted déjemelo a mi Matsuda-san, nadie excepto yo es responsable por la salud y seguridad de mi hermana. ¡Tendré el dinero aunque tenga que matar a golpes a cada persona en este pueblo! – respondió enérgico el rubio, ante la preocupante mirada de Matsuda. Todo esto atrajo completamente la atención del joven príncipe.
- ¡Lo sabía! ¡Este hombre tiene una hermana y tiene que ser ELLA! – Dijo para sí mismo -Y además ¡Esta enferma y parece grave! ¿Qué hago? …realmente se nota que es muy rudo…creo que no me será tan simple acercarme a ella sin ganarme la confianza de su hermano primero, no puedo simplemente darle dinero o decir quién soy…rayos…piensa rápido…
Sin reflexionarlo más, Tetsuhiro reaccionó preguntando lo primero que se le vino en mente
-¡Tatsumi-san! ¡Mi nombre es…Morinaga! ¡Sí! Y…realmente los aromas que vienen de aquí son increíbles …me gustaría saber si puedo ser su aprendiz ¡Puedo ser de mucha ayuda! – dijo enérgicamente y en posición firme, buscando llamar la atención de aquel hombre. No obstante, Souichi solo optó por levantar una ceja y mirarlo sin mucho interés.
- ¿Eh? ¿Aprendiz? Lo siento, yo no entreno novatos y tampoco necesito ninguna ayuda – respondió sin prestarle más atención. No obstante, el peliazul insistió.
- ¡Por favor! Real…realmente quisiera aprender cómo lo haces, juro que no seré un estorbo – continuó Tetsuhiro
- ¡Basta! ¡Estoy muy ocupado! Hazme el favor de irte a otra parte porque tengo mucho que hacer – respondió con molestia. El príncipe no sabía que más decir para continuar…hasta que tuvo una idea.
- Te propongo algo. Yo venderé todos los perfumes que tienes aquí al triple del precio – señaló una de las cajas que tenía al lado - y a cambio, me enseñarás más de tu profesión ¿Qué opinas? Se perfectamente que puedo hacerlo.
Souichi lo miró perplejo e incrédulo tras esta declaración, pero antes de mandarlo a volar, Matsuda-san interfirió en la conversación
- Parece un joven de corazón muy noble, me da un buen presentimiento, Souichi-kun ¿Por qué no le das una oportunidad? A lo mejor él puede ir ayudándote mientras yo cuido de Kanako-chan. Recuerda que el tiempo es apremiante y necesitamos el dinero cuanto antes para curarla. Creo que necesitamos una mano.
Es demasiado difícil confiar en un extraño que aparece de la nada. Sin embargo, ese tipo tenía algo diferente…no pareciera que fuera un ladrón o un estafador, incluso hasta tenía un aire familiar, como si lo hubiera visto en otra ocasión. Por la tia Matsuda y porque realmente necesitaba ese dinero para su hermana, decidió aceptar su ayuda.
Kanako… -pensó Morinaga - ¿Entonces ella será la dama que busco? ¡Seguro que sí! ¡Debo llegar a ella a como dé lugar!
- No se arrepentirá de haberme nombrado como su asistente, Tatsumi-senpai – comentó Tetsuhiro con una gran sonrisa.
- ¿Qué? ¿Senpai? ¿A qué rayos viene eso? – preguntó Souichi
- Usted es mi superior después de todo, así que considero lo más adecuado llamarlo de esa forma
- Haz lo que quieras… - replicó, apático.
Sin pensarlo mucho más, el príncipe (que se presentó ante Souichi con el apellido de "Morinaga") y "Senpai" emprendieron su camino.
Este es mi primer fanfic de Koisuru Boukun y lo continuaré muy pronto. Espero no decepcionarles. Les agradecería muchísimo un comentario si les es posible. La imagen de portada de este fic pertenece a Natsylove ¡Apoyen su arte, búsquenla en Facebook!
Muchas gracias por leer
